Explosiones terroríficas, hecatombe mundial, pánico, muerte y destrucción... hemos vivido el fin del mundo varias veces gracias a nuestro bagaje cinematográfico, sin embargo, en la tranquilidad de nuestro hogar nos convencemos de que tan sólo se tata de ciencia ficción, visiones apocalípticas de las cineastas que nunca ocurrirán, o al menos, ni nosotros ni nuestros hijos viviremos para verlo.
Para Martín Rees, profesor de cosmología y astrofísica en la Universidad de Cambridge, quizás este final no nos quede tan lejos: hay un 50% de posibilidades de que nuestra civilización no sobreviva a este siglo. Según Rees, la diferencia con las 5 grandes extinciones del pasado es que esta vez la principal amenaza proviene de los seres humanos y no de la naturaleza.
El gran desarrollo durante este último siglo de la energía y el armamento nuclear, la computación y la biotecnología puede ser la causa de una catástrofe que ponga punto y final a nuestra existencia y la del planeta.
Gracias a los nuevos fármacos y la manipulación genética en pocos años habrá una gran capacidad de cambiar a las personas y sus preferencias, esto, sumado al rápido avance de la tecnología nos augura un futuro impredecible, no sabemos que pasará y surgen nuevos peligros.
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Martin Rees
Sir Martin Rees es Profesor de Cosmología y Astrofísica en la Universidad de Cambridge y ostenta el cargo honorífico de Astrónomo Real de la corte inglesa. Autor de numerosos libros y cientos de artículos, Rees centra su interés en la astrofísica de alta energía y la formación de la estructura del cosmos.
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Eduard Punset
Para empezar voy a citarte. Has escrito algo que dice más o menos que “tenemos una probabilidad de un 50% de supervivencia como civilización en este siglo”. Es casi chocante, pero ¿por qué en este siglo en particular? Quiero decir después de unos pocos millones de años de existencia homínidos en el planeta.
Martin Rees
En este siglo la amenaza principal proviene de los seres humanos y no de la naturaleza, y el motivo por el que me preocupa este siglo es que la ciencia está avanzando de forma muy rápida. Todavía tenemos una amenaza nuclear, que es la amenaza más importante que hemos tenido en los últimos 50 años. Pero en este siglo tenemos que enfrentarnos a otros riesgos que provienen de otros tipos de tecnologías: la tecnología de la computación y la biotecnología. Y también hay cosas que cambiarán en este siglo y que nunca antes, en la historia de la humanidad, habían cambiado. Por ejemplo, la naturaleza de los propios seres humanos. La naturaleza humana y el físico no han cambiado en miles de años, mientras que en este siglo es posible que lo hagan, por implantes de computadores en el cerebro, por ejemplo, o por modificación genética, o por fármacos específicos. Es esto, junto con el aumento de capacidad que dan a las personas las nuevas tecnologías, lo que nos enfrenta a un nuevo conjunto de riesgos, además del peligro nuclear, que ya teníamos.
Eduard Punset
En el siglo XX aproximadamente 200 millones de personas murieron a causa de guerras o catástrofes inducidas por los humanos, como antes decías. ¿Por qué continúa siendo una amenaza tan terrible esta capacidad nuclear?
Martin Rees
Bueno, las guerras convencionales del siglo pasado fueron devastadoras; y en cierto modo durante la Guerra Fría tuvimos la suerte de evitar una catástrofe nuclear, que podría haber matado literalmente a miles de millones de personas. Si analizamos el pasado y a las personas que presenciaron la crisis de Cuba en...
Eduard Punset
1962
Martin Rees
1962 y 63, muchos creían que el riesgo de catástrofe era del 20 o del 30%; es decir, que tuvimos suerte de evitarla. Ahora quizá tenemos un riesgo menor porque ha cesado la rivalidad de los superpoderes y la Guerra Fría. Quizá hay más riesgo que hace 30 años de que una arma atómica se dispare, pero menos riesgo de que se disparen 20.000. De todas formas no deberíamos estar tranquilos, porque en los últimos 100 años la situación política ha cambiado muchas veces: la Unión Soviética apareció y desapareció y hubo dos guerras mundiales. De manera que si miramos hacia delante, unos 50 o 100 años, es posible que haya un nuevo conjunto de superpoderes, un nuevo enfrentamiento, que podría estar peor dirigido, o en el que tendríamos menos suerte de la que tuvimos con la Guerra Fría. La amenaza nuclear siempre nos acompañará, y en mi opinión, incluso si eludimos todas las amenazas que presentan otras nuevas tecnologías, sólo la amenaza nuclear presenta un 50% de riesgo para la civilización en este siglo.
Eduard Punset
Sí, porque si se piensa --como dices en tu libro-- que el stock nuclear es equivalente a unas 3 toneladas por cada persona que hay en el mundo...
Martin Rees
Tres toneladas por cada persona en Europa y Estados Unidos. Tenemos mucha suerte de que todo esto no salte por los aires debido a una catástrofe; esta amenaza siempre está sobre nosotros, porque es un riesgo reconocido. Pero en cierto sentido estoy más preocupado todavía por la amenaza de lo desconocido, de las tecnologías futuras. Porque la característica que da seguridad sobre las armas nucleares es que necesitan unas fábricas muy sofisticadas para su elaboración, y es posible –con cierta confianza- poder controlar que cumplan con los tratados existentes sobre el control de las armas nucleares; es muy difícil desarrollar armas nucleares en secreto. Pero estamos cambiando hacia una era en la que las nuevas tecnologías – la biotecnología – utilizan un equipamiento muy pequeño, pueden caber en una habitación. Hoy se utilizan en general con fines beneficiosos, pero un pequeño grupo de personas, o sólo una persona, puede ser capaz de crear, si quiere, algo letal. Y creo que el riesgo de bioterrorismo, o de bioerror, es algo realmente serio. Y mucho más difícil de controlar, a menos que se vigile constantemente, que se controle a todos los laboratorios de universidades y empresas que trabajan con biotecnología con fines beneficiosos. Sin este control, será muy difícil saber si una sola persona está desarrollando un patógeno con fines destructivos. Creo que esta es una amenaza real y un riesgo con el que tenemos que saber convivir, proque es muy difícil de eliminar.
Eduard Punset
Después de lo que hemos hablado, la siguiente amenaza parecerá banal o trivial. Tengo un amigo que es físico en Nueva York, Chudnovsky, y una vez estábamos hablando del colapso de energía, o de la amenaza de que hubiera un colapso de energía, y me contó la historia de que estaba muy intrigado, porque enviamos constantemente señales al cosmos de nuestra existencia y no recibimos ninguna respuesta. Y Chudnosky dijo que seguro que lo que sucede es que cualquier civilización que pudo existir se extinguió por un colapso energético, de la misma manera que nos sucederá a nosotros dentro de 100 años. El otro día estaba en París hablando con un especialista en energía, y decía que estábamos entrando una especie de situación de blackout. ¿Qué piensas de todo esto? ¿Podemos obtener la energía del cosmos, ya que sabemos tanto?
Martin Rees
Bueno, no queda ninguna duda de que estamos en una situación insostenible. Sabemos muy bien que no todo el mundo puede vivir de la forma en que lo hacemos los europeos y los norteamericanos, a menos que cambiemos bruscamente la forma en que usamos la energía o cambiamos nuestra forma de vida. En este siglo no sólo la tecnología está avanzando más rápidamente que nunca, sino que es el siglo en el que la actividad humana está directamente relacionada con el cambio del planeta: el calentamiento global, las extinciones masivas, y otros efectos sobre la biosfera. De manera que el tema clave es si podemos soportar este periodo hasta poder llegar a un futuro sostenible. En mi libro doy una especie de viñeta en la que digo que si hubiera unos extraterrestres observando la Tierra a lo largo de su historia, de 4 mil millones y medio de años, durante la mayoría de este tiempo podrían haber observado unos cambios lentos: la era de las glaciaciones apareció y desapareció, las especies aparecieron y se extinguieron. Pero en los últimos miles de años se han visto muchos más cambios debidos a la actividad humana: la agricultura, y otros cambios. Y en el último siglo – que es una cien millonésima de la vida del planeta – podrían ver estos enormes cambios: una gran expansión en la producción de energía, un gran aumento de monóxido de carbono, la primera evidencia de artefactos producidos por el hombre que salen del planeta... todo esto ha sucedido en este diminuto instante de la vida de nuestro planeta, y sobre todo, esto está sucediendo cuando el planeta está en la mitad de su vida...
Eduard Punset
Se ha convertido en un adulto.
Martin Rees
Sí, pero ¿cómo predecimos el futuro? El futuro es, potencialmente, tan largo como el tiempo que nos llevó a nosotros surgir de la vida simple: varios miles de millones de años. Pero en este siglo tenemos que enfrentarnos a una crisis, e incluso desde la perspectiva de una vida en la tierra con una historia de mil millones de años, este siglo es muy especial. A los extraterrestres que observan la tierra les interesará mucho lo que está sucediendo en la tierra ahora, y se preguntarán si de aquí a un siglo la tierra se habrá estabilizado en una biosfera sostenible o habrá una catástrofe, o quizá algunos de estos viajecitos fuera de la tierra llevarán la vida más allá. Todas estas cosas son posibles, pero este siglo es el siglo crucial, no sólo para nosotros y nuestros descendientes, sino también para toda la perspectiva cósmica de nuestro planeta.
Eduard Punset
Y lo que es nuevo, en el siglo XXI, es la interdependencia, la conectividad global, que hace contagioso todo lo que se hace.
Martin Rees
Así es. En sentido literal, hace que las epidemias se extiendan más rápidamente por todo el mundo, que sean más peligrosas. Pero también en el sentido psicológico, en el ciberespacio todos estamos conectados, y esto significa que además de ser más vulnerables, el impacto del efecto psicológico de incluso una catástrofe local puede tener consecuencias globales. Recordemos, hace dos años, cuando se produjo la epidemia de SARS. Fue una epidemia natural que tuvimos la suerte de poder contener; no se extendió a las megaciudades del tercer mundo, donde podía haber resultado incontrolable. Pero de todas formas el principal efecto de la epidemia de SARS recayó sobre la economía del sureste de Asia, ya que todo el mundo supo de esta epidemia por las comunicaciones y las conexiones. Es decir, incluso si las consecuencias directas son reducidas, las psicológicas pueden ser globales.
Es cierto que hasta ahora no ha habido desastres de bioterrorismo, en parte debido a la falta de competencia tecnológica de los que intentaban atentar. Pero creo que es un riego grave porque la tecnología y su uso estarán cada vez más disponibles, y lo que me preocupa es que sólo hace falta una persona, con la mentalidad de los que ahora diseñan los virus informáticos, para diseñar un virus de verdad y crear una verdadera catástrofe.
Eduard Punset
Quizá, Sir Martín, esto requiera, o incremente la necesidad, de un nuevo tipo de gobierno mundial, más serio. Hace algunos años, para volver a una de las amenazas que has mencionado, la de la manipulación genética y la era del biocontrol, estaba hablando con Lee Silver en los Estados Unidos y me dijo: Eduardo, hay cosas de las que no hablamos porque la gente se aterrorizaría. Y en su libro habla de...
Martin Rees
...de la divergencia de la especie humana en dos
Eduard Punset
Eso es, la divergencia de la especie humana, una con genes enriquecidos y la otra natural. También he hablado con Miroslav Ratman, quien trabajó con Watson en digamos terapias genéticas, y... ¿cómo visualizas este gran cambio?
Martin Rees
No soy biólogo, pero leo lo que dicen los expertos en estos temas, y está claro que la capacidad que tendremos para producir estos cambios aumentará; y por supuesto también aumentará la distancia entre lo que podemos hacer y lo que debemos hacer. Y mi preocupación es que aunque haya un consenso general sobre algunos experimentos, modificaciones genéticas o fármacos que no deberían usarse, será muy difícil de hacerlo cumplir, de la misma manera que es muy difícil en la actualidad poner en vigor leyes contra las drogas. Y lo que me preocupa es que cualquier cosa que se pueda hacer, habrá alguien qua la haga en algún sitio, no importa lo que digan las leyes. Creo que es un gran problema. Existe un ejemplo, en la década de los 70, cuando se iniciaron algunas técnicas con el ADN. Los propios científicos impusieron una moratoria para ralentizar el ritmo de ciertas técnicas: se dieron cuenta que debían ser muy cuidadosos. Este es un ejemplo en que la comunidad decidió no llevar a cabo ciertos experimentos. Creo que ahora será más difícil imponer este tipo de moratoria, porque los científicos ahora son más internacionales, son una comunidad mucho más grande y existe una presión económica mayor.
Eduard Punset
Hay otro pensamiento que es terrorífico, y es lo que tu llamas “tecnoirracionalidad”. Este es un tema muy interesante. Creo que toda la idea proviene de 1972, del incidente con James Jones...
Martin Rees
...Al final de los 70
Eduard Punset
...en Indiana.
Martin Rees
Es un ejemplo en el que se convenció a toda una comunidad para que se suicidaran.
Eduard Punset
¿900 personas?
Martin Rees
Sí, y no fue debido a la alta tecnología. Este fue más bien el caso --que también menciono en mi libro-- del grupo denominado Heaven Gate Cult, un grupo de personas que vivían aisladas en California y que vivían diseñando páginas web para Internet. Creían que cuando pasara el cometa Halley ascenderían a un mundo superior, y todos se suicidaron. Afortunadamente sólo se hicieron daño a ellos mismos, pero de aquí se pueden aprender dos lecciones. La primera es que Internet, que nos permite ampliar la información que tenemos –si es que queremos–, también puede tener un efecto contrario, porque puede permitir que una comunidad viva aislada, sin contacto con el mundo real, y solo comunicándose con otros como ellos.
Eduard Punset
Incluso siendo un resultado de la conectividad global.
Martin Rees
Sí, pero puedes elegir comunicarte sólo con gente en el mundo que comparta tus puntos de vista, y así, en realidad, reduces los puntos de vista. Otra lección es que el que una persona sea un experto en tecnología no quiere decir que sea racional en un sentido más amplio. No podemos presuponer que las personas que son expertos científicos tengan algún sentido moral o común. Y lo que me preocupa es que sólo necesitamos unas pocas de estas personas para causar una catástrofe. Podemos imaginarnos a un ecologista fanático que cree que la raza humana está contaminando el planeta, y que el planeta estaría mejor sin humanos...
Eduard Punset
Quizá esté mejor...
Martin Rees
Quizá haya gente que se mueva por ese objetivo, si es que tienen la capacidad tecnológica, y eso es algo que no podía haber sucedido en el pasado. La clave es que las personas tendrán un poder del que en el pasado sólo disponían las naciones.