En el evento participaron además Felipe Solá, por Argentina, Ernesto Araújo de Brasil, Euclides Acevedo de Paraguay, completando los cuatro países fundadores del Mercosur (Mercado Común del Sur) cuando se cumplen los 30 años de fundación del bloque sudamericano.
Pese a las enormes diferencias ideológicas y políticas, los cuatro cancilleres reclamaron a EEUU que preste más atención a la región, que está siendo cautivada por China que ya es el principal socio comercial de varios de sus países.
Además de quejarse, pidieron ayuda con las campañas de vacunación. Al respecto, Bustillo enfatizó que "Estados Unidos debe escucharnos porque el único que nos presta atención es China, que golpea continuamente nuestras puertas porque el Mercosur somos una región muy rica. Es importante que EE.UU. reconozca que hay un bloque que apoya aún a Occidente, pero se deben preocupar y acercar más a nuestra región".
El argentino Solá, cuyo país ocupa la Presidencia pro témpore del Mercosur, enfatizó que "hay una reconfiguración del tablero internacional y no se puede desconocer el rol protagónico cada vez mayor de China".
En tanto, Bustillo pidió asistencia por el "tsunami económico" que está sufriendo la región por la pandemia de COVID-19. Pero fue el paraguayo Acevedo el más enfático a la hora de denunciar la escasez de vacunas. "Las vacunas deberían ser un bien común universal, pero no las obtenemos debido a la avaricia de algunos", señaló Acevedo.
En Paraguay estos días se registran importantes manifestaciones populares de una población cansada de la pandemia, donde la campaña de vacunación aún no ha comenzado.
Un reciente informe de la edición brasileña del diario El País, plantea la enorme desigualdad en la distribución de vacunas en la región, que se superpone a la que existe en el mundo. Hasta ahora América Latina recibió vacunas para inmunizar apenas el 2,8% de la región, pero el 87% de las dosis se concentran en cuatro países: Brasil, Chile, México y Argentina.
El presidente de la Cruz Roja argentina, Diego Tipping, destacó que "dos tercios de las vacunas fueron destinadas a los países más poderosos y apenas el 0,1% a los 50 países más pobres". En ese sentido, México llevó una demanda por mayor equidad en la distribución al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
De los cuatro países del Mercosur, la mayoría de las vacunas recibidas provienen de Rusia y de China. Argentina viene vacunando con Sputnik V, AstraZéneca y Sinopharm. Brasil fabrica la Sinovac en el instituto Butantan y AstraZéneca en el instituto Fiocruz. En tanto, Uruguay vacuna prioritariamente con Sinovac y cuenta con algunas dosis de Pfizer. Por último, Paraguay recibió vacunas Sputnik V.
El caso de Uruguay es sintomático. Aunque el Gobierno de Luis Lacalle está alineado con Washington, está recibiendo casi dos millones de vacunas de Sinovac y apenas 50.000 de Pfizer, pese que la empresa estadounidense asegura que "Uruguay tuvo prioridad para recibir las vacunas".
Los principales países de la región están considerablemente atrasados en la vacunación. Brasil y Argentina se acercan al 5% con la primera dosis. En contraposición, Chile ya vacunó al 30%, pero Paraguay, Venezuela y Ecuador aún no llegan al 1%.
El viraje político más evidente fue el de Brasil. El presidente Jair Bolsonaro había dicho que jamás compraría vacunas chinas. Esta semana, el Ministerio de Salud envió una carta al embajador de China para que "interceda ante la estatal Sinopharm para que libere 30 millones de dosis del inmunizante".