El próximo 22 de abril se cumplen 35 años del acto terrorista ejecutado contra la Embajada de Cuba en Lisboa, Portugal. Como consecuencia, dos familias cubanas quedaron enlutadas para siempre. En un humilde hogar de La Habana tres niños lloraban la muerte de su madre, la joven Adriana Corcho Calleja, de 34 años. En otra casa de familia sucedía algo similar, cuando dos niñas sufrían la pérdida irreparable de su padre, Efrén Monteagudo Rodríguez, de 35. Este suceso no debe estimarse como un hecho aislado.