BALBUCEO
Triste está la casa nuestra,
triste, desde que te has ido.
Todavía queda un poco
de tu calor en el nido.
Yo también estoy un poco triste
desde que te has ido;
pero sé que alguna tarde
llegarás de nuevo al nido.
¡Si supieras cuánto, cuánto
la casa y yo te queremos!
Algún día cuando vuelvas
verás cuanto te queremos.
Nunca podría decirte
todo lo que te queremos:
es como un montón de estrellas
todo lo que te queremos.
Si tu no volvieras nunca,
más vale que yo me muera...
pero siento que no quieres,
no quieres que yo me muera.
Bien querida que te fuiste
¿no es cierto que volverás?
para que no estemos tristes
¿no es cierto que volverás?
Enrique Banchs.