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General: REFLEXIONES DE fIDEL .... lA MENTIRA TARIFADA ...
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 09/02/2014 10:17 |
La mentira tarifada
Me mueve a escribir el hecho de que muy pronto ocurrirán acontecimientos graves. No transcurren en nuestra época diez o quince años sin que nuestra especie corra peligros reales de extinción. Ni Obama ni nadie podría garantizar otra cosa; lo digo por realismo, ya que solo la verdad nos podría ofrecer un poco más de bienestar y un soplo de esperanza. Hemos llegado en materia de conocimientos a la mayoría de edad. No tenemos derecho a engañar ni a engañarnos.
En su inmensa mayoría la opinión pública conoce bastante sobre el nuevo riesgo que está a sus puertas.
No se trata simplemente de que los cohetes cruceros apunten hacia objetivos militares de Siria, sino que ese valiente país árabe, situado en el corazón de más de mil millones de musulmanes, cuyo espíritu de lucha es proverbial, ha declarado que resistirá hasta el último aliento cualquier ataque a su país.
Todos conocen que Bashar al Assad no era político. Estudió medicina. Se graduó en 1988 y se especializó en oftalmología. Asumió un papel político al morir su padre Hafez al Assad en el año 2000 y tras la muerte accidental de un hermano antes de asumir aquella tarea.
Todos los miembros de la OTAN, aliados incondicionales de Estados Unidos y unos pocos países petroleros aliados al imperio en aquella zona del Medio Oriente, garantizan el abastecimiento mundial de combustibles de origen vegetal, acumulados a lo largo de más de mil millones de años. La disponibilidad de energía procedente, en cambio, de la fusión nuclear de partículas de hidrógeno, tardará por lo menos 60 años. La acumulación de los gases de efecto invernadero continuará así creciendo a elevados ritmos y tras colosales inversiones en tecnologías y equipos.
Por otro lado se afirma que en el 2040, en apenas 27 años, muchas tareas que hoy realiza la policía como imponer multas y otras tareas, serían realizadas por robots. ¿Se imaginan los lectores cuán difícil será discutir con un robot capaz de hacer millones de cálculos por minuto? En realidad era algo inimaginable años atrás.
Hace apenas unas horas, el lunes 26 de agosto, despachos de agencias clásicas bien conocidas por sus servicios sofisticados a Estados Unidos, se dedicaron a difundir la noticia de que Edward Snowden se había tenido que establecer en Rusia porque Cuba había accedido a las presiones de Estados Unidos.
Ignoro si alguien en algún lugar le dijo algo o no a Snowden, porque esa no es mi tarea. Leo lo que puedo sobre noticias, opiniones y libros que se publican en el mundo. Admiro lo valiente y justo de las declaraciones de Snowden, con lo que a mi juicio prestó un servicio al mundo al revelar la política repugnantemente deshonesta del poderoso imperio que miente y engaña al mundo. Con lo que no estaría de acuerdo es que alguien, cualesquiera que fuesen sus méritos, pueda hablar en nombre de Cuba.
La mentira tarifada. ¿Quién la afirma? El diario ruso “Kommersant” ¿Qué es este libelo? Según explica la propia agencia Reuters el diario cita a fuentes próximas al Departamento de Estado norteamericano: “el motivo de ello fue que en el último minuto Cuba informó a las autoridades que impidieran que Snowden tomara el vuelo de la aerolínea Aeroflot.
“Según el rotativo, […] Snowden pasó un par de días en el consulado ruso de Hong Kong para manifestar su intención de volar a Latinoamérica vía Moscú.” Si yo quisiera podría hablar de estos temas sobre los que conozco ampliamente.
Hoy observé con especial interés las imágenes del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, durante su visita al buque insignia del destacamento ruso que visita a Venezuela después de su anterior escala en los puertos de La Habana y Nicaragua.
Durante la visita del Presidente venezolano a la nave me impresionaron varias imágenes gráficas. Una de ellas fue la amplitud de los movimientos de sus numerosos radares capaces de controlar las actividades operativas de la nave en cualquier situación que se presente.
Por otra parte, indagamos sobre las actividades del mercenario rotativo “Kommersant”. En su época fue uno de los más perversos medios al servicio de la extrema derecha contrarrevolucionaria, la cual disfruta que el gobierno conservador y lacayo de Londres envíe sus bombarderos a la Base Aérea en Chipre, listos para lanzar sus bombas sobre las fuerzas patrióticas de la heroica Siria, mientras en Egipto, calificado como el corazón del mundo árabe, miles de personas son asesinadas por los autores de un grosero golpe de Estado.
En esa atmósfera se preparan los medios navales y aéreos del imperio y sus aliados para iniciar un genocidio contra los pueblos árabes.
Es absolutamente claro que Estados Unidos tratará siempre de presionar a Cuba como hace con la ONU o cualquier institución pública o privada del mundo, una de las características de los gobiernos de ese país y no sería posible esperar de sus gobiernos otra cosa, pero no en balde se resisten 54 años defendiendo sin tregua —y el tiempo adicional que fuera necesario—, enfrentando el criminal bloqueo económico del poderoso imperio.
Nuestro mayor error es no haber sido capaz de aprender mucho más en mucho menos tiempo.
Fidel Castro Ruz Agosto 27 de 2013 8 y 34 p.m.
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Dos veces la misma mentira
18 septiembre 2008
Basta con ver los cables.
En la reflexión antes de ayer expresé que Cuba no aceptaría donación alguna del gobierno que nos bloquea y que en la Nota diplomática entregada a la Oficina de Intereses de Estados Unidos se solicitaba la autorización para que las empresas norteamericanas nos vendieran material de construcción; la misma no mencionaba en absoluto los alimentos. Se añadía la solicitud de que el comercio de tales materiales se realizara en términos normales, incluidos créditos, lo cual es elementalmente lógico con relación a un país que ha pagado al contado a lo largo de ocho años los pocos rubros que se autoriza exportar a Cuba.
Tal solicitud se justificaba aún más en la situación de emergencia creada por el azote de los huracanes.
Fue precisamente George W. Bush quien, después que el huracán Michelle azotara con violencia la isla el 4 de noviembre de 2001, autorizó la venta de productos agrícolas a Cuba, incluyendo la madera como cosecha de la silvicultura bastante desarrollada en aquella nación. No insistió en la inspección in situ cuando, igual que ahora, se le respondió que ya la habíamos hecho. Los alimentos constituyeron el principal rubro importado. En pocas semanas se importaron 4,4 toneladas, una vez cumplimentados con rapidez los trámites pertinentes.
En el 2002 se adquirieron 173,6 millones de dólares; en el 2003, 327 millones; en el 2004, 434,1 millones; en el 2005, 473 millones; en el 2006, 483,3 millones; en el 2007, 515,8 millones, y en el 2008, 425 millones en el primer semestre del año. Creció, como puede apreciarse, año por año, y en el actual es posible que, después del demoledor impacto de dos huracanes, el país tenga que importar sólo de Estados Unidos una cifra mucho mayor, en especial si se tiene en cuenta que los precios se han elevado considerablemente y el colosal golpe que sufrió la agricultura.
El gobierno de ese país presentó a la opinión mundial una autorización para la venta de productos alimenticios y madera, cual si fuese una decisión nueva relacionada con los dos huracanes, Gustav y Ike. Una completa tomadura de pelo.
¿Qué afirmó el vocero del Departamento de Estado? El domingo 14 de septiembre declaró que desde la llegada del Gustav a Cuba Estados Unidos autorizó 250 millones de dólares en ventas agrícolas a la isla incluyendo madera. Antes el Ministro de Comercio de ese país había descartado todo crédito comercial.
El 16 de septiembre de nuevo el Departamento de Estado declaró que Estados Unidos autorizó licencias como ayuda ante la catástrofe provocada por los dos huracanes, y que las licencias agrícolas incluían “madera, un material importante para la reconstrucción”.
Además de las mentiras, con qué argumento trataron de justificar la prohibición a las empresas norteamericanas de conceder créditos para comerciar normalmente con Cuba: “El gobierno de Estados Unidos tiene que respetar las leyes del Congreso.” Se supone que el bloqueo es ley congresional en virtud de una pérfida percha tipo Enmienda Platt. El Presidente de Estados Unidos puede declarar la guerra sin consultar al Congreso ?algo inédito en la historia de ese país? y no puede sin embargo autorizar a una empresa norteamericana a comerciar normalmente con Cuba.
En el mensaje enviado al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, en el que le relataba experiencias de nuestra Revolución, escribí: por “el bloqueo económico despiadado y absoluto no podría adquirirse ni un kilogramo de alimentos. Esto cambió en algo 30 años después, por presión de los agricultores, pero loacompañaron con trabas financieras y monetarias leoninas.” El propio líder evolucionario venezolano ha divulgado en parte ese mensaje.
Todo es obvio y claro.
Usando dos veces la misma mentira, el Departamento de Estado no ha tenido reparo alguno en engañar a la opinión mundial, y lo hacen de forma cínica.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 18 de 2008
12 y 20 p.m.
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El papel de bueno, ¿a costa de quién?
16 septiembre 2008
Cuando el gobierno de Estados Unidos ofreció hipócritamente 100 mil dólares como ayuda frente a la catástrofe ocasionada por el huracán Gustav previa inspección in situ para comprobar daños, se le respondió que Cuba no podía aceptar donación alguna del país que nos bloquea; que ya habían sido calculados los daños y lo que reclamábamos era que no se prohibiera la exportación de los materiales indispensables y los créditos asociados a las operaciones comerciales.
Algunos en el Norte se desgañitaron gritando que era inconcebible el rechazo de Cuba.
Cuando el Ike pocos días después azotó el país desde Punta de Maisí al Cabo de San Antonio, los vecinos del Norte fueron un poco más hábiles. Dulcificaron el lenguaje. Hablaron de aviones listos para partir con productos por valor de cinco millones de dólares; que no sería necesario evaluar, porque ya lo habían hecho por sus propios medios, que no pueden ser otros que los de espiar a nuestro país. Esta vez sí que pondrían en aprietos a la Revolución ¿pensaban?; si se atrevían a rechazar la oferta, se buscarían problemas con la población. Tal vez se creyeron que nadie había visto las imágenes divulgadas por la televisión de Estados Unidos cuando las fuerzas de ocupación de la ONU repartían alimentos en Haití a la población hambrienta que se los disputaba a través de una cerca de alambres de púa, dando lugar incluso a niños heridos.
El hambre en ese país es fruto del saqueo histórico y despiadado de los pueblos. Allí mismo, en Gonaïve, nuestros médicos arriesgaban su vida asistiendo a la población de esa ciudad, así como lo hacen en casi el ciento por ciento de los municipios de esa nación. Esa cooperación prosigue allí como en decenas de naciones del mundo, a pesar de los huracanes. A la nueva y astuta Nota, se le respondió categóricamente: “nuestro país no puede aceptar una donación del gobierno que nos bloquea, aunque está dispuesto a comprar los materiales indispensables que las empresas norteamericanas exportan a los mercados, y solicita la autorización para el suministro de los mismos, así como de los créditos que son normales en todas las operaciones comerciales.
“Si el gobierno de Estados Unidos no desea hacerlo definitivamente, el de Cuba solicita que al menos lo autorice durante los próximos seis meses, en especial si se toman en cuenta los daños ocasionados por los huracanes Gustav e Ike, y que aún faltan los meses más peligrosos de la temporada ciclónica.”
No se hacía con altanería, porque no es el estilo de Cuba. En la propia Nota se puede apreciar cómo se expresaba con modestia la idea de que nos bastaba con que se suspendiera la prohibición por un limitado período de tiempo.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, descartó el viernes 12 que se levantara de forma temporal el bloqueo.
Es obvio que el gobierno de ese poderoso país no puede comprender que la dignidad de un pueblo no tiene precio. La ola de solidaridad con Cuba, que abarca a países grandes y pequeños, con recursos y hasta sin recursos, desaparecería el día en que Cuba dejara de ser digna. Se equivocan rotundamente los que en nuestro país se disgusten por ello. Si en vez de cinco millones fuesen mil millones, se encontrarían la misma respuesta. El daño en miles de vidas, sufrimientos y más de 200 mil millones de dólares que han costado el bloqueo y las agresiones yanquis, no pueden pagarse con nada.
En el informe oficial parcial se le explicó al pueblo que en menos de diez días el país había sido afectado en más de cinco mil millones de dólares. Pero también se explicó que esas cifras eran a precios históricos y convencionales, que nada tenían que ver con la realidad. No debe ser olvidada nunca la explicación bien clara de que “los cálculos de las pérdidas en viviendas son sobre la base de precios históricos y convencionales, y no los valores reales a precios internacionales. Baste señalar que para disponer de una vivienda duradera que resista los más fuertes vientos, se requiere un elemento indispensable que escasea mucho: la fuerza de trabajo. Esta se necesita lo mismo para una reparación temporal que para una construcción duradera. Dicha fuerza hay que repartirla en todos los demás centros de producción y servicios, algunos significativamente dañados, por lo que el valor real de una vivienda en el mundo y la amortización de la inversión correspondiente es muchas veces mayor.”
El golpe de la naturaleza fue contundente, pero también es alentador conocer que no habrá tregua ni descanso en nuestra lucha.
La crisis económica que golpea a Estados Unidos, y como consecuencia a los demás pueblos del mundo, no tiene respuesta definitiva; en cambio, sí la tienen los desastres naturales en nuestro país y todo intento de poner precio a nuestra dignidad.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 16 de 2008
7 y 54 p.m.
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Carta del compañero Fidel a Randy Alonso, director del programa informativo “Mesa Redonda”
10 septiembre 2008
Querido Randy:
La Mesa Redonda de ayer fue especialmente interesante y muy valiosa la información. Es una lástima que a esa hora la isla entera estuviese sin electricidad, desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio. Solo algunas casas familiares, que resisten fuertes vientos, del Reparto “Camilo Cienfuegos”, tenían luz. Allí llegaba el cable soterrado conectado con el grupo electrógeno del Hospital “Luis Díaz Soto”.
Cuando esa vital energía de nuestra época está ausente, todo falta y nada funciona. Nos hace añorar el día en que todas las viviendas capaces de resistir huracanes, de las que hablé hace unos días, reciban electricidad por vía soterrada. Desgraciadamente, eso llevará tiempo y grandes gastos.
Por un segundo imaginé qué habría sido de los habitantes de nuestra isla ante un desastre natural como el que acaba de ocurrir, sin la Defensa Civil y los puntos vitales de servicios a la población, como hospitales, policlínicos, panaderías, centros de información y otras actividades similares, no hubiesen dispuesto de energía eléctrica.
Las imágenes de hogares e instalaciones destruidas, las cosechas arruinadas, los árboles derribados, los ríos desbordados, las casas invadidas por las aguas en territorios llanos, personas arrastradas por la fuerza de las corrientes rápidas de agua y salvadas con desesperados esfuerzos, eran desoladoras. Pienso que deberían retransmitirse en el futuro algunas de ellas para que los que tenían sus televisores apagados las puedan presenciar.
No debieran olvidarse nunca las escenas de los hombres de las Fuerzas Armadas y sus tropas especializadas llevando a cabo misiones de ayuda y de apoyo a la población y a las víctimas. Impresionaban las acciones del Cuerpo de Bomberos arriesgando la vida, en peligrosas corrientes de agua, para ayudar a sus compatriotas.
Hace falta entrenamiento riguroso y valentía para cumplir esas tareas. Solo en circunstancias excepcionales se conoce que esos hombres existen y se preparan en silencio para los momentos críticos. Confieso que fueron emocionantes las escenas en que José Ramón Machado Ventura y Ramón Espinosa Martín, Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y Jefe del Ejército Oriental, respectivamente, curtidos por la lucha, junto a compañeros más jóvenes, presidentes de los Consejos de Defensa, visitaban sin descanso los lugares más golpeados e indicaban de inmediato las medidas a tomar. Otro tanto ocurría con otros altos dirigentes del Partido, junto a Joaquín Quinta Solá, ex Jefe del Ejército Central y actual Viceministro de las FAR y Leopoldo Cintra Frías, Jefe del Ejército Occidental, y los presidentes de los Consejos de Defensa en provincias y municipios visitados.
Vi con más claridad que nunca el valor de los símbolos. Las banderas cubanas brillaban como nunca antes sobre los hombros de los cuadros del Partido, fuesen mujeres u hombres, en la hora de la prueba difícil. Son los factores subjetivos sin los cuales todo estaría perdido y sin los cuales no sería posible la victoria.
El trabajo de los reporteros que no dormían ni descansaban, desafiando a veces lluvias y vientos, ha sido excelente, informando al país de los acontecimientos, transmitiendo verdades, ejemplos y experiencias que nos hacen sentir que somos parte de una comunidad nacional intervinculada con todos los habitantes del planeta. Los pueblos nos hacen llegar sus mensajes de solidaridad, aunque gran parte sufre de la pobreza y los azotes de la naturaleza que las sociedades de consumo y sus tecnologías sofisticadas están conduciendo a un punto incompatible con la propia supervivencia humana.
Vendrá ahora el análisis de los factores objetivos, el uso racional y óptimo de los recursos materiales y humanos; qué debe hacerse en cada lugar concreto, dónde debe o no invertirse; qué hacer con cada centavo; responder a cada pregunta de lo que debe hacerse en situaciones de emergencia y en circunstancias de normalidad en que todo vuelve a su cauce, agua y aire, y la vida normal de niños, adolescentes y adultos sigue adelante, preparados siempre para luchar y vencer sin desanimarnos jamás ante las adversidades de hoy o de mañana.
¡Nuestro deber es vencer!
Fidel Castro Ruz Septiembre 10 de 2008 12 y 14 p.m.
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Asediados por los huracanes
7 septiembre 2008
No nos habíamos repuesto todavía del impacto emocional y los daños materiales ocasionados por el huracán Gustav en la Isla de la Juventud y Pinar del Río, con vientos de fuerza inusitada, cuando comenzaban a llegar noticias de las invasiones del mar por el Hanna, y la peor de todas: que el huracán de gran intensidad Ike, girando hacia el suroeste debido a la presión de un fuerte anticiclón al norte de su trayectoria, batiría más de mil kilómetros a lo largo y ancho del territorio nacional.
Esto significa finalmente que todo el país será afectado por los tres huracanes, y en algunos puntos, dos veces.
¿Dónde quedarán un racimo de plátanos, una fruta o los vegetales de un huerto intensivo? ¿Dónde un cultivo de frijoles y otros granos? ¿Dónde un campo de arroz o caña? ¿Dónde un centro de producción avícola, porcina o lechera? Toda la nación ahora está en lo que en guerra se llama alarma de combate.
Los problemas planteados en la reflexión que calificaba al Gustav de golpe nuclear se han multiplicado. Los principios que deben guiar nuestra conducta siguen siendo iguales, sólo requieren esfuerzos incomparablemente mayores.
La Defensa Civil no perdió un minuto. Los que ostentan responsabilidades en el Partido y el Gobierno se han movido en todas partes. Los cuadros deben exigir disciplina, contener emociones y ejercer autoridad. La televisión, la radio y la prensa escrita asumen una gran responsabilidad en el ejercicio de sus tareas informativas.
El mundo ha observado con admiración la conducta de nuestro pueblo frente a los azotes de Gustav. Mientras los enemigos se frotaban cínicamente las manos, los amigos, como se ha evidenciado, son muchos y están decididos a cooperar con nuestro pueblo. Las semillas de solidaridad sembradas durante largos años fructifican por todas partes. Aviones rusos y de otros países llegaron rápido desde miles de kilómetros de distancia con productos que se miden no por su volumen o su precio, sino por su significado. Donaciones de pequeños Estados como Timor Leste, mensajes de países importantes y amistosos como Rusia, Viet Nam, China y otros, expresaron la disposición de cooperar todo lo posible en los programas de inversión que debemos acometer de inmediato para restablecer la producción y desarrollarla.
La hermana República Bolivariana de Venezuela, y su presidente Hugo Chávez, han adoptado medidas que constituyen el más generoso gesto de solidaridad que ha conocido nuestra patria.
Pienso que por duros que sean los golpes recibidos y por recibir, nuestro país está en condiciones de salvar vidas de cubanos, y las familias recibirán ayuda material y alimentaria el tiempo necesario hasta que se recupere en el más breve plazo posible la capacidad de producir alimentos. Esa ayuda no puede ser igual en todos los municipios, porque no en todos son iguales los daños ni igual el tiempo que cada uno requiera para recuperarse.
Estamos asediados en este instante por los huracanes. Más que nunca se impone la racionalidad y la lucha contra el derroche, el parasitismo y el acomodamiento. Hay que actuar con absoluta honestidad, sin demagogia ni concesión alguna a la blandenguería y el oportunismo. Los militantes revolucionarios tienen que ser ejemplo. Deben dar y recibir confianza. Entregarlo todo por el pueblo, hasta la vida si fuera necesario.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 7, 2008
5:29 p.m.
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Un golpe nuclear
2 septiembre 2008
No exagero. Es la expresión más generalizada de muchos compatriotas. Es la impresión del Jefe del Estado Mayor General de las FAR, Álvaro López Miera, un militar experimentado, cuando vio en la Isla de la Juventud las torres de acero retorcidas, las casas convertidas en ruinas y la destrucción por todas partes.
“Ha sido un duro golpe, no podía siquiera imaginarlo”, dijo con voz desgastada por el esfuerzo, pero firme y resuelta, Ana Isa Delgado, Secretaria del Partido y Presidenta del Consejo de Defensa del importante municipio. “¡Es lo nunca visto en los casi 50 años que vivo aquí!”, exclamó un vecino con asombro. Un joven soldado, que descendía de un carro anfibio, gritó: “¡Demostraremos que estamos dispuestos a dar la vida por el pueblo!”
En Herradura, el General de Cuerpo de Ejército Leopoldo Cintra Frías, al observarlo todo convertido en ruinas, mirando a su alrededor, compartía su asombro y admiración por la valentía de la población, y expresó: “Esto es ver una explosión nuclear.” Él estuvo cerca de verla en el Suroeste de Angola, si los racistas surafricanos hubieran decidido lanzar contra las tropas cubano angolanas una de las siete bombas que el gobierno de Estados Unidos les suministró. Era, sin embargo, un riesgo calculado y las tácticas más convenientes fueron adoptadas.
Junto a Polo estaba Olga Lidia Tapia, primera secretaria del Partido y Jefa del Consejo de Defensa de la provincia, sin dudar un segundo de los frutos del esfuerzo y la determinación de sus compatriotas.
Con toda franqueza me atrevo a decir que las fotos y vistas fílmicas de lo que transmitían el domingo por la televisión nacional me recordaban la desolación que vi cuando visité Hiroshima, que fue víctima del ataque con la primera bomba atómica en agosto de 1945.
No en balde se afirma que un huracán despliega una enorme energía, tal vez equivalente a miles de armas nucleares como aquellas que fueron lanzadas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Valdría la pena que algún físico o matemático cubano hiciera los cálculos pertinentes y lo expusiera de forma comprensible.
Ahora la batalla es alimentar a las víctimas del huracán. La dificultad no está en restablecer cuanto antes la electricidad. El problema en Isla de la Juventud es que, de 16 panaderías, todas con horno eléctrico y equipo electrógeno, sólo dos podían funcionar de inmediato; las edificaciones habían sido afectadas. Necesitaban recibir pan o galletas. Las cifras de tejas y materiales necesarios en este momento para las viviendas son elevadísimas. En la Isla de la Juventud hay mar de por medio. No basta con cargar camiones de alimentos y materiales para hacerlos llegar directamente.
Nuestras Fuerzas Armadas han enviado personal especializado en aeródromos y transporte aéreo y terrestre. De día y de noche, auxiliados por grupos electrógenos, los aviones pueden aterrizar en el aeropuerto de la Isla. Tienen la misión de librar su batalla por la población sin derroche alguno de recursos. Con el mismo espíritu actuarán en los lugares arrasados de Pinar del Río. Todos los organismos tienen sus tareas asignadas, todos son importantes. Pero los bienes no salen de la nada. Compartir implica sacrificios. No nos demos el lujo de olvidarlo dentro de unos días.
El hecho adverso debe servir para trabajar con más eficiencia cada día y el empleo justo y racional de cada gramo de material. Tenemos que luchar contra nuestras superficialidades y egoísmos. Cien millones de dólares significan sólo nueve dólares por habitante, y necesitamos mucho más. Necesitamos 30 veces, 40 veces esa cifra sólo para paliar nuestras necesidades más elementales. Tal esfuerzo debe salir del trabajo del pueblo. Nadie lo puede hacer por nosotros.
Es evidente que nuestra capacidad de divulgación se ha multiplicado y nuestra población, que sabe leer y escribir posee además elevados niveles de escolaridad.
Kcho, el pintor, se había trasladado por aire a la Isla de la Juventud, el pedazo de Cuba que lo vio nacer y nos hizo llegar una carta sobre la alta moral de los pineros. Selecciono párrafos de la misma:
“Querido Fidel: “Me pareció importante, desde que llegue a la Isla y pude ver con mis propios ojos y sentir con mi cuerpo todo lo que estaba pasando, ponerme en contacto con Richard para que usted conociera la terrible situación que estaba aconteciendo en el Municipio Especial.
“No tengo palabras para expresar la realidad de lo que vi ayer en la Isla de la Juventud. En mis 38 años no había visto nada parecido y las personas con las que he hablado en mi territorio no habían visto nada peor, pero increíblemente tienen aún la moral por el cielo… muchos han perdido sus casas, y casi todos tienen sus pertenencias, camas, colchones, televisores, refrigeradores, etc., destruidos; la mayor parte de la población está en esa situación; se calcula que de las 25 000 viviendas que hay en la Isla ?todavía en estos momentos no es la cifra definitiva? unas 20 000 están afectadas de alguna forma, y de esas 20 000, unas 10 000 están sin cobertura o destruidas totalmente.”
“…la brigada de 52 linieros camagüeyanos estuvo trabajando hasta las 3 de la mañana y hoy comenzaron de nuevo a las 6:30 a.m. con tremenda disposición; están esperando a un grupo de 60 y tantos de Holguín…”
“…existen todavía muchos problemas, como por ejemplo viviendas destruidas por el huracán Michelle en 2001, esperando resolverse.
“Hay problemas serios con la alimentación… Actualmente la Isla es como una prisión, por la insularidad, aunque ya se han restablecido los vuelos… El dinero no tiene ningún valor, no hay qué comprar ni dónde comprar nada.”
“La solidaridad humana está siendo el arma más importante en este momento. La moral está alta pero eso no va a ser eterno; en los próximos días va a haber que dar solución a algunas cosas. En la medida en que se vaya restableciendo el servicio eléctrico, crear puntos de información donde las personas se puedan reunir para saber lo que está pasando en el país y en el Municipio, o aunque sea a oír música, a pasar el tiempo en colectivo.”
“Actualmente el territorio ‘es un teatro de operaciones militares en una tregua’, con la gente todavía alegre porque salvaron sus vidas, no pensando todavía mucho en la pérdida de sus pertenencias, tratando de salvar lo que les quedó, viendo cómo se ajustan a esa nueva condición, pero con el transcurso de los días la moral de la gente puede decaer y llegar a la depresión.”
“…las condiciones del hospital son infrahumanas y sólo la voluntad y la convicción de hombres y mujeres revolucionarios hacen que funcione.
“El pinero es revolucionario y combativo, y allí está todo el mundo (pacientes, familiares, equipo médico) trabajando muy intensamente. Ya están en la capital, desde ayer a las 4 de la tarde aproximadamente, los 32 pacientes de hemodiálisis, con un acompañante y enfermeras, que llevaban 48 horas sin el tratamiento y se encontraban en buenas condiciones.
“El pinero sigue con su moral alta y feliz del trabajo de los organismos responsables y de que no ha habido una sola pérdida de vida humana ni en Pinar del Río ni en la Isla ni en Matanzas.”
“Yo creo que para volver la Isla a lo que era antes va a haber que invertir mucho tiempo de trabajo y muchos recursos, como si fuera una provincia, porque ahora todo está devastado.”
Con su carta, envía fotos elocuentes de la desolación; en el sobre, la silueta de la Isla de la Juventud y en ella ondeando una bandera cubana.
Los excelentes pintores que solían acompañar nuestras batallas de ideas pueden dejar constancia del episodio vivido y alentar a nuestro pueblo en su épica lucha.
Orfilio Peláez nos hablaba en Granma de un huracán ocurrido en 1846 con récord de presión mínima de 916 hectopascales, registrado por un equipo. Eso ocurrió hace 162 años, cuando no había radio, televisión, cine, Internet y otros muchos medios de comunicación, que a veces chocan unos contra otros, creando caos en las mentes.
En aquel tiempo la población de Cuba era por lo menos 12 veces menor. Con trabajo esclavo y semiesclavo, el país exportaba la mayor cantidad de azúcar y también de café durante una parte considerable de ese siglo. No existía la jubilación, el promedio de vida era muy inferior, y no se conocían casi las enfermedades de la edad madura, o la educación masiva, que tantos brazos e inteligencias demandan para su desarrollo. Los recursos naturales abundaban. Los huracanes, aunque influían mucho, no significaban una catástrofe nacional. De los cambios climáticos, bien distantes, ni siquiera se hablaba.
En el Granma de hoy martes, el propio periodista nos relata las proezas de nuestro pueblo en su batalla por la recuperación y los frutos del esfuerzo de los últimos años. Rubiera, el científico, por su parte, en el recorrido por Pinar del Río observaba minuciosamente, entre las ruinas de la instalación del Instituto de Meteorología en Paso Real de San Diego, el equipo de medir la velocidad de los vientos que marcaba 340 kilómetros de velocidad cuando fue destruido por fuertes ráfagas. Se anuncia que hoy hablará en la Mesa Redonda. Él sostiene teorías que explican lo ocurrido. Juan Varela, por otra parte, habló de los destrozos ocasionados en la mayor empresa de cultivos varios en Güira de Melena, de la provincia de La Habana, que debía producir este año alrededor de 140 000 toneladas de viandas, granos y hortalizas. Las pérdidas, a mi juicio, a precios internacionales, en horas de trabajo, productos alimenticios, equipos de cultivo y riego, combustibles y otros gastos, son millonarias en esa sola empresa.
Lo más impactante, sin embargo, por el drama humano que les correspondió abordar, fue la información suscrita por el periodista Alfonso Nacianceno y el fotógrafo Juvenal Balán: la odisea vivida por los cinco tripulantes del Langostero 100 de Batabanó, provincia de La Habana. Habían recibido la orden de regresar a puerto como todos los barcos pesqueros, a su debido tiempo. Por azar se retrasaron. Desde el sábado se perdió con ellos la comunicación cuando el huracán avanzaba rápidamente. Dos veces había dicho en reflexiones previas: “¡Suerte que tenemos una revolución! Ningún ciudadano quedará abandonado a su suerte.”
Supe sobre la incomunicación con el langostero el mismo sábado, casi a medianoche. Raúl me había dado noticias de lo que sucedía; confiaba en la experiencia de los pescadores para lidiar con tormentas y ciclones. Me dijo que enviaría al amanecer los medios necesarios para localizarlos. Tan pronto amainó el tiempo comenzó la búsqueda, que llegó a reunir 36 embarcaciones, tres helicópteros y dos aviones durante casi dos días. Del barco no se veía ni rastro; encontraron sin embargo a los náufragos. Lo que cuentan es increíble; los que conocen bien el mar saben lo que significa estar interminables horas agarrados a un remo y después a una boya.
El milagro revolucionario se produjo, y los pescadores fueron rescatados.
No nos dejemos arrastrar por las ilusiones. Este huracán nos deja cien mil viviendas golpeadas en mayor o menor grado y pérdida casi total de artículos necesarios después de la tragedia, como explica en su carta Kcho.
¿Cuántas viviendas anticiclónicas, seguras, necesita Cuba? No menos de 1,5 millones de ellas para 3,5 millones de familias totales. Saquemos la cuenta del costo internacional de tales inversiones, que se corresponde con los datos que se manejan en el mundo.
Una familia en Europa debe pagar por lo menos 100 mil dólares, más intereses, por los cuales aportan 700 dólares mensuales de sus ingresos durante 15 años. Diez mil millones de dólares es el costo aproximado de cien mil casas para familias medias en los países desarrollados, que son los que determinan los precios de los productos industriales y alimenticios en el mundo. Habría que añadirle el costo de las instalaciones sociales afectadas que deben ser reconstruidas, las demás instalaciones económicas, más las requeridas para el desarrollo.
Sólo de nuestro trabajo, reitero, podrán salir los recursos. Mientras las nuevas generaciones lleven a cabo esa tarea, los hombres y mujeres que habitan esta isla requieren de la solidaridad, el valor y la combatividad mostrada por los pinareños y pineros.
El imperio atraviesa en estos momentos por una prueba difícil en la segunda mitad del año, la de su capacidad de resolver dificultades que cuestionan su tren de vida a costa de los demás pueblos. Ahora necesitan un cambio de timón.
Bush y Cheney han sido casi marginados de la campaña republicana por guerreristas e indeseables. No se discute sobre un cambio de sistema, sino sobre cómo mantenerlo con menos costo.
El imperialismo desarrollado terminará matando a todos los que intenten penetrar sin permiso dentro de su territorio para convertirse en esclavos asalariados y consumir algo. Ya lo están haciendo. Es muy grande el chovinismo y el egoísmo que el sistema crea.
Lo sabemos y continuaremos desarrollando la solidaridad, nuestro mayor recurso dentro y fuera de la patria.
Fidel Castro Ruz
Septiembre 2 de 2008
6 y 17 p.m.
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El huracán
31 agosto 2008
En la última reflexión, firmada el pasado martes 26 de agosto en horas de la tarde, cuando el huracán Gustav surgió inesperadamente, coincidiendo con la llegada de nuestra delegación olímpica, y amenazaba a nuestro territorio, escribí: “¡Suerte que tenemos una Revolución!
Está garantizado que nadie permanecerá en el olvido… Una fuerte, enérgica y previsora Defensa Civil protege a nuestra población… La frecuencia e intensidad crecientes de estos fenómenos naturales demuestra que el clima cambia por culpa del hombre. Los tiempos exigen cada vez más consagración, más firmeza y más conciencia. No importa que los oportunistas y vendepatrias también se beneficien sin aportar nada a la seguridad y el bienestar de nuestro pueblo.”
Conozco los descomunales esfuerzos que la Revolución debe realizar cuando pasan por el territorio nacional los huracanes. Puedo añadir que Cuba cuenta con científicos agudos e insistentes como José Rubiera.
Cientos de millones de horas de trabajo se pierden en breve tiempo, cuando ráfagas de viento baten directamente centros económicos y sociales de extensas áreas del territorio nacional. Interminables lluvias acompañan a estos fenómenos naturales. Los ríos se desbordan, barren cuanto encuentran a su paso e inundan considerables zonas. Miles de instalaciones productoras de hortalizas, leche, huevos, carne de ave y de cerdo, sistemas sofisticados de riego, son seriamente dañados; decenas de miles de hectáreas de caña, granos proteicos, cereales y frutales próximos a cosecharse son derribados; escuelas, policlínicos, lugares de recreación y cultura, viviendas, techos, fábricas, almacenes, carreteras y puentes son golpeados por los vientos y las aguas. En esta ocasión, los vientos y las lluvias afectaron en mayor o menor grado a todas las provincias, al transitar el huracán por los mares próximos al sur del país y atravesarlo por la provincia más occidental con un radio de 30 kilómetros en el ojo y más de 450 en el diámetro de los vientos fuertes.
Nada es tan desolador como la destrucción y el daño que se observa después de un huracán. Cientos de miles de compatriotas se movilizan y trabajan intensamente en la fase ciclónica y de recuperación. Las reservas se reducen o agotan. Hoy más que nunca el golpe a los suministros de alimentos es costoso y sensible. Pero este es nuestro país, la parte que nos correspondió de nuestro planeta, y hay que desarrollarlo y defenderlo.
La tarea que tenemos por delante exige tiempo y experiencia. No se construye en un minuto la verdadera Cuba y su noble pueblo, que ha sido capaz de compartir con otros sus conocimientos e incluso parte de sus recursos y de su sangre. Por eso ha sido adversario imbatible frente al poderoso imperio, que ha ensayado contra nuestra patria todas sus armas.
Pero al mundo apenas se le habla de sus méritos y su extraordinaria lucha.
Hace dos días, el viernes 29, de once cables de prensa internacionales referidos a Cuba, ninguno hablaba del huracán que avanzaba sobre nuestra isla y del febril esfuerzo de nuestra Defensa Civil, con el apoyo generoso de millones de familias cubanas bajo la dirección de una aguerrida vanguardia política.
Uno de los cables, suscrito por la DPA, agencia alemana de noticias, comunicaba:
“Popular actor cubano llega a Miami: ‘Me fui porque me cansé.’”
De inmediato añade: “El popular actor de telenovelas Yamil Jaled llegó a Miami procedente de Cuba, para reunirse con su esposa cubanoamericana, informó hoy un diario local.
“Jaled trabajó en conocidas series dramatizadas en televisión, teatro y cine, en este último en superproducciones cinematográficas en Francia e Italia.”
“Graduado de actuación en el Instituto Superior de Arte (ISA) en 1997, Jaled comenzó su actuación profesional en el Teatro Rita Montaner, pero un año después se incorporó a la televisión.”
Después el cable dice que tiene 31 años, habla con amplitud de cualidades artísticas y de su paso triunfal por la televisión. Se hace eco así de un órgano de prensa yanqui destinado a la guerra mediática y las campañas contra Cuba. ¡Qué patriota, qué demócrata qué brillante ejemplo el que nos presentan como prototipo!, podríamos añadir los cubanos. De este modo se divulga al mundo un tipo mucho menos conocido e importante que el huracán Gustav.
Quieren hacer de él una vaca sagrada. Las convicciones más profundas, a prueba del tiempo y los vaivenes de la vida, no se alcanzan en un día. Hay que vencer antes muchas tendencias que llevamos dentro.
No odio a otros seres humanos, pero odio la vanidad, la egolatría, el egoísmo, la pedantería, la autosuficiencia, la ausencia de ética y otras inclinaciones con las que los seres humanos venimos al mundo, y sólo la educación y el ejemplo de los más sobresalientes en su batalla por ser mejores, triunfa e influye sobre nosotros. Hace falta un mínimo de filosofía sobre la necesidad de la modestia.
Hay vacas sagradas que pretenden equiparar a nuestros Cinco Héroes, brutalmente separados de su patria y de sus familiares más cercanos e íntimos, con los mercenarios justamente sancionados por traidores y nunca sometidos a ultrajes personales e inhumanos.
Lo que expongo en esta reflexión reafirma la convicción que deseo transmitir a mis compatriotas, de que sólo sobreviven las ideas justas defendidas con valor, dignidad y firmeza.
Fidel Castro Ruz
Agosto 31 de 2008
7 y 32 p.m.
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27 .-
Lo que no se dijo sobre Cuba
26 agosto 2008
Observé cuidadosamente las reacciones mediáticas de Occidente a mi reflexión del domingo sobre los Juegos Olímpicos en China. Hechos sensibles incluidos en ella fueron totalmente ignorados; otros aspectos eran exaltados ad líbitum por los defensores de la explotación y el saqueo del mundo.
Veamos:
“Fidel Castro culpó hoy a los jueces y a la mafia del pobre papel de la delegación cubana en los Juegos Olímpicos. También justifica al taekwondoca cubano Ángel Valodia Matos, suspendido de por vida por darle una patada en la cabeza al árbitro, y le manifiesta su total solidaridad.”
“El ex presidente cubano llamó el lunes a realizar una profunda revisión del deporte en Cuba. También expresó su solidaridad con un atleta suspendido de por vida junto a su entrenador, por agredir a un juez.”
“Castro manifestó total solidaridad con el taekwondoca inhabilitado de por vida por agredir a un árbitro y un juez.”
“Castro, solidario con el taekwondoca cubano inhabilitado por agresión.”
Es larga la lista de párrafos similares. Fue el patrón de información que divulgaron. No esperaba otra cosa. Estaba condenado, como los boxeadores cubanos, ante árbitros y jueces sobornados, y sabía bien lo que publicarían.
Del hambre, la subalimentación, la carencia de medicinas, instalaciones y equipos deportivos que padece el 80 por ciento de los países que allí compitieron, no se menciona una palabra, como era de esperar.
Aplaudí el mérito del país que organizó los últimos Juegos Olímpicos. No vacilé en reconocer las extraordinarias cualidades de los atletas que alcanzaron éxitos. Aprecié las alegrías, emociones y aspectos humanos que transmitieron a miles de millones de personas los galardonados. De modo especial valoré el mensaje de paz que entraña una Olimpiada, frente al incesante espectáculo de matanza, destrucción, genocidio y peligro real de exterminio que la especie humana soporta cada día.
Lo que no se dijo de Cuba:
1. Es el único país donde no existe el deporte profesional.
2. Es el único país que hace años creó una gran Escuela Internacional de Educación Física y Deporte de nivel superior, donde se han graduado muchos jóvenes del Tercer Mundo y donde estudian en la actualidad alrededor de 1 500 alumnos sin pagar un solo centavo.
3. Es el único país en el que sus atletas de alto rendimiento estudian gratuitamente como profesores de Educación Física y Deporte y ha graduado en centros superiores de enseñanza a decenas de miles de ciudadanos en esa especialidad, quienes prestan sus servicios a niños, adolescentes, jóvenes y personas de todas las edades. Trabajan además muchos de ellos como cooperantes en el Tercer Mundo, con un costo mínimo, o gratuitamente en determinados casos. Así han contribuido al desarrollo internacional del deporte.
4. Es el único país, entre los que participaron en las Olimpiadas de Beijing, económicamente bloqueado por el imperio más poderoso y rico que existió jamás.
5. Es el único país, entre esos mismos participantes, al que se aplica una Ley de Ajuste, que además de los frutos sangrientos, viabiliza y estimula el robo de atletas cubanos.
6. Nuestro país ha destinado un hospital especializado para atender la salud de los atletas de alto rendimiento.
Las verdades no pueden ocultarse bajo la anestesia y los fuegos artificiales de los Juegos Olímpicos.
Cuba ocupó el quinto lugar por medallas de oro en Barcelona en el año 1992, cuando estábamos ya en pleno período especial.
En los últimos Juegos obtuvimos todavía 24 medallas entre oro, plata y bronce, una cifra mayor que cualquier otro país de América Latina y el Caribe.
No vacilemos en analizar objetivamente nuestra actividad deportiva y en prepararnos para futuras batallas, sin olvidar, reitero, que “en Londres habrá chovinismo europeo, corrupción arbitral, compra de músculos y cerebros, costo impagable, y una fuerte dosis de racismo”.
Cuando escribo estas líneas recuerdo que un ciclón, Fay, nos visitó en medio de las Olimpiadas. A la misma hora en que arribaba ayer el grueso de nuestra delegación, apareció la noticia de que otra perturbación ciclónica apuntaba directamente a las provincias orientales. Hoy su fuerza es mayor y se ubica en una trayectoria más peligrosa. Hay que fortalecer no sólo los músculos del cuerpo, sino también los del espíritu.
¡Suerte que tenemos una Revolución! Está garantizado que nadie permanecerá en el olvido. Si se pierden vidas, no serán cientos o miles, por un ras de mar, como en Santa Cruz del Sur el 9 de noviembre de 1932, o un Flora el 3 de octubre de 1963,que inundó el corazón de las provincias del Este de Cuba, sin una sola presa reguladora como las de hoy, que son además fuentes de regadío y agua corriente. Una fuerte, enérgica y previsora Defensa Civil protege a nuestra población y le ofrece más seguridad frente a catástrofes que en los Estados Unidos. Ningún peligro debe ser, sin embargo, descartado.
No hay que dormirse tampoco sobre los laureles. La frecuencia e intensidad crecientes de estos fenómenos naturales demuestra que el clima cambia por culpa del hombre. Los tiempos exigen cada vez más consagración, más firmeza y más conciencia. No importa que los oportunistas y vendepatrias también se beneficien sin aportar nada a la seguridad y el bienestar de nuestro pueblo.
Fidel Castro Ruz
Agosto 26 de 2008
5 y 34 p.m.
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Para el honor, medalla de oro
24 agosto 2008
Si se hace una estadística sobre el número de instalaciones, campos deportivos y equipamientos sofisticados por millón de habitantes que acabamos de ver en los últimos Juegos Olímpicos: piscinas de natación, de clavados y de polo acuático; suelos artificiales para competencias de campo y pista, hockey sobre césped; instalaciones para básquet, para voleibol; de aguas rápidas para kayak; velódromos para bicicletas de velocidad, polígonos de tiro, etcétera, etcétera, podría afirmarse que no están al alcance del 80 por ciento de los países representados en Beijing, equivalente a miles de millones de personas que habitan el planeta. China, inmenso y milenario país de más de 1,200 millones de habitantes, invirtió 40 mil millones de dólares en las instalaciones olímpicas y aún requerirá tiempo para satisfacer las necesidades deportivas de una sociedad en pleno desarrollo.
Si se suman las personas que habitan India, Indonesia, Bangladesh, Pakistán, Vietnam, Filipinas y otros, aparte de los casi 900 millones de africanos y más de 550 millones de latinoamericanos, podrá tenerse una idea de las personas que en el mundo carecen de tales instalaciones deportivas.
Es a la luz de estas realidades que debemos analizar las noticias que giraron alrededor de los Juegos Olímpicos de Beijing.
El mundo disfrutaba de la Olimpiada porque la necesitábamos, porque deseábamos ver las sonrisas y las emociones de los atletas participantes, y en especial de los primeros lugares, que recibían el premio a su constancia y disciplina.
¿A cuál de ellos podría culparse de las colosales desigualdades del planeta en que nos tocó vivir? ¡Cómo olvidar, por otro lado, el hambre, la subnutrición, la ausencia de escuelas y maestros, hospitales, médicos, medicamentos y medios elementales de vida que padece el mundo!
Sabemos lo que evidentemente desean aquellos que saquean y explotan el planeta que habitamos. ¿Por qué desataron la violencia y agudizaron los peligros de guerra el mismo día que se iniciaron los Juegos Olímpicos? Estos acaban de transcurrir en apenas 16 días.
Ahora, cuando ya pasó el efecto de la anestesia, el mundo vuelve a sus angustiosos y crecientes problemas.
Días atrás escribí sobre nuestro deporte. Venía denunciando desde hace rato las repugnantes acciones mercenarias contra esa actividad revolucionaria y en defensa del valor y el honor de nuestros atletas.
Mientras transcurrían las competencias, meditaba sobre estas cuestiones. Tal vez no habría tomado tan rápido la decisión de escribir algo sobre el tema si no se hubiese producido el incidente del atleta cubano de taekwondo Ángel Valodia Matos ¿campeón olímpico hace 8 años en Sydney? cuya madre murió cuando competía y ganaba la medalla de oro a 20 mil kilómetros de su patria. Asombrado por una decisión que le pareció totalmente injusta, protestó y lanzó una patada contra el árbitro. A su propio entrenador lo habían tratado de comprar, estaba predispuesto e indignado. No pudo contenerse.
El atleta acostumbraba enfrentar valientemente las lesiones que suelen ser frecuentes en el taekwondo. El árbitro le suspendió el combate cuando estaba ganando tres a dos. No fue el único caso. Es muy grande el poder del árbitro en ese tipo de competencias y ninguno el de los atletas. A los dos cubanos, taekwondoca y entrenador, les fue prohibida la participación de por vida en competencias internacionales.
Vi cuando los jueces les robaron descaradamente las peleas a dos boxeadores cubanos en la semifinales. Los nuestros combatieron con dignidad y valentía; atacaban constantemente. Tenían esperanzas de ganar, a pesar de los jueces; pero fue inútil: estaban condenados de antemano. No vi la de Correa, al que también se la arrebataron.
No estoy obligado a guardar silencio con la mafia. Esta se las ha arreglado para burlar las reglas del Comité Olímpico. Fue criminal lo que hicieron con los jóvenes de nuestro equipo de boxeo para complementar el trabajo de los que se dedican a robar atletas del Tercer Mundo. En su ensañamiento, dejaron a Cuba sin una sola medalla de oro olímpica en esa disciplina.
Cuba jamás ha comprado a un atleta o a un árbitro. Hay deportes donde el arbitraje está muy corrompido y nuestros atletas luchan contra el adversario y el árbitro. Antes el boxeo cubano, reconocido internacionalmente por su prestigio, ha tenido que enfrentarse a los intentos de soborno y corrupción para arrancarle a dentelladas las medallas de oro al país comprando boxeadores altamente entrenados y curtidos, como tratan de hacer con peloteros u otros destacados deportistas.
Los atletas cubanos que compitieron en Beijing y en vez de oro trajeron plata, bronce o un lugar destacado en las competencias, tienen un enorme mérito como representantes del deporte amateur que dio origen al resurgimiento del movimiento olímpico. Son ejemplos insuperables en el mundo.
¡Con qué dignidad compitieron!
El profesionalismo fue introducido en las Olimpiadas por intereses comerciales, que convirtieron al deporte y a los deportistas, como hemos dicho, en simples mercancías.
Fue ejemplar la conducta del equipo olímpico de Cuba en la pelota. Dos veces derrotaron en Beijing a la selección de Estados Unidos, el país que inventó ese deporte que por intereses de las grandes empresas comerciales fue expulsado de las Olimpiadas. El 2008 fue por ahora su último año de participación olímpica.
El partido final frente a Corea del Sur fue conceptuado como el más tenso y extraordinario que se haya efectuado en una Olimpiada. Se decidió en el último inning con tres cubanos en base y un out.
Los peloteros profesionales adversarios eran como máquinas diseñadas para batear; su pitcher, un zurdo de velocidad, bolas variadas y precisión exacta. Se trataba de un equipo excelente. Los cubanos no practican el deporte como profesión lucrativa; son educados, como todos nuestros atletas, para servir a su país. De no ser así, la Patria, pequeña en tamaño y con limitados recursos, los perdería para siempre. No es posible calcular siquiera el valor de los servicios recreativos y educativos que a lo largo de su vida prestan a la nación, en todas las provincias e Isla de la Juventud.
En el voleibol, el equipo propinó una derrota a la selección norteamericana en la fase eliminatoria, viniendo en ascenso desde lo último de la parte baja de una escalera de más de 50 peldaños. Una hazaña que, aunque regresen sin medallas, pasará a la historia.
Mijaín ganó con orgullo, en difícil prueba con un rival ruso, la primera medalla de oro para Cuba.
Dayron Robles ganó el oro con amplio margen. La lluvia empapó la flamante pista. Sin la humedad que aún restaba, hubiera podido romper fácilmente el récord olímpico, además del mundial que había impuesto semanas antes en el difícil y milimétrico evento de los 110 metros con vallas. Es un atleta disciplinado y tenaz con 21 años y nervios de acero.
Yoanka González ganó la primera medalla cubana de ciclismo en una Olimpiada.
Leonel Suárez, que obtuvo en decatlón medalla de bronce, cumplirá 21 años en septiembre. Los resultados alcanzados en cada uno de los diez eventos de su casi inaccesible deporte impresionan.
Son tantos los atletas con grandes méritos, hombres y mujeres, que no se pueden enumerar aquí, pero que es imposible olvidarlos.
Más de 150 atletas de nuestra pequeña isla participaron en la Olimpiada de 2008 y dieron la batalla en 16 de los 28 deportes en que allí se compitió.
Nuestro país no practica el chovinismo ni comercia con el deporte, que es tan sagrado como la educación y la salud del pueblo; practica, en cambio, la solidaridad. Hace años creó una Escuela Formadora de Profesores de Educación Física y Deportes, con capacidad para más de 1,500 alumnos del Tercer Mundo. Con ese mismo espíritu solidario celebra el triunfo de los velocistas jamaicanos, que obtuvieron 6 medallas de oro; del saltador panameño con oro; del boxeador dominicano con igual título, o el de las voleibolistas brasileñas que vencieron arrolladoramente al equipo de Estados Unidos y ganaron la primacía.
Por otro lado, miles de instructores deportivos cubanos han cooperado con países del Tercer Mundo.
Estos méritos de nuestro deporte no nos eximen en lo más mínimo de responsabilidades presentes y futuras. En las competencias deportivas mundiales, por las causas señaladas, se ha producido un salto de nivel. No vivimos hoy las mismas circunstancias de la época en que llegamos a ocupar relativamente pronto el primer lugar del mundo en medallas de oro por habitante, y por supuesto que eso no volverá a repetirse.
Constituimos alrededor del 0,07% de la población mundial. No podemos ser fuertes en todos los deportes como Estados Unidos, que posee por lo menos 30 veces más población. Nunca podríamos disponer ni del 1% de las instalaciones y equipos de diversa índole, ni de los climas variados de que ellos disponen. Otro tanto ocurre con el resto del mundo rico, que posee por lo menos dos veces el número de habitantes de Estados Unidos. Esos países suman alrededor de mil millones.
El hecho de que participen más naciones y las competencias sean más duras es en parte una victoria del ejemplo de Cuba. Pero nos hemos dormido sobre los laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos. No importa lo que digan nuestros enemigos. Seamos serios. Revisemos cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos al deporte. Debemos ser profundos en los análisis, aplicar nuevas ideas, conceptos y conocimientos. Distinguir entre lo que se hace por la salud de los ciudadanos y lo que se hace por la necesidad de competir y divulgar este instrumento de bienestar y de salud. Podemos no competir fuera del país y el mundo no se acabaría por eso. Pienso que lo mejor es competir dentro y fuera, enfrentarnos a todas las dificultades y hacer un uso mejor de todos los recursos humanos y materiales disponibles.
Preparémonos para importantes batallas futuras. No nos dejemos engatusar por las sonrisas de Londres. Allí habrá chovinismo europeo, corrupción arbitral, compra de músculos y cerebros, costo impagable y una fuerte dosis de racismo.
Ni siquiera soñar que Londres alcanzará el grado de seguridad, disciplina y entusiasmo que logró Beijing. Una cosa es segura: habrá un gobierno conservador y tal vez menos belicoso que el actual.
No olvidemos la honradez, honestidad y prestigio profesional de que gozan nuestros árbitros internacionales y los cooperantes deportivos.
Para nuestro atleta de taekwondo y su entrenador, nuestra total solidaridad. Para los que regresan hoy, el aplauso de todo el pueblo.
Recibamos a nuestros deportistas olímpicos en todos los rincones del país. Resaltemos su dignidad y sus méritos. Hagamos por ellos lo que esté a nuestro alcance.
¡Para el honor, Medalla de Oro!
Fidel Castro Ruz
Agosto 24 de 2008
9:05 p.m.
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Carne de cañón para el mercado
11 agosto 2008
Tal vez algunos gobiernos desconocen los datos concretos, por eso nos pareció muy oportuno el mensaje de Raúl fijando la posición de Cuba. Abundaré en aspectos que no pueden abordarse en una declaración oficial precisa y breve.
El gobierno de Georgia no habría lanzado jamás sus fuerzas armadas contra la capital de la República Autónoma de Osetia del Sur al amanecer del 8 de agosto, para lo que denominó el restablecimiento del orden constitucional, sin la concertación previa con Bush, quien el pasado mes de abril en Bucarest comprometió su apoyo al presidente Saakashvili para el ingreso de Georgia en la OTAN, lo que equivale a un puñal afilado que se intenta clavar en el corazón de Rusia. Muchos Estados europeos que pertenecen a esa organización militar se preocupan seriamente por la manipulación irresponsable del tema de las nacionalidades, preñado de conflictos potenciales, que en la propia Gran Bretaña puede dar lugar a la desintegración del Reino Unido. Yugoslavia fue disuelta por esa vía; los esfuerzos de Tito por evitarlo fueron inútiles después de su muerte.
¿Qué necesidad había de encender el polvorín del Cáucaso? ¿Cuántas veces irá el cántaro al agua antes de romperse? Rusia sigue siendo una poderosa potencia nuclear. Posee miles de armas de ese tipo. Debo recordar que, por otro lado, la economía de Occidente extrajo ilegalmente de ese país más de 500 mil millones de dólares. Si Rusia no significa hoy el fantasma del comunismo; si ya no apuntan directamente hacia los objetivos militares y estratégicos de Europa más de 400 plataformas nucleares que fueron desmanteladas al desaparecer la URSS, ¿por qué el empeño en cercarla con un escudo nuclear? El viejo continente también necesita paz.
Las tropas rusas que se encontraban en Osetia del Sur estaban desplegadas en una misión de paz reconocida internacionalmente; no disparaban contra nadie.
¿Por qué Georgia escogió el 8 de agosto, cuando se inauguraban los Juegos Olímpicos de Beijing, para ocupar Tsjinvali, la capital de la república autónoma? Ese día cuatro mil millones de personas en todo el planeta presenciaron por televisión el maravilloso espectáculo con el que China inauguró esos juegos. Sólo el pueblo de Estados Unidos no pudo disfrutar ese día la transmisión directa y en vivo de la estimulante fiesta de amistad entre todos los pueblos del mundo que allí se escenificó. El monopolio sobre los derechos de transmisión había sido adquirido por un canal televisivo mediante el pago de 900 millones de dólares y deseaba obtener el máximo de beneficio comercial por minuto de transmisión. Las empresas competidoras tomaron desquite divulgando a esa hora las noticias de la guerra en el Cáucaso que no eran exclusivas de nadie. Los riesgos de un conflicto serio amenazaban al mundo.
Bush sí pudo disfrutar el espectáculo como invitado oficial. Todavía el domingo 10, dos días y medio después, se le veía agitando banderas, fingiendo ser adalid de la paz y preparado para deleitarse con las victorias de los magníficos atletas norteamericanos, a los que sus ojos, acostumbrados a mancillarlo todo, veían como símbolo del poder y la superioridad de su imperio. En sus ratos de ocio, mantenía largas conversaciones con los funcionarios subordinados en Washington, amenazaba a Rusia y alentaba los discursos, humillantes para ese país, del representante de los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Algunos de los antiguos países que integraban el campo socialista o parte de la propia URSS, hoy actúan como protectorados de Estados Unidos. Sus gobiernos, impulsados por un odio irresponsable contra Rusia, como Polonia y la República Checa, se alinean en posiciones de apoyo total a Bush y al ataque sorpresivo contra Osetia del Sur por Saakashvili, un aventurero de extraña historia que, habiendo nacido bajo el socialismo en Tbilisi, capital de su país, se hizo abogado en una universidad de Kiev, realizó cursos de posgrado en Estrasburgo, Nueva York y Washington. Ejercía esa profesión en Nueva York. Se configura como un georgiano occidentalizado, ambicioso y oportunista. Regresó a su país apoyado por los yanquis y pescó en el río revuelto de la desintegración de la Unión Soviética. Es elegido Presidente de Georgia en enero de 2004.
Ese país, después de Estados Unidos y Gran Bretaña, es el que más soldados tiene en la aventura bélica de Iraq, y no lo hace precisamente por espíritu internacionalista. Cuando Cuba, a lo largo de casi dos decenios, envió cientos de miles de combatientes a luchar por la independencia y contra el colonialismo y el apartheid en África, no buscó nunca combustible, materias primas ni plusvalía; eran voluntarios. Así se forjó el acero de nuestros principios. ¿Qué hacen en Iraq los soldados georgianos sino apoyar una guerra que ha costado a ese pueblo centenares de miles de vidas y millones de damnificados? ¿Qué ideales fueron a defender allí? Es muy lógico que ciudadanos de Osetia del Sur no deseen ser enviados como soldados a combatir en Iraq u otros puntos del planeta al servicio del imperialismo.
Saakashvili por su propia cuenta jamás se habría lanzado a la aventura de enviar el ejército georgiano a Osetia del Sur, donde chocaría con las tropas rusas emplazadas allí como fuerza de paz. No se puede jugar con la guerra nuclear ni premiar el suministro de carne de cañón para el mercado.
Esta reflexión estaba elaborada, cuando Bush habló a las 5 y 30 p.m., hora de Cuba. Nada desdice lo que aquí se analiza; sólo que la guerra mediática del gobierno de Estados Unidos es hoy más intensa todavía. Es la misma maniobra prediseñada que no engaña a nadie.
Los rusos han declarado con absoluta claridad que la retirada de los invasores al punto de partida es la única solución decorosa posible. Ojalá los Juegos Olímpicos puedan continuar sin ser interrumpidos por una gravísima crisis. El partido de voleibol femenino contra un buen equipo de Estados Unidos fue fenomenal, y la pelota no ha comenzado todavía.
Fidel Castro Ruz
11 de agosto de 2008
6 y 21 p.m.
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El equipo asediado
31 julio 2008
Están a punto de iniciarse los Juegos Olímpicos en China. Hace unos días escribí sobre nuestro equipo de pelota. Dije que nuestros atletas tenían una prueba muy dura y no eran ellos los que merecían las mayores críticas si algo no salía bien. Reconocí su calidad y patriotismo. Estaban deprimidos por las críticas que llegaban de Cuba.
Supe después que se mostraban muy animados. Habían aprendido a manejar los condimentados alimentos coreanos con palitos al estilo del oriente asiático. Enviaron un vibrante mensaje patriótico el 26 de Julio. Sin duda, enfrentarán con honor la difícil prueba.
Pero, ¿acaso están en igualdad de condiciones que los equipos de ricas potencias como Estados Unidos y Japón, que van a competir con Cuba? Estas poseen casi treinta veces más habitantes la primera y once por lo menos la segunda, no están bloqueadas económicamente y disponen ambas de enormes riquezas. Nadie les roba ni les saquea atletas.
Japón ha ordenado a sus profesionales participar en el equipo olímpico, y tienen que hacerlo porque así lo determinan sus dueños. Eso no tiene nada que ver con los atletas que han sido convertidos en mercancías.
Estados Unidos, en vísperas de las Olimpiadas, compró con su dinero mercenario a Alexei Ramírez, líder jonronero de la Serie Nacional del 2007 en nuestro país. El manager del equipo que lo compró se jacta de que no sabe en qué base ubicarlo porque está bien entrenado en todas. Repugnan los detalles de los trámites mercantiles que rodearon el caso y divulgaron los cables sobre el reparto de dinero. Antes, habían comprado al más prometedor pitcher de Pinar del Río, José Ariel Contreras, sembrando así la inseguridad y la desconfianza.
En Edmonton, Canadá, antes de iniciarse el juego con el equipo del país anfitrión del XXIII Campeonato Mundial Juvenil de Béisbol, se conoció la ausencia del seguro abridor, el zurdo Noel Argüelles, y del shortstop José Antonio Iglesias, con un promedio de bateo por encima de 500.
El valiente pitcher juvenil pinareño Julio Alfredo Martínez Wong se hizo cargo del montículo. Llevaba ocho entradas menos un out, hombres en base y parecía estar agotado. En el bullpen calentaba fuerte Joan Socarrás Maya, con instrucciones de estar listo para entrar en acción. Esteban Lombillo, enérgico y capaz director del equipo juvenil de Cuba, había ido ya al box. Julio Alfredo, en una explosión de dignidad, exigió seguir lanzando: “¡Yo termino esto!” ?exclamó. Lombillo, que también estaba amargado por la vil traición, lo comprendió y confió en él. Julio Alfredo puso el alma. Sacó el out que faltaba en el octavo. En el noveno, retiró a los bateadores de uno, dos y tres, y ganó por una carrera al equipo de Canadá.
El short suplente, Yandy Díaz, jugó excelentemente y bateó el tubey que fue decisivo para la victoria de Cuba.
Edmonton se ha convertido en un basurero. Los atletas cubanos fueron mal atendidos. Tiene el privilegio de ser sede anual del campeonato. Debiera analizarse si vale la pena asistir.
No había sido enviado al evento ni siquiera un representante de la prensa cubana. Todo se conoce por vías no formales.
Los dignos atletas cubanos del equipo olímpico de pelota, que han sido excelentemente atendidos por los anfitriones coreanos y lo serán aún más en China, tendrán que competir en las circunstancias desfavorables que expliqué antes. Cualquiera que fuese el resultado, ellos saben que lo que nos importa es el honor y el valor con que luchen.
Pero no solo en la pelota tiene lugar la agresión imperialista. Hace unos meses, una parte de nuestro equipo masculino de fútbol se dejó arrastrar a la traición en Estados Unidos, reduciendo las perspectivas de Cuba en ese deporte en el área internacional. Una atleta olímpica de judo y casi segura medalla de oro fue sobornada. Comprando nuestros atletas, nos arrebataron cinco medallas de oro seguras en el boxeo olímpico. Es un toque a degüello contra Cuba robándonos cerebros, músculos y huesos.
¿A qué se debe el temor de los ricos y poderosos hacia nuestra pequeña y bloqueada isla?
En el ajedrez, Leinier Domínguez lucha en Suiza en uno de los más importantes torneos internacionales.
En las Olimpiadas, que se inician el 8 de agosto, nuestros atletas de diversas disciplinas se batirán por el oro con más dignidad que nunca, y nuestro pueblo disfrutará de sus medallas como jamás lo hizo. Entonces los fanáticos se acordarán de los traidores.
Fidel Castro Ruz Julio 31 de 2008 12 y 32 p.m.
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El mensaje de Chávez
28 julio 2008
Regresó el viernes de su viaje a Europa. Lo hizo sólo en cuatro días. Volando hacia el Oeste, llegó a las 11 de la noche a Caracas, cuando en el punto de partida, Madrid, estaba amaneciendo. Llamaron temprano de Venezuela el sábado. Me comunicaron que deseaba conversar por teléfono ese día. Respondí que sería a la 1 y 45 de la tarde.
Tuve tiempo para anotar más de 25 puntos de los que pueden tratarse por una línea telefónica internacional cuando uno sabe que el enemigo escucha, algunos de los cuales habían sido abordados por el propio Presidente venezolano ante la prensa.
Chávez estaba sereno, reflexivo y satisfecho de la gira. Intercambiamos criterios sobre precios de alimentos, petróleo y materias primas, inversiones requeridas, devaluación del dólar, inflación, recesión, estafa y saqueo imperialistas, errores del adversario, riesgos de guerra nuclear, problemas insolubles del sistema y otros que no requieren de secreto alguno. Aun así, sólo por excepción uso esa vía de comunicación.
Compartimos detalles y noticias. No dijo una palabra del excelente mensaje que había escrito con motivo del 26 de Julio, en el que analiza mi denuncia sobre “La estrategia de Maquiavelo”. Lo recibí la noche de ese mismo sábado. En Chávez reencarnaron las ideas de Bolívar, sólo que el intercambio que sostuvimos durante una hora, en los tiempos del Libertador habría tardado meses, y su recorrido de 4 días por Europa, al menos 2 años.
Ayer lo escuché en el Aló, Presidente. Su programa de inversiones es impresionante. Tal vez nunca se prestó una atención mayor a los deseos y las necesidades más sentidas de las personas. Ya se perciben algunos frutos.
Cuando por la noche encendí el televisor, Chávez estaba sumergido en el público que alentaba al equipo femenino de softball en el juego final de una copa frente al de Cuba. Ganaron las atletas venezolanas, una a cero. Y para colmo, sin hit ni carrera. A la joven pitcher de Venezuela, una muchacha agraciada, se le salían los ojos cuando después del último out tomó conciencia de su proeza. En medio del jubiloso equipo que saltaba dentro del cuadro y próximo al box, estaba Chávez repartiendo abrazos y besos. Si no fuésemos internacionalistas, nos habríamos deprimido. Después de pensarlo algunos segundos, me alegré por él y por Venezuela. ¡Qué bárbaro! ¿Cómo puede resistir tanto esfuerzo?
Hoy es su cumpleaños. Raúl y yo le enviamos un cuadro del Che emergiendo de la tierra, tal como lo vio un pintor de la provincia más occidental de Cuba. Realmente impacta.
Le haré llegar temprano esta reflexión.
Fidel Castro Ruz
28 de julio de 2008
11y 30 a.m.
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Las dos Coreas (parte II)
24 julio 2008
El 19 de octubre de 1950 más de 400 mil combatientes voluntarios chinos, cumpliendo las instrucciones de Mao Zedong, cruzaron el Yalu y salieron al paso de las tropas de Estados Unidos que avanzaban hacia la frontera china. Las unidades norteamericanas, sorprendidas por la enérgica acción del país al que habían subestimado, se vieron obligadas a retroceder hasta las proximidades de la costa sur, bajo el empuje de las fuerzas combinadas de chinos y coreanos del Norte. Stalin, que era sumamente cauteloso, prestó una cooperación mucho menor que lo que esperaba Mao, aunque valiosa, mediante el envío de aviones MiG-15 con pilotos soviéticos, en un frente limitado de 98 kilómetros, que en la etapa inicial protegieron a las fuerzas de tierra en su intrépido avance. Pyongyang fue de nuevo recuperado y Seúl ocupado otra vez, desafiando el incesante ataque de la fuerza aérea de Estados Unidos, la más poderosa que ha existido nunca.
MacArthur estaba ansioso por atacar a China con el empleo de las armas atómicas. Demandó su uso tras la bochornosa derrota sufrida. El presidente Truman se vio obligado a sustituirlo del mando y nombrar al general Matthews Ridgway como jefe de las fuerzas de aire, mar y tierra de Estados Unidos en el teatro de operaciones. En la aventura imperialista de Corea participaron, junto a Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Grecia, Canadá, Turquía, Etiopía Sudáfrica, Filipinas, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Colombia. Este país fue el único participante por América Latina, bajo el gobierno unitario del conservador Laureano Gómez, responsable de matanzas masivas de campesinos. Con ella, como se vio, participaron la Etiopía de Haile Selassie, donde todavía existía la esclavitud, y la Sudáfrica gobernada por los racistas blancos.
Hacía apenas cinco años que la matanza mundial iniciada en septiembre de 1939 había concluido, en agosto de 1945. Después de sangrientos combates en el territorio coreano, el Paralelo 38 volvió a ser el límite entre el Norte y el Sur. Se calcula que murieron en esa guerra cerca de dos millones de coreanos del Norte, entre medio millón o un millón de chinos y más de un millón de soldados aliados. Por parte de Estados Unidos perdieron la vida alrededor de 44 mil soldados; no pocos de ellos eran nacidos en Puerto Rico u otros países latinoamericanos, reclutados para participar en una guerra a la que los llevó la condición de inmigrantes pobres.
Japón obtuvo grandes ventajas de esa contienda; en un año, la manufactura creció un 50%, y en dos recuperó la producción alcanzada antes de la guerra. No cambió, sin embargo, la percepción de los genocidios cometidos por las tropas imperiales en China y Corea. Los gobiernos de Japón han rendido culto a los actos genocidas de sus soldados, que en China habían violado a decenas de miles de mujeres y asesinaron brutalmente a cientos de miles de personas, como ya se explicó en una reflexión.
Sumamente laboriosos y tenaces, los japoneses han convertido su país, desprovisto de petróleo y otras materias primas importantes, en la segunda potencia económica del mundo.
El PIB de Japón, medido en términos capitalistas ?aunque los datos varían según las fuentes occidentales?, asciende hoy a más de 4,5 millones de millones de dólares, y sus reservas en divisas alcanzan más de un millón de millones. Es todavía el doble del PIB de China, 2,2 millones de millones, aunque esta posee un 50% más de reservas en moneda convertible que ese país. El PIB de Estados Unidos, 12,4 millones de millones, con 34,6 veces más territorio y 2,3 veces más población, es apenas tres veces mayor que el de Japón. Su gobierno es hoy uno de los principales aliados del imperialismo, cuando este se halla amenazado por la recesión económica y las armas sofisticadas de la superpotencia se esgrimen contra la seguridad de la especie humana.
Son lecciones imborrables de la historia.
La guerra, en cambio, afectó considerablemente a China. Truman dio órdenes a la VI Flota de impedir el desembarco de las fuerzas revolucionarias chinas que culminarían la liberación total del país con la recuperación del 0,3 por ciento de su territorio, que había sido ocupado por el resto de las fuerzas pro yanquis de Chiang Kaishek que hacia allí se fugaron.
Las relaciones chino-soviéticas se deterioraron después, tras la muerte de Stalin, en marzo de 1953. El movimiento revolucionario se dividió en casi todas partes. El llamamiento dramático de Ho Chi Minh dejó constancia del daño ocasionado, y el imperialismo, con su enorme aparato mediático, atizó el fuego del extremismo de los falsos teóricos revolucionarios, un tema en el que los órganos de inteligencia de Estados Unidos se convirtieron en expertos.
A Corea del Norte le había correspondido, en la arbitraria división, la parte más accidentada del país. Cada gramo de alimento tenía que obtenerlo a costa de sudor y sacrificio. De Pyongyang, la capital, no quedó piedra sobre piedra. Un elevado número de heridos y mutilados de guerra debían ser atendidos. Estaban bloqueados y sin recursos. La URSS y los demás Estados del campo socialista se reconstruían.
Cuando llegué el 7 de marzo de 1986 a la República Popular Democrática de Corea, casi 33 años después de la destrucción que dejó la guerra, era difícil creer lo que allí sucedió. Aquel pueblo heroico había construido infinidad de obras: grandes y pequeñas presas y canales para acumular agua, producir electricidad, abastecer ciudades y regar los campos; termoeléctricas, importantes industrias mecánicas y de otras ramas, muchas de ellas bajo tierra, enclavadas en las profundidades de las rocas a base de trabajo duro y metódico. Por falta de cobre y aluminio se vieron obligados a utilizar incluso hierro en líneas de transmisión devoradoras de energía eléctrica, que en parte procedía de la hulla. La capital y otras ciudades arrasadas fueron construidas metro a metro. Calculé millones de viviendas nuevas en áreas urbanas y rurales y decenas de miles de instalaciones de servicios de todo tipo. Infinitas horas de trabajo estaban convertidas en piedra, cemento, acero, madera, productos sintéticos y equipos. Las siembras que pude observar, dondequiera que fui, parecían jardines. Un pueblo bien vestido, organizado y entusiasta estaba en todas partes, recibiendo al visitante. Merecía la cooperación y la paz.
No hubo tema que no discutiera con mi ilustre anfitrión Kim Il Sung. No lo olvidaré.
Corea quedó dividida en dos partes por una línea imaginaria. El Sur vivió una experiencia distinta. Era la parte más poblada y sufrió menos destrucción en aquella guerra. La presencia de una enorme fuerza militar extranjera requería el suministro de productos locales manufacturados y otros, que iban desde la artesanía hasta las frutas y vegetales frescos, además de los servicios. Los gastos militares de los aliados eran enormes. Lo mismo ocurrió cuando Estados Unidos decidió mantener indefinidamente una gran fuerza militar. Las transnacionales de Occidente y de Japón invirtieron en los años de la Guerra Fría considerables sumas, extrayendo riquezas sin límites del sudor de los surcoreanos, un pueblo igualmente laborioso y abnegado como sus hermanos del Norte. Los grandes mercados del mundo estuvieron abiertos a sus productos. No estaban bloqueados. Hoy el país alcanza elevados niveles de tecnología y productividad. Ha sufrido las crisis económicas de Occidente, que dieron lugar a la adquisición de muchas empresas surcoreanas por las transnacionales. El carácter austero de su pueblo le ha permitido al Estado la acumulación de importantes reservas en divisas. Hoy soporta la depresión económica de Estados Unidos, en especial los elevados precios de combustibles y alimentos, y las presiones inflacionarias derivadas de ambos.
El PIB de Corea del Sur, 787 mil 600 millones de dólares, es igual al de Brasil (796 mil millones) y México (768 mil millones), ambos con abundantes recursos de hidrocarburos y poblaciones incomparablemente mayores. El imperialismo impuso a las mencionadas naciones su sistema. Dos quedaron rezagadas; la otra avanzó mucho más.
De Corea del Sur apenas emigran a Occidente; de México, lo hacen en masa hacia el actual territorio de Estados Unidos; de Brasil, Suramérica y Centroamérica, a todas partes, atraídos por la necesidad de empleo y la propaganda consumista. Ahora los retribuyen con normas rigurosas y despectivas.
La posición de principios sobre las armas nucleares suscrita por Cuba en el Movimiento de Países No Alineados, ratificada en la Conferencia Cumbre de La Habana en agosto de 2006, es conocida.
Saludé por primera vez al actual líder de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong Il, cuando arribé al aeropuerto de Pyongyang y él estaba discretamente situado a un lado de la alfombra roja cerca de su padre. Cuba mantiene con su gobierno excelentes relaciones.
Al desaparecer la URSS y el campo socialista, la República Popular Democrática de Corea perdió importantes mercados y fuentes de suministros de petróleo, materias primas y equipos. Al igual que para nosotros, las consecuencias fueron muy duras. El progreso alcanzado con grandes sacrificios se vio amenazado. A pesar de eso, mostraron la capacidad de producir el arma nuclear.
Cuando se produjo hace alrededor de un año el ensayo pertinente, le transmitimos al Gobierno de Corea del Norte nuestros puntos de vista sobre el daño que ello podía ocasionar a los países pobres del Tercer Mundo que libraban una lucha desigual y difícil contra los planes del imperialismo en una hora decisiva para el mundo. Tal vez no fuera necesario hacerlo. Kim Song Il, llegado a ese punto, había decidido de antemano lo que debía hacer, tomando en cuenta los factores geográficos y estratégicos de la región.
Nos satisface la declaración de Corea del Norte sobre la disposición de suspender su programa de armas nucleares. Esto no tiene nada que ver con los crímenes y chantajes de Bush, que ahora se jacta de la declaración coreana como éxito de su política de genocidio. El gesto de Corea del Norte no era para el gobierno de Estados Unidos, ante el cual no cedió nunca, sino para China, país vecino y amigo, cuya seguridad y desarrollo es vital para los dos Estados.
A los países del Tercer Mundo les interesa la amistad y cooperación entre China y ambas partes de Corea, cuya unión no tiene que ser necesariamente una a costa de la otra, como ocurrió en Alemania, hoy aliada de Estados Unidos en la OTAN. Paso a paso, sin prisa pero sin tregua, como corresponde a su cultura y a su historia, seguirán tejiéndose los lazos que unirán a las dos Coreas. Con la del Sur desarrollamos progresivamente nuestros vínculos; con la del Norte han existido siempre y continuaremos fortaleciéndolos.
Fidel Castro Ruz
Julio 24 de 2008
6 y 18 p.m.
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La estrategia de maquiavelo
23 julio 2008
Raúl hizo muy bien en guardar silencio digno sobre las declaraciones publicadas el pasado lunes 21 de julio por Izvestia, relacionadas con la eventual instalación de bases para los bombarderos estratégicos rusos en nuestro país. La noticia se ofrecía a partir de hipótesis elaboradas en Rusia, por la obstinación yanqui con la idea de montar radares y plataformas de lanzamiento del escudo nuclear en las proximidades de la frontera de esa gran potencia.
Ayer día 22 el general Norton Schwartz, nominado para ser el nuevo jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea Norteamericana, declaró en el Senado que si Rusia hace eso cruzaría la línea roja, lo cual es inadmisible para la seguridad de Estados Unidos.
Si dices que sí, te mato. Si dices que no, es igual, de todas formas te mato. Es la estrategia de Maquiavelo, que el imperio aplica a Cuba. No hay que darle explicaciones, ni pedir excusas o perdón.
Lo que hace falta son nervios de acero en estos tiempos de genocidio, y Cuba los tiene. El imperio lo sabe. El sábado 26 de julio se cumplirán 55 años de lucha sin descanso. No existe mejor homenaje a los caídos en la acción, a los que murieron después sin abandonar nunca sus principios y a los que todavía combaten. Son símbolos de toda una generación que luchó. Es muy justa la alegría con que nuestro pueblo los recuerda.
Fidel Castro Ruz
Julio 23 de 2008
12 y 17 p.m.
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Las dos Coreas (parte I)
22 julio 2008
La nación coreana, con su peculiar cultura que la diferencia de sus vecinos chinos y japoneses, existe desde hace tres mil años. Son características típicas de las sociedades de esa región asiática, incluidas la china, la vietnamita y otras. Nada parecido se observa en las culturas occidentales, algunas con menos de 250 años.
Los japoneses habían arrebatado a China en la guerra de 1894 el control que ejercía sobre la dinastía coreana y convirtieron su territorio en una colonia de Japón. Por acuerdo entre Estados Unidos y las autoridades coreanas, el protestantismo fue introducido en ese país en el año 1892. Por otro lado, el catolicismo había penetrado igualmente en ese siglo a través de las misiones. Se calcula que actualmente en Corea del Sur alrededor del 25 por ciento de la población es cristiana y una cifra similar es budista. La filosofía de Confucio ejerció gran influencia en el espíritu de los coreanos, que no se caracterizan por las prácticas fanáticas de la religión.
Dos importantes figuras ocuparon los primeros planos de la vida política de esa nación en el siglo XX. Syngman Rhee, que nace en marzo de 1875, y Kim Il Sung 37 años después, en abril de 1912. Ambas personalidades, de distinto origen social, se enfrentaron a partir de circunstancias históricas ajenas a ellos.
Los cristianos se oponían al sistema colonial japonés, entre ellos Syngman Rhee, que era practicante activo del protestantismo. Corea cambió de status: Japón anexó su territorio en 1910. Años más tarde, en 1919, Rhee fue nombrado Presidente del Gobierno Provisional en el exilio, con sede en Shanghai, China. Nunca empleó las armas contra los invasores. La Liga de las Naciones, en Ginebra, no le prestó atención.
El imperio japonés fue brutalmente represivo con la población de Corea. Los patriotas resistieron con las armas la política colonialista de Japón y lograron liberar una pequeña zona en los terrenos montañosos del Norte, durante los últimos años de la década de 1890.
Kim Il Sung, nacido en las proximidades de Pyongyang, a los 18 años se incorporó a las guerrillas comunistas coreanas que luchaban contra los japoneses. En su activa vida revolucionaria alcanzó la jefatura política y militar de los combatientes antijaponeses del Norte de Corea, cuando sólo tenía 33 años de edad.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos decidió el destino de Corea en la posguerra. Entró en la contienda cuando fue atacado por una criatura suya, el Imperio del Sol Naciente, cuyas herméticas puertas feudales abrió el Comodoro Perry en la primera mitad del siglo XIX apuntando con sus cañones al extraño país asiático que se negaba a comerciar con Norteamérica.
El aventajado discípulo se convirtió más tarde en un poderoso rival, como ya expliqué en otra ocasión. Japón golpeó sucesivamente décadas más tarde a China y Rusia, apoderándose adicionalmente de Corea. No obstante fue astuto aliado de los vencedores en la Primera Guerra Mundial a costa de China. Acumuló fuerzas y, convertido en una versión asiática del nazifascismo, intentó ocupar el territorio de China en 1937 y atacó a Estados Unidos en diciembre de 1941; llevó la guerra al Sudeste Asiático y a Oceanía.
Los dominios coloniales de Gran Bretaña, Francia, Holanda y Portugal en la región estaban condenados a desaparecer y Estados Unidos surgía como la potencia más poderosa del planeta, resistida sólo por la Unión Soviética, entonces destruida por la Segunda Guerra Mundial y las cuantiosas pérdidas materiales y humanas que le ocasionó el ataque nazi. La Revolución china estaba por concluir en 1945 cuando la matanza mundial cesó. El combate unitario antijaponés ocupaba entonces sus energías. Mao, Ho Chi Minh, Gandhi, Sukarno y otros líderes prosiguieron después su lucha contra la restauración del viejo orden mundial que era ya insostenible.
Truman lanzó contra dos ciudades civiles japonesas la bomba atómica, arma nueva terriblemente destructiva de cuya existencia, como se ha explicado, no había informado al aliado soviético, el país que más contribuyó a la destrucción del fascismo. Nada justificaba el genocidio cometido, ni siquiera el hecho de que la tenaz resistencia japonesa había costado la vida a casi 15 mil soldados norteamericanos en la isla japonesa de Okinawa. Ya Japón estaba derrotado y tal arma, lanzada contra un objetivo militar, habría tenido más tarde o más temprano el mismo efecto desmoralizador en el militarismo japonés sin nuevas bajas para los soldados de Estados Unidos. Fue un acto incalificable de terror.
Los soldados soviéticos avanzaban sobre Manchuria y el Norte de Corea, tal como lo habían prometido al cesar los combates en Europa. Los aliados habían definido previamente hasta qué punto llegaría cada fuerza. En la mitad de Corea estaría la línea divisoria, equidistante entre el río Yalu y el Sur de la península. El gobierno norteamericano negoció con los japoneses las normas que regirían la rendición de las tropas en su propio territorio. Japón sería ocupado por Estados Unidos. En Corea, anexada a Japón, permanecía una gran fuerza del poderoso ejército japonés.
En el Sur del Paralelo 38, límite divisorio establecido, prevalecerían los intereses de Estados Unidos. Syngman Rhee, reincorporado a esa parte del territorio por el gobierno de Estados Unidos, fue el líder al que apoyó, con la cooperación abierta de los japoneses. Ganó así las reñidas elecciones de 1948. Los soldados del Ejército Soviético se habían retirado de Corea del Norte ese año.
El 25 de junio de 1950 estalló la guerra en el país. Todavía se discute quién realizó el primer disparo, si los combatientes del Norte o los soldados norteamericanos que montaban guardia junto a los soldados reclutados por Rhee. La discusión carece de sentido si se analiza desde el ángulo coreano. Los combatientes de Kim Il Sung lucharon contra los japoneses por la liberación de toda Corea. Sus fuerzas avanzaron incontenibles hasta las proximidades del extremo Sur, donde los yanquis se defendían con el apoyo masivo de sus aviones de ataque. Seúl y otras ciudades habían sido ocupadas. McArthur, jefe de las fuerzas norteamericanas del Pacífico, decidió ordenar un desembarco de la infantería de Marina por Incheon, en la retaguardia de las fuerzas del Norte, que estas no podían ya contrarrestar. Pyongyang cayó en manos de las fuerzas yanquis, precedidas por devastadores ataques aéreos.
Ello impulsó la idea por parte del mando militar norteamericano en el Pacífico de ocupar toda Corea, ya que el Ejército de Liberación Popular de China, dirigido por Mao Zedong, había infligido una derrota aplastante a las fuerzas proyanquis de Chiang Kai-shek, abastecidas y apoyadas por Estados Unidos. Todo el territorio continental y marítimo de ese gran país había sido recuperado, con excepción de Taipei y algunas otras pequeñas islas próximas donde se refugiaron las fuerzas del Kuomintang, transportadas por naves de la Sexta Flota.
La historia de lo ocurrido entonces se conoce hoy bien. No olvidar que Boris Yeltsin entregó a Washington, entre otras cosas, los archivos de la Unión Soviética.
¿Qué hizo Estados Unidos cuando estalló el conflicto prácticamente inevitable bajo las premisas creadas en Corea? Presentó a la parte norte de ese país como agresora. El Consejo de Seguridad de la recién creada Organización de Naciones Unidas, promovida por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, aprobó la resolución sin que uno de los cinco miembros pudiera vetarla. En esos precisos meses la URSS se había manifestado inconforme con la exclusión de China en el Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos reconocía a Chiang Kai-shek, con menos del 0,3 por ciento del territorio nacional y menos del 2 por ciento de la población, como miembro del Consejo de Seguridad con derecho al veto. Tal arbitrariedad condujo a la ausencia del delegado ruso, a consecuencia de lo cual se produjo el acuerdo de ese Consejo dando a la guerra el carácter de una acción militar de la ONU contra el presunto agresor: la República Popular Democrática de Corea. China, ajena por completo al conflicto, que afectaba su lucha inconclusa por la liberación total del país, vio cernirse la amenaza directa contra su propio territorio, lo cual era inaceptable para su seguridad. Según datos publicados, envió al primer ministro Zhou Enlai a Moscú, para expresar a Stalin su punto de vista sobre lo inadmisible que era la presencia de fuerzas de la ONU bajo el mando de Estados Unidos en las riberas del río Yalu, que delimita la frontera de Corea con China, y solicitarle la cooperación soviética. No existían entonces contradicciones profundas entre los dos gigantes socialistas.
El contragolpe chino se afirma que estaba planeado para el 13 de octubre y Mao lo pospuso para el 19, esperando la respuesta soviética. Era el máximo que podía dilatarlo.
Pienso concluir esta reflexión el próximo viernes. Es un tema complejo y trabajoso, que demanda especial cuidado y datos tan precisos como sea posible. Son hechos históricos que deben conocerse y recordarse.
Fidel Castro Ruz Julio 22 de 2008 9 y 22 p.m.
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Reflexiones de Fidel – Tomo 7 (+PDF)
19 julio 2008
Reflexiones de Fidel (Tomo 7) Del 30 de abril al 19 de julio de 2008
Reflexiones de Fidel (Tomo 7)
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