24/5/2012
A la seguridad
se la llevaron presa…
La ausencia de seguridad
es un tema
de todos los días en la Argentina.
Por
Eugenia Plano
Corresponsal en Argentina
www.vidapositiva.com
Foto: Marc van der Aa
24 de mayo 2012.
En los últimos días, la actualidad encontró al
artista Antonio Gasalla brindando declaraciones sobre el tema ya que a través de
un agente de seguridad del Teatro El Nacional, dónde interpreta la obra “Más
respeto que soy tu madre”, se enteró que podía ser blanco de un secuestro. Entre
las variables que la justicia se encuentra investigando, el actor reveló que
existe la posibilidad que se trate de una banda de agentes de seguridad falsos
que inventan posibles ataques con el fin de ser contratados. ¿Qué es lo más
sorprendente de esta declaración? La no sorpresa. Hoy en el país se han
naturalizado ciertas cuestiones vinculadas a la inseguridad y ninguna noticia
vinculada al tema parece sorprender demasiado.
¿Cuál es el contexto de la inseguridad de la
seguridad en la Argentina?
En los últimos años, han proliferado como negocio
agentes, custodios y empresas sin habilitación que primero extorsionan y luego
ofrecen sus servicios a particulares o grupos de vecinos. En este contexto, los
ciudadanos están a la merced de estos mismos grupos que, en muchos casos, son
quienes generan amenazas, asaltos o secuestros con el fin de crear un anzuelo
para ser contratados. El fenómeno de la seguridad trucha creció a la par de los
índices de inseguridad en la Argentina, y los más preocupante es que en lugar de
descender han aumentado. Por ejemplo, en la zona norte del conurbano bonaerense,
cuatro de cada diez garitas de seguridad son ilegales. El dato surge de un
relevamiento realizado por la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e
Investigación (CAESI), que agrupa al 92 por ciento de las empresas de seguridad
habilitadas.
La investigación encontró un total de 747 puestos
truchos de un total de 1.500, la cifra incluye los partidos de Vicente López,
San Isidro y Tigre . Además, de la inseguridad que comporta estar “cuidado” por
una persona o un grupo de custodios que resultan ser delincuentes, hubo casos en
los cuáles quienes habían contratado vigilancia ilegal tuvieron que responder
ante la justicia por un delito cometido por un vigilador. El caso más relevante
y público ocurrió en 1997, cuando a 10 familias de la localidad bonaerense de
Carapachay les embargaron sus casas porque un custodio que habían contratado
asesinó al joven Rodrigo Susevich Raze en el marco discusión.
Por su parte, el Ministerio de Seguridad, de la
provincia de Buenos Aires, no sólo ratifica los datos aportados por CAESI sino
que además suma otra estadística: el 40 por ciento de los custodios privados de
zona norte no se encuentran habilitados. “El riesgo de esta situación para los
vecinos es de suma gravedad. Las agencias truchas son verdaderas bandas de
ladrones, que extorsionan a los vecinos con el miedo, y cuando no les pagan,
generan zonas liberadas”, explican desde los foros de seguridad de zona norte.
Pero, ¿cuál es el cuadro de situación en el Gran
Buenos Aires para que la inseguridad hoy sea un negocio millonario para la
agencias y los custodios truchos? Este conglomerado urbano que rodea a la
Capital Federal, y que representa apenas el 2% de todo el territorio bonaerense,
resume la mayor cantidad de casos judiciales. Se denuncian 1805 delitos por día,
el 63% del total de la provincia. Los departamentos judiciales más comprometidos
son La Matanza, Lomas de Zamora, Morón, Quilmes, San Martín y San Isidro, que
tienen jurisdicción sobre 24 municipios: 204.756 ilícitos por semestre según
datos aportados por la Procuración General de la Suprema Corte Bonaerense
correspondientes a este año. Es decir, lejos de la persecución paranoica el
vecino del conurbano bonaerense se siente inseguro e intenta buscar recursos y
ayuda para resguardar su seguridad. Pero, hoy el miedo de muchos es el negocio
de unos pocos. Entonces, ¿qué puede hacerse para no ser víctima de las agencias
y custodios ilegales?
En declaraciones al diario Clarín, Mariano
Valdivieso del Foro de Seguridad de Villa Martelli, advierte como lo barato
puede salir muy caro: “La gente opta por casillas sin habilitación por una
cuestión de costos. Instalar una garita con todas las habilitaciones necesarias
puede costar entre 6.000 y 8.000 pesos. Si es en negro el costo baja a 1.500
pesos. Muchas veces, los vecinos son responsables solidariamente de los actos de
los guardias clandestinos”.
Entonces, a la hora de contratar seguridad es
importante constatar la averiguación de antecedentes y datos personales y
asegurar que todas las habilitaciones estén reglamentadas jurídicamente. La
inseguridad de la seguridad está a la orden del día y por ello, la opción del
ciudadano es exigir legalidad en todos los sentidos.
www.vidapositiva.com
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