Hola mis amados:
Gracias al Señor que un día oímos Su Palabra y ella nos trajo la fe que necesitamos para creer, pero a medida que pasa el tiempo esa fe se debilita y es necesario poder estar dispuestos a volver a escuchar atentamente Su voz para que nos levantemos convencidos y avancemos en la vida viviendo como El espera, dando fruto y agradándole en todo, por tanto que nuestros oídos se abran y nuestra vida sea un total reflejo de que la fe nos impulsa a vivir como Cristo vivió.
CAMINANDO SOBRE EL AGUA
No sé si ocurre a menudo, pero sí te puedo decir que hay tiempos en los que debemos caminar sobre las aguas; a veces obedeciendo un llamado, otras veces lanzándonos al abismo, pero casi siempre impulsados por nuestro ser interior, nuestro espíritu resucitado, esa nueva criatura que no se conforma con lo común, lo cotidiano, lo opaco de la vida, o lo corriente.
Es esa fuerza interior desatada aparentemente sin control pero perfectamente identificable como algo superior llevándonos a la búsqueda de lo imposible y a creer en esperanza contra esperanza, es decir, a caminar sobre las aguas. Allí es donde decimos: "se puede". Donde no pesamos las trabas y no miramos la realidad de nuestro alrededor, sino que en un momento de conciencia espiritual entendemos que algo mayor está en nosotros y si lo dejamos apoderarse de nuestros sentidos, extenderse a nuestros sueños, todo comienza a ser posible pues al fin entendemos que no es con nuestra fuerza, sino por la fuerza interior que se desata por la semilla de la fe.
Tal vez por eso Pablo dijo que "la fe es por el oír y el oír por la palabra de Dios". Algunos manuscritos dicen: "por la palabra de Cristo", es decir que aun el oír es por la palabra. La capacidad de OÍR se desata en nosotros por la palabra. Allí está el secreto, el caminar sobre las aguas se da solo cuando oyes la palabra, es decir cuando tu relación con Dios es más que una simple visita de domingo a la iglesia, y dentro de ti crece el apetito sobrenatural del conocimiento ya no de LA PALABRA, sino de SU PALABRA, que son dos cosas diferentes. Muchos son los que conocen la palabra escrita de Dios, pero no muchos logran OÍR por la palabra. Allí es cuando la realidad de Su voluntad se despliega delante de nuestros ojos y ya nada parece imposible y nuestros ojos naturales dejan lugar a la visión espiritual que Dios tiene para darnos y nos envuelve allí. Lo imposible se desmorona y lo inalcanzable comienza a descansar en nuestras manos, porque logramos entender lo que significa que la tierra "gime esperando la manifestación de los hijos de Dios".
La tierra tiene en su memoria la autoridad y la protección de Adán en el principio, lo vio ejercer dominio y gobierno y con él todo era prosperidad y armonía; y con el postrer Adán todo volvió al principio y ahora espera que TU y YO nos manifestemos, que comencemos a caminar sobre las aguas para darnos cuenta que "todo es posible si podemos creer", que Él está esperando solamente que creamos para comenzar a equilibrar el gobierno celestial y demostrar cuál es la altura, la anchura y la profundidad del amor de Dios que te involucra a ti, a mí, y a toda la humanidad; que caminar sobre las aguas es nuestro destino porque... "es Cristo en nosotros la esperanza de gloria"
¿Qué esperas? Atrévete a salir de tu barca pues del otro lado sólo te espera un milagro…
CUAL ES EL PUNTO?
¿Cuál es el punto? Esa pregunta me vino a la mente mientras observaba al perro de mi nieto buscar y traerme una pelota una y otra vez.
¿Cuál es el punto? Eso es lo que el autor de Eclesiastés preguntó mientras pensaba en el monótono ciclo que observaba en la naturaleza y en la vida: las mismas cosas sucediendo año tras año, generación tras generación.
¿Cuál es el punto? Eso es lo que un hombre de negocios jubilado preguntaba, en efecto, cuando me dijo que prefería morir que vivir más tiempo. Había visto y hecho todo lo que había querido. Había llegado a un momento en que la vida le daba más dolor que placer.
¿Cuál es el punto? He aquí el punto. Unos cuantos años antes de que muriera un amigo mío dijo: «La vida es una experiencia maravillosa. Es magnífico ver que Dios mantiene la naturaleza funcionando en su patrón. Es maravilloso saber que estamos aquí para amar a Dios por encima de todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Es consolador creer que todos nuestros pecados están perdonados por lo que Cristo hizo en la cruz. Y es emocionante pensar en la eternidad que Dios tiene para nosotros. Ciertamente que es fantástico estar vivo.»
La vida puede ser deprimente cuando se deja a Dios afuera. Pero ¡qué emocionante es cuando Él está en el centro de la misma!
En efecto, Jesús es la vida y cuando la tenemos es la mejor posesión que hay, se disfruta al máximo y se puede apreciar en todo sentido, porque vemos por ejemplo que El hizo todo lo que nos rodea por amor, preparo este planeta para plantarnos en él y que le diéramos la Gloria, la gratitud y mantuviéramos una perfecta relación en fe y amor, por tanto que bendición contar con Jesús en el corazón para estar satisfechos con lo que nos ha dado por gracia y bondad.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA