La diferencia entre un reto y una buena experiencia está en nuestra actitud y perspectiva. Si alguien me dice: “Estás perdido”, mi respuesta es: “Estoy explorando”. Respondo con confianza al llamado de ser el amor de Dios y expresar más el poder infinito de Su amor en mí.
Me preparo para y tengo la intención de experimentar el bien. Veo mi vínculo con amigos o una discordia no anticipada como una bendición. Estas son oportunidades de profundizar amistades o lograr nuevas comprensiones para que el amor se exprese con más amplitud. El amor divino se expresa por medio de mí como guía, sabiduría y compasión, asegurando mi éxito.
¡Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob! Él nos guiará por sus caminos, y nosotros iremos por sus sendas.—Miqueas 4:2