Algunos expertos dicen que es un medio de comunicación más, pero que abre un mar de aplicaciones hasta ahora inimaginables.
La realidad virtual no es más que un simulacro visual y auditivo del mundo físico en el que los seres humanos podemos dirigir nuestros propios movimientos, pero un simulacro muy real. La “inmersión” en este mundo virtual es tal que podemos sufrir la denominada “enfermedad simulada”, es decir, podemos padecer los mismos síntomas que si la escena fuera real.
Actualmente, la principal aplicación de la realidad virtual es la creación de prototipos. Se crean, por ejemplo, interiores de automóviles en un mundo virtual para que los futuros usuarios puedan experimentarlos de una manera muy veraz. La realidad virtual ha llegado también al mundo de la enseñanza, permitiendo diferentes perspectivas para poder explicar, y entender mejor, algunos conceptos complicados.
Eduard Punset profundizará un poco más sobre este tema charlando con Daniel Sandin, reconocido experto en el mundo de la realidad virtual. Sandin es, además, director del Laboratorio de Visualización Electrónica y profesor de Arte y Diseño en la Universidad de Illinois, en Chicago, Estados Unidos.
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EDUARD PUNSET:
Los neurólogos acaban de descubrir que cuando se percibe o se imagina algo se activa el mismo grupo de neuronas, de manera que, en cierto modo, el cerebro no distingue muy bien entre la realidad y la ficción ¿hace esto a la realidad virtual más humana y más próxima?
DANIEL J. SANDIN:
Creo que es muy interesante que nuestras ideas sean, en último término, relaciones concretas en el cerebro, tanto como si las leemos, como si las vemos. Pero creo que la realidad virtual es una parte de la tecnología que nosotros, en tanto que seres humanos, hemos desarrollado; es un medio de comunicación, es como la televisión o la imprenta, o la escritura. Está muy próxima a nosotros, es nuestro producto… y es una nueva herramienta, un medio para expresar ideas y comunicarnos.
EDUARD PUNSET:
Dices que la realidad virtual es un medio. Pero, ¿cómo nos aproximamos? ¿Cuál es la diferencia? ¿Cuál es el avance tecnológico? ¿Cómo lo describirías?
DANIEL J. SANDIN:
Digamos que hay tres modalidades de percepción principales que los medios de comunicación por ordenador convencionales no tienen. Uno de ellos es el amplio campo de visión: en la realidad virtual estamos rodeados de imágenes. No hay un marco alrededor del cuadro, de manera que no hay separación y, por lo tanto, parece más real. Nosotros sabemos que la televisión no es real porque está enmarcada, un cuadro tampoco es real porque también tiene un marco. Así, en la realidad virtual, tenemos ese amplio campo de visión que es de dónde surge el concepto de "inmersión": el hecho de que en realidad estamos inmersos en imágenes que nos rodean. De manera que lo primero es el amplio campo de visión.
Otra cosa importante es el estéreo: tenemos dos ojos para ver el mundo. Y el segundo ojo no está como equipo de recambio, sino que lo utilizamos constantemente para comprender las cosas en profundidad y para poder movernos por el mundo fácilmente sin tropezarnos con las cosas. Y la realidad virtual permite la visión en estéreo, con los dos ojos.
Pero lo más interesante de la realidad virtual, con diferencia, es la perspectiva del espectador/emisor. Por ejemplo, hay una dibujo precioso de Durero, llamado “Al lado de una mujer reclinándose”, donde se ve al artista mirando a la mujer reclinada a través de una plantilla y dibujándola en perspectiva. Mirando esta obra se puede ver cómo se hace un dibujo en perspectiva, se puede ilustrar bien el concepto. Pero lo que la gente tiende a olvidar es que justo delante de los ojos del dibujante hay un pequeño óvalo que centra su visión. Porque el tipo de perspectiva que había en el renacimiento, en el arte, y el tipo de perspectiva que ofrece la televisión, es desde el punto de vista de la cámara; y si nos colocamos justo donde estaba la cámara resulta equivocado. Desde un punto de vista práctico nunca estamos donde está la cámara, es decir: podemos imaginar estar perfectamente encuadrados y a la distancia perfecta, pero en la práctica nunca es así. Por eso dejamos esto a otros, a la cámara que fotografía el mundo. Según la tecnología de la realidad virtual el sistema se mueve siguiendo el objetivo de los globos oculares, de manera que tenemos nuestra visión del mundo, nuestra propia perspectiva, que es esencialmente correcta, y es la nuestra. No es la de la cámara ni la de ninguna otra cosa, la nuestra. El arte funciona así: sabe dónde están nuestros ojos y sabe cómo recrear nuestra figura en un mundo virtual, y de esta manera consigue una representación muy completa que toma en consideración nuestra altura, la distancia entre nuestros ojos, etc.
EDUARD PUNSET:
Así que, en cierto modo, la realidad virtual no está de acuerdo con Einstein, o ni siquiera con Einstein, con Newton, ya que crea un espacio y un tiempo individual y específico. O sea que cuando la gente dice que no hay un tiempo ni un espacio absoluto, tú estás muy cerca de esto: estás creando un espacio individual para cada uno de nosotros.
DANIEL J. SANDIN:
Así es, en la realidad virtual tenemos nuestra propia visión del mundo, y también tenemos el control de las cosas. Además de esas tres características – amplio campo de visión, estéreo y perspectiva del espectador/emisor – está la interactividad: no es un mundo estático, sino que podemos movernos un poco a través de las imágenes virtuales, o podemos cambiarlas, coger cosas, podemos hacer ciertos trabajos y divertirnos. En una de mis aplicaciones, que consiste en compartir el entorno de realidad virtual en dos lugares del mundo, pudimos rociar con agua a gentes de otros países. Estábamos ahí sentados como niños con mangueras y se trataba de agua virtual. Y así nos damos cuenta de que nuestra visión del mundo no es el mundo, podemos cambiarla.
EDUARD PUNSET:
Pero esta realidad virtual es tan real que un científico amigo mío me ha dicho que puedes enfermar como en la vida real, por tanto, algo muy profundo sucede en el cerebro. Quiero decir que si estas en una montaña rusa, incluso aunque estés allí estático, puedes llegar a marearte.
DANIEL J. SANDIN:
Sí, eso es verdad. La realidad virtual tiene ese problema, el problema de la “enfermedad simulada”, que es como la llamamos en los EEUU y, en efecto, si estamos en una montaña rusa simulada esto suele suceder. Sin embargo, si lo que simulamos es un mundo estático por el que nos desplazamos, y sólo cambian pequeñas partes de ese mundo – cambiamos un coche o los muebles – entonces este fenómeno no se produce, porque el mundo es suficientemente estático. Pero si estamos en una película de persecuciones o en una montaña rusa sí que podemos marearnos y es porque nos afecta más profundamente que una pequeña imagen en una pequeña pantalla: eso es la inmersión. Y nos da la medida de la potencia del sistema.
EDUARD PUNSET:
Pero si es tan real y tan divertido, ¿puede llevar a la adicción?
DANIEL J. SANDIN:
Yo diría que sí.
EDUARD PUNSET:
Dirías que sí. ¿Y no hay un riesgo de que nos pasemos el resto de nuestra vida divirtiéndonos, mirando la realidad virtual?
DANIEL J. SANDIN:
¿Y qué pasa si nos pasamos el resto de la vida leyendo, o mirando la televisión? La televisión es muy pasiva, mientras que la realidad virtual es muy activa, de manera que hay un gran cambio, no nos convertiremos en teleadictos pasivos, porque para entrar en la realidad virtual tenemos que dejar atrás la pasividad. Si nos fijamos en las imágenes que se usan en realidad virtual la gente está de pie y camina, se mueve y no están sentados de forma pasiva, al menos en la manera en que nosotros lo hacemos. Creo que con cualquier medio hay siempre peligros. A la gente le preocupa hasta qué punto se puede lavar el cerebro por medio de la realidad virtual; pero también se puede lavar el cerebro con la televisión, y así se hace todo el tiempo con la política.
EDUARD PUNSET:
Sí, de hecho tengo un amigo en EEUU que tiene una máquina que emite ondas magnéticas que activan o desactivan neuronas concretas: o sea que tienes razón, hay muchas cosas de estas.
DANIEL J. SANDIN:
Pero cada media tiene su momento. Lo importante es que los seres humanos hemos creado a los medios para todas las ocasiones, para conseguir efectos teatrales. De hecho vengo de ver esas pinturas rupestres tan maravillosas que tenéis en el norte de España. Así una de mis ambiciones era poder ver con mis propios ojos ese arte paleoneolítico, y pienso que estas eran parte de un medio de expresión al comienzo de la existencia del hombre y la mujer tal como los conocemos, que ya tenían sus propios medios de expresión. De modo que siempre hemos sido expertos en crear medios de expresión y en utilizarlos, apropiadamente o no. Así que tengo mucha confianza en que nuestra experiencia con la escritura y con la imprenta, y la radio, y la TV, y el cine, tenemos tanta experiencia con los diferentes medios, que seremos capaces de enfrentarnos a estos problemas que están asociados con la realidad virtual.
EDUARD PUNSET:
Una de las cosas de las que se habla mucho es de utilizar la realidad virtual en el proceso de aprendizaje. Yo he utilizado la famosa enseñanza por ordenador y es tan aburrida cuando se llega a un cierto proceso del aprendizaje que pocos pueden aguantarlo: solo una minoría soporta el aprendizaje por ordenador. ¿La realidad virtual puede cambiar esto?
DANIEL J. SANDIN:
La realidad virtual tiene un gran potencial en la educación en parte porque el aprendizaje es un proceso activo y no se puede aprender bien de manera pasiva. La realidad virtual es muy atractiva, tiende a hacer que nos metamos en ella, uno hace el experimento, no se limita a mirarlo, por tanto, tiene muchísimas posibilidades en el campo educativo y ya ahora se usa para la enseñanza. En la enseñanza de la medicina, por ejemplo, tenemos estas anatomías tan complejas, que resultan muy difíciles de entender porque son en tres dimensiones. Por medio de la realidad virtual, puesto que permite diferentes perspectivas las cosas se pueden ver mejor. Por lo tanto ya se está utilizando en la enseñanza a nivel de postgrado. Hay lugares, como Chicago – en la Universidad de Illinois –, donde tenemos aparatos de realidad virtual que se colocan en escuelas de secundaria en los niveles 9-12, que son como una especie de rincón dotados con medios de comunicación para el estudio de la ciencia. En otras palabras: el profesor de ciencias dice que quiere explicar un determinado concepto y nuestros licenciados en arte y en ingeniería se reúnen y producen en realidad virtual el mundo en que los estudiantes aprenderán en el aula.
EDUARD PUNSET:
¿Y las corporaciones? También puede ayudar al trabajo en equipo.
DANIEL J. SANDIN:
El principal uso de la realidad virtual ahora mismo es lo que se llama la construcción de prototipos virtuales. Durante el proceso de crear cualquier cosa – nuestros coches, nuestras casas, nuestra ropa-, ahora se diseñan por ordenador y después se convierten generalmente en un prototipo real que sirve para su evaluación y que está hecho de arcilla o de metal. Lo que se puede hacer por medio de la realidad virtual es crear, por ejemplo, interiores de automóviles en el mundo virtual; entonces la gente puede experimentarlos de una manera muy veraz y ser capaces de verse moviendo la cabeza y ver si hay lo que querían ver. Estos prototipos tradicionales son muy caros, de modo que si podemos ahorrarnos el construir algunos de los prototipos físicos podemos ahorrarse mucho dinero. Y lo que es más importante, podemos rediseñar. Porque los cambios trivial no son triviales, porque una vez hemos invertido en un modelo material cuesta 100,000 dólares más hacer que el resto sea más pequeño y aquello sea mayor. En la realidad virtual basta con modificarlo al tamaño adecuado. Esto contribuye a mejorar el diseño. Y las grandes corporaciones utilizan siempre la realidad virtual para diseñar los automóviles, los interiores arquitectónicos y otros tipos de cosas tridimensionales que son difícil – o resultan difícil – de diseñar.
EDUARD PUNSET:
Los evolucionistas dicen que hemos ido del olfato, de una sociedad de mamíferos olfativos (como los ratones nuestros antepasados) a esta sociedad visual que confía tanto en la percepción visual. ¿La felicidad que proporciona la realidad virtual consiste en traer nuevas sensaciones, nuevos sentidos? O es todavía enteramente visual?
DANIEL J. SANDIN:
Bueno, la realidad virtual es, primeramente, un simulacro visual y auditivo. Los sistemas de realidad virtual generalmente son muy buenos en el aspecto auditivo, dan sonidos direccionales y permiten que la imagen venga acompañada de sonidos que están normalmente asociados a ella. Pero en general no hay manera de simular el mundo físico. Por ejemplo, un diseñador puede diseñar una silla en realidad virtual, pero no puede sentarse en ella. Y no hay un camino claro por el que hoy podamos imaginar una tecnología virtual que pueda hacer ese tipo de cosas, en la que podamos tener un mundo físico creado por nosotros de la misma manera que lo hacemos con las ilusiones. Pero hay casos especiales, por ejemplo, en los automóviles se puede simular la fuerza de reacción del volante. En la investigación médica hay eso que se llama normalmente “escarpelo de retroalimentación”, que tiene un asa como si fuera un escárpelo o jeringa y pueden simular fuerzas que son como las fuerzas reales que después encontraremos. Así, por ejemplo y da mucha impresión, podemos agarrar uno de esas jeringas virtuales y notar como atraviesa la piel y como entra en la vena, es muy impresionante.
EDUARD PUNSET:
Y, sin embargo, no hay ninguna jeringuilla.
DANIEL J. SANDIN:
Tenemos una en la mano, sólo que su extremo final es virtual y no hay ninguna persona real allí. Pero de hecho, así podemos entrenar a la gente porque este tipo de información técnica es parte de lo que necesita aprender un técnico para poner una inyección correctamente.
EDUARD PUNSET:
¿Hay algún peligro de confundirse, de mezclar lo virtual con lo real y con lo soñado? ¿Y qué me dices de los sueños?
DANIEL J. SANDIN:
Como he dicho antes, creo que este tipo de pensamiento ha surgido cada vez que aparecía un nuevo medio. De hecho ya en Platón, naturalmente Platón usaba la escritura para decir que Socrates – no sabríamos nada de Socrates si no fuera por los escritos de la época de Platón – estaba muy preocupado por la perdida de la memoria si aprendíamos a escribir en lugar de seguir la tradición oral de repetir. Y, en efecto, es verdad, hubo una perdida. Ahora una persona moderna, un intelectual culto, no puede memorizar grandes cantidades de datos, no es parte de lo que hoy significa ser un intelectual, no consiste en memorizar grandes cantidades de texto. Pero eso lo perdimos cuando aprendimos a escribir, aunque ganamos muchísimo más porque podemos preservar nuestra cultura mucho mejor a través de la escritura que oralmente.
EDUARD PUNSET:
Y ahora sugieres que pasa lo mismo con la realidad virtual…
DANIEL J. SANDIN:
Sí, con la realidad virtual vamos a dar un paso similar. Hay cosas que vamos a perder y hay muchas otras que ganaremos. Pero ya estamos acostumbrados a esto; lo hemos experimentado muchas veces, en el teatro y en la pintura...., hemos dado un gran salto. En la arquitectura hemos dado un gran salto, hasta la radio, la televisión, el cine y ahora la realidad virtual. Tenemos experiencia en esto y estoy seguro de que nos irá muy bien.
¡¡¡ PIENSO, LUEGO EXISTO !!!