Ha muerto un comunista, para algunos un “extremista de izquierda”, como él mismo nos contó llamaban a Antonio Guiteras los embajadores norteamericanos. Un guevarista, un fidelista, un martiano y un marxista antidogmático al que tendremos que volver muchas veces en las batallas contra el “anexionismo simbólico” y el “nacionalismo de derecha”, a los que dedicó agudas valoraciones.