Despierto y te veo amarrado a mi cintura como si tuvieses miedo de que desapareciera y tus pupilas clavadas en mi cuerpo como si temieras que me fuera. Te siento temblando aún por el último beso, por la última caricia de la noche.
Déjate querer, me dices... mientras me aprietas fuerte entre tus brazos. Déjate querer, mencionas... mientras se pierden sobre mi cuerpo tus manos. Déjate querer, reclamas... y no me dejan respirar tus labios.
Y desatando toda tu locura te empeñas en saber que soy tuya, enredando tu cuerpo en mi cuerpo, intentando dejarme sin aliento, consagrando tus besos en mi piel...
Y poco a poco consigues tu objetivo dándote cuenta que aún seguimos vivos. Perdiendo la cordura, perdiendo el aliento, llenándome de ti, de todo tu afecto me amarras a tu cuerpo... otra noche más...