Hay decenas de personas que llegaron a esta Comunidad: "BUSCÁNDO ALGO"... y con sorpresa descubren que aquí se LES OFRECE UNA POSIBILIDAD... auténtica...., para que comiencen a Trabajar Sobre Sí Mismos de manera preliminar, para así obtener las valiosas experiencia del Trabajo tan necesarias, para que más adelante, ya abiertas sus posibilidades de lo que Son Actualmente, y hayan tenido regalos de Vislumbres de lo Que Pueden Llegar a Ser si se lo proponen de manera Real....
Otras centenas actualmente se encuentran enfrascados en un Trabajo Sobre Sí Mismos Real..., ya que forman parte de Grupos de Trabajo auténticos, donde su propio involucramiento y esfuerzos individuales, se pueden multiplicar con la ayuda de los demás miembros integrantes del Grupo, y sobre todo porque existe una dirección Consciente disponible para todos, y que es la responsabilidad de su Guía del Grupo, el Mayordomo que ha designado el Trabajo para que con su contacto directo con el Comité Central, logre con su presencia transmitir lo que requiere cada integrante del Grupo...
Desde luego que me refiero a Miembros Reales y Actuantes en el Grupo, así como en esta Comunidad..; y no a esos petardos que una vez que gastarón su enegía inicial..., se apagan para siempre y vuelven a su fase anterior: "lo del polvo al polvo".... Para los reales existen Ayudas Superiores..., para los débiles y falsos existen allá arriba, muchos zopilotes esperando que dentro de poco tiempo se sienten a descanzar cómodamente..., para convertirlos en su cena del día...
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TRANSFORMACIÓN INTERIOR
Hace varios años, había un hombre en mí Grupo que comenzó a estar perplejo, inseguro de sí mismo, buscando a tientas una dirección en su vida. Estaba confuso, llorando. Reconociendo ese estado interior y viendo muchas de sus debilidades, estaba determinado a hacer algo acerca de su situación, costará lo que le costará (hasta parecía un ardilla que ha decidido apropiarse de una nuez, y por más peligros y obstáculos que se le presenten…logra su objetivo). De ese modo fue contactado y entró en el Trabajo. Asistía a las reuniones, ejecutaba posturas de recogimiento, se hizo útil para mí, para el Grupo, y para el Trabajo en todo sentido. Practicó la observación de sí mismo en la vida diaria más que cualquier otra persona que hubiera encontrado durante todos los años que he estado en el Trabajo. Su confianza creció de tal manera que se impuso dos objetivos: “llegar a ser un Hombre”, y “llegar a ser un Hombre en el mundo”.
“Ser un Hombre”, es el trabajo sobre la Esencia, buscando fuerza, fortaleza, voluntad, y un balance total y objetivo. “Ser un Hombre en el mundo” es trabajar sobre la personalidad, buscando la adaptabilidad, la comprensión de las relaciones en la vida, la educación, el tacto, y el ser capaz de jugar el rol correcto en cada situación de la vida.
En la mayoría de las reuniones él hablaba y describía cómo aplicaba el Trabajo en su profesión, en su vida emocional, siempre combatiendo sus debilidades. Aceptaba direcciones de su Guía de Grupo, bastantes veces con renuencia y resentimiento, pero siempre reconciliándolas por sus valores y como ayudas para llegar a ser una persona diferente. Comenzó a leer, lo cual no era natural para él. Rápidamente, llegó a ser claro para él lo que la herramienta de lectura podía hacer por él, no sólo para incrementar el conocimiento, sino que también para su ser, al hacer cosas que iban en contra de su yo formal y habitual. Todo esto le creaba fricción. Gradualmente adquirió disciplina, primero externa, y después, lentamente, interiormente. Gradualmente, llegó a ser firme internamente, haciendo decisiones difíciles, duro consigo mismo. Comenzó a transformarse a sí mismo.
¿Pueden ustedes recordar sus estados antes de que encontraran el Trabajo? Yo experimenté una insatisfacción interior, un vago sentimiento de que debería existir algo más superior que lo que yo había descubierto “en la vida”. Esta vaguedad tomó forma como el comienzo de una búsqueda. ¿Una búsqueda de qué? Yo no lo sé; no lo puedo definir. Eventualmente la ayuda llegó desde “algo” que comenzó a formarse en mí, durante mi búsqueda a través de libros, lecturas, y estudios de literatura esotérica, y que me condujo a mí a este Trabajo. Despacio, comencé a comprender qué era lo requerido: una transformación interior. Un objetivo real arribó a mi vida, una realización de algo más grande de lo que yo era entonces, y que yo quería y deseaba llegar a ser. También vi que necesitaba ayuda. La ayuda para la transformación interior está disponible para los Grupos y los Maestros, y a través del Trabajo actual. Comienzas cada día con “el estado de recogimiento”, el ejercicio de la mañana, en el que aquietar el cuerpo y la mente es el primer paso hacia el Recuerdo de Sí Mismo. Tratas de utilizar las ideas y de hacer los ejercicios que se te dan. Asistes a reuniones del Grupo, lecturas y Trabajo extraordinario de fin de semana.
Si continúas, verás más y más que el Trabajo sobre ti mismo viene desde Adentro de ti. Tú debes hacer el Trabajo; tu maestro o el guía no pueden hacerlo por ti, ni puede hacerlo el Grupo. El líder del Grupo puede sólo apuntar las direcciones y explicar qué pasos quizás sean necesarios. Existen dos aproximaciones hacia la transformación interior que son bastante útiles. Una es “la Inmovilidad Total”. El otro es “el Deseo”.
La inmovilidad total puede ser tanto: física como mental. Enderezas tu columna vertebral, con la cabeza balanceada sobre el cuello y los hombros, sintiendo la totalidad de tu cuerpo y vaciando tu mente. Al estar “inmóvil” (o en Stop), existe la posibilidad de que aparezca un nuevo estado interior, en el cual estás vacío pero puedes ser llenado (EL Stop es algo muy poderoso para posibilitar estados más reales de nuestro ser, y en la práctica sólo es aplicable por un Guía auténtico).
Debo recordar que una razón por la que llegué a este Trabajo fue la de construir un recipiente dentro de mí para algo nuevo. El vaso que actualmente está lleno no puede recibir algo nuevo, a menos que primero se vacíe. El estado de inmovilidad total nos capacita “para permitir que algo nuevo y de otro nivel suceda”. El estado creado por la inmovilidad viene desde un muy pequeño lugar de quietud en mí (un centro esencial), poco a poco, se extiende dentro de la totalidad de mi organismo, produciendo la posibilidad de un cambio, de una transformación. Tranquilamente, quizás note alguna superficialidad. Mi trabajo de recogimiento de la mañana tiene que tomar una diferente cualidad. Necesito estar más quieto. Entonces siento (sentimiento) crecer algo en mí. Lo que parece crecer es la habilidad para mirarme a mí mismo por más largos momentos.
¿Es éste el comienzo de lo qué ha sido llamado el Segundo Cuerpo del Ser?
El deseo es la fuerza más poderosa en el mundo de la transformación interior. Esta fuerza comienza a actuar en mí. La primera cosa en la mañana, antes de mi ducha, antes de mi cafecito, antes de vestirme, es establecer el compromiso de que, mientras me pongo en la postura: “Yo quiero estar totalmente quieto hoy. Yo quiero entonarme con mis centros superiores, para conseguir la ayuda de mis centros emocional y de pensar y que hagan contacto con las fuerzas superiores”. Dirijo mi atención para sentir (sensación) todas las partes de mi cuerpo. Observo el funcionamiento de mi mente, tranquilizándola, vaciándola, relajándola y poniéndola en blanco. Observo mi respiración, pero sin interferir con ella. Cuando tengo dificultades con todo lo anterior, continuo tratando de regresar una y otra vez a mí mismo como yo soy, y así, una cierta quietud es alcanzada. Luego intento uno de los muchos ejercicios espirituales dados para el Recuerdo de Sí Mismo.
He estado hablando a todo lo largo acerca de mí mismo, o de un individuo en singular. Algunas veces sentiré (sentimiento) profundamente en mi corazón, que esto es incompleto. Sentiré que un Grupo pude experimentar la misma transformación como en lo individual, sólo que multiplicado por el número de miembros del Grupo. Significo, miembros, y no solo participantes pasivos. Utilizo la palabra miembros porque siento una unidad a través del Grupo; el Grupo es una unidad. Recuerdo una reunión del Grupo que tuvo la solemnidad de una iglesia, aunque sin su pesada opresión. Después de un largo silencio, una sentencia extraña vino a mí: “Nosotros somos más que un Grupo en este momento, todos somos Hermanos”. Y desde luego, ahí en el Grupo de acuerdo a nuestra participación desde nuestro ser, sucedía lo milagroso… ángeles bajaban para hacernos sentir que nuestro Trabajo es auténtico…, un silencio sepulcral y constatando que en ese momento todos los miembros somos una unidad compartiendo lo mismo…, sin palabras… sin máscaras… sin tiempo…
¿Cómo puede ser adquirida la transformación interior?
Madame De Salzmann, la contestó de esta manera directa:
“Usted Inténtelo una y otra vez…”
Carlos de la Garza P