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General: la depresión
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: IKH@NN@  (Mensaje original) Enviado: 14/12/2014 14:14
 

Los caminos a la depresión

 La depresión, uno de los males más dolorosos que puede acompañarnos. Los caminos que nos conducen a ésta son diversos y a veces misteriosos. Según cómo lleguemos a ella podemos encontrar vías de escape ¡Conócelas!

La depresión se ha convertido en uno de los grandes problemas que solemos enfrentar actualmente. Podemos encontrarnos sumergidos en dificultades de este tipo y desconocer las razones por las cuales hemos llegado a este punto, lo que entorpece que podamos darle solución. ¡Pero la depresión no es sólo estar triste! En el fondo guarda un fuerte “sentimiento de impotencia o desesperanza para el logro un deseo o aspiración significativa para cada uno”.

 

¿Qué puede conducirnos a la depresión?

 

  • La identificación con padres “depresivos”: podemos desarrollar un carácter depresivo si nuestros padres tenían esta tendencia. Parte de nuestra personalidad, se configura a partir de la identificación con personas significativas, a través de la cual, asimilamos una propiedad o atributo de éstas. Los padres son los principales modelos con quienes nos identificamos, cuando éstos son depresivos, podemos construir una representación de nosotros mismos como “incapaces” para obtener lo que deseamos, al habernos identificado con quien se sentía de esta forma.

 

Esta identificación ocurre a través del discurso, los mensajes, las actitudes y los gestos depresivos que se reciben de ellos. Los cuales, suelen crear un clima   cargado de culpa y tristeza. Además, podemos construir una percepción “depresiva” de la realidad, acerca de lo que podemos esperar y cómo aproximarnos a ella, así como la forma en que interpretamos los acontecimientos de nuestra vida. Según este posible origen, es necesario cuestionar y cambiar muchas de esas ideas y hábitos que hemos desarrollado. Necesitamos un profundo proceso de cambio, en el que aprendamos a construir formas diferentes de vivir, experimentando nuevas dinámicas, con distintos niveles de intensidad, que nos ayuden a crear habilidades que no pudimos desarrollar.

 

  • Las “angustias persecutorias”: podemos desarrollar un problema depresivo por el miedo constante y excesivo a que personas significativas nos “castiguen”, bien sea mediante agresiones, o al retirarnos su afecto. Muchas veces estas angustias, favorecen que al intentar protegernos, nos aislemos, inhibamos nuestros deseos, evitemos tomar riesgos o atrevernos a experimentar, lo que puede empobrecer nuestras relaciones interpersonales, entorpecer nuestros proyectos de vida y alterar la forma de vernos a nosotros mismos y la realidad, lo que nos conduce a estados depresivos.

 

 A partir de esto, debemos trabajar nuestras relaciones interpersonales. Desde cambiar las estrategias defensivas que nos mantienen en este círculo vicioso, hasta fortalecer las formas en las que nos relacionamos con los otros, intentando construir vínculos seguros que disminuyan estos miedos.

 

  • La culpa: sentimos culpa por muchas razones. Una de las que puede conducirnos a la depresión, es por ejemplo, construir una identidad basada en que somos “malos” y “dañinos”. Sentirnos culpables ante los acontecimientos negativos, nos da cierta sensación de control. Si algo es nuestra culpa, tenemos más poder sobre esto para cambiarlo. La culpa nos hace “vergonzosos” al no cumplir con el ideal de lo que queremos ser, que puede llevarnos a la depresión. En estos casos, es importante trabajar el sentimiento de culpabilidad, según cada caso, desarrollando mecanismos alternativos más sanos.

 

  • Los déficits propios: podemos experimentar depresión, en el caso de sentirnos incapaces de lograr un deseo, por no contar con las capacidades intelectuales, sociales o instrumentales necesarias para obtenerlo. En este sentido, podemos establecer vías para desarrollar o potenciar estas capacidades están deficitarias, en caso de que sea posible. De lo contrario, convendría reenfocar o reajustar nuestras metas, a aspectos posibles y que nos produzcan satisfacción.

 

  • Los problemas narcisistas: cuando la depresión está ligada a problemas en la forma en que nos percibimos y valoramos a nosotros mismos, puede venir de tres vías, relacionadas entre sí. En primer lugar, podemos tener una imagen devaluada de nosotros mismos, que nos impide vernos como “capaces”. En segundo lugar, podemos tener elevados ideales, porque los hemos “heredado” de un discurso familiar en el que se nos exigía demasiado, o porque éstos nos ayudan a compensar un sentimiento propio de inferioridad. En tercer lugar, podemos tener una consciencia crítica sumamente severa, con excesivas normas imposibles de cumplir para poder satisfacer ese “ideal” de nosotros mismos, en el que “nunca es suficiente”. Según cada una, es importante atender el elemento específico de nuestra autoestima, que nos hace sentir impotentes.

 

  • La realidad exterior: a veces la realidad nos resulta realmente dolorosa, al impedirnos el logro de un deseo significativo, favoreciendo el sentimiento de impotencia y desesperanza. Por ejemplo, experiencias traumáticas, enfermedades, abandono, etc. Sin embargo, la realidad siempre es percibida desde nuestros ojos, por lo tanto, nos afectará en función de la forma en que lo hagamos. Ante los problemas y dificultades que tienen posibilidad de solución, es importante orientarnos a resolverlos, si éstos no tienen solución, es necesario atender las consecuencias generadas, expresar y canalizar las emociones y “aceptar” lo que no podemos cambiar.

 

Sean éstos u otros los caminos que nos hayan conducido a la depresión, siempre existen alternativas para resolverla, aunque en ese momento nos resulten “invisibles”. El acompañamiento psicológico a través de la terapia, es una potente herramienta que nos ayuda a encontrar las vías de escape a estos problemas ¡Busquemos ayuda!

 

lamenteesmaravillosa.com



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 14/12/2014 14:32

Gracias Juana por detenerte en esta que es una de las más graves enfermedades de la humanidad ...deja que acompañe tu valioso escrito ....

La depresión

Nota descriptiva N°369
Octubre de 2012


Datos y cifras

  • La depresión es un trastorno mental frecuente que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo.
  • La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial de morbilidad.
  • La depresión afecta más a la mujer que al hombre.
  • En el peor de los casos, la depresión puede llevar al suicidio.
  • Hay tratamientos eficaces para la depresión.

Generalidades

La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, y se calcula que afecta a unos 350  millones de personas. La depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar al suicidio, que es la causa de aproximadamente 1 millón de muertes anuales.

Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en algunos países) no reciben esos tratamientos. Entre los obstáculos a una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta. Las personas con depresión no siempre se diagnostican correctamente, ni siquiera en algunos países de ingresos elevados, mientras que otras que en realidad no la padecen son diagnosticadas erróneamente y tratadas con antidepresivos.

La carga mundial de depresión y de otros trastornos mentales está en aumento. En una resolución de la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2012 se abogó por una respuesta integral y coordinada de los países al problema de los trastornos mentales.

Tipos y síntomas

Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves.

Una distinción fundamental es la establecida entre la depresión en personas con y sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos de depresión pueden ser crónicos y recidivantes, especialmente cuando no se tratan.

Depresión unipolar: Durante los episodios depresivos típicos hay estado de ánimo deprimido, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y reducción de la energía que produce una disminución de la actividad, todo ello durante un mínimo de dos semanas. Muchas personas con depresión también padecen síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, sentimientos de culpa y baja autoestima, dificultades de concentración e incluso síntomas sin explicación médica.

Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves. Las personas con episodios depresivos leves tendrán alguna dificultad para seguir con sus actividades laborales y sociales habituales, aunque probablemente no las suspendan completamente. En cambio, durante un episodio depresivo grave es muy improbable que el paciente pueda mantener sus actividades sociales, laborales o domésticas si no es con grandes limitaciones.

Trastorno bipolar: Este tipo de depresión consiste característicamente en episodios maníacos y depresivos separados por intervalos con un estado de ánimo normal. Los episodios maníacos cursan con estado de ánimo elevado o irritable, hiperactividad, logorrea, autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir.

Factores contribuyentes y prevención

La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión.

Hay relaciones entre la depresión y la salud física; así, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión, y viceversa.

Está demostrado que los programas de prevención reducen la depresión. Entre las estrategias comunitarias eficaces para prevenirla se encuentran los programas escolares de prevención del maltrato infantil o los programas para mejorar las aptitudes cognitivas, sociales y de resolución de problemas de los niños y adolescentes.

Las intervenciones dirigidas a los padres de niños con problemas de conducta pueden reducir los síntomas depresivos de los padres y mejorar los resultados de sus hijos. Los programas de ejercicio para las personas mayores también son eficaces para prevenir la depresión.

Diagnóstico y tratamiento

Hay tratamientos eficaces para la depresión, trastorno que puede ser diagnosticado y tratado de forma fiable por profesionales sanitarios capacitados que trabajan en la atención primaria. Las opciones terapéuticas recomendadas para la depresión moderada a grave consisten en un apoyo psicosocial básico combinado con fármacos antidepresivos o psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual, la psicoterapia interpersonal o las técnicas para la resolución de problemas.

Los tratamientos psicosociales son eficaces y deberían ser los de primera elección en la depresión leve. Los tratamientos farmacológicos y psicológicos son eficaces en los casos de depresión moderada y grave.

Los antidepresivos pueden ser eficaces en la depresión moderada a grave, pero no son el tratamiento de elección en los casos leves, y no se deben utilizar para tratar la depresión en niños ni como tratamiento de primera línea en adolescentes, en los que hay que utilizarlos con cautela.

Respuesta de la OMS

La depresión es una de las afecciones prioritarias en el Programa de acción para superar la brecha en salud mental (mhGAP) de la OMS, cuyo objetivo consiste en ayudar a los países a ampliar los servicios para personas con trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias mediante la prestación de la asistencia por profesionales sanitarios que no son especialistas en salud mental.

El programa parte del principio de que con una atención adecuada, ayuda psicosocial y medicación, decenas de millones de personas con trastornos mentales, entre ellos la depresión, podrían tener una vida normal, incluso en entornos con escasos recursos.



 
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