Ángel Santo, amado de Dios, que después de haberme tomado, por disposición divina, bajo tu bienaventurada guarda, jamás cesas de defenderme, de iluminarme y de dirigirme: yo te venero como a protector, te amo como a custodio; me someto a tu dirección y me entrego todo a ti, para ser gobernado por ti. Te ruego, por lo tanto, y por amor a Jesucristo te suplico, que cuando sea ingrato para ti y obstinadamente sordo a tus inspiraciones, no quieras, a pesar de esto, abandonarme; antes al contrario, ponme pronto en el recto camino, si me he desviado de él; enséñame, si soy ignorante; levántame, si he caído; sosténme, si estoy en peligro y condúceme al cielo para poseer en él una felicidad eterna. Amén.
Letanías de la Humildad del Cardenal Merry del Val
-Jesús manso y humilde de Corazón, ...Óyeme.
-Del deseo de ser estimado*,...Líbrame Jesús (se repite) -Del deseo de ser alabado, -Del deseo de ser honrado, -Del deseo de ser aplaudido, -Del deseo de ser preferido a otros, -Del deseo de ser consultado, -Del deseo de ser aceptado, -Del temor de ser humillado, -Del temor de ser despreciado, -Del temor de ser reprendido, -Del temor de ser calumniado, -Del temor de ser olvidado, -Del temor de ser puesto en ridículo, -Del temor de ser injuriado, -Del temor de ser juzgado con malicia,
-Que otros sean más estimados que yo,...Jesús dame la gracia de desearlo (se repite) -Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse, -Que otros sean alabados y de mí no se haga caso, -Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil, -Que otros sean preferidos a mí en todo, -Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda,
ORACIÓN Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.
Señor, en el silencio de este día que comienza, vengo a pedirte la paz, la prudencia, la fuerza. Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor, ser paciente, comprensivo, dulce y prudente. Ver por encima de las apariencias a tus hijos como Tu mismo los ves y así no ver más que el bien en cada uno de ellos. Cierra mis ojos a toda calumnia, guarda mi lengua en toda maldad, que sólo los pensamientos caritativos permanezcan en mi espíritu, que sea benévolo y alegre, que todos los que se acerquen a mí sientan tu presencia. Revísteme de Ti, Señor, y que a lo largo de este día yo te irradie.
Oración para pedir protección
Altísimo Dios de todo lo creado. Verdad infalible en quien creo. Clemencia infinita en quien espero. Bondad inmensa a quien amo sobre todas las cosas y a quien me pesa haber ofendido. Te doy gracias por haberme creado, redimido, bautizado, y conservado; y por todos los beneficios que me has hecho hasta ahora. Te ofrezco todos los pensamientos, palabras, obras y sufrimientos de este día con intención de ganar sus indulgencias y aplicarlas por las almas del purgatorio.
No permitas, Padre mío, que te ofenda. Líbrame de las tentaciones del demonio. Dame fuerza para huir de las ocasiones de pecar y vencer mis pasiones. Haz que cumpla con el fin para el cual estoy en el mundo, que conozca tu voluntad, que me preocupe por la salvación de mi alma y por hacer el bien a mi prójimo. Que viva el día de hoy como si fuera el último de mi vida. Para que merezca gozarte en el reino eterno de la gloria.
Te lo pido por los méritos de mi Señor Jesucristo y la intercesión de mi Madre, la siempre Virgen María, de mi ángel de la guarda, de San José, de San(ta)..., y demás patronos y abogados míos. Amén.
Creo, Jesús mío, que eres el Hijo de Dios vivo que has venido a salvarnos. Creo que estás presente en el augusto Sacramento del Altar. Creo que estás, por mi amor, en el Sagrario noche y día. Creo que has de permanecer con nosotros hasta que se acabe el mundo. Creo que bendices a los que te visitan, y que atiendes los ruegos de tus adoradores. Creo que eres el viático de los moribundos que te aman para llevarlos al cielo. Creo en Ti, y creo por los que no creen. (Comunión espiritual).
Regina Coeli Reina del cielo (Durante el Tiempo Pascual sustituye al Angelus)
V. Alégrate, Reina del cielo. Aleluya. R. Porque el que mereciste llevar en tu seno. Aleluya. V. Ha resucitado, según predijo. Aleluya. R. Ruega por nosotros a Dios. Aleluya. V. Gózate y alégrate, Virgen María. Aleluya. R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente. Aleluya.
Oremos: Oh Dios que por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos por su Madre, la Virgen María, alcanzar el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.