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General: ll Cumbre de la CELAC ...victoria de Cuba sobre el imperio y la OEA
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 15/02/2014 09:18 |
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Laura Bécquer Paseiro
La II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) será reportada desde La Habana por 694 periodistas que representan a 196 medios de comunicación de 29 países, informó a Granma Humberto Macías Pino, director del Centro de Prensa Internacional.
Este viernes quedó inaugurada la sala dedicada a los profesionales de la información en el recinto expositivo Pabexpo, donde se desarrollará el 28 y 29 próximos la cita de Jefes de Estado y de Gobierno. Durante el venidero fin de semana se reunirán, además, los Coordinadores Nacionales, mientras que el lunes, lo harán los Cancilleres.
El espacio cuenta con más de 200 posiciones fijas para el acceso y la navegación por Internet más un servicio de Internet inalámbrica o Wifi, entre otras herramientas para facilitar la cobertura periodística de la nueva cita de la Comunidad fundada en Venezuela hace poco más de dos años. Asimismo, el local brinda facilidades para la prensa escrita, televisiva, radial y digital.
"Esos servicios se están brindando en esta propia sala de acuerdo con los estándares internacionales para las telecomunicaciones", aseguró a este diario, Javier Ferreira Herrera, jefe de Servicios de Telecomunicaciones de la sala.
El funcionario de ETECSA precisó que también se ofertan servicios de telefonía fija, telefonía móvil y transmisión de datos para todos los usuarios que así lo requieran.
En este primer día de cobertura varios reporteros comentaron sus impresiones sobre lo que será el terreno de trabajo de los medios en los próximos días.
Para el periodista de la agencia Prensa La-tina, Héctor Luis González, todo está muy bien equipado, organizado para una cobertura de este tipo. Por ejemplo, desde aquí mismo editamos los videos de PL TV y los enviamos sin dificultades gracias a la disponibilidad técnica.
El corresponsal de la Agencia Francesa de Prensa (AFP), Francisco Jara, indicó que en el primer día notó que las condiciones de la sala están muy buenas; solo espero que se mantenga así durante toda la Cumbre —agregó.
A su vez, la colega de Radio Habana Cuba, Danay Galleti, dijo que desde el punto de vista tecnológico la sala está muy bien equipada, con una conexión a Internet rápida lo que permite la realización efectiva de su trabajo, sobre todo teniendo en cuenta la cobertura en tiempo real que se está haciendo de esta Cumbre, tan importante para América Latina y el Caribe.
Durante la jornada de la tarde, el Héroe de la República de Cuba René González y familiares de los Cinco conversaron con la prensa acreditada sobre el caso y la prolongación del in-justo encarcelamiento de los antiterroristas cubanos.
América Latina y el Caribe, así como el resto de los países del mundo, tendrán sus ojos puestos en esta II Cumbre de la CELAC, que reúne a las 33 naciones independientes de la región. Los periodistas, por su parte, calientan motores para llevar en todos los soportes existentes la información más actualizada sobre lo que acontece en La Habana. |
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Se reúne en La Habana la Troika ampliada de la CELAC
La Troika ampliada de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), integrada por Chile, Cuba, Costa Rica y San Vicente y las Granadinas, se reúne este viernes como preámbulo a la II Cumbre de ese mecanismo de integración regional, destaca PL.
Este encuentro, a puertas cerradas, precede a la reunión de expertos nacionales que se celebra aquí el 25 y 26 de enero próximos con el fin de conformar los documentos a discutir durante la cita de los jefes de Estado y de Gobierno, que estará precedida por la cita de los cancilleres el 27 de enero.
Para la cumbre de La Habana el tema central será la lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad, y se buscará declarar la región como zona de paz y libre de armas nucleares, precisó el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Abelardo Moreno.
Comentó que en la actualidad se discute a distancia un proyecto de declaración política y un plan de acción para el 2014.
Agregó que se preparan comunicaciones especiales que expresarán la postura común de los países integrantes de CELAC frente a temas de alcance regional e internacional.
Este viernes, además, quedará inaugurada la sala de prensa desde donde cientos de periodistas provenientes de decenas de medios de prensa darán cobertura al evento.
En ese espacio se alistan 250 posiciones para conexión a Internet, así como las condiciones técnicas para las trasmisiones de televisión.
El próximo 28 y 29 de enero el recinto expositivo Pabexpo, en La Habana, será la sede de la magna cita.
La CELAC, fundada en Caracas en 2011, está considera como el suceso institucional más importante de la región y tuvo su primera cumbre el pasado año en Santiago de Chile, donde Cuba asumió la presidencia pro témpore, la cual traspasa este año a Costa Rica. |
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Inaugurada sala de prensa de la II Cumbre de la CELAC
La sala de prensa de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) quedó inaugurada este viernes en Pabexpo, en presencia del ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla.
El canciller cubano destacó que ya están creadas todas las condiciones para recibir a las distintas delegaciones que participarán en el evento, cuyo tema central es la lucha contra el hambre, la pobreza y las desigualdades en la región.
Rodríguez Parrilla subrayó que la CELAC avanza en su consolidación como mecanismo de concertación y espacio común de soberanía regional.
También informó que la Troika ampliada, integrada por Chile, Cuba, Costa Rica y San Vicente y las Granadinas, se reúne este viernes como preámbulo a la II Cumbre, los días 28 y 29 de enero.
La prensa nacional y los 420 reporteros de 87 medios extranjeros de más de una veintena de países acreditados para la cita entre el 25 y 29 de enero, dispondrán de una sala con 250 posiciones, 80 computadoras conectadas a Internet y conexión inalámbrica en todo el recinto.
También se instalaron cabinas con las condiciones técnicas necesarias para ofrecer servicios de traducción en cuatro idiomas (Español, Inglés, Francés y Portugués). Mientras las sesiones plenarias serán transmitidas en vivo en pantallas habilitadas para la cobertura del evento.
Ubicado al oeste de la capital cubana, el recinto Pabexpo cuenta con distintos salones que acogerán las reuniones de Coordinadores Nacionales los días 25 y 26 de enero, así como la de los Ministros de Relaciones Exteriores el 27 de enero.
La cumbre cimera se efectuará entre los días 28 y 29 de enero en un Salón Plenario que se caracteriza por su amplitud, con una gran mesa redonda y 68 asientos para los Jefes de Estado y de Gobierno y sus cancilleres, al mismo nivel cada uno. En el centro destaca la imagen de la América Latina y el Caribe trabajada en metal con un fondo azul.
En otras ocasiones Pabexpo ha sido escenario de encuentros internacionales de trascendencia como la Cumbre Iberoamericana, en 1999.
La CELAC es la primera organización que agrupa a los 33 países independientes del área, sin la presencia de Estados Unidos. Su creación fue valorada por el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro como el suceso institucional más importante de la región en un siglo.
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El destino común de Nuestra América: la unidad
Abel González Santamaría
Asistimos a momentos trascendentales en la historia de nuestros pueblos. Tras dos siglos de lucha, al sur del río Bravo se logró crear por primera vez una organización sin presencia extraregional: la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
¿Cómo se materializó este ideario de unidad e integración? ¿Cuáles han sido sus amenazas y desafíos?
EL GRAN SUEÑO (1790-1891)
El venezolano Francisco de Miranda fue el precursor de la integración latinoamericana, cuando en 1790 presentó un plan para agrupar a la América española en una confederación. Otro venezolano, el Libertador Simón Bolívar retomó su ideario. Exiliado en Kingston, Jamaica, el 6 de septiembre de 1815 escribió una carta que iba a resultar profética: “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo […] Seguramente es la unión la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración […]”.
Francisco de Miranda y Rodríguez (1750-1816) Venezuela.
Mas era indispensable conseguir la independencia. El 9 de diciembre de 1824 las fuerzas bolivarianas asestaron un golpe definitivo a los españoles en Ayacucho, Perú; de su imperio americano España solo podría conservar las colonias de Cuba y Puerto Rico. Dos años después Bolívar organizó el Congreso Anfictiónico de Panamá, para impulsar una Confederación de Repúblicas de la América hispana y contribuir a la independencia de cubanos y puertorriqueños.
Durante la década de 1830 el espíritu bolivariano se extendió, a pesar de la política de las potencias de la época por estimular las contradicciones internas y entre las jóvenes naciones, y del anuncio en 1823 de la Doctrina Monroe por Estados Unidos, que estableció como principio para su política exterior “América para los americanos”. Varios proyectos integracionistas se intentaron formar, pero ninguno pasó la prueba del tiempo: Proyecto de la Federación centroamericana (1830), Convocatoria de México (1831), Confederación Perú-Bolivia (1836), El Congreso de Lima (1847), El Congreso de Santiago de Chile (1856) y El Segundo Congreso de Lima (1864).
LA GRAN PESADILLA (1891-1945)
Hacia fines del siglo XIX Estados Unidos estaba preparado para expandirse y como primer paso trabajó para erigirse en “árbitro de las relaciones interamericanas”. Para ello presentó un nuevo proyecto, de carácter hegemónico: El Panamericanismo, que socavaba las bases del ideario integracionista bolivariano. En Washington se organizó la Primera Conferencia Internacional de Estados Americanos (1889-1890) y la Conferencia Monetaria Internacional Americana (1891), para intentar imponerles a los gobiernos latinoamericanos una Unión Aduanera y un plan para el arbitraje obligatorio de todas las disputas territoriales que se presentaran entre los estados del continente, e instaurar una moneda común que les permitiría primar en las relaciones de comercio y en la circulación monetaria regional. Y aunque fracasaron en los dos intentos, crearon la Unión Internacional de Estados Americanos, con sede permanente en la capital estadounidense.
“La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino. Unámonos y seremos invencibles”
Simón Bolívar (1783- 1830) Venezuela.
Ambos eventos fueron presenciados por José Martí, el Apóstol de la independencia de Cuba, quien alertó sobre el riesgo que corría la región frente a los afanes de dominación del emergente imperio norteamericano: “¿Pueden los Estados Unidos convidar a Hispanoamérica a una unión sincera y útil para Hispanoamérica? ¿Conviene a Hispanoamérica la unión política y económica con los Estados Unidos?”, fueron dos de las preguntas con que invitó a reflexionar a los delegados latinoamericanos sobre los peligros que advertía.
Pero los intereses de Washington se impusieron y a partir de la Segunda Guerra Mundial se fortaleció el Panamericanismo mediante la creación en 1942 de la Junta Interamericana de Defensa, en 1947 del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y en 1948 de la Organización de Estados Americanos (OEA). En la práctica durante casi un siglo —desde el Segundo Congreso de Lima en 1864 hasta el triunfo de la Revolución Cubana en 1959— la política injerencista estadounidense impidió que pudiera avanzar la integración latinoamericana.
NUEVO AMANECER (1959-2008)
Una nueva etapa en el proceso de unidad e integración comenzó tras el triunfo de la Revolución Cubana. Su líder Fidel Castro, continuador del ideario bolivariano y martiano, comprendió que resultaba necesario crear una alianza común de naciones que hiciera frente al imperialismo. A solo unos días del triunfo, Fidel trazó el derrotero que debía conducir a la unidad, cuando el 23 de enero de 1959 expresó en la Plaza del Silencio de Caracas, en Venezuela: “¿Hasta cuándo vamos a permanecer divididos? ¿Hasta cuándo vamos a ser víctimas de intereses poderosos que se ensañan con cada uno de nuestros pueblos? ¿Cuándo vamos a lanzar la gran consigna de unión?”.
“Lo que quede de aldea en América ha de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra”
José Martí (1853-1895) Cuba.
La reacción de Estados Unidos no se hizo esperar y fue la OEA el instrumento utilizado para intentar aplastar a la naciente Revolución y construir los pretextos que justificaran las políticas agresivas, en un proceso gradual que transitó desde legitimar la invasión de Playa Girón hasta la expulsión de Cuba de este mecanismo regional en la Conferencia Interamericana de Punta del Este de 1962.
En las décadas de 1970 y 1980 se desarrollaron en la OEA iniciativas dirigidas al reingreso de la Isla, pero el Gobierno Revolucionario rechazó tajantemente pertenecer a una institución que había servido como punta de lanza para la injerencia imperialista contra la izquierda continental desde su propia constitución. En cambio Cuba mostró absoluta disposición a integrar una organización regional que no tuviera su sede en Washington, sino en una capital latinoamericana.
La década del noventa marcó una nueva época para América Latina. La caída de las dictaduras militares en el continente y el fracaso de la política norteamericana para aislar a Cuba de la región, favoreció la participación de la mayor de las Antillas en las Cumbres Iberoamericanas. El líder histórico de la Revolución aprovechó estos espacios para retomar la invariable fidelidad de Cuba a los principios de unidad e integración latinoamericana y caribeña.
Fue entonces que Estados Unidos convocó a las Cumbres de las Américas, instituidas para tratar de revitalizar a la desprestigiada OEA; como es lógico, una vez más se excluyó a Cuba. Desde este mecanismo se intentó imponer un Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), pero varios hechos significativos marcaron el viraje de los planes de Washington y permitieron un nuevo camino para la integración: la victoria en las urnas del presidente Hugo Chávez en 1998 y el triunfo posterior de figuras progresistas en Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Nicaragua, entre otros.
Fidel Castro y Hugo Chávez se convirtieron en los principales impulsores de los procesos de integración regionales, cuando en el 2004 fundaron la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), en un momento en que Estados Unidos intentaba imponer a las naciones del continente los tratados de libre comercio.
También ganarían mayor espacio y resurgirían otras alianzas latinoamericanas y caribeñas como el CARICOM, el Grupo de Río y el MERCOSUR; mientras que al calor de los nuevos tiempos aparecerían UNASUR y PETROCARIBE. En el 2005 el ALCA fue derrotada y con ello se desmoronó la agenda neoliberal que Estados Unidos había presentado a Latinoamérica.
MATERIALIZACIÓN DE UN SUEÑO (2008-ENERO 2014)
“Hasta cuándo vamos a ser nosotros la periferia atrasada, explotada y mancillada. Estamos poniendo aquí la piedra fundamental de la unidad, la independencia y el desarrollo sudamericano. Vacilar sería perdernos. Avancemos sin vacilación, que este es el camino. La unidad, la unidad, la unidad. Solo la unidad nos hará libres, independientes”
Hugo Chávez (1954-2013)
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“Ha llegado el momento de cumplir con hechos y no con palabras la voluntad de quienes soñaron un día para nuestros pueblos una gran patria común que fuese acreedora al respeto y al reconocimiento universal”
Fidel Castro Ruz (1926-)
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En este contexto, varios presidentes de la región retomaron la iniciativa de abogar por el ingreso de la mayor de las Antillas a la OEA, mientras Cuba dejó clara su negativa de no pertenecer a esta organización regional, basada en la decisión de defender la soberanía latinoamericana y caribeña frente a la hegemonía de Estados Unidos. Por el contrario, en diciembre del 2008 Cuba respaldó la celebración en Salvador de Bahía, Brasil, de la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC), concebida como el primer intento de reunir a todos los jefes de Estado y gobierno en la región, sin la participación de Estados Unidos. El Jefe de la delegación cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz, durante su intervención, calificó de acontecimiento trascendental la incorporación de Cuba al Grupo de Río y ratificó la posición de Cuba de no pertenecer a la OEA:
“Resistimos, creo que es el mérito mayor de nuestro pueblo, el mérito mayor nuestro; resistimos y estamos aquí, y se está produciendo este acontecimiento trascendental […] ¡Cuánto lamento que no sea Fidel el que esté sentado aquí!, aunque nos debe estar viendo por televisión […] Antes de que Cuba entre a la OEA, como dijo Martí se unirá el mar del norte al mar del sur y nacerá una serpiente de un huevo de águila”.
Este tema se convirtió en el centro del debate de los países que aclamaban el reingreso de Cuba a la OEA. Así sucedió durante la V Cumbre de las Américas (Trinidad y Tobago, abril del 2009) y la 39 Asamblea General de la OEA (San Pedro Sula, Honduras, junio del 2009), en la que se anuló la resolución que excluía a la Isla de la organización, para reparar la injusticia histórica. ¿Qué habría ocurrido de Cuba aceptar el retorno a la OEA? ¿Se hubiera materializado el sueño de nuestros próceres?
Sin duda, la posición firme asumida por más de 50 años, favoreció que el 23 de febrero del 2010 durante la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, celebrada en la Riviera Maya, en México, los presidentes acordaran crear oficialmente el primer mecanismo de integración puramente latinoamericano y caribeño: la CELAC, que fuera oficializado en Caracas entre los días 2 y 3 de diciembre del 2011, justo en el bicentenario de su Independencia.
Un año después, entre los días 4 y 5 de febrero del 2012, los presidentes del ALBA se reunieron nuevamente en Caracas para celebrar su XI Cumbre ordinaria. El presidente de la República del Ecuador, Rafael Correa, propuso que si Cuba no era invitada a la VI Cumbre de las Américas ningún país del ALBA debería asistir y en caso de que se acordara participar, un tema central tenía que ser el levantamiento del bloqueo a Cuba.
Nuevamente la región alzó su voz en defensa de la nación cubana en abril del 2012, durante la VI Cumbre de las Américas de Cartagena de Indias, en Colombia. La ausencia de la mayor de las Antillas y la necesidad de poner fin a su exclusión se convirtió en el punto central del debate, la mayoría de los países anunciaron su decisión de no participar en una próxima cita sin la Cuba revolucionaria y consecuente.
Poco después, en Chile durante la primera Cumbre de la CELAC, Cuba recibió la Presidencia Pro Témpore durante el 2013. Tras medio siglo de una exclusión decretada por Estados Unidos, los gobiernos de la región lograron hacer justicia. Mucho camino queda por andar, el gran desafío en lo adelante será avanzar en la integración dentro de la diversidad. El próximo 28 de enero celebraremos en La Habana su II Cumbre. Otra oportunidad histórica para aunar esfuerzos en la lucha contra la pobreza, el hambre y las desigualdades en el continente. Ratificar que el destino común de Nuestra América seguirá siendo la Unidad. |
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La hora del recuento y de la marcha unida
América Latina y el Caribe se destaca por sus enormes riquezas naturales y culturales, pero también por ser la más desigual del mundo. La constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), representa el compromiso de revertir el panorama regional, brindándole especial atención a la lucha contra la pobreza, el hambre y las desigualdades. Ese, precisamente, es el tema de la II Cumbre en La Habana
El deber urgente de Nuestra América es enseñarse como es (…), vencedora veloz de un pasado sofocante, manchada sólo con sangre de abono que arranca a las manos la pelea con las ruinas José Martí
Laura Bécquer Paseiro
Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos han visto, sentenció en 1492 Cristóbal Colón, refiriéndose al exuberante paisaje que se “descubría” a sus ojos en las actuales tierras latinoamericanas y caribeñas. Casi cinco siglos después, la región sigue deslumbrando por su naturaleza, la mezcla de su cultura, tradiciones…
Su historia, sin embargo, es un largo bregar por emanciparse, primero de las potencias coloniales, y luego de la hegemonía de su vecino del Norte, que la consideró siempre su “patio trasero”.
En el intento por despojarse de ese pasado dependiente, obediente y a ratos humillante, nacieron valerosos hombres y mujeres que se plantearon como premisa la necesidad de lograr la verdadera independencia de todas las naciones desde el Río Bravo hasta la Patagonia.
América Latina y el Caribe ha hecho suyas esas premisas y comienza a comprender que la integración es una cuestión de sobrevivencia en el complejo panorama mundial actual, y que solo unidos, tendrá una oportunidad de cambiar su destino.
Bajo esos ideales fue fundada hace tres años la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que agrupa a las 33 naciones independientes al Sur del Río Bravo. Con el nacimiento del joven esquema regional se constituía una sola identidad de avanzada en la unidad e integración política, económica, social y cultural de Nuestra América.
Uno de los grandes retos que tiene por delante la Comunidad es intentar cambiar el estigma vergonzoso de existir “al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan, consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos”, tal y como escribió a finales de 1970 el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su ensayo Las venas abiertas de América Latina.
Históricamente las potencias se han servido a su antojo de las bondades de este vasto territorio que en 20 millones 453 mil ocho kilómetros cuadrados alberga codiciados recursos naturales.
Entre los países miembros de la CELAC se encuentran los mayores proveedores de recursos mineros del mundo, incluyendo a los principales productores de cobre (Chile), hierro (Brasil), plata (México), estaño (Bolivia y Perú), por solo poner algunos ejemplos.
Acorde con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región posee el 65 % de las reservas mundiales de litio, 42 % de plata, 38 % de cobre, 33 % de estaño, 21% de hierro, 18% de bauxita y 14% de níquel.
El organismo de Naciones Unidas destaca también que esta es la segunda región con mayores reservas de petróleo después de Medio Oriente. Las reservas probadas del llamado “oro negro” se estiman en 339,8 miles de millones de barriles, representando en el 2012, cerca del 20 % del total mundial. Cabe destacar que Venezuela con 297,6 miles de millones de barriles, es el país con las mayores reservas probadas a nivel mundial participando de manera individual con el 18 % del total. A ello se le suman las más grandes reservas de agua dulce en el mundo que se encuentran en el Acuífero Guaraní en Paraguay.
La distribución desigual de ese enorme caudal y un mal manejo del mismo, han causado enormes diferencias sociales en este lado del Atlántico. Galeano la calificó como “la región de las venas abiertas” basado en el hecho de que “desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos”.
CERRANDO LAS VENAS
Uno de los pasos para revertir esta realidad y avanzar en la concreción de los ideales independentistas es poner en función del desarrollo sostenible de nuestros pueblos las amplias riquezas que poseen.
Es una realidad que pese a su enorme caudal, América Latina y el Caribe no ha desplegado del todo su potencial de desarrollo económico y social. La implementación de políticas sociales de varios gobiernos y el crecimiento económico experimentado, han permitido alcances notables en materia social. Así, se destaca la sostenida reducción del hambre durante las últimas dos décadas, acorde con lo expuesto en el informe El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2013. En América Latina y el Caribe este fenómeno afecta a 47 millones de personas, tres millones menos que durante el trienio 2008-2010, lo que representa una caída del 6,6 %.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó además que la meta de “reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre”, que forma parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, ha sido alcanzado por 16 países de la región y varios han realizado importantes progresos.
A pesar de ese panorama, América Latina y el Caribe produce más alimentos de los que requiere para el consumo de su población y ningún país de la zona carece de disponibilidad calórica suficiente para los requerimientos mínimos diarios por persona, según la FAO.
En cuanto a la pobreza y la indigencia (extrema pobreza), la CEPAL estima que al menos 164 millones de personas son pobres, lo que equivale al 27,9 % de la población, cifras muy similares a las del 2012 que suponen un frenazo a las sucesivas caídas de los últimos años. La indigencia, en cambio, aumentó de los 66 millones de personas el año pasado, a 68 millones en el 2013, lo que supone un incremento del 0,2 %, según los datos presentados en el Panorama Social de América Latina 2013.
La FAO, por su parte, considera sobre este asunto que la región ha logrado avances importantes. Sin embargo, el organismo de Naciones Unidas alerta que en los últimos tres años la caída de las tasas de extrema pobreza se ha estancado.
Como se ha detallado, la reducción de la pobreza y las desigualdades requieren de esfuerzos adicionales y en los cuales la cooperación entre los países puede desempeñar un papel importante. En ese aspecto, la CELAC promueve la construcción de un modelo propio de cooperación adaptado a nuestra realidad para solucionar las desigualdades.
Igualmente, propone una cooperación entre las distintas regiones basada en los principios de solidaridad y complementariedad.
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
La Comunidad fundada en el 2011 arriba a una nueva cita con varios retos en el horizonte, pero con el compromiso de revertir la realidad nuestraamericana. El tema de la II Cumbre del mecanismo regional que se realizará a finales de enero en la capital cubana, será la lucha contra la pobreza, el hambre y las desigualdades, aunque se abordarán otros asuntos importantes para la región, trabajando para fomentar la unidad dentro de la diversidad que nos caracteriza.
El vicecanciller cubano, Abelardo Moreno, comentó en una reciente comparecencia en el espacio Mesa Redonda, que otros de los tópicos de la agenda, estos últimos durante la Presidencia Pro Témpore de Cuba, fueron la incorporación plena del Caribe al mecanismo de integración y la consolidación de la presencia internacional de la CELAC.
En el encuentro serán negociados una treintena de documentos que incluyen el Plan de Acción, normas y principios que rijan la cooperación en la región; así como algunos comunicados especiales sobre te mas como las Islas Malvinas, el bloqueo contra Cuba y otros asuntos presentados por los países, señaló por su parte, Mirtha Gran da, funcionaria de la Can cillería cubana y Coordinadora Nacional Adjunta.
Moreno, también Coordinador Nacional, enfatizó en la importancia del documento que declarará a América La tina y el Caribe como zona de paz, al tiempo que consideró que ello “nos parece un tema trascendente, no solo para Cuba, sino para todo el continente; América Latina y el Caribe es una zona libre de armas nucleares, pero no basta, porque hay que buscar la forma de que las diferencias nunca se resuelven por la fuerza, sino mediante la diplomacia, mediante el diálogo”.
Mientras, el Plan de Acción incluye rubros como la seguridad alimentaria, la cooperación, el medio ambiente, la energía y las finanzas. Nada de esto es casual, precisó Moreno, todo es el resultado del trabajo que se ha venido realizando y que ha identificado los grandes problemas de América Latina y el Caribe.
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“Hay razones para ser optimistas”
El historiador Alberto Prieto Rozos compartió con Granma sus opiniones sobre los desafíos y el futuro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)
Dalia González Delgado
La unidad latinoamericana no ha sido solo un sueño bicentenario, sino una tradición y una necesidad, asegura Alberto Prieto Rozos, Doctor en Ciencias y en Ciencias Históricas. Desde Francisco de Miranda, pasando por Simón Bolívar, Eloy Alfaro, José Martí, Augusto César Sandino, Fidel Castro, todos han hablado de la integración. Pero lo importante no es que haya sido soñada por alguien —subrayó el experto— sino que nuestros pueblos existen con una peculiaridad en el mundo, y es que tienen características semejantes.
Alberto Prieto Rozos. Foto: Alberto Borrego
"Estamos unidos por una cultura, por tradiciones, por una psicología. Además, mientras más juntos estemos, más fuertes somos, y mientras menos unidos estemos, con más facilidad las potencias extranjeras nos dominarán", argumentó el Profesor Titular y de Mérito de la Universidad de La Habana, quien acumula varias décadas de trabajo docente especializado en los temas de América Latina y el Caribe, y tiene casi una veintena de libros publicados.
—Aunque la integración latinoamericana se pensó desde hace 200 años, solo ahora ha sido posible la creación de un mecanismo como la CELAC. ¿Qué condiciones hay en la actualidad que antes no hubo?
—Normalmente la subjetividad se adelanta a la realidad. Esto ha sido pensado durante 200 años, pero las condiciones objetivas eran muy difíciles. Primero, porque las economías de los países latinoamericanos en vez de ser complementarias eran competitivas. Eran básicamente países exportadores que se dirigían a los mismos mercados, y rivalizaban entre sí. Y los países dominadores aprovecharon esas circunstancias para dividir.
"Con el desarrollo económico y social actual, han surgido nuevas tendencias industriales, que han ido complementando los países. Por ejemplo, MERCOSUR comercia más entre sí que lo que envía al extranjero en esos sectores. Sigue existiendo la matriz agro-exportadora tradicional, y es la que ofrece divisas para el proceso de desarrollo económico, pero los intercambios industriales principalmente se realizan entre nuestros propios países, porque es muy difícil vender productos industriales a Europa o a Estados Unidos.
"Además, han surgido sectores sociales nuevos. La clase obrera antes casi no tenía peso, pero hoy en día la clase obrera industrial y los otros sectores asalariados que actúan a su alrededor tienen intereses distintos a los de las oligarquías tradicionales. Los obreros ven en la unidad latinoamericana un proceso en el cual sus intereses se pueden fortalecer.
"En la CELAC no hay únicamente países progresistas, porque no hemos llegado a ese punto, pero lo grandioso es que la fortaleza de esos países impulsa al resto. Por otra parte, la idea de la integración es tan fuerte que las masas populares se han apropiado de ella, y es una de sus principales exigencias".
—En su opinión, ¿qué medidas concretas, no solo en lo político sino en lo económico, se podrían tomar para fortalecer esta integración?
—Bajo la presidencia Pro Témpore de Cuba hubo una reunión de ministros de educación. Las sociedades de América Latina, aun teniendo culturas homogéneas o muy parecidas, son diversas, las prácticas son diversas. Entonces, por ejemplo, que se unan los ministros para hacer programas educativos compatibles, es un paso de progreso. Donde haya analfabetismo Cuba puede aportar su método "Yo sí puedo", o médicos donde sea necesario, y esas son colaboraciones que tienden a la unidad. Porque las personas tienen que constatar lo progresista, lo bueno. Cualquier venezolano o brasileño atendido por un médico cubano comienza a ver que si nos integramos eso es algo positivo para él. Eso se puede trasladar a otros campos. El mundo es tan complejo que tenemos nosotros que luchar con nuestras propias fuerzas. Afortunadamente, hay gobiernos poderosos en un ámbito y otros en otro. En la unión de lo que cada cual tiene mejor, la integración ofrece beneficios.
"Ahora bien, eso no se produce por generación espontánea; hay que estructurarlo y desarrollarlo. Para eso tienen que reunirse los ministros de finanzas, de educación, de transporte. Sobre todo en un continente como el nuestro, donde estábamos acostumbrados a que todo viniera de afuera. Aunque partimos del criterio de que los latinoamericanos somos hermanos, a veces no nos conocemos. Los jóvenes que estudian aquí, por ejemplo, crean lazos afectivos. Otro ejemplo, en UNASUR, se habla de un Consejo de Defensa, y no es lo mismo que los miembros de los ejércitos vayan a escuelas comunes nuestras, a que vayan a estudiar a Estados Unidos. Con una organización como la CELAC todo se hace más fácil".
—¿Estados Unidos aceptará pasivamente que haya un mecanismo de integración regional donde no estén incluidos?
—No pudieron impedir la creación de la CELAC. Se les fue de las manos involuntariamente, aunque no lo vieron con gusto.
"Ellos siempre han tratado de que todos los nexos pasen por Washington. Muchas veces los embajadores latinoamericanos tenían que ponerse de acuerdo en Estados Unidos para después ponerse de acuerdo los países. Pero los principales problemas que puedan surgir entre nosotros mismos son asunto nuestro".
—No todos los países que integran la CELAC ven a Estados Unidos como enemigo de la integración. ¿Cómo concertar intereses tan diversos?
—Con habilidad política. La unidad revolucionaria en Cuba se logró por la extraordinaria, excepcional capacidad política de Fidel Castro.
"Además, el mundo ha cambiado, hay nuevos centros económicos y la multipolaridad nos ayuda. Por ejemplo, el principal socio comercial de Chile no es Estados Unidos sino China. El hecho de que ese país sea la segunda potencia mundial nos favorece, pero eso hay que tejerlo".
—Usted se ha referido a la necesidad de lograr complementariedad económica en América Latina, y mencionaba ahora la relación con China. Algunos analistas consideran que los estrechos vínculos con ese país debilitan la integración de nuestras propias economías. ¿Coincide con esa opinión?
—En lo más mínimo. Lo que he leído en ese sentido son economistas ultra izquierdistas que imaginan un mundo como ellos desean, un mundo latinoamericano autárquico que no es posible.
"El mercado interno chino está creciendo a un gran ritmo, pero absorbe materias primas. ¿Qué puede exportar Argentina? Cereales y carne, por ejemplo, porque sus productos industriales no serán vendidos a China, ni a Estados Unidos, ni a la Unión Europea.
"América Latina tiene la fortaleza —que en un momento fue una debilidad porque opacó a otros sectores— de que sus recursos son de inevitable consumo en el mundo. ¿O diremos que es una debilidad para Venezuela tener mucho petróleo para exportar? Lo que no se puede hacer es convertir al país en petrorentista, y que la gente viva de una subvención en su casa sin hacer nada porque el ingreso petrolero da para eso; eso sería un error, pero no es culpa del petróleo sino de la distribución que se haga de él.
"Entonces, los vínculos con China bien empleados son una fortaleza para la economía".
—¿Usted es optimista con respecto a la CELAC?
—Yo soy optimista ante la vida. Creo en la lucha. Creo que la lucha de los elementos progresistas, más si son revolucionarios, es lo que transforma al mundo. Y evidentemente el mundo está en progreso, porque hace 55 años el panorama de América Latina era completamente diferente al de hoy.
"Cuando Fidel en Montevideo el 5 de mayo de 1959 clamó por la unidad latinoamericana, la gente diría que se trataba de una locura. Pero han pasado 55 años y está la CELAC, y Cuba es la presidenta Pro Témpore. Eso es un respeto, es reconocer que este país ha luchado por la integración como ningún otro en América Latina. Es saber que nosotros tenemos más médicos en el mundo y en América Latina que los Médicos sin Fronteras tan alardeados del imperialismo. Eso es lo que representa la presidencia de Cuba. La moral es una de las fuerzas principales que hay en el mundo. Soy optimista, porque crecientemente lo que es moral es lo progresista y lo revolucionario. Hay razones para ser optimistas. Creo que dentro de 10 años estaremos en una posición más fuerte, más ventajosa que en la actualidad".
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Correa aboga por la consolidación de la CELAC
Presidente ecuatoriano califica de extraordinaria la cooperación con Cuba
QUITO.— El presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó el miércoles que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) debe crear sus propias instancias, acordes con las visiones, historia y cultura de la región.
De esa manera se podrían tratar, sin injerencias foráneas, temas como los derechos humanos y la libertad de expresión, refirió en un desayuno de trabajo con la prensa extranjera acreditada en el país.
Imagínense tener que ir a Washington a discutir sobre derechos humanos en el país que más atenta contra esos principios, y que ni siquiera ha ratificado el Pacto de San José, recalcó el Jefe de Estado, en alusión a la Convención Americana de Derechos Humanos.
Ese es uno de los objetivos de la CELAC, seguir profundizando y fortaleciendo ese espacio de procesamiento de diferencias a nivel de América Latina y del Caribe, sin la presencia de países hegemónicos, aseguró.
De acuerdo con Correa, el bloque fundado en el 2011 en Caracas, y que agrupa a 33 países de América Latina y el Caribe, surgió por la necesidad de tener algo más nuestro, más cercano, a la hora de abordar los asuntos fundamentales de la región.
En otro momento, el mandatario ecuatoriano se refirió a la cooperación con Cuba, la cual describió de extraordinaria. Correa destacó la presencia en esta nación suramericana de los médicos de la mayor de las Antillas, quienes prestan su servicio en zonas tan apartadas como la frontera y la selva. A pesar de lo que dicen ciertos gremios de que aquí sí hay especialistas, si ellos no están dispuestos a trabajar donde más son necesarios, traeremos médicos cubanos y de otras partes del mundo, aseguró.
El Jefe de Estado ratificó que no va a sacrificar la salud de la población, esperando que los especialistas ecuatorianos tengan la voluntad de cumplir con su pueblo.
A propósito del sector de la salud, también destacó la formación de jóvenes ecuatorianos en la Escuela Latinoamericana de Medicina, ubicada en la capital cubana.
Correa señaló que después de tanta cooperación desinteresada, su Gobierno decidió reciprocarla con el envío de un cuerpo de ingenieros del ejército para ayudar a la reconstrucción de la provincia de Santiago de Cuba, que sufrió los embates del huracán Sandy en octubre del 2012.
La cercanía con Cuba ha sido histórica, y somos dos gobiernos con mucha empatía, celebró Correa.
A partir de la II Cumbre de la CELAC a celebrarse en La Habana a finales de enero, Ecuador pasará a integrar la troika directiva, como paso previo a la presidencia Pro Témpore que asumirá en el 2015.
En la reunión de La Habana, Cuba, que el año pasado recibió la presidencia de manos de Chile, entregará el mando temporal del bloque a Costa Rica. (PL)
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Solo los pueblos defenderán la unidad regional
La doctora Oneida Álvarez Figueroa, investigadora del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, comparte con Granma sus impresiones sobre las potencialidades y desafíos de la CELAC
Claudia Fonseca Sosa
Sin dejar de considerar la indiscutible trascendencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para todo el continente al sur del Río Bravo, la doctora Oneida Álvarez Figueroa, especialista en temas del área del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), asegura que para Cuba ha tenido una significación notoria.
Oneida Álvarez Figueroa.
Después de tantos años bregando por la unidad de los pueblos de Nuestra América, al son del ideario martiano, para nuestro país fue muy importante en este periodo de Presidencia Pro Témpore que los hermanos latinoamericanos y caribeños constataran cómo somos realmente los cubanos, cuán respetuosos de la diversidad. La CELAC nos ha ayudado a romper esterotipos y a que se reconozca la singularidad de nuestro proyecto, comentó la también profesora titular de la Universidad de La Habana mientras conversaba con Granma sobre los desafíos del bloque de 33 países.
—¿Desde el punto de vista institucional, cuáles cree que hayan sido los aciertos de la CELAC en su joven vida? ¿Qué elementos ha tomado este grupo de otros mecanismos de integración en el área latinoamericana y caribeña?
—La CELAC no es propiamente un mecanismo que tenga entre sus intereses cimeros la integración económica de la región, como ha sido el caso de esquemas anteriores como la Comunidad Andina, el Mercado Común Centroamericano o del propio Mercosur —por solo citar algunos ejemplos—, los cuales se fijaron la meta de establecer un área de libre comercio entre sus estados miembros. La CELAC busca una integración más profunda.
"Es un mecanismo de coordinación y concertación que pretende impulsar con más fuerza la cooperación regional en todos los niveles. Ahí radica su verdadera significación. Desde ese punto de vista, no podemos pedirle a la CELAC lo que esta no se ha propuesto en ningún momento. Tenemos que juzgarla en función de sus objetivos: contribuir al acercamiento de los 33 países soberanos de América Latina y el Caribe, buscar soluciones concertadas a los problemas que afectan a la región y, a la vez, propiciar la cooperación de forma tal que nos permita enfrentar juntos las dificultades.
"Fue un gran acierto la incorporación del Caribe a la CELAC y luego a la troika, porque estos países forman parte de la gran patria latinoamericana y comparten los desafíos de la región.
"La institucionalidad de la CELAC es flexible y no se ha llenado de aspiraciones burocráticas. Los tres países que tanto en el primer mandato como en el segundo han formado parte de la troika, han sabido establecer programas de acción viables, sin necesidad de montar un gran aparataje que pueda recargar los financiamientos y los presupuestos de los estados miembros.
"Por otra parte, se ha logrado una concertación sobre la necesidad de garantizar la soberanía de la región, de hacer de Amé-rica Latina y el Caribe una zona de paz, de impulsar aún más la democracia y de mejorar los niveles de vida de la población. Estos son objetivos comunes para toda la comunidad latinoamericana y caribeña, pero la CELAC no está determinando cómo cada país va a cumplirlos. No impone métodos.
"Entre los 33 estados miembros tenemos proyectos políticos y económicos diferentes, y la fortaleza del bloque será mayor en la medida en que se respeten las singularidades de cada país a la hora de elegir su camino hacia la resolución de los objetivos. Es más importante la unidad que la imposición de determinados criterios o metodologías. En ese sentido, durante los dos periodos pasados ha habido una manifestación importante de madurez política a la hora de potenciar todo aquello que nos una como región, sin enfocarnos en lo que objetivamente nos separa.
"Han sido útiles las reuniones ministeriales en los campos de educación, cultura y otros, para fortalecer la concertación interna. Tampoco podemos subestimar lo que se ha hecho en materia de relaciones con actores externos en la esfera internacional, como es el caso de China y Rusia. Estos intercambios propician un fortalecimiento de las relaciones Sur-Sur, lo cual contribuye a que la región dé su aporte a la construcción de un sistema multipolar de relaciones internacionales".
—¿Cómo se materializa la CELAC en la vida cotidiana de la región?
—Es importante que los latinoamericanos y caribeños veamos en la CELAC un mecanismo que nos llega, como sucede por ejemplo con el ALBA, que se traduce en la Misión Milagro y otros proyectos con beneficios sociales palpables. La selección de la lucha contra la pobreza y las desigualdades como tema central de la II Cumbre, constituye una oportunidad para que la ciudadanía identifique a la CELAC como un proyecto concreto que ofrece ventajas a nuestros pueblos.
"Llevamos muchos años intentando unirnos en mecanismos de integración, pero la ciudadanía no está del todo identificada con ese objetivo integracionista. Hay que lograr que estos procesos toquen los intereses de las personas con prácticas objetivas. Porque pueden cambiar los gobiernos, pero solo los pueblos serán capaces de defender la unidad regional si lo que le ofrecemos está de veras enraizado con sus necesidades".
—¿Qué fortalezas económicas ofrece?
—Es bien conocido que América Latina y el Caribe posee cuantiosos recursos naturales, no obstante, en esta coyuntura la región tiene mucho más que ofrecer.
"Hemos sabido salir de la crisis internacional en mejores condiciones que otros países. Aunque nuestro ritmo de crecimiento ha sido modesto, no hemos tenido los grandes problemas de Europa o Estados Unidos. Tampoco tenemos un nivel extraordinario de desempleo y las políticas adoptadas atenuaron los efectos de la crisis en los estratos más pobres de la sociedad.
"Por tanto, en estos momentos América Latina y el Caribe puede ofrecer estabilidad, un piso social básico y el interés de diversificar sus relaciones externas, en aras de transformar sus estructuras productivas para lograr producciones de mayor valor agregado.
"Por eso las economías emergentes ven con buenos ojos a este amplio mercado de 600 millones de habitantes, con capacidad de consumo, donde se pueden hacer nuevas inversiones y donde se pueden establecer nexos de cooperación de diverso tipo".
—¿Qué postura ha adoptado EE.UU. ante este esquema integracionista?
—Siempre ha sido la aspiración de EE.UU. que América Latina y el Caribe sea su traspatio. Ellos no se han quedado con los brazos cruzados, sino que han desarrollado un conjunto de políticas dirigidas a desunir la región y a propiciar nuevas alianzas entre una parte de los países latinoamericanos que comparten la cuenca del Pacífico.
"Este es uno de los principales desafíos que tiene hoy la CELAC, pues si lo miramos con pesimismo significa una escisión en el contexto latinoamericano. Sin embargo, debemos apostar por nuestra capacidad de ser proactivos. Muchas de las naciones miembros de la CELAC también son parte de otros mecanismos como UNASUR y MERCOSUR. La CELAC tiene que actuar con perspicacia y proponer elementos que atraigan a cada uno de sus miembros. Las potencialidades existen. No me siento preocupada al respecto".
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Califica Daniel Ortega a la CELAC como un hecho histórico
MANAGUA.— El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, calificó el martes a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como un hecho histórico por el cual lucharon Simón Bolívar y grandes próceres de Centroamérica.
La Habana se prepara para acoger el 28 y 29 de enero próximos la II Cumbre del mecanismo de integración latinoamericano y caribeño.
El mandatario hizo estas declaraciones durante el acto de traspaso de mando de la Presidencia Pro Témpore de la Conferencia de las Fuerzas Armadas Centroamericana (CFAC) a República Dominicana, ejecutado en la Plaza de la Revolución de esta ciudad.
Acorde con PL, Ortega también se refirió a los retos actuales de Centroamérica. En ese sentido, dijo que el enemigo principal hoy son el narcotráfico y el crimen organizado, los mayores factores de desestabilización de la región.
A pesar de los avances del país en cuanto al enfrentamiento a estos fenómenos, el jefe de Estado consideró que no puede bajarse la guardia.
La CELAC quedó constituida en el 2011 en Caracas, Venezuela, y la integran 33 naciones.
El próximo 28 y 29 de enero La Habana, Cuba, acogerá las delegaciones de los países miembros para la II Cumbre de este mecanismo, reunión que estará precedida por un en-cuentro de expertos nacionales, los días 25 y 26, en tanto el 27 se reunirán los cancilleres.
CANCILLER RUSO DESTACA PAPEL UNIVERSAL DE LA COMUNIDAD
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, destacó el martes la importancia de las relaciones con América Latina y significó el peso de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños como factor de aglutinación en el continente.
En declaraciones a PL, Lavrov afirmó que la Comunidad es la primera organización con ca-rácter universal en la región, que aglutina a todas las naciones latinoamericanas y caribeñas.
Consideramos importante nuestras relaciones con América Latina y el Caribe, y hemos hecho mucho en el plano práctico en los últimos años, expuso el jefe de la diplomacia rusa al responder en la conferencia de prensa anual con medios nacionales y extranjeros.
Avizoró grandes perspectivas a la integración latinoamericana dentro de la CELAC, la cual permite armonizar el proceso de complementariedad de todos los estados regionales. "Un proceso necesario para todos los países latinoamericanos", indicó.
Estamos interesados en trabajar en ese formato, de manera bilateral, pero también multilateral con otras estructuras regionales, y creo que puede interesarle a otros socios, abundó Lavrov.
En declaraciones anteriores a esta agencia, Lavrov calificó de muy productivos los contactos políticos con Latinoamérica durante el 2013, incluso al más alto nivel.
Lavrov caracterizó a Latinoamérica no solo como una región atractiva para otros socios extranjeros, sino también un territorio en constante crecimiento y con fuertes aspiraciones de in-dependencia, no muy común hoy en los asuntos internacionales.
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La concreción de un sueño pospuesto
A propósito de la próxima cumbre de la CELAC, Granma ofrecerá a sus lectores una serie de entrevistas a expertos en los temas de América Latina y el Caribe, para ayudarnos a comprender las raíces y los desafíos de los actuales procesos de integración regional
Dalia González Delgado
Los próximos 28 y 29 de enero no serán fechas corrientes en el calendario de América Latina y el Caribe, sino otro paso en la solidificación de un sueño integracionista que se pospuso durante 200 años. Para el Doctor Sergio Guerra Vilaboy, historiador, investigador y Profesor Titular, la idea de la unidad latinoamericana, que había alcanzado con la lucha emancipadora contra España su punto culminante y se diluyó tras la muerte de Simón Bolívar, ha reverdecido ahora con más fuerza que nunca. Nuestro entrevistado, con una amplia obra publicada, es además jefe del Departamento de Historia de la Universidad de La Habana y presidente de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC).
Sergio Guerra Vilaboy.
—¿Cómo se pueden explicar desde la historia los procesos de integración que están ocurriendo actualmente en América Latina y el Caribe?
—En el 2015 se cumplen 200 años de que Bolívar escribiera la Carta de Jamaica, probablemente de los textos más tempranos donde se alude dentro de la historia de América Latina a la unidad, de lo que entonces Bolívar llamaba América Meridional. En realidad la primera personalidad latinoamericana que acarició el ideal de la unión fue Francisco de Miranda, tam-bién un venezolano, precursor de la lucha por la independencia. A fines del siglo XVIII concibió no solo la emancipación de las colonias españolas sino que vislumbró la posibilidad de agruparlas, que el proceso emancipador no condujera a una disipación de las colonias, sino a la agrupación en una sola nación, e incluso inventó un nombre para esa nación: Colombia. Ahí está el nacimiento de la idea que hoy tenemos de la unidad latinoamericana. Ahí están los padres fundadores.
"Venezuela fue de cierto modo donde se concibió ese proyecto, y 200 años después, otro venezolano, Hugo Chávez, es quien recupera la idea con una fuerza como nunca antes había tenido en la historia. Ni Miranda ni Bolívar eran excepciones, sino que en la lucha por la independencia de España a principios del siglo XIX, la idea de la unión de las antiguas colonias españolas era compartida por las principales figuras de la lucha emancipadora".
—Pero esa unidad no se concretó...
—La idea de la integración, que había alcanzado con la lucha emancipadora su punto culminante, fue perdiendo fuerza después de la muerte de Bolívar. Desde entonces solo tuvo algunos momentos en que por de-terminadas razones fue recuperada. Por ejemplo, a lo largo del siglo XIX, cuando los países latinoamericanos sufrían una agresión externa, como la guerra de Estados Unidos contra México en 1847 o las aventuras de William Walker por Centroamérica. Cuando alguno de esos acontecimientos tenía lugar, reverdecía la idea de la integración, se hablaba de recuperar el legado de Bolívar, en forma yo diría defensiva.
"Después, a finales del siglo XIX, cuando Estados Unidos comienza a convertirse en una gran potencia imperialista, y utilizan como parte de su política exterior expansionista la idea de la unidad Panamericana, a la que José Martí se opuso y desnudó desde fechas muy tempranas, ese intento de recuperar la idea bolivariana de la integración se fue desvaneciendo todavía más. ¿Quiénes lo mantuvieron? Los intelectuales, las fuerzas de izquierda, que desde fines del siglo XIX y hasta años relativamente recientes, consiguieron mantener en el imaginario la idea de la unión".
"Algunos gobernantes en determinados momentos la propiciaron, pero fueron como chispazos a lo largo del siglo XX. Es conocida la frase de Juan Domingo Perón, de que el siglo XXI nos encontrará unidos o dominados. Él trató de crear una organización precursora de lo que hoy es el Mercosur, con Brasil y Chile, pero no prosperó. Después de la Segunda Guerra Mundial hubo intentos, muchos auspiciados por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), con ideas desarrollistas, de agrupar países latinoamericanos a través de tratados comerciales.
"Ahora la idea ha crecido, y la prueba son las diferentes organizaciones que están tratando de impulsar la integración regional: CARICOM, MERCOSUR, UNASUR, ALBA. Pero sin dudas el punto culminante de todas estas organizaciones y el de mayor desafío es la CELAC, porque es la primera vez que una organización agrupa a todos los países al sur del Río Bravo, incluyendo a los del Caribe".
—¿Por qué ha fructificado ahora una idea que en 200 años no fue posible?
—Nunca como ahora ha cobrado tanta fuerza la idea de la unidad, solo es comparable con los tiempos de Bolívar. Para mí la clave de este éxito está en los gobiernos de izquierda en América Latina, el cambio de época del que ha hablado el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
"Pero no solo esos gobiernos. Esos han sido el impulso, sobre todo Chávez y lo que ha significado la Revolución Bolivariana para este cambio en la correlación de fuerzas en América Latina. A eso se sumaron los nuevos gobiernos progresistas que llegaron al poder; eso fue un segundo impulso.
"Por otro lado, la realidad actual es distinta. Se acaba de demostrar en estos días con los acontecimientos en Panamá, cómo un gobierno enfrentado a una antigua metrópoli, a una potencia europea como es España por el problema de la construcción del Canal, requiere del apoyo de los demás países de América Latina, y qué mejor escenario para encontrar ese respaldo que en la CELAC. ¿Dónde lo va a encontrar, en las Cumbres Iberoamericanas? No, si su conflicto precisamente es con una nación europea. O sea, que hasta los propios gobiernos de derecha encuentran una razón, en este mundo que cada día se va haciendo más multipolar, para pertenecer a esa alianza. Una alianza que reconoce la necesidad de respetar las distintas opiniones".
—A su juicio, ¿cuáles son los principales retos que tiene la CELAC?
—Los mismos retos que tienen los gobiernos progresistas en América Latina. Su sostenimiento depende de que mantengan y se-pan articular el apoyo y la movilización del pueblo, lo mismo que necesita la unidad latinoamericana. Estos procesos se simbolizan en figuras, como Rafael Correa, Evo Morales, Nicolás Maduro, Daniel Ortega; pero tienen que trascender las personalidades, y que también la integración tenga una amplia base popular, y eso lleva su tiempo.
—¿Cree que estos procesos de integración regional son irreversibles?
—Nada es irreversible en la vida, pero nada tampoco vuelve al mismo punto. Los cambios que están teniendo lugar indican que este es un camino que ya va a ser difícil que tenga un retroceso.
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Los retos de América Latina y el Caribe
Carlos Chacho Álvarez *
Una nueva y próxima Cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) nos alienta a reafirmar e insistir en la importancia estratégica y decisiva para la región de esta iniciativa.
Construir a América Latina y el Caribe como comunidad de presente y futuro, y como actor vital en un mundo configurado por bloques, es una tarea de enorme envergadura histórico-política.
Requiere establecer puentes entre las distintas subregiones y países, México, Centroamérica, el Caribe y Sudamérica, haciendo compatibles y asociables los distintos proyectos y la diversidad de enfoques, tanto en lo que se refiere al modelo interno de las naciones como a su grado y forma de inserción en la economía internacional. Hay que considerar que continúan siendo muchos y muy fuertes los intereses de quienes apuestan a la fragmentación, al status quo, a propagandizar y fomentar proyectos que, en cambio de considerarlos agregativos, tienden a sectorizar o confrontar debilitando las posibilidades de avanzar en la convergencia y la integración.
En términos del paisaje geopolítico mundial actual, la crisis de credibilidad de Estados Unidos, la declinación europea, el cambio de modelo económico de China y la persistencia de un sistema económico mundial concentrador y generador de desigualdades, interpelan la voluntad política, la imaginación y la persistencia de los latinoamericanos y caribeños a conformar un espacio común constituido con base en un sustantivo aumento de los intercambios y el comercio intrarregional, mejores infraestructuras; políticas productivas, industriales y tecnológicas compartidas y complementarias, y planes educativos, sociales, ambientales y culturales que puedan ser proyectados en clave comunitaria y que demuestren que es posible comenzar a desarrollar políticas públicas regionales.
La interdependencia mundial, lejos de disolvernos como identidad, nos desafía a perfilar más nítidamente nuestra singularidad articulando, con mucho empeño, paciencia estratégica y sentido de pertenencia y del porvenir, realidades y subregiones muy distintas y hasta en muchos casos divorciadas entre sí. Esto para desarrollarnos y defendernos juntos frente a las incertidumbres de una globalización desbocada, sin controles ni gobierno, para poner en valor comunitario las inmensas riquezas que poseen cada uno de nuestros países y para coprotagonizar un cambio de paradigma frente a un modelo civilizatorio en decadencia y crisis. Un continente que debe pelear junto contra las propias desigualdades como ante las injusticias de un capitalismo adicto al dinero fácil, especulativo, concentrador de riqueza y promotor de asimetrías inaceptables.
Para estas tareas que trascienden las posibilidades nacionales e incluso subregionales es que se necesita afirmar el proyecto de la CELAC, buscando coincidencias, coordinando los esfuerzos de los diferentes organismos subregionales y actualizando y renovando la arquitectura institucional —un poco errática que se viene construyendo en América Latina y el Caribe hace ya más de 50 años.
Es un enorme esfuerzo, una tarea que a veces se piensa o se quiere ver, por las diferencias y las heterogeneidades, como imposible o inviable, pero que sigue desafiándonos no solo desde el eco de nuestra historia compartida, sino como el reto definitorio para reconocer y diferenciar si América Latina vive una importante época de cambios o va a ser protagonista y actor colectivo de un cambio de época. (Tomado de La Jornada)
*Secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración.
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Cumbre buscará declarar a la región como zona de paz
El vicecanciller cubano Abelardo Moreno dijo en La Habana que en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se buscará declarar la región como zona de paz.
Es preciso que los jefes de Estado y de Gobierno den su apoyo para que siempre se resuelvan los conflictos a través del diálogo y las negociaciones, expresó el funcionario en entrevista con la televisión nacional.
Recordó que las 33 naciones de la CELAC son parte del tratado de Tlatelolco, el cual prohíbe las armas nucleares en Latinoamérica y el Caribe. Sin embargo consideró necesario ir más allá y alcanzar una unión por la paz, apuntó.
Moreno aseguró que la organización para el evento marcha muy bien e informó que se discute a distancia un proyecto de declaración política y un plan de acción para el 2014.
Comentó que se preparan unas 26 comunicaciones especiales que abordan temáticas como el apoyo a Argentina en su lucha por la recuperación de las islas Malvinas, el dominio de las trasnacionales, la explotación de los recursos naturales, el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba, las políticas culturales y el terrorismo.
El próximo 28 y 29 de enero el recinto expositivo Pabexpo, en La Habana, acogerá las delegaciones de los países miembros de la CELAC, reunión que estará precedida por un encuentro de expertos nacionales, los días 25 y 26, en tanto el 27 se reunirán los cancilleres.
La Comunidad se constituyó en el 2011, en Venezuela, y está considerada como el suceso institucional más importante de la región y tuvo su primera cumbre el pasado año en Santiago de Chile, donde Cuba asumió la presidencia pro témpore, la cual traspasa es-te año a Costa Rica. (Sitio Oficial de la Cumbre de la CELAC. Cuba) |
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Una Patria musical sin fronteras
Pedro de la Hoz
En medio de las tinieblas de la dictadura pinochetista, los jóvenes chilenos solían escuchar en casetes, copiados en grabadoras domésticas y puestos en circulación mediante canales alternativos, las canciones del cubano Silvio Rodríguez. Una de ellas, particularmente, insuflaba esperanzas: Ojalá pasó de canción de amor a tema de resistencia.
Siempre ha habido músicas compartidas entre los pueblos de América Latina y el Caribe que conforman una identidad superior.
Acá, al filo de los 70, apenas conocíamos unos cuantos bossa nova, sobre todo los excelentes salidos de la unión de Tom Jobim y Vinicius de Moraes, y claro está, la inefable Acuarela do Brasil, de Ari Barroso, hasta que Leo Brouwer, al frente del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, ofreció aquel concierto me-morable que desbordó la capacidad de la sala Chaplin con un público ávido en descubrir para no olvidar jamás, en las voces de los trovadores cubanos, la obra de Chico Buarque, Joao Gilberto, Caetano Veloso y Gilberto Gil.
Por los días en que morían jóvenes argentinos en las Malvinas, y los Estados Unidos hacían tabula rasa del Tratado Interamericano de Asis-tencia Recíproca al alinearse con Gran Bretaña, otros jóvenes en plazas mexicanas, caraqueñas y limeñas entonaban Solo le pido a Dios, para acompañar el reclamo de León Gieco, que la gran Mercedes Sosa puso en órbita en todo el continente.
Siempre, antes, después, ahora mismo, ha habido músicas compartidas entre los pueblos de América Latina y el Caribe, que por encima de sus identidades nacionales han ido construyendo un discurso sonoro que se reconoce en un ámbito mayor.
No solo cuentan las canciones que reflejan conflictos y ansiedades vinculadas a nuestros avatares políticos y sociales, sino aquellas que dan cuerpo a las tradiciones y se en-trecruzan sedimentadas en el imaginario popular.
Mucho tienen que ver ciertas raíces comunes. A grandes rasgos, y aún a riesgo de una reducción esquemática pero pertinente en este rápido enfoque, esas raíces determinaron dos grandes vertientes: la de las músicas afrolatinocaribeñas (las Antillas, una buena parte de la cuenca del Gran Caribe y Brasil) y las que nacieron en tierras donde la presencia de las poblaciones originarias no pudo ser borrada por los conquistadores europeos (los países andinos y zonas de México, Centroamérica y del interior de Argentina), contando ambas, desde luego, con los poderosos jugos aportados por las culturas de la Península Ibérica y otras europeas.
Por supuesto que no todo cabe ni responde a ese esquema, como el caso del patrón de habanera subyacente en el tango, o de la música vallenata que logra el milagro de juntar percusiones de origen arauaco con el acordeón o del frevo brasileño donde la polka se transfigura al contacto con ritmos bantúes y escalas indoamazónicas.
Una vez más, la clave para comprender la dialéctica entre lo diverso y único del sonido de nuestras tierras la ofrece Alejo Carpentier:
Cuando nos enfrentamos con la música latinoamericana, nos encontramos con que esta no se desarrolla en función de los mismos valores y hechos culturales (que la música europea), pues obedece a fenómenos, aportaciones, impulsos, debidos a factores de crecimiento, pulsiones anímicas, injertos y trasplantes, que resultan insólitos para quien pretenda aplicar determinados métodos al análisis de un arte regido por un constante rejuego de confrontaciones entre lo propio y ajeno, lo autóctono y lo importado.
También nos dice otro eminente musicólogo cubano, el maestro Leo-nardo Acosta:
Cualquier elemento musical de cualquier latitud, si es válido, legítimo, y por tanto contiene en germen lo universal, puede ser muy bien asimilado, y a su vez será invariablemente transformado por una sensibilidad de otra latitud enraizada en lo propio.
Lo cierto es que a partir del siglo XX, en la medida que las comunicaciones entre los países latinoamericanos y caribeños —nunca olvidar a los territorios de esa subregión que se expresan en otras lenguas y forman parte inseparable de nuestra comunidad—, y crecieron los flujos migratorios y surgió la industria musical asociada a las grabaciones y la radio, se expandió el sentido de pertenencia de no pocos géneros y especies musicales desde lo meramente local hasta la alcanzar una dimensión continental.
Así se explica por qué tangos y sones, rancheras y cumbias, calipsos y reggaes, boleros y bambucos, sambas y pasillos, huaynos y plenas, sin perder sus perfiles originales se disfrutan indistintamente del Bravo a la Pata-gonia. Lo propio sucede en los predios de la música de concierto, donde escapan de sus cunas para acreditar un revelador sentido nuestroamericano los nombres de Caturla y Roldán, Re-vuelta y Chávez, Cordero y Lauro, Barrios Mangoré y Gustavo Becerra, Villa-Lobos y Camargo Guarnieri, Guas--tavino y Ginastera.
Tal como desde la medianía del siglo pasado Beny Moré fue un ídolo en Panamá, Colombia, Puerto Rico y Venezuela, y los colombianos bailaron con la Sonora Matancera, y Jorge Negrete sedujo a Sudamérica y Lucho Gatica fue reconocido en el Caribe como un bolerista mayor —ya sabemos lo que significó antes Carlos Gardel en todas nuestras tierras—, hoy día Jimmy Cliff y Mannu Char-lemagne, Rubén Blades y Juan Formell, Silvio y Pablo, Gieco y Baglietto, Susana Baca y Lila Downs, Oscar D’ León y Andy Montañez, Danny Rivera y Tania Libertad, Totó la Momposina y Carlos Vives, Chucho Valdés y Danilo Pérez, Brouwer y Gismonti, Juan Luis Guerra y Michel Camilo, por citar unos pocos nombres emblemáticos, se desmarcan de nuestras fronteras para integrar el patrimonio de los pueblos de esta parte del mundo.
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Arribarán a Cuba mandatarios a la CELAC desde el 27 de enero
Los jefes de Estado y de Gobierno que participarán en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) comenzarán su arribo a La Habana el próximo 27 de enero, destacó el programa previsto.
Según la agenda, la sesión inaugural se realizará en horas de la mañana del 28 de enero en el recinto expositivo Pabexpo, sede de todas las actividades de la cita regional.
El encuentro centrará los debates en problemas que afectan a la región como el hambre, la pobreza y las desigualdades y buscará estrategias para enfrentarlos.
Previo a la cita cumbre serán celebradas entre el 25 y 27 de enero las reuniones de expertos nacionales y de los cancilleres, indicó.
Para ambos días de cumbre presidencial, 28 y 29 de enero, se efectuarán sesiones plenarias, anunció.
Las primeras damas, que concurran a la reunión, cumplirán un plan de recorridos por lugares de interés social, cultural y científico.
De acuerdo con el programa, visitarán el centro de Inmunoensayo, la zona colonial de la capital, la escuela Dora Alonso, para niños autistas y el edificio de arte cubano del Museo Nacional de Bellas Artes.
En Pabexpo, la sala plenaria, los salones para intercambio bilateral, los espacios para el trabajo de la prensa, son acondicionados técnicamente para asegurar un cita de alto nivel que distinga a Cuba, aseguró a la prensa Abraham Masiques, Jefe del Grupo Palco, al frente de las obras.
La CELAC se constituyó en 2011, en Caracas, está considera como el suceso institucional más importante de la región y tuvo su primera cumbre el pasado año en Santiago de Chile, donde Cuba asumió la presidencia pro témpore, la cual traspasa este año a Costa Rica. (PL) |
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Periodistas recorrieron este jueves las instalaciones donde se realizará el evento
Dalia González Delgado
Todas las condiciones se han creado para recibir, como corresponde, en Cuba a los participantes de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), afirmó este jueves la viceministra de Relaciones Exteriores, Ana Teresita González Fraga.
Sala del plenario, donde se desarrollarán todas las reuniones, las de Coordinadores Nacionales, las de Cancilleres, y la de Jefes de Estado y de Gobierno.
En el recinto ferial del Palacio de Convenciones de La Habana, Pabexpo, sede de la cita que se celebrará los días 28 y 29 próximos, la viceministra auguró que la cumbre será un éxito para la CELAC y para el proceso de integración regional.
El encuentro de Jefes de Estado y de Gobierno estará precedido por la reunión de los Coordinadores Nacionales los días 25 y 26, y la de los Ministros de Relaciones Exteriores el día 27.
Además, se espera a un grupo de primeras damas que desarrollarán un programa colateral de actividades, así como a invitados especiales, principalmente directivos de organizaciones regionales y organismos internacionales.
El tema central de la cumbre es la lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad, dijo González Fraga.
En Pabexpo se ultiman los detalles en los locales donde se realizará el evento. Además de la sala del plenario, habrá salones para encuentros bilaterales, así como oficinas individuales para los representantes de las delegaciones asistentes.
Está casi lista también la sala de prensa, que contará con servicio de wifi entre otras facilidades de conexión a Internet. Hasta el momento, han sido recibidas solicitudes de participación de más de 420 periodistas extranjeros, procedentes de 87 medios de 24 países. Los servicios de traducción serán en inglés, francés, portugués y español.
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