Ya van más de ocho meses desde que la pandemia de coronavirus viene devorando sin tregua a los humanos en todos los rincones del mundo donde los muertos ya llegaron a 700.000 y la economía sufre un serio derrumbe. En medio de tan negro panorama, el anuncio de la vacuna rusa Sputnik V ha llenado de esperanza a toda la humanidad.
Lo esencial es invisible a los ojos. (Antoine de Saint-Exupéry, El Principito)
El lograr una vacuna contra el COVID-19 se convirtió desde el primer anuncio de la pandemia en la prioridad de cada gobierno y más de 200 laboratorios del planeta trabajan desde entonces contra reloj para encontrar una solución que termine con esta terrible pandemia. Las corporaciones farmacéuticas de las grandes potencias, al percibir la posibilidad de una ganancia segura y suculenta, se lanzaron en una carrera internacional desenfrenada para ser los primeros en encontrar la vacuna salvadora guiándose por el egoísmo racional de Margaret Thatcher y olvidándose de la cooperación internacional, la solidaridad colectiva y de los intereses del público global.
En estas condiciones, el anuncio del presidente ruso, Vladímir Putin, indicando que el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya ha registrado la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V en el registro estatal de medicamentos del Ministerio de Salud, provocó no solo alegría, sino también desató estupor y dudas sobre la calidad, eficiencia y seguridad de esta vacuna. Y no podía ser otra la reacción de Occidente para quien un país como Rusia, que recién pasó del socialismo al capitalismo, no podría tener la capacidad de convertirse en el primero en el mundo en producir la vacuna contra el temible COVID-19.
Se olvidaron los gobernantes occidentales que a pesar de los dramáticos cambios que experimentó Rusia en los siglos XX y XXI, el país logró proteger y conservar el conocimiento y experiencia de una vieja escuela de virología en términos históricos y su capacidad creativa frente a las pandemias.
Lo que está temiendo Occidente es que al convertirse Rusia en el primer país del mundo que ofrece la solución para acabar con el virus que azota el planeta, la autoridad rusa se proyectaría más encima de la occidental en la opinión pública global. Por supuesto, los más poderosos y ricos del mundo no pueden aceptar esta realidad.
Además la Big Pharma, es decir el complejo farmacéutico globalizado, ya se frotaba las manos pensando en las suculentas ganancias que le traería la vacuna contra el coronavirus tan anhelada por la humanidad. Y de repente aparecen estos rusos y el mismo día del anuncio del registro de su vacuna Sputnik V han recibido pedidos por 1.000 millones de vacunas de 20 países. Estas solicitudes hicieron bajar en seguida las acciones de Pfizer en un 0,8%, las de Novavax en 7,7% y las de Moderna en un 2,5%.
Todas estas tres corporaciones están incluidas en la lista de la Organización Mundial de Salud (OMS) como creadores de la vacuna contra el COVID-19 que están en el tramo final o fase tres en el que se evalúa la seguridad y la eficacia de la misma. Sin embargo, entre esas no se incluye la vacuna anunciada por Rusia por no "generar la confianza", según el principal inmunólogo norteamericano, Anthony Fauci quien declaró: "Espero que los chinos y los rusos realmente estén probando la vacuna antes de administrarla a alguien. Las afirmaciones de que tienen una vacuna lista para distribuir antes de hacer las pruebas son, cuanto menos, problemáticas".
Al final de su intervención ante el Congreso en Washington, el doctor Fauci aseguró: "En Estados Unidos estamos avanzando rápidamente y no pienso que aparecerán vacunas antes que las nuestras ni que vayamos a depender de otros países para obtener la vacuna".
No calculó bien la autoridad máxima de EEUU en inmunología, que los rusos empezarán la vacunación voluntaria masiva a partir del primero de octubre. Mientras que la vacuna mRNA-1273 creada por la corporación Moderna no va a estar lista hasta el 3 de noviembre, como lo estaba esperando Donald Trump, sino para el comienzo de 2021.
La mayoría de los expertos consideran que la vacuna norteamericana y la británica estarán disponibles para mediados de 2021. Y esto es a pesar de los 8.000 millones de dólares que el Gobierno norteamericano entregó a las biotecnológicas nacionales. Los representantes de la corporación china, Sinopharm anunciaron que su vacuna estará lista para el uso antes del fin de este año.
Frente a este adelanto ruso, no le quedó ninguna otra alternativa a la OMS, al Gobierno norteamericano, alemán, a los representantes de la Big Pharma y a los medios de comunicación globalizados que poner en duda la efectividad de la vacuna rusa Sputnik V, aunque será muy difícil ante la opinión mundial.
El sistema internacional de aceptación de vacunas y de nuevos medicamentos está funcionando a base de lo que se conoce como secret de Polichinelle que consiste en la idea que todos saben lo que está ocurriendo, pero nadie quiere hablar de esto.
Según el autor del libro Pharmas, Greed, Lies and the Poisoning of America, Gerald Posner, "las corporaciones farmacéuticas perciben el COVID-19 como una oportunidad de negocios que se presenta solamente una vez en la vida. Esta pandemia global tiene el potencial de un bombazo para la industria en términos de venta y ganancias. Mientras peor se pone la pandemia, más altas serán las ganancias".
Las corporaciones de EEUU ya han recibido más de 8.300 millones de dólares para el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus. También poseen la autoridad de establecer el precio, determinar la distribución de la vacuna poniendo sus intereses comerciales encima de las prioridades de la salud. No hay que olvidar que el mercado mundial farmacéutico es de 1,3 millones de millones de dólares y la misma Johnson & Johnson que está preparando su vacuna contra el COVID-19 ya proyectó obtener en 2020 más de 86.000 millones de dólares. La inesperada entrada de Rusia en este mercado farmacéutico está haciendo peligrar sus cálculos financieros.
La OMS tampoco se caracteriza por su desinterés o su santidad. Hace 12 años, en 1988, el director de la OMS (1973-1988) Halfdan T. Mahler advirtió al mundo en el periódico danés Politiken del creciente poder de la industria farmacéutica: "La industria se está apoderando de la OMS".
Pasados 21 años de su advertencia, estalló el escándalo de la gripe porcina. El ministro de Salud y Asistencia Social de Polonia, Adam Fronczak, reveló detalles sobre horribles contratos cuando las compañías farmacéuticas ayudadas por la OMS vendieron vacunas que no eran apropiadas y describió cómo la OMS negociaba el precio de la vacuna con los gobiernos en nombre de las compañías. (ResearchGate, 15 de febrero, 2015; Avens Publishing Group, Why the Corruption of the World Health Organization (WHO) is the Biggest Threat to the World Public Health of our Time, enero 2015, vol.2, issue 1).
Entonces, todo esto explica la risible y escéptica recepción que obtuvo la vacuna rusa Sputnik V en los círculos de los países y corporaciones farmacéuticas que se consideran ser amos y guardianes de la salud planetaria. No obstante, tanto los habitantes de América Latina, Asia y África recibieron la noticia sobre una posibilidad de poner fin a la pandemia con la vacuna rusa con optimismo y esperanza de acabar con la pesadilla que los está teniendo en zozobra. El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, fue el primero en anunciar que aceptó la propuesta de Putin de abastecer su país con la vacuna rusa, anunciando que será el primero en vacunarse.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández envió una carta al presidente Putin con sus felicitaciones "por un logro que quedará en la páginas indelebles de la historia de la medicina mundial". Las autoridades de Brasil ya están negociando la producción de esta vacuna en su país. Bolivia también expresó su deseo de obtener la Sputnik V.
En realidad, a ninguno de los países en condiciones de severa pandemia les interesa el escepticismo occidental sobre la vacuna rusa y los comentarios sobre la presura con que ha sido registrada la vacuna. Pero la muerte de más de 700.000 personas en el mundo y la posibilidad de la segunda ola de coronavirus en septiembre no ofrecen más tiempo para extender las pruebas varios meses más.
Los científicos del Centro Nacional de Investigación Epidemiología y Microbiología Gamaleya y los del Ministerio de Defensa ruso están convencidos que su único y exclusivo método de uso de dos vectores adenovirales es el más eficiente y seguro de todos los procedimientos utilizados por otras instituciones y corporaciones farmacéuticas.
Así, como opinó el filósofo argentino José Pablo Feinmann, "lo biológico se transforma en política de Estado: el que resuelva la situación biológica va a adelantarse a otros".
Rusia ha hecho el primer paso hacia adelante y este paso incomodó a los más ricos y poderosos de nuestro planeta, alegrando al mismo tiempo al resto de la humanidad que es la mayoría.
Ministro de Salud ruso: "El primer lote de nuestra vacuna contra el coronavirus será producido en 2 semanas"
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El ministro de Salud ruso, Mijaíl Murashko, anunció este 12 de agosto que el primer lote de la vacuna rusa contra el coronavirus será producido en 2 semanas.
"Hoy se realiza el control de calidad. El primer lote del medicamento será producido en dos semanas, y será destinado a [la vacunación de] los médicos de los grupos de riesgo", declaró durante una rueda de prensa.
Este martes, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció que su país registró la primera vacuna contra el coronavirus del mundo, la cual recibió el nombre de 'Sputnik V' en honor al primer satélite soviético. El mandatario precisó que la vacunación de la población deberá realizarse exclusivamente de forma voluntaria.
Creada de forma artificial, sin ningún elemento del coronavirus en su composición, la vacuna se presenta en forma liofilizada, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intravenosa. La vacuna mostró su efectividad y seguridad, según los resultados de los ensayos clínicos. Todos los voluntarios desarrollaron inmunidad contra el covid-19, al tiempo que no fueron registrados efectos secundarios graves tras la vacunación.
La vacuna podría garantizar la inmunidad al covid-19 por un período de hasta dos años, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Rusia.
CIUDAD DE MÉXICO (Sputnik) — El Gobierno de México ha solicitado a las autoridades de Rusia la información clínica de la vacuna Sputnik V, contra el COVID-19, desarrollada por el centro de investigación Gamaleya y el Fondo Ruso de Inversión Directa, informó el canciller del país norteamericano, Marcelo Ebrard.
"Sobre la vacuna y tratamientos de la Federación Rusa, sí estamos en comunicación con ellos [los responsables del Gobierno ruso], por supuesto, han sido muy abiertos. Lo que hemos solicitado es la información clínica que debe ser valorada por la Secretaría de Salud [de México] para poder determinar la utilidad de esa vacuna para México en el corto plazo", dijo el responsable de la diplomacia mexicana en conferencia de prensa.
No obstante, las autoridades federales de Salud mexicanas deberán hacer la valoración clínica de la vacuna rusa para tomar una decisión.
"Ni descalificamos ni tomamos otra posición, simplemente es ésa la [postura] que hemos adoptado", dijo el canciller, y destacó que el Gobierno ruso ha manifestado disposición a ofrecer la información.
El 11 de agosto, el presidente Vladimir Putin anunció que las autoridades rusas decidieron bautizar la vacuna como Sputnik V, por el primer satélite ruso lanzado al espacio.
El secretario mexicano de Relaciones Exteriores detalló que la respuesta de las autoridades rusa ha sido positiva, al expresar: "claro que sí, les compartimos la información que tenemos".
Ebrard agregó: "En cuanto la tengamos [la información clínica], la secretaría de Salud les dirá qué valoración hizo de esa información".
Por su parte, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, explicó los criterios para autorizar una vacuna contra el COVID-19, en la misma conferencia de prensa en la que el Gobierno de México anunció que fabricaría con Argentina hasta 250 millones de dosis de un fármaco de inmunización, actualmente en proceso de desarrollo en fase tres final, desarrollada en la Universidad de Oxford, del Reino Unido.
"La evidencia científica tiene parámetros, tiene estándares y reglas éticas que son aceptados en el mundo de distintos organismos, tanto nacionales como mundiales", dijo el principal responsable de las medidas contra la pandemia en la conferencia de prensa diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Esos organismos "vigilan el correcto cumplimiento de la investigación científica, la solidez de la evidencia, solo con base en ella se toman decisiones sobre aceptar o no aceptar una vacuna", agregó López-Gatell.
El 11 de agosto, Rusia anunció el registro de Sputnik V, una vacuna de dos vectores basada en adenovirus humano que genera una inmunidad al COVID-19 de hasta dos años.
La vacuna rusa pasó las dos primeras fases de ensayos clínicos y esta semana comenzó la tercera fase final de verificación, que se debe probar en miles de personas.
La campaña de vacunación gratuita contra el coronavirus empezaría en Rusia en octubre, informó el Ministerio ruso de Salud.
Los primeros en recibir la vacuna serán el personal ruso de la salud y los profesores de escuelas y universidades.
Por otra parte, la vacuna que esperan producir México y Argentina, que también está en fase tres final de verificación, está siendo desarrollada por la compañía Astra-Zeneca y la Universidad de Oxford, y cuenta con el respaldo financiero sin fines de lucro de la Fundación Carlos Slim, el mexicano dueño de la firma telefónica América Móvil.
Rusia produce el primer lote de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus
Publicado:
Ministerio de Salud ruso ha comunicado este sábado que se ha producido el primer lote de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus, registrada por el país este martes como la primera del mundo.
"Se ha producido el primer lote de la vacuna contra la nueva infección por coronavirus, covid-19, desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya", anunció el Ministerio en un comunicado, citado por Interfax.
Creada de forma artificial, sin ningún elemento del coronavirus en su composición, la vacuna se presenta en forma liofilizada, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intravenosa. La vacuna mostró su efectividad y seguridad, según los resultados de los ensayos clínicos. Todos los voluntarios desarrollaron inmunidad contra el covid-19, al tiempo que no fueron registrados efectos secundarios graves tras la vacunación. La vacuna podría garantizar la inmunidad al covid-19 por un período de hasta dos años, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Rusia.
Rusia produce el primer lote de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus
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Ministerio de Salud ruso ha comunicado este sábado que se ha producido el primer lote de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus, registrada por el país este martes como la primera del mundo.
"Se ha producido el primer lote de la vacuna contra la nueva infección por coronavirus, covid-19, desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya", anunció el Ministerio en un comunicado, citado por Interfax.
Creada de forma artificial, sin ningún elemento del coronavirus en su composición, la vacuna se presenta en forma liofilizada, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intravenosa. La vacuna mostró su efectividad y seguridad, según los resultados de los ensayos clínicos. Todos los voluntarios desarrollaron inmunidad contra el covid-19, al tiempo que no fueron registrados efectos secundarios graves tras la vacunación. La vacuna podría garantizar la inmunidad al covid-19 por un período de hasta dos años, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Rusia.
Rusia comenzó a producir la vacuna contra el COVID-19, desarrollada por el Centro Nacional de Investigaciones Epidemiológicas y Microbiología Gamaleya. El Fondo Ruso de Inversión Directa creó un vídeo promocional del fármaco.
Las imágenes, compartidas en las redes sociales, muestran la Tierra tragada por un gigantesco coronavirus.
Luego, un satélite parecido al Sputnik soviético —lanzado al espacio en 1957— se acerca al planeta y lo sobrevuela hasta que la infección desaparece por completo.
La primera vacuna contra el COVID-19 en el mundo, Sputnik V, se registró el 11 de agosto. El presidente Vladímir Putin aseguró que el fármaco demostró su capacidad de desarrollar una respuesta inmune estable.
Las autoridades han dicho que el país es capaz de producir 500 millones de dosis de la vacuna en los próximos 12 meses, y se espera que la fabricación también se lleve a cabo en el extranjero y que los ensayos clínicos comiencen pronto en los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Filipinas.
La tercera fase de pruebas de la vacuna rusa Sputnik V contra el COVID-19 comenzará como máximo dentro de diez días, declaró el director del Centro Gamaleya, Alexandr Guíntsburg.
La investigación se llevará a cabo en la región de Moscú con la participación de decenas de miles de personas y durará entre cuatro y seis meses. La vacuna se lanzará para la distribución civil dentro de un mes después de que comiencen los ensayos posteriores al registro, de acuerdo a Guíntsburg.
"Basado en el gran interés y atención del público y la prensa, creo que el Ministerio de Salud no se demorará y aprobará el protocolo para nosotros dentro de una semana. Así que creo que dentro de siete, diez días a lo sumo, empezaremos... Varias decenas de miles participarán", aclaró Guíntsburg.
"La vacunación en masa se va a retrasar un poco, solo porque el grueso de las vacunas producidas se destinará al estudio posterior al registro. El resto podrá usarse luego con fines civiles. Estamos hablando de dos a tres semanas de retraso, posiblemente un mes", puntualizó Guíntsburg.
De momento, se están encargando de poner remedio a la parte financiera porque "cuesta mucho dinero". El director del Centro Gamaleya aseguró que la región de Moscú tiene toda la infraestructura necesaria para la investigación.
Los voluntarios de la tercera etapa de las pruebas no van a ser hospitalizados, sino que se someterán a todos los procedimientos necesarios de forma ambulatoria.
"Por supuesto, los voluntarios no serán hospitalizados con antelación. Todo el mundo irá y vendrá de su casa", señaló el científico.
El director del centro añadió que a los voluntarios les harán pruebas de sangre con regularidad: el primer día de la prueba, 21 días después de la vacunación y otros 21 días después de volverlos a vacunar. Guíntsburg aseguró que la tercera etapa sería más fácil que las dos anteriores.
La vacuna rusa se registró el 11 de agosto, así que fue la primera en el mundo en hacerlo. Su producción comenzó el 15 de agosto.
"Dudosa", "ineficaz" y hasta "peligrosa". Es así como califican los medios 'mainstream' a la primera vacuna del mundo contra el coronavirus, Sputnik V, elaborada por Rusia. Una campaña de desinformación a nivel global que se está saldando con un gran fracaso.
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Un golpe definitivo lo constituye la web rusa www.sputnikvaccine.com, donde en siete idiomas, incluido el español, se ofrece toda la información concerniente a la vacuna, fruto de años de investigaciones del Centro de Epidemiología y Microbiología Gamaleya.
Este útlimo hecho también tiene su confirmación en la mencionada página, algo que invalida las acusaciones lanzadas por varios países occidentales de que la Sputnik V es producto de haberles "robado" los datos necesarios para su creación.
Así lo subrayó en una rueda de prensa en Moscú Kiril Dmítriev, director general del Fondo Ruso de Inversión Directa, que financió la aparición del esperado fármaco.
"Las investigaciones que permitieron crear la vacuna se remontan a hace seis años, algo que puede encontrarse en la web. Constatamos que algunas grandes empresas farmacéuticas y algunos políticos están atacando Rusia, sin ni siquiera querer conocer qué hacemos en la lucha contra el coronavirus. No nos sorprendería si nos acusan de haber robado esta vacuna a extraterrestres o algo por estilo. Estamos acostumbrados a ello y seguimos adelante, porque nuestro objetivo es salvar a nuestra gente, así como las vidas humanas alrededor del mundo. No obligamos a nadie a usar nuestra vacuna. Si hay países interesados en nuestra oferta, estamos felices. Si hay quienes prefieren esperar hasta que aparezcan vacunas alternativas, no tenemos nada en contra", apuntó.
Para el Dr. Augusto Zamora, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, hay "una suma de motivos que estaría en el fondo de la campaña para desacreditar la vacuna rusa".
Señaló que la Sputnik V "afectaría gravemente" a "las multinacionales estadounidenses y europeas" del sector salud en sus aspiraciones de enriquecerse con la venta de sus soluciones contra el COVID-19.
La vacuna rusa es, además, una "bofetada al prestigio" de "las más grandes potencias científico-técnicas en el campo de la medicina" como son "EEUU o Gran Bretaña", agregó.
"Está claro que el país que ponga a disposición de la humanidad la primera vacuna se llevará el mayor de los méritos y reconocimientos. De allí toda la batería que han puesto en marcha con el objetivo de dinamitar de raíz la credibilidad de la vacuna rusa", subrayó Augusto Zamora.
Un análisis en el que coincidió Rafael Campo, politólogo de la Universidad Nacional de Colombia, quien enfatizó, particularmente, que los intentos de la prensa dominante de desprestigiar a la Sputnik V acaba siendo inútil, dado que hay cada vez más gente que "no está comiendo mucho el cuento de las noticias oficiales".
Los científicos del Centro Gamaleya, creadores de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus, han denunciado intentos de sobornos desde el exterior para que abandonen su labor y trabajen en otras farmacéuticas. Así lo afirma el director del centro, el microbiólogo Alexandr Guíntsburg.
En sus palabras, los trabajadores más competentes del centro han trabajado ahí desde los últimos 10 años, así que los que intentan sobornarlos para que abandonen su labor a favor de otras farmacéuticas "no lo lograrán", aseveró Alexandr Guíntsburg en comentarios al canal ruso Rossiya 1.
"Este grupo de científicos es la envidia de cualquier universidad estadounidense y europea", agregó el director del centro.
A mediados de agosto, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la primera vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2, patógeno que provoca el COVID-19, a la que llamaron Sputnik V. Fue creada por el Centro Gamaleya en colaboración con el Fondo de Inversión Directa de Rusia. Las dos primeras etapas de la prueba, las más rigurosas, culminaron con éxito y en condiciones de emergencia el Ministerio de Salud ruso autorizó su uso inmediato de manera extraordinaria.
"Somos testigos de cómo este problema sobrepasó los límites puramente científicos y pasó al ámbito económico y político. Ciertos países de América del Norte y Europa Occidental, aparentemente, se han asustado de que nuestra vacuna pueda salir al mercado internacional y privarlos de grandes ganancias", comparte Alexandr Guíntsburg.
De esta manera, el microbiólogo explica la ola de notas y artículos publicados en los medios mainstream que critican la vacuna rusa por salir al mercado sin haber culminado la última etapa de pruebas.
El director del Centro Gamaleya afirmó que la vacuna ya demostró su eficacia contra el coronavirus y que su aplicación entre la población es un paso extraordinario, aprobado en medio de una situación de emergencia que vive el mundo.
Recordó que en los últimos cinco meses casi 800.000 personas han perdido la vida a causa del coronavirus. "Si a los parientes de las personas fallecidas a causa de esta infección le preguntáramos si en su tiempo le aplicarían esta vacuna o esperarían por más pruebas, creo que la respuesta sería obvia".
El lanzamiento de la primera vacuna del mundo contra el coronavius, Sputnik V, supuso un golpe de los más fuertes que jamás haya recibido la narrativa occidental sobre una Rusia 'tercermundista' y atrasada en todo lo que se pueda.
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Los promotores de esta campaña se encuentran ahora en una situación en la que, si no encuentran una explicación de las más increíbles de cómo Rusia —un 'país de borrachos' y en donde las calles están 'invadidas por osos'— logró ser el primero en elaborar una vacuna contra el COVID-19, se echaría abajo todo el relato rusofóbico que construyeron hasta ahora.
De hecho, este último escenario ya se está volviendo realidad ante la impotencia de argumentos como que la Sputnik V es fruto de haberle "robado" a Occidente los datos necesarios para su creación, entre otras afirmaciones infundandas que únicamente provocan risas en vez de convencer a la opinión pública internacional.
"Si Rusia le robó a Occidente los datos para producir su vacuna, ¿entonces cómo es que Occidente aún no tiene la vacuna? Ya hasta para mentir son idiotas", escribió al respecto el internauta Jesús Padrón, uno del sinnúmero de comentarios de esta índole que circulan en la red.
Esta opinión es compartida por el analista español André Abeledo Fernández, quien en entrevista con Radio Sputnik saludó la noticia de que ya se ha llegado a la segunda fase de ensayos clínicos de otra vacuna anticoronavirus rusa, la del Centro de Virología y Biotecnología Vector.
Manifestó que los avances científicos de Rusia en la lucha contra el COVID-19 son una muestra más de la "recuperación" de Rusia, algo que le da rabia a EEUU, acostumbrado al rol de "policía del mundo".
Un rol que está siendo cada vez más cuestionado por la propia ciudadanía occidental, habiendo un "despertar" acerca de quién es quién en el tablero mundial, donde la pandemia del coronavirus desnudó el egoísmo de EEUU, al tiempo que países como Rusia y China exhibieron los mejores ejemplos de lo que es la solidaridad y la hermandad con los que necesitan ayuda.