Café
Habrá que hacer café muy de mañana
para borrar las sombras de la noche,
repintar el insomnio que se afana
en quedarse prendido como un broche.

Y endulzarlo de azúcar verdadera
para gastar su amarga idiosincracia,
y en un thermo llevar la duradera
y falsa sensación de la acrobacia.

Elegir ese grano tempranero
mezclado con aquel de alta montaña,
para darle ese temple peleonero
que hasta en el alma desahuciada engaña.

Y BEBERSE hasta el poso renegrido
en el último trago placentero,
y mirar en la taza el compungido
y manchado vacío del desespero.

PATRICIA GONZALEZ.
(Las mayúsculas en
BEBERSE, son por ese monito entrometido, jajajajaja