Madrid se ha convertido en un enclave de contrarrevolucionarios, terroristas y mafiosos anticubanos, como lo ha sido Miami desde el mismo triunfo de la Revolución en Cuba en 1959, hasta el punto que permitió recientemente la instalación de una sede de la sanguinaria organización Alpha 66. Un nuevo paso en esa escalada agresiva hacia Cuba acaban de dar las autoridades madrileñas, al admitirle a la afamada organización extremista Alpha 66 tener una representación allí, en evidente contradicción con la lucha que libra España contra el terrorismo.