Nueva York. Diciembre 24 de 1887.José Martí piensa pasar la Nochebuena en casa de un matrimonio amigo: Miguel Fernández Céspedes y Ángela del Castillo Agramonte. La sala acoge la conversación. Van hacia la mesa cuando varios toques en la puerta, que demuestran impaciencia, frenan el andar… Varios cubanos imploran ayuda monetaria para un coterráneo afectado por la pulmonía. Fernández los conoce y sabe dónde se alojan. “Miren, tal vez el apoyo sirva para el funeral… ¡Pobre Antonio…!”