El presidente estadounidense elevó los aranceles para reducir el enorme déficit comercial con China, pero, según opinan en el país asiático, esta medida perjudicará más a EE.UU.
Imagen ilustrativa
Kevin Lamarque / Reuters
Síguenos en Facebook
Pekín está listo para responder a los nuevos aranceles impuestos la semana pasada por el decreto del presidente de EE.UU., Donald Trump, contra China, cuyo valor se estima de hasta 60.000 millones de dólares anuales, informa el diario estatal chino Global Times. China apuntará a un gran número de importaciones estadounidenses, asegura el rotativo.
"Restringir las importaciones desde China provocará un alza en los precios en EE.UU.", asegura el periódico. "Los productos baratos de alta calidad fabricados en China han beneficiado a los estadounidenses de a pie, quienes deberán recurrir a alternativas más costosas", explica.
Además, según el rotativo "las contramedidas de China afectarán a las exportaciones de EE.UU., amortiguarán el empleo y perjudicarán a la economía en EE.UU.", por lo que el país norteamericano sufrirá peores consecuencias, en comparación con las del país asiático.
Asimismo, el periódico ha tachado las medidas de Washington de "ingenuas" e "irrazonables" ante la fuerte economía china, que ya "ha resistido a la fanfarronería de las administraciones estadounidenses anteriores".
El enorme déficit de EE.UU. con China
Pekín adoptará sus contramedidas en respuesta al intento de Trump de reducir el enorme déficit comercial de Washington con la segunda economía más grande del mundo, que en el año 2017 alcanzó 375.000 millones de dólares.
Resulta que muchos de los bienes importados por China provienen de fabricantes estadounidenses, que envían al gigante asiático materias primas debido a la mano de obra barata. Cuando los bienes se envían de vuelta al territorio estadounidense, se consideran importaciones en la balanza comercial.
Además, de imponer aranceles mayores a Pekín, EE.UU., en busca de disminuir el déficit, aconsejó a China comprar más gas natural licuado (GNL) a EE.UU.
Una pronta respuesta de Pekín a estas sanciones comerciales de Washington, en cuanto se produzca, confirmaría los pronósticos de varios expertos acerca del inicio de una guerra comercial entre ambos países.
La sobreoferta interna de productos cárnicos y la caída en las exportaciones genera excedente y pone en riesgo los negocios ganaderos nacionales.
Imagen ilustrativa
Christof STACHE / AFP
Síguenos en Facebook
Más de 1.100 millones de kilos de carne producida por granjeros estadounidenses se han acumulado en almacenes frigoríficos y la cantidad van a seguir incrementándose, según los últimos datos del Gobierno federal.
La producción récord de carne de vaca, cerdo y aves de corral viene siendo muy dependiente de las exportaciones por superar la demanda interna. Sin embargo, las tarifas sobre la importación de una amplia gama de bienes estadounidenses, introducidas recientemente por varios socios comerciales de EE.UU., han hecho caer las ventas de carne estadounidense en el extranjero.
Este año China y México, los mayores consumidores de carne de EE.UU., han impuesto aranceles sobre la carne de cerdo estadounidense en respuesta a las tarifas impuestas por Washington sobre el acero, el aluminio y otros bienes procedentes de dichos países. La medida ha hecho saltar los precios del jamón, las chuletas e hígados de procedencia estadounidense en aquellos mercados, informa The Wall Street Journal.
"Tendremos una capacidad excesiva en esta industria si no vamos a exportar más productos", comentó Ken Maschhoff, presidente de la empresa de cría de cerdos Maschhoffs.
Según el empresario, su compañía está contemplando la expansión a regiones "menos cargadas geopolíticamente", como Europa del Este o Sudamérica.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. prevé una producción récord de carne de 46.500 millones de kilogramos de carne en 2018.
La merma en las exportaciones y el crecimiento de las reservas nacionales de carne ponen en riesgo los beneficios de productores nacionales, así como los precios del ganado y de las aves de corral.
Los riesgos comerciales y la creciente oferta podrían causar "una de las mayores correcciones que hemos visto en la industria en varios años", opina Christine McCracken, analista de la entidad financiera holandesa Rabobank.
Un medio estatal chino sostiene que Pekín debe asegurarse de que las demás potencias nucleares "no se atreven a intimidar militarmente a China".
Desfile militar en una base de entrenamiento en la región septentrional de Mongolia Interior, China, el 30 de julio de 2017.
AFP
Síguenos en Facebook
Tras la reciente cumbre en Helsinki entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, medios estatales chinos consideran que la postura del mandatario estadounidense ante el jefe del Estado ruso fue más laxa debido al poderío nuclear que representa Rusia en el mundo, según la idea recogida el pasado viernes en Global Times.
La publicación china señala que Trump concede una gran importancia a la fuerza militar de un país, que se mide, por lo general, por el tamaño de su arsenal nuclear. Según la publicación del Partido Comunista Chino, dado que China es una "influencia global" corre mayor riesgo de ser objeto de un ataque que un estado de menor envergadura, motivo por el que debería reconsiderar qué se entiende por "suficiente" en relación con su arsenal nuclear.
El texto sostiene que el "poder nuclear de China está lejos de ser suficiente" y alegan que la guerra comercial podría ser solo el principio de su enemistad con Estados Unidos. "Las tensiones entre las dos naciones podrían extenderse a otras áreas. Creemos que en este proceso la Casa Blanca seguirá evaluándonos, incluyendo el arsenal nuclear chino", subraya el texto.
Por todo ello, el artículo aboga por reforzar lo que consideran el punto débil de Pekín, su fuerza militar, ante todo su potencial nuclear, que no está a la altura del de EE.UU. Los autores destacan que China no solo debe ser capaz de responder a un ataque exterior, sino que también debe disuadir a las demás potencias con el objetivo de que "no se atrevan a intimidar militarmente a China".
En su opinión, tanto la "actitud agresiva" de Washington en el mar de la China Meridional como la cuestión de Taiwán demuestran que en el gigante asiático aún no es una potencia nuclear, por lo que sugieren hacer frente a la "arrogancia estratégica" de EE.UU. que, según advierte el artículo, podría derivar en una provocación militar que obligue al país asiático a "enfrentar desafíos muy graves".
A modo de conclusión, el artículo reitera la idea de que el país asiático debería establecer como una de sus prioridades el desarrollo de su armamento nuclear, especialmente los misiles avanzados como el Dongfeng-41, así como su destreza nuclear para tratar de "defender de esa forma sus propios intereses nacionales básicos". ¿Será esta la solución para vencer la guerra comercial con Estados Unidos?
Crece la preocupación en Alemania y otros países de Europa Occidental debido a las compras chinas de infraestructura clave en el continente y las inversiones de Pekín en Europa del Este.
Foto ilustrativa
Jason Lee / Reuters
Síguenos en Facebook
El presidente de EE.UU., Donald Trump, propone a la UE abandonar por completo los aranceles, los subsidios y las barreras comerciales. Y una de las razones "de tanta generosidad" reside en el "decidido avance" de China hacia el mercado europeo, estima el analista de RIA Novosti Vladímir Ardáev, subrayando que a Bruselas le preocupan las compras de infraestructura clave en el continente y las inversiones de Pekín en Europa del Este.
Creciente interés y creciente preocupación
Según el experto, la República Checa, Hungría, Grecia y algunos otros países europeos "miran con una gran esperanza a China".
De hecho, durante una cumbre celebrada este mes en Sofía en el formato 16+1 (países de Europa Central y Oriental y China) se acordó la construcción de un ferrocarril en Serbia hasta la frontera con Hungría con una longitud de 350 kilómetros y una inversión estimada en 3.800 millones de dólares. "El problema" es que el proyecto formaría parte de la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda de China, por lo que Bruselas "no puede ocultar su preocupación", razón por la que aún no ha aprobado la sección de la carretera, señala el analista.
En los últimos seis años el volumen de inversión directa china en la economía europea ha aumentado casi 22 veces, pasando de los 1.600 millones de euros a los 35.000 millones. Después de que Bruselas endureciera el año pasado los requisitos de inversión para Pekín, esta cifra cayó un 12%, pero solo a expensas de los países de Europa occidental, pues el volumen de negocios entre el gigante asiático y Europa Central y Oriental en el mismo período ha aumentado, apunta Ardáev.
Además, China se ha convertido en los últimos años en propietaria o copropietaria de varios puertos marítimos en Grecia, España, Bélgica, los Países Bajos y Alemania, así como de aeropuertos, sistemas de energía, grandes empresas industriales y agroindustriales.
En este contexto, "en los círculos políticos de Alemania y de otros países de Europa Occidental crece la preocupación por el hecho de que China esté adquiriendo cada vez más instalaciones de infraestructura estratégica", subraya el politólogo alemán Alexander Rahr.
Dinero contra principios
En primer lugar, China apuesta por invertir en el este de Europa, porque allí hay demanda, aunque también existe otro factor. En Europa del Este "el nivel de verificación de las fuentes de inversión es el más bajo y en algunos países no lo hay en absoluto", mientras que en los países occidentales, "la revisión es muy completa", explica el orientalista Alexéi Máslov.
Un contenedor de la compañía China Shipping en el puerto de Hamburgo (Alemania), el 27 de julio de 2018. / Fabian Bimmer / Reuters
En general, la forma de Pekín de hacer negocios dista mucho de los principios adoptados en la UE, sostiene Ardáev, que destaca sobre todo la actitud de China hacia los derechos de propiedad intelectual y el hermetismo del país asiático para las inversiones occidentales.
Ante la pregunta de qué se acabará imponiendo, si los principios o el dinero, Alexanader Rahr tiene claro que será "el dinero", ya que hoy en día "muchos países abandonan las ideas del globalismo por el bien de los intereses nacionales", mientras que "los principios ceden el paso al pragmatismo".
Sea como fuere, China "continúa su avance con insistencia" en el mercado europeo, que se ve facilitado por las guerras comerciales desatadas por Trump, el debilitamiento de la unidad europea debido al problema de la migración, así como las contradicciones entre los países "pobres y ricos" del Viejo Continente, señala Ardáev, para concluir que los intentos de Occidente de "resistir a la embestida de la floreciente economía china son temporales".
Pekín califica las medidas proteccionistas de EE.UU. como un movimiento "en la dirección equivocada".
Imagen ilustrativa
Brian Snyder / Reuters
Síguenos en Facebook
Washington está llevando a cabo una erróneapolítica de escalada de tensiones comerciales, que terminará perjudicando a los mismos EE.UU. Así comentó Wang Yi, jefe de la diplomacia china, la intensificación de las medidas proteccionistas de la Casa Blanca, en un comunicado publicado este 2 de agosto en el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
"Estas acciones [de Washington] no solo frustran las esperanzas cifradas por la parte estadounidense, sino que también provocarán que [EE.UU.] coseche los frutos de sus propias actividades", advirtió el canciller chino. "Desde el punto de vista del progreso histórico, se trata de un paso en la dirección equivocada", concluyó el ministro.
Unas horas antes, durante una rueda de prensa en el marco de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés), que arrancó este jueves en Singapur, el ministro de Exteriores chino declaró que las recientes tensiones entre Pekín y Washington en el ámbito comercial no pueden resolverse a través de medidas unilaterales, basadas en el derecho interno de cualquiera de las partes.
"Se están violando los principiosfundamentales de la OMC", aseveró Wang Yi, y reiteró que "eso contradice las tendencias del desarrollo moderno".
"Esperamos que los directamente involucrados en las políticas comerciales de EE.UU. puedan calmarse, escuchar atentamente las voces de los consumidores estadounidenses [...] y escuchar el llamado colectivo de la comunidad internacional", expresó Wang, para de seguidas señalar que las medidas de presión a las que recurre EE.UU. "no traerán ningún resultado positivo, ni ahora ni en el futuro".
Este jueves, Pekín advirtió a EE.UU. que no logrará concesiones con sus amenazas de aumentar los aranceles.
De este modo, el gigante asiático reaccionó a la reciente declaración del presidente de EE.UU., Donald Trump, que pretende imponer aranceles del 25 % a importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares anuales, luego de que inicialmente considerara un 10 % de gravamen.
El presidente estadounidense a través de su cuenta personal de Twitter ha asegurado que "los aranceles han tenido un gran impacto positivo" en la industria del acero en EE.UU.
El presidente de EE.UU., Donald Trump
Kevin Lamarque / Reuters
Síguenos en Facebook
"Las tasas funcionan mucho mejor de lo que nadie había previsto. El mercado de China ha caído un 27% en los últimos 4 meses, y nos están hablando", ha publicado este sábado el presidente de EE.UU., Donald Trump, en su cuenta personal de Twitter.
"Nuestro mercado está más fuerte que nunca, y aumentará dramáticamente cuando estos horribles acuerdos comerciales sean renegociados con éxito", ha prometido el mandatario estadounidense.
....Tariffs have had a tremendous positive impact on our Steel Industry. Plants are opening all over the U.S., Steelworkers are working again, and big dollars are flowing into our Treasury. Other countries use Tariffs against, but when we use them, foolish people scream!
Asimismo, en la siguiente publicación Trump ha asegurado que "los aranceles han tenido un gran impacto positivo" en la industria del acero en EE.UU. "Las plantas se están abriendo en todo EE.UU., los trabajadores del acero están trabajando nuevamente, y grandes cantidades de dólares ingresan a nuestro Tesoro", ha indicado el presidente.
"Los aranceles harán que nuestro país sea mucho más rico de lo que es hoy. Solo los tontos estarían en desacuerdo", ha proseguido Trump, al añadir que tales medidas económicas se están utilizando "para negociar acuerdos de comercio justo y, si los países aún no están dispuestos a negociar, nos pagarán grandes sumas de dinero en forma de aranceles".
¿Ganando la guerra comercial?
El líder estadounidense ha insistido en que en esta guerra comercial EE.UU. está ganando a China, la que "está gastando una fortuna en anuncios y actividades de promoción, tratando de convencer y asustar" a los políticos de EE.UU. "para que luchen contra los aranceles, porque realmente están perjudicando a su economía".
"Del mismo modo otros países. ¡Estamos ganando, pero debemos ser fuertes!", ha concluido Trump.
Unas horas antes, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, afirmóque las declaraciones de EE.UU. sobre la debilidad de la economía de China no corresponden a la realidad
"El estado de la economía de China es evidente para toda la comunidad internacional: cada año nuestra contribución al desarrollo de la economía mundial es de aproximadamente el 30%, lo que equivale a la contribución conjunta de EE.UU., Japón y Europa. No sé por qué dijo que la economía de China está en malas condiciones. Esto no es cierto, por decir poco", declaró Wang Yi en una rueda de prensa en el marco de la cumbre de la ASEAN en Singapur.
Este viernes, el Ministerio de Comercio de China anunció que Pekín se encuentra listo para aplicar impuestos a la importación de mercancías estadounidenses por un valor de 60.000 millones de dólares anuales
Esta medida se ha aplicado en respuesta a la declaración de Trump de que pretende imponer aranceles del 25% a importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares anuales, luego de que inicialmente considerara un 10% de gravamen
Los aranceles que anteriormente fueron impuestos por Washington corresponden al 25% del valor de múltiples importaciones procedentes de China, unos 50.000 millones de dólares al año, de los cuales ya entraron en vigencia el equivalente a 34.000 millones de dólares
Las fluctuaciones positivas se producen en medio de las dudas de los inversores globales de la industria petrolera sobre cómo la demanda se verá afectada por las fricciones comerciales entre EE.UU. y China
Reuters
Síguenos en Facebook
Los futuros de petróleo en yuanes se han disparado este martes hasta el límite diario en la bolsa de Shanghái, creciendo casi un 5% en agosto, lo que supone un récord, informa Bloomberg.
A lo largo de las últimas dos semanas, los futuros de petróleo de China han mostrado la mayoría de los días una tendencia de crecimiento, mientras los futuros en dólares se han fijado dentro de un rango estrecho.
"Los futuros de crudo que China lanzó en marzo con la ambición de competir con los puntos de referencia estadounidenses y europeos parecen estar bailando en el mercado del petróleo bajo una melodía que solo ellos pueden escuchar", resumió la situación Bloomberg.
Se desconoce a qué se debe el crecimiento de los futuros de petróleo en yuanes, si bien dichas fluctuaciones positivas se producen en medio de las dudas de los inversores globales de la industria petrolera sobre cómo la demanda se verá afectada por las fricciones comerciales entre EE.UU. y China, las perspectivas de la disminución de las exportaciones del crudo desde Irán por las sanciones estadounidenses, la incertidumbre sobre la estrategia de Arabia Saudita y la caída de los inventarios en el centro de distribución de petróleo de Cuching (Oklahoma, EE.UU.).
En el caso del petróleo Brent y WTI, distintos factores llevaron a la volatilidad de sus precios, a diferencia de los futuros en yuanes.
Se trata de un buque de carga con semillas de soja estadounidense por un valor de 20 millones de dólares.
El buque carguero Peak Pegasus, visto en la pantalla de seguimiento de buques Eikon, el 6 de julio de 2018.
Reuters
Síguenos en Facebook
El buque de carga Peak Pegasus, propiedad de JPMorgan Asset Management, tuvo la mala suerte de llegar a China pocas horas después de que entraran en vigor los aranceles chinos sobre los productos estadounidenses, por lo que debió dar vueltas en el mar durante más de un mes, y aún lo sigue haciendo.
El navío, con una carga de 70.000 toneladas de semillas de soja estadounidense ―estimada en 20 millones de dólares― partió de Seattle el 8 de junio, y tras un largo periplo arribó a China el 6 de julio, cinco horas después de que entraran en vigor los aranceles chinos en represalia a los de Washington. Por este motivo, al descargar el producto se enfrentaría a un gravamen del 25 % (es decir, 6 millones de dólares), mientras que transportarla a otro destino también costaría "un precio exorbitante", señalan expertos citados por The Guardian.
Desde entonces, tiene que navegar sin rumbo en el mar Amarillo hasta que los propietarios de la carga, la empresa Louis Dreyfus, tomen una decisión. Este viaje prolongado ya les está costando una suma astronómica de gastos adicionales.
Una terminal del puerto de Dalián, China. / Yang Qing / www.globallookpress.com
Así, según el periódico, los propietarios del cargamento tienen que pagar 12.500 dólares al día por el alquiler de la embarcación, lo que ya les ha costado más de 400.000 dólares.
El destino de las semillas de soja aún no se resuelve, mientras que analistas sostienen que el buque continuará navegando con la esperanza de que Pekín decida subvencionar a los importadores del producto. Esta opción es viable debido a que otras fuentes de soja para China en esta época del año se agotan rápidamente, y el cargamento en cuestión "podría ser la única fuente" para el país, señala el analista Michael Magdovitz.
EE.UU. "tiene iPhone, pero por otro lado está Samsung. Tenemos la marca local Venus Vestel, los usaremos", ha anunciado el presidente de Turquía este martes.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado este martes que tiene intención de boicotear la importación de productos electrónicos producidos por EE.UU. "Hay un ataque económico contra Turquía. Anteriormente, esas cosas se hacían de manera más secreta, pero ahora nos atacan abiertamente", cita al presidente el canal de televisión turca TGRT Haber.
"Podemos hacer dos cosas, económica y políticamente. Desde una posición económica, tomamos medidas, nuestro Ministerio de Finanzas y el Tesoro están trabajando día y noche. Además, vamos a boicotear los productos electrónicos de EE.UU. Ellos tienen iPhone, pero por otro lado está Samsung. Tenemos la marca local Venus Vestel, los usaremos", aseveró el mandatario turco.
Anteriormente, Erdogan afirmó en una rueda de prensa afirmó que EE.UU. busca "apuñalar a su país por la espalda" pese a ser aliados en la OTAN. Además, el mandatario advirtió a EE.UU. que su país podría buscar nuevos aliados si Washington no mostraba más respeto y reciprocidad en las relaciones bilaterales con Ankara.
Las declaraciones de Erdogan se producen en el contexto de la drástica caída de la lira turca registrada después de que EE.UU. decidiera la semana pasada sancionar a dos ministros turcos y duplicar los aranceles al aluminio y al acero de Turquía.
La lira turca sigue su tendencia descendente, marcando un nuevo mínimo histórico frente al dólar durante la apertura de los mercados en Asia
El valor de la divisa nacional turca empezó a desplomarse después de que EE.UU. decidiera el pasado miércoles sancionar a dos ministros de Turquía
El viernes pasado, la moneda turca alcanzó su mínimo histórico frente al dólar estadounidense, cayendo un 13% después de que Trump autorizara duplicar los aranceles al aluminio y al acero de Turquía, que quedan fijados en un 20% y un 50%, respectivamente
En opinión del analista internacional Carlos Martínez, los escollos entre EE.UU. y Turquía son producto de la "torpeza" de la diplomacia de Washington.
Donald Trump suspendió este viernes el viaje del secretario de Estado, Mike Pompeo, a Corea del Norte previsto para la próxima semana alegando una falta de progreso en la desnuclearización de Pyongyang y a la tensión comercial que mantiene Estados Unidos con China. El mandatario estadounidense adelantó en Twitter que “una vez que se resuelva” la relación con Pekín, Pompeo visitará la península.
A comienzos de este mes, Trump pidió aumentar del 10% al 25% el gravamen a importaciones a EE UU de bienes chinos por valor de 200.000 millones de dólares, redoblando la presión ya existente en la guerra arancelaria. Aunque esta semana los representantes comerciales de cada país se reunieron para intentar resolver los litigios pendientes.
Esta no es primera vez que Pekín entorcepece los planes de Trump. La histórica cumbre sostenida entre el mandatario estadounidense y el dictador Kim Jong-un en Singapur el 12 de junio se produjo a la sombra de China. Antes del encuentro, el líder norcoreano se reunió dos veces con el presidente chino, Xi Jinping, y una vez realizado, Pekín se perfiló como el gran ganador. El anuncio de la cancelación de las maniobras militares conjuntas que Corea del Sur y EE UU desarrollan anualmente en la península coreana fue recibido con los brazos abiertos por Xi, que ve con recelo la presencia militar de la potencia occidental en Asia. Ahora, cuando el Gobierno estadounidense se preparaba para viajar a Corea del Norte y “hacer un mayor progreso” en el compromiso de desnuclearización, Trump frena los planes en tres tuits. En dos de ellos se refiere a China.
Otro factor que llama la atención en la repentina cancelación del viaje es que hace menos de 24 horas el secretario de Estado anunció el nombramiento del vicepresidente de Ford, Steve Biegun, como representante especial para dirigir las negociaciones con Corea del Norte. Durante la ceremonia, Pompeo dijo que ambos visitarían la península para progresar en los compromisos adquiridos por Kim en la cumbre de Singapur.
El viaje hubiera sido el cuarto de Pompeo a Corea del Norte, y el segundo desde una cumbre histórica entre Trump y el autoritario líder Kim Jong-un.
El presidente de EE.UU. vinculó la cancelación de la visita del secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, a Corea del Norte, con la actitud de China.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el mandatario chino, Xi Jinping, en Pekín (China), el 9 de noviembre de 2017.
La nueva escalada de tensión comercial pone en duda la posibilidad de negociaciones admitida anteriormente.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Kevin Lamarque / Reuters
Síguenos en Facebook
El presidente estadounidense, Donald Trump, está dispuesto a ampliar el alcance de los aranceles punitivos sobre las importaciones de bienes de China hasta casi 500.000 millones de dólares anuales, tras anunciar Pekín este martes que responderá a la última medida de Washington.
Trump advirtió este martes por medio de un tuit que cualquier nuevo paso dado por China contra los productores estadounidenses derivaría en una "gran y rápida represalia económica". Un día antes el mandatario ya amenazó con imponer aranceles adicionales sobre las importaciones desde China por valor de 267.000 millones de dólares.
Repitiendo la amenaza en el Despacho Oval de la Casa Blanca, Trump dijo la tarde del martes: "No queremos hacerlo pero, probablemente, no nos quedará otra opción".
El Gobierno de EE.UU. anunció este lunes una nueva tanda de tarifas del 10% sobre la importación de mercancías chinas por valor de 200.000 millones de dólares, vigentes desde este 24 de septiembre, y prometió aumentarlas en más de dos veces a partir del 1 de enero de 2019.
China no se quedó de brazos cruzados y anunció aranceles de represalia contra EE.UU. que afectarán a mercancías por valor de 60.000 millones de dólares a partir del mismo 24 de septiembre.
Paralelamente, Pekín presentó este martes una queja en la Organización Mundial del Comercio sobre la conducta estadounidense.
¿Negociaciones?
Esas medidas echan leña al fuego de la prolongada disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo y socavan la posibilidad de mantener negociaciones, tal y como había sugerido el Departamento del Tesoro de EE.UU.
Una fuente gubernamental china dijo bajo condición de anonimato a South China Morning Post que Pekín ahora está revisando sus planes de enviar una delegación a Washington para entablar negociaciones con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
China recorta sus inversiones en deuda soberana de EE.UU. en medio de la guerra comercial
Publicado: 20 sep 2018 09:26 GMT
La participación de China en los bonos soberanos de EE.UU. alcanzó en julio su mínimo de los últimos seis meses.
Agencia de corretaje, Shanghái, China, el 7 de septiembre de 2018.
Aly Song / Reuters
Síguenos en Facebook
China, el mayor titular de bonos del Tesoro de EE.UU., ha recortado un total de 7.800 millones de dólares de inversiones en la deuda soberana de este país, descenso que atribuible, ante todo, a la guerra comercial que mantienen las dos mayores economías del planeta.
Las últimas estadísticas, publicadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, muestran que la participación de China en los bonos soberanos de EE.UU. alcanzó en julio su mínimo de los últimos seis meses, situándose en 1.171 billones de dólares. Brasil, Reino Unido, Suiza, Alemania y Hong Kong siguieron el mismo patrón.
Al mismo tiempo, Japón, el segundo mayor titular de la deuda pública de EE.UU., anunció que ha aumentado en julio su participación en los bonos soberanos estadounidenses, al igual que Arabia Saudita, Taiwán, Singapur y Francia.
Las disputas comerciales entre Pekín y Washington sufrieron una escalada a primeros de julio, cuando el presidente de EE.UU., Donald Trump, introdujo aranceles de exportación sobre bienes chinos por valor de decenas de miles millones de dólares, desencadenando una represalia inmediata por parte del gigante asiático.
Donald Trump anunció este lunes la introducción de nuevos aranceles del 10 por ciento a las importaciones de China por valor de 200.000 millones de dólares anuales. La medida entrará en vigor a partir del 24 de septiembre.
China respondió con el anuncio de aranceles de represalia contra Estados Unidos que afectarán a mercancías por valor de 60.000 millones de dólares a partir del próximo 24 de septiembre
Pekín desea aminorar la desaceleración del crecimiento de su economía fruto del conflicto comercial que mantiene con Washington.
El aeropuerto internacional Bao'an , China.
Jason Lee / Reuters
Síguenos en Facebook
China podría comenzar a reducir los aranceles aduaneros a la mayoría de sus socios comerciales a partir del próximo mes, según han asegurado dos fuentes familiarizadas con el asunto a la agencia Bloomberg este 20 de septiembre.
El Ministerio de Finanzas de China aún no ha realizado ningún comentario oficial al respecto y, aunque primer ministro chino, Li Keqiang, anunció ayer esta posible reducción de tarifas, tampoco proporcionó detalles sobre el tema.
Este recorte de tasas permitiría a Pekín estimular el consumo interno para aminorar la desaceleración del crecimiento de la economía nacional fruto del conflicto comercial que mantiene con Estados Unidos.
Con ese "gesto" que supone "rebajar más los impuestos de importación", China envía el mensaje de que "seguirá abriéndose y reformándose, independientemente de cómo se desarrolle esa guerra", estima Tommy Xie, economista del banco OCDB en Singapur.
Sin embargo, no está claro cómo afectaría esta reducción a las importaciones estadounidenses, pues el derecho internacional indica que si se trata mejor a una parte del acuerdo en el ámbito del comercio internacional esa modificación se extenderá de manera automática al resto de países.
Las disputas comerciales entre China y Estados Unidos comenzaron a principios de este año, cuando el presidente norteamericano, Donald Trump, acusó a Pekín de competencia desleal y se quejó de que el déficit en la balanza comercial bilateral era demasiado grande.
El pasado 20 de mayo, los líderes de ambas potencias acordaron tomar medidas para eliminar este desequilibrio, pero a finales de ese mes Trump anunció que EE.UU. introduciría aranceles del 25 % —por valor de 50.000 millones de dólares— a bienes importados de China, una decisión a la que Pekín respondió.
En esta guerra comercial la cantidad de los aranceles impuesta se podría multiplicar hasta en casi 10 veces.