En cuanto se supo de la explosión social en Egipto, el presidente Barack Obama se reunió con el Consejo de Seguridad Nacional. Qué se supone que tenga que hacer Washington en otro país a cuyo pueblo es al que le corresponde resolver sus problemas. Pues no poca cosa, porque en cualquier desenlace, el gobierno del Potomac podría perder influencia en la región donde, desde el fin del nasserismo, ha sido el “guía espiritual” de todos los gobiernos antipopulares de la región donde se encuentran las mayores reservas petroleras.