Hola mis amados:
Si hay ocasiones en las que viajando o mirando por televisión en alguna película vemos prados hermosos que provocan de inmediato estar allí y disfrutar de su verdor, frescura y sobre todo el ambiente que a su alrededor hay, te imaginas cuando el Señor nos lleva a los que tiene preparados para nosotros, El sabe el momento indicado cuando podemos estar allí, después de la dura prueba, de un día caluroso o después de estar en el desierto, pero lo que no podemos olvidar es que es nuestro Pastor y lo hara.
PASTO
En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto aguas de reposo me conduce." Salmo 23:2
No hay pasaje más conocido de la Biblia que el Salmo 23. Es una porción extremadamente bella y alentadora. No hay pasaje más precioso que hable de la bondad de Dios como Pastor, y de su provisión generosa y divina. David sabía del tema por su pasado como pastor, y sabía de la satisfacción de las ovejas, al llegar al lugar ideal de comida. No eran tan comunes, y había que buscarlos. Pero al llegar, el banquete era ideal.
Con perfecta claridad, David compara esa situación cotidiana de las ovejas con la provisión de Dios. Y nos recuerda con dulzura que Dios es tu Pastor, es mi Pastor, es nuestro Pastor. Y por eso nada nos va a faltar. Dios siempre provee de pastos delicados y aguas cristalinas para saciar nuestras necesidades más íntimas y profundas. Dios conoce lo que necesitamos y por Su amor siempre satisface.
¿Pero por qué es que a veces no encontramos esos pastos? La situación utópica que David describe está a veces muy lejos de nuestra realidad cotidiana. Los problemas, la angustia, la falta de dinero, la soledad, los fracasos, las deudas, los ataques del enemigo, la falta de paz están muy lejos de ese paraíso de frescura que David nos ofrece en el salmo 23.
¿Acaso es Dios malo que nos niega esa bendición? ¿Acaso está demasiado ocupado pastoreando a otros y se olvida de nosotros? Jamás. Ese es un pensamiento del diablo. Dios jamás se olvida de ti, ni de tus necesidades o conflictos.
Pero a veces, tiene que hacernos pasar por el desierto, para poder llegar a los pastos verdes. No es que Dios sea malo. Pero a veces permite un tiempo de escasez, para mostrar luego toda su generosidad y Gracia. Solo quien pasó por el desierto de los problemas y de la necesidad, puede disfrutar en su total magnitud, la generosa provisión de Dios para hacernos descansar.
Tal vez hoy estás caminando en el desierto de tus angustias y dificultades. No estás solo. Dios, el Pastor del Amor, te guía para que puedas llegar pronto al lugar de delicados pastos, a las aguas de reposo para que puedas descansar. Dios no se olvida de ti. Está a tu lado. Te sigue amando igual que siempre. Y te promete lo mejor.
MIRADA
El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces." Lucas 22:61 (NVI)
La traición ya estaba consumada. Pedro había negado tres veces al Señor Jesús. El patio estaba lleno de personas asociadas al Sanedrín, rostros agresivos, mucha violencia. Estaban golpeando al Nazareno y junto al fuego del patio, un rudo pescador ya había negado su relación con el Maestro. En medio de los gritos, de las agresiones, de las injurias, se produjo un silencio momentáneo. Y la mirada del Señor Jesús encontró los ojos de Pedro. El tiempo se paró. Fueron apenas unos segundos, pero parecieron una eternidad.
Ahí estaba el Maestro que le había pedido a sus discípulos y amigos que lo asistan y que no lo dejen solo mientras oraba al Padre en el huerto. Y sus amigos se quedaron dormidos. Cuando los despertó, no les reprochó su indiferencia, ni les mostró su profundo dolor por el desprecio y la ausencia. Era el mismo Maestro que le había advertido a Pedro: Me vas a negar. El diablo te va a sacudir como al trigo. Pero Yo he orado por ti, para que cuando regreses, seas de bendición para otros. NNNNNNOOOOOOOOOO, había gritado Pedro, voy a dar mi vida por ti.
Y cuando las miradas se cruzaron en aquel patio oscuro, Pedro se acordó de todo eso, y se quebró. No pudo seguir resistiendo esa mirada y se fue llorando amargamente. No había odio, ni rencor, ni dureza, ni recriminación, ni discriminación en la mirada de Jesucristo. Solo había amor. A pesar de los golpes recibidos, de la pesada cruz que se venía, del momento crucial del sacrificio para salvar al hombre con su muerte, de la frustración por ver que ninguno de los suyos lo defendía, en esa mirada, Pedro vio el amor más grande del universo.
Hoy Jesucristo te sigue mirando de la misma manera. Él sabe de tus fracasos y errores, sabe de tus pecados ocultos y de tus descuidos, y no te recrimina tus desprecios. Como a Pedro, hoy te ofrece una nueva oportunidad. Cristo te sigue mirando con el Amor del Cielo, aunque tu solo le des la espalda.
Jesucristo es el Dios de la segunda oportunidad, no te abuses de su amor perfecto.
Saber que la mirada tierna y llena de amor de Jesús esta sobre nosotros en todo momento es algo que nos llena de emoción, porque no estamos solos y aunque sabe que somos infieles y que desobedecemos Su amor no cambia ni varia, por eso cuando estemos en pecado, corramos a Él pidiéndole perdón y nos perderemos en esa mirada tan especial que solo El posee.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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Hola mis amados:
Si hay ocasiones en las que viajando o mirando por televisión en alguna película vemos prados hermosos que provocan de inmediato estar allí y disfrutar de su verdor, frescura y sobre todo el ambiente que a su alrededor hay, te imaginas cuando el Señor nos lleva a los que tiene preparados para nosotros, El sabe el momento indicado cuando podemos estar allí, después de la dura prueba, de un día caluroso o después de estar en el desierto, pero lo que no podemos olvidar es que es nuestro Pastor y lo hara.
PASTO
En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto aguas de reposo me conduce." Salmo 23:2
No hay pasaje más conocido de la Biblia que el Salmo 23. Es una porción extremadamente bella y alentadora. No hay pasaje más precioso que hable de la bondad de Dios como Pastor, y de su provisión generosa y divina. David sabía del tema por su pasado como pastor, y sabía de la satisfacción de las ovejas, al llegar al lugar ideal de comida. No eran tan comunes, y había que buscarlos. Pero al llegar, el banquete era ideal.
Con perfecta claridad, David compara esa situación cotidiana de las ovejas con la provisión de Dios. Y nos recuerda con dulzura que Dios es tu Pastor, es mi Pastor, es nuestro Pastor. Y por eso nada nos va a faltar. Dios siempre provee de pastos delicados y aguas cristalinas para saciar nuestras necesidades más íntimas y profundas. Dios conoce lo que necesitamos y por Su amor siempre satisface.
¿Pero por qué es que a veces no encontramos esos pastos? La situación utópica que David describe está a veces muy lejos de nuestra realidad cotidiana. Los problemas, la angustia, la falta de dinero, la soledad, los fracasos, las deudas, los ataques del enemigo, la falta de paz están muy lejos de ese paraíso de frescura que David nos ofrece en el salmo 23.
¿Acaso es Dios malo que nos niega esa bendición? ¿Acaso está demasiado ocupado pastoreando a otros y se olvida de nosotros? Jamás. Ese es un pensamiento del diablo. Dios jamás se olvida de ti, ni de tus necesidades o conflictos.
Pero a veces, tiene que hacernos pasar por el desierto, para poder llegar a los pastos verdes. No es que Dios sea malo. Pero a veces permite un tiempo de escasez, para mostrar luego toda su generosidad y Gracia. Solo quien pasó por el desierto de los problemas y de la necesidad, puede disfrutar en su total magnitud, la generosa provisión de Dios para hacernos descansar.
Tal vez hoy estás caminando en el desierto de tus angustias y dificultades. No estás solo. Dios, el Pastor del Amor, te guía para que puedas llegar pronto al lugar de delicados pastos, a las aguas de reposo para que puedas descansar. Dios no se olvida de ti. Está a tu lado. Te sigue amando igual que siempre. Y te promete lo mejor.
MIRADA
El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces." Lucas 22:61 (NVI)
La traición ya estaba consumada. Pedro había negado tres veces al Señor Jesús. El patio estaba lleno de personas asociadas al Sanedrín, rostros agresivos, mucha violencia. Estaban golpeando al Nazareno y junto al fuego del patio, un rudo pescador ya había negado su relación con el Maestro. En medio de los gritos, de las agresiones, de las injurias, se produjo un silencio momentáneo. Y la mirada del Señor Jesús encontró los ojos de Pedro. El tiempo se paró. Fueron apenas unos segundos, pero parecieron una eternidad.
Ahí estaba el Maestro que le había pedido a sus discípulos y amigos que lo asistan y que no lo dejen solo mientras oraba al Padre en el huerto. Y sus amigos se quedaron dormidos. Cuando los despertó, no les reprochó su indiferencia, ni les mostró su profundo dolor por el desprecio y la ausencia. Era el mismo Maestro que le había advertido a Pedro: Me vas a negar. El diablo te va a sacudir como al trigo. Pero Yo he orado por ti, para que cuando regreses, seas de bendición para otros. NNNNNNOOOOOOOOOO, había gritado Pedro, voy a dar mi vida por ti.
Y cuando las miradas se cruzaron en aquel patio oscuro, Pedro se acordó de todo eso, y se quebró. No pudo seguir resistiendo esa mirada y se fue llorando amargamente. No había odio, ni rencor, ni dureza, ni recriminación, ni discriminación en la mirada de Jesucristo. Solo había amor. A pesar de los golpes recibidos, de la pesada cruz que se venía, del momento crucial del sacrificio para salvar al hombre con su muerte, de la frustración por ver que ninguno de los suyos lo defendía, en esa mirada, Pedro vio el amor más grande del universo.
Hoy Jesucristo te sigue mirando de la misma manera. Él sabe de tus fracasos y errores, sabe de tus pecados ocultos y de tus descuidos, y no te recrimina tus desprecios. Como a Pedro, hoy te ofrece una nueva oportunidad. Cristo te sigue mirando con el Amor del Cielo, aunque tu solo le des la espalda.
Jesucristo es el Dios de la segunda oportunidad, no te abuses de su amor perfecto.
Saber que la mirada tierna y llena de amor de Jesús esta sobre nosotros en todo momento es algo que nos llena de emoción, porque no estamos solos y aunque sabe que somos infieles y que desobedecemos Su amor no cambia ni varia, por eso cuando estemos en pecado, corramos a Él pidiéndole perdón y nos perderemos en esa mirada tan especial que solo El posee.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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Si hay ocasiones en las que viajando o mirando por televisión en alguna película vemos prados hermosos que provocan de inmediato estar allí y disfrutar de su verdor, frescura y sobre todo el ambiente que a su alrededor hay, te imaginas cuando el Señor nos lleva a los que tiene preparados para nosotros, El sabe el momento indicado cuando podemos estar allí, después de la dura prueba, de un día caluroso o después de estar en el desierto, pero lo que no podemos olvidar es que es nuestro Pastor y lo hara.
PASTO
En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto aguas de reposo me conduce." Salmo 23:2
No hay pasaje más conocido de la Biblia que el Salmo 23. Es una porción extremadamente bella y alentadora. No hay pasaje más precioso que hable de la bondad de Dios como Pastor, y de su provisión generosa y divina. David sabía del tema por su pasado como pastor, y sabía de la satisfacción de las ovejas, al llegar al lugar ideal de comida. No eran tan comunes, y había que buscarlos. Pero al llegar, el banquete era ideal.
Con perfecta claridad, David compara esa situación cotidiana de las ovejas con la provisión de Dios. Y nos recuerda con dulzura que Dios es tu Pastor, es mi Pastor, es nuestro Pastor. Y por eso nada nos va a faltar. Dios siempre provee de pastos delicados y aguas cristalinas para saciar nuestras necesidades más íntimas y profundas. Dios conoce lo que necesitamos y por Su amor siempre satisface.
¿Pero por qué es que a veces no encontramos esos pastos? La situación utópica que David describe está a veces muy lejos de nuestra realidad cotidiana. Los problemas, la angustia, la falta de dinero, la soledad, los fracasos, las deudas, los ataques del enemigo, la falta de paz están muy lejos de ese paraíso de frescura que David nos ofrece en el salmo 23.
¿Acaso es Dios malo que nos niega esa bendición? ¿Acaso está demasiado ocupado pastoreando a otros y se olvida de nosotros? Jamás. Ese es un pensamiento del diablo. Dios jamás se olvida de ti, ni de tus necesidades o conflictos.
Pero a veces, tiene que hacernos pasar por el desierto, para poder llegar a los pastos verdes. No es que Dios sea malo. Pero a veces permite un tiempo de escasez, para mostrar luego toda su generosidad y Gracia. Solo quien pasó por el desierto de los problemas y de la necesidad, puede disfrutar en su total magnitud, la generosa provisión de Dios para hacernos descansar.
Tal vez hoy estás caminando en el desierto de tus angustias y dificultades. No estás solo. Dios, el Pastor del Amor, te guía para que puedas llegar pronto al lugar de delicados pastos, a las aguas de reposo para que puedas descansar. Dios no se olvida de ti. Está a tu lado. Te sigue amando igual que siempre. Y te promete lo mejor.
MIRADA
El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces." Lucas 22:61 (NVI)
La traición ya estaba consumada. Pedro había negado tres veces al Señor Jesús. El patio estaba lleno de personas asociadas al Sanedrín, rostros agresivos, mucha violencia. Estaban golpeando al Nazareno y junto al fuego del patio, un rudo pescador ya había negado su relación con el Maestro. En medio de los gritos, de las agresiones, de las injurias, se produjo un silencio momentáneo. Y la mirada del Señor Jesús encontró los ojos de Pedro. El tiempo se paró. Fueron apenas unos segundos, pero parecieron una eternidad.
Ahí estaba el Maestro que le había pedido a sus discípulos y amigos que lo asistan y que no lo dejen solo mientras oraba al Padre en el huerto. Y sus amigos se quedaron dormidos. Cuando los despertó, no les reprochó su indiferencia, ni les mostró su profundo dolor por el desprecio y la ausencia. Era el mismo Maestro que le había advertido a Pedro: Me vas a negar. El diablo te va a sacudir como al trigo. Pero Yo he orado por ti, para que cuando regreses, seas de bendición para otros. NNNNNNOOOOOOOOOO, había gritado Pedro, voy a dar mi vida por ti.
Y cuando las miradas se cruzaron en aquel patio oscuro, Pedro se acordó de todo eso, y se quebró. No pudo seguir resistiendo esa mirada y se fue llorando amargamente. No había odio, ni rencor, ni dureza, ni recriminación, ni discriminación en la mirada de Jesucristo. Solo había amor. A pesar de los golpes recibidos, de la pesada cruz que se venía, del momento crucial del sacrificio para salvar al hombre con su muerte, de la frustración por ver que ninguno de los suyos lo defendía, en esa mirada, Pedro vio el amor más grande del universo.
Hoy Jesucristo te sigue mirando de la misma manera. Él sabe de tus fracasos y errores, sabe de tus pecados ocultos y de tus descuidos, y no te recrimina tus desprecios. Como a Pedro, hoy te ofrece una nueva oportunidad. Cristo te sigue mirando con el Amor del Cielo, aunque tu solo le des la espalda.
Jesucristo es el Dios de la segunda oportunidad, no te abuses de su amor perfecto.
Saber que la mirada tierna y llena de amor de Jesús esta sobre nosotros en todo momento es algo que nos llena de emoción, porque no estamos solos y aunque sabe que somos infieles y que desobedecemos Su amor no cambia ni varia, por eso cuando estemos en pecado, corramos a Él pidiéndole perdón y nos perderemos en esa mirada tan especial que solo El posee.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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