Hola mis amados:
Muy interesante este mensaje porque nos indica en verdad quien merece ser recompensado, muchas veces nos hemos equivocado al hacerlo y por eso es bueno tomar nota para hacer lo correcto y que las personas indicadas tengan ese aliciente para que sigan dando lo mejor de sí, procurando el bienestar de otros y de empresas, ellas son las que aportan más de lo que se espera y es la razón más poderosa para brindarles la recompensa, así que seamos nosotros mismos una de ellas pero no para esperar la recompensa sino para ser bendición a los demás.
CUÁNDO RECOMPENSAR Y CUÁNDO NO RECOMPENSAR
DaRonn Washington
Una vez hablaba con un amigo acerca de los principios del liderazgo en el tema de recompensar a su equipo ministerial. Lo que él estaba haciendo era recompensar a los miembros de su equipo por llegar puntuales y hacer el trabajo por el que habían sido contratados. En sí, la recompensa era una buena idea, pero si lo pensamos bien, esa no es el tipo de conducta que debemos recompensar. Sí, llegar puntuales y hacer el trabajo por el que han sido contratados son buenos atributos, pero, ¿no son esas las cosas que el equipo tiene que hacer siempre? ¿No es eso lo mínimo que esperamos de ellos? Si recompensamos a las personas por hacer lo mínimo que se espera de ellas, eso sólo hará que ellos se conformen con cumplir con nuestras expectativas. Mientras le decía esto a mi amigo, él se dio cuenta que las recompensas están reservadas para aquellos que van más allá de nuestras expectativas, no para los que se contentan con cumplir en lo esperado.
Estos son algunos puntos que te ayudarán a evaluar cuándo recompensar y cuándo no recompensar.
Recompensamos a las personas que hacen más de lo que hay en la descripción de su trabajo.
Recompensamos a las personas que hacen a toda la organización más productiva.
Recompensamos a las personas cuando hacen ciertas cosas que queremos animar a que sigan haciendo.
Recompensamos a las personas cuando fortalecen al equipo y no sólo a sí mismos.
Recompensamos a las personas cuando ponen el bienestar de la organización por encima de sus propias necesidades.
Recompensamos a las personas cuando su presencia nos permite hacer un mejor trabajo.
Recompensamos a las personas cuando nos brindan años de servicio fiel.
Todo lo anterior y muchas otras razones son el por qué recompensamos a las personas que trabajan con nosotros. Es importante considerar que las actividades de recompensa deben ser continuas. Si nuestro personal tiende a hacer lo mínimo, al recompensarlos cuando recorran la milla extra les haremos saber que nos damos cuenta y lo apreciamos.
CUANDO EL CIELO SE NUBLA
No importa en qué circulo de vida estés viviendo, el cielo se nubla a veces, el sol se oculta, y el cielo se pone gris. Aun estando en la cúspide de tu vida, puedes levantarte con la cabeza metida en un “saco”, o envuelta en un “torbellino de dudas”, porque no estas exento(a).
No trates de ser súper héroe, eres tan humano (a) como cualquier otro (a) y puedes sentirte mal en cualquier momento de la vida; claro que sí. ¡Lo importante es no darte por vencido(a)!.
El día transcurre, la noche pasa, la tormenta, la lluvia, la noche, la sombra, la oscuridad pasara, pero tú, nacerás como la aurora en la mañana, tu puedes permanecer de pie, como un roble fuerte, firme, aunque el viento tempestuoso trate de arrebatarte de tu tronco; si pasas esta tormenta, ese huracán de prueba que te ha sobrevenido de repente, que te ha tomado por sorpresa, estarás a salvo, podrás seguir caminando, te levantaras por la mañana nuevamente viendo un sol saliente, un día claro y fresco lleno de esperanzas y podrás respirar triunfos de victorias, de un futuro pleno y lleno de fe.
Solamente mira al cielo, mira que en él hay un arcoíris, prometiéndote que nunca DIOS te abandona. Solo ten fe. La fe lleva al ser humano a un encuentro vivo con Dios en la oración atenta y de corazón.
Durante esta oración el ser humano se relaciona con la todopoderosa fuerza divina y entonces, según las palabras del Salvador, todo se hace posible para el creyente (Mt. 9:23).
Por eso “Todo lo que pidieran en oración con fe, lo recibirán,” y añadió:
“Si tuvieran fe como un grano de mostaza y le digan a un monte: muévase de aquí para allá, y se moverá, y nada os será imposible” (Mat. 21:22 y 17:20). En otras palabras, incluso la más pequeña fe puede hacer milagros, con tal que sea integra y viva como una semilla.
Es la “llave de los tesoros de Dios.”
La fe es lo que le agrada al Señor y por eso en todo tiempo, circunstancia o lugar debemos manifestarla, porque vendrán días difíciles, situaciones adversas o problemas que nos llevaran a preocuparnos, pero si ponemos la fe en acción veremos la respuesta de nuestro amado Salvador y eso muestra la confianza que tenemos hacia El para que venga en nuestra ayuda, por tanto que alimentemos la fe con la Palabra de Dios para que lo demás se muera de hambre.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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