Hola mis amados:
El fuego es algo con lo cual no se puede jugar, es innato tenerle temor porque hemos visto como arrasa con lo que el devore, cuando es incontrolable por ejemplo consume grandes hectáreas de bosque y no queremos que toque nuestra casa o a quienes amamos, pero si este que vemos puede producir esto, piensa por un momento en el fuego eterno, es un lugar que no fue preparado para los hombres sino para el diablo y sus ángeles, el Señor desea que nadie vaya allí, de ti y de mi depende donde queremos pasar la eternidad, si tienes a Jesús en el corazón vas a morar con Él porque fue a preparar moradas para nosotros.
DONDE EL FUEGO PASÓ
Los habitantes de una granja del oeste norteamericano acababan de terminar la siega cuando, de repente, vieron en el horizonte una oscura nube seguida por una llama rojiza.
La pradera ardía. El corazón de la gente se oprimió de angustia. El viento soplaba en dirección a ellos; pronto estarían en medio de las llamas a las que nada podía detener.
El granjero conocía el único medio de escapar de ese azote. Prendió fuego al pasto seco del campo que tenía delante. El fuego se expandió rápidamente, dejando tras él una oscura extensión sobre la cual se agruparon el granjero y su familia.
El incendio que llegó a gran velocidad, al encontrar el pasto ya quemado, no teniendo nada que consumir, se detuvo. Todos se salvaron.
Ese drama que terminó bien nos hace pensar en un peligro mucho más temible y en el único medio de evitarlo. El fuego del juicio, la ira de Dios contra el pecado, amenaza a todos los hombres.
Pero Dios ha provisto un lugar perfectamente seguro, un lugar por donde el fuego ya pasó: la cruz del Señor Jesucristo.
Allí nuestro Salvador conoció todo el ardor del justo juicio de Dios contra el pecado, a fin de librar a los que buscan su refugio en Él.
Mediante la cruz, y solo por medio de la cruz, nos hallamos a cubierto de la condenación. Ese “fuego” que pasó sobre Cristo no puede alcanzarnos más.
Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo, y nos levantó un poderoso Salvador en la casa de David su siervo.
"Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él" (Juan 3: 17).
Os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
"De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida" (Juan 5: 24).
NO ME PREOCUPO
“¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” Mateo 6:27 (Reina-Valera 1960)
Hay gente que no puede entender cómo es que nosotros los cristianos no nos preocupamos al extremo por las cosas. Y es que a veces podemos estar pasando por situaciones que a cualquiera le roba la sonrisa y sin embargo seguimos sonriendo.
Y es que nosotros que hemos nacido de nuevo hemos comprendido que no se trata de lo que nosotros podemos hacer, sino de lo que Dios puede y quiere hacer.
No hablo que sea malo preocuparse, no, de hecho todos nos preocupamos en algún momento por mucho conocimiento de la Biblia que tengamos o por mucha fe que tengamos en lo que esperamos que Dios haga, pero hay una diferencia enorme cuando comprendemos que hay cosas que por más que nos preocupemos están fuera de nuestro alcance solucionar, es allí cuando lo único que podemos hacer es confiar sin preocuparnos.
Yo siempre me he preguntado: ¿Qué gano con preocuparme al extremo?, ¿Qué gano con preocuparme a tal punto que el sueño se me vaya?, ¿Acaso con preocuparme voy a solucionar ese problema que desde el punto de vista humano es insolucionable?, entonces, ¿Por qué me voy a preocupar al extremo?
Preocuparse al extremo solo acarrea más carga, desanimo, frustración y hasta enfermedades físicas y es que muchas veces nos preocupamos a sabiendas que no podemos hacer nada por solucionar ese problema.
Cuando estés frente a un problema de esos que humanamente no tienen solución, simplemente ¡No te preocupes!, porque, ¿Lo solucionaras preocupándote?, en su lugar confía en Dios y sonríe, que Él vea la confianza total que hay en ti de que es su turno de actuar.
Y es que cuando las cosas se salen de nuestro control es momento de cederle el lugar a Dios, es tiempo de permitir que Él se manifieste en eso que para nosotros era imposible de solucionar, es allí en esos momentos en donde conocemos a Dios más de cerca y a Su poder.
¿Qué es lo que te preocupa este día?, ¿Lo puedes solucionar preocupándote?, ¿Lo vas a solucionar llorando o quejándote?, ¿Lo vas a solucionar enojándote?, ¿Lo solucionaras entristeciéndote?, entonces si ninguna de esas actitudes es la fórmula para solucionarlo, entonces ¿Por qué estas actuando de la manera que lo estás haciendo?
Hoy quiero invitarte a confiar en Dios, a no preocuparte del mañana, a estar seguro que Dios no te desamparará, no dejará y que Él obrará en esa situación que se ha escapado de tus manos.
Hoy es un hermoso día para que sonrías, regálale una sonrisa a Dios como muestra de tu confianza en Él. En lugar de llorar, sonríe, en lugar de preocuparte, alaba a Dios, en lugar de quejarte, agradece, en lugar de enojarte, adóralo y entonces todo tu panorama cambiara y tú misma fe y confianza en Dios hará que Él mueva su mano poderosa a tu favor.
¡No te preocupes, en su lugar confía en Dios y sonríe!
“Más yo en ti confío, oh Señor;
Digo: Tú eres mi Dios.
En tu mano están mis tiempos;
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
Haz resplandecer Tu rostro sobre tu siervo;
Sálvame por Tu misericordia.”
Salmos 31:14-16 (Reina Valera 1960)
Autor: Enrique Monterroza
Es hermoso saber que si le llevamos al Señor todo problema, preocupación o dificultad, podremos hallar descanso, tranquilidad y esperar que Él nos muestre la solución, si no está en nuestras manos con más razón debemos acudir a Quien todo lo puede, para El no hay nada difícil y si creemos esto y lo practicamos, viviremos con gozo, gratitud y adorándole por ser nuestro Padre Fiel y especial que nos ama con amor eterno.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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