9/3/2012
Cuando la ayuda mutua
es la
respuesta
Las actividades que hoy
millones de personas han naturalizado
como
frecuentes, desde el manejo de una computadora hasta
el comercio
internacional, se han extendido y aprendido socialmente
a partir de
la ayuda mutua y la colaboración entre los seres humanos
Uno de los objetivos fundamentales de la ciencia es aportar
respuestas racionales a las variables que hacen a la esencia del comportamiento
humano: ¿Por qué respondemos a ciertos estímulos? ¿Cuáles son las razones que
nos convierten en seres capaces de interactuar? ¿Por qué en los últimos años nos
hemos adaptado rápidamente a tantos cambios culturales?.
Preguntas que la ciencia responde
y así, podemos entender quienes somos. Hoy un nuevo interrogante encontró su
solución. Un grupo de científicos, liderados por Lewis G. Dean, llevó a cabo una
investigación, publicada por la revista Science, que corroboró que uno de los
pilares fundamentales del desarrollo cognitivo del ser humano es el intercambio
y la comunicación.
El estudio analizó un grupo de
niños de tres y cuatro años y comparó sus conductas con un conjunto de monos
capuchinos. El experimento consistió en la solución de una serie de
rompecabezas, y la principal conclusión fue que los chicos colaboraron e
intercambiaron información mientras que los chimpancés, si bien podían arribar
resultado final, lo hacían de forma tardía ya que no se ayudaban entre sí.
La investigación reveló por
primera vez una capacidad que se exhibe como única en los seres humanos: la
colaboración. “Esta cualidad explica por qué los humanos son únicos en su
capacidad de acumular conocimiento cultural en el tiempo“, afirma el estudio.
Uno de los objetivos de los investigadores era dar una causa concreta a la
habilidad del individuo para poder adaptarse rápidamente a las nuevas pautas
culturales, entre ellas el magnífico cambio tecnológico de las últimas décadas.
¿Cómo es posible que personas
avanzadas en edad o fuera de las nuevas generaciones han aprendido de forma
precisa los nuevos parámetros sociales y culturales? Las actividades que hoy
millones de personas han naturalizado como frecuentes, desde el manejo de una
computadora hasta el comercio internacional, se han extendido y aprendido
socialmente a partir de la ayuda mutua y la colaboración entre los seres
humanos. Estas cualidades han logrado que las generaciones previas a los grandes
cambios sociales se hayan adaptado con facilidad.
¿Cómo se llegó a la veracidad de
esta teoría? El experimento se realizó con los niños, chimpancés y monos
capuchinos a los que se les efectuó la prueba de armar una serie de rompecabezas
que iban aumentando en dificultad paulatinamente. Para llegar a la solución de
cada reto, los participantes debían ir moviendo correctamente puertas de
colores, botones y ruedas, entre otros elementos.
La investigación comprobó que los
chicos alcanzaron sus objetivos de forma más rápida y eficaz que los monos. La
clave de su éxito en el experimento estuvo vinculado a que atravesaron una serie
de procesos socio cognitivos. La interacción, la comunicación y la ayuda mutua
fue fundamental: se comunicaron verbalmente las instrucciones y compartieron las
respuestas. Estas cualidades estuvieron ausentes en los monos.
Un punto clave de este estudio
fue dar respuesta a la capacidad humana de aprendizaje social. Es decir, las
tradiciones culturales se acumulan a lo largo del tiempo y por ello es posible
aplicar mejoras en campos fundamentales como la ciencia y la tecnología, entre
otros.
En este marco, el experimento
comprobó que la capacidad de entendimiento depende exclusivamente de la
experiencia colectiva y de su transmisión de una generación a la otra. Es decir,
el ser humano más aprende cuánto mayor colaboración y comunicación tiene entre
sí.
Por Eugenia Plano | www.vidapositiva.com
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