Las cárceles israelíes son esencialmente cárceles políticas. Los reclusos son sobre todo palestinos sospechosos, acusados y, a veces -sobre la base de confesiones bajo coacción- ‘convictos’ de realizar, incitar a o planear actos de resistencia, pacíficos o armados. Aunque no hay estadísticas de la población penal, el número de presos que cumplen condenas largas en cárceles de máxima seguridad ronda con toda probabilidad los 3.000; hay treinta mujeres palestinas encarceladas en Neve Tertza, sin incluir entre ellas a las traídas del Líbano. Los abogados estiman que cada año son encarcelados 20.000 palestinos de los cuales hay mas de 640 niños palestinos en prisiones israelíes.