Esbelto, de figura elegante, fumando siempre su cigarro de paja, fue un pionero. Cuando los colonos italianos ya no tuvieron tierras para cultivar en la Sierra Gaúcha, emigraron en grupos hacia el interior de Santa Catarina, a las tierras de Concórdia, conocida por ser la sede de las más conocidas empresas de carnes del país, la Sadia y la Perdigão. Allí no había nada, excepto algunos mestizos, sobrevivientes de la guerra del Contestado y grupos de indígenas kaigan. Reinaban los pinares, soberbios, hasta donde se perdía la vista.