Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

EL CUARTO CAMINO DE GURDJIEFF-BENNETT
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 1.- CURSO BREVE SOBRE LA ATENCION 
 2- CURSO LENGUAJE 
 3.- CURSO YOES 
 Curso de Crecimiento-Nivel 1 
 Curso de Evangelios 
 Curso Fragmentos Enseñanza desconocida 
 Curso Psicología Posible Evolución Homb 
 SITTING 
 LIBROS 
 CUENTOS 
 DICCIONARIO 
 VIDEOS 
 COMPARTIR 
 MÚSICA 
 Curso de Observación de Sí 
 Reportes Cronistas Expediciones 
 Curso de Observación de Si 2 
 Curso de Observacion de Si, 3 
 EL CAMINO DE UN HOMBRE 
 Seminario Barcelona 2012 
 CURSO DE SIMBOLOGÍA 
 Cronista Curso de Cuentos 
 Cronista Curso de Octavas/2013 
 GRUPO BARCELONA 
 PLEGARIA 
 Notas de JANE HEAP 
 TALLER DE CHAKRAS 
 
 
  Herramientas
 
General: Vivir desde las emociones
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 7 en el tema 
De: nuubluz  (Mensaje original) Enviado: 20/07/2013 04:25
Quién puede ayudarme a ordenar esta idea... ¿Qué o Cómo es, Vivir desde las emociones?... Según entiendo, si en esta vida causo dolor a alguien, por algún daño que le he provocado, al morir y revisar esta vida, ese dolor provocado se vuelve contra mi, que al estar sin el "colchón" de mi cuerpo provoca una sensación de fuego y sufrimientos que significan "el lloro y crujir de dientes" purgatorio... (también es posible vivir dolores similares, en sueños o pesadillas).
Si alguien me causa dolor a mi, tengo la posibilidad del perdón, si es que poseo suficiente Comprensión en mi ser, para que esta persona al hacer su "revisión de vida" no sufra el dolor que me causó.
Perdón, per... Prefijo que entra en la formación de palabras intensificando o aumentando la significación de la palabra a la que está unido: perdurable, perturbar.
Don. Regalo o cosa que se da voluntariamente en señal de agradecimiento o afecto. dádiva, presente.
Según el cristianismo, bien material o inmaterial que Dios otorga a una persona para que pueda ejercer más fácilmente sus virtudes espirituales: fidelidad, valentía, nobleza de corazón, misericordia, sabiduría o prudencia son dones de Dios.
Entonces perdonar es otorgar una dádiva de comprensión, a aquél que provoca dolor, evitando que sufra, por personalmente haberme hecho más consciente.
Este perdón, o acto de perdonar se hace desde la emoción, pues un perdón intelectual a mi modo de ver, no posee valor alguno...
Cómo hago para vivir desde las emociones, entonces...

Gracias a quien me ayude a dilucidar esto o a corregir la idea...

Nuubluz



Primer  Anterior  2 a 7 de 7  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 7 en el tema 
De: Buscadordelcamino Enviado: 25/07/2013 13:26

Esto, en realidad, es lo que parece suceder en los mundos más altos e invisibles, en los cuales el ser penetra al morir. En el segundo círculo el equivalente de toda una vida de experiencias pasa en un mes, en el tercer círculo eso mismo queda comprendido en cuarenta minutos, y en el último punto de este círculo, toda una vida se vive en dos y medio segundos.

Tratemos de concebir lo que significa esa comprensión. En el "Libro Tibetano de los Muertos" que se supone estar escrito para el hombre fallecido, para guiarle en sus vacilaciones a través del mundo invisible, se hace notar una y otra vez, que todo lo que él pueda encontrar: éxtasis, terrores, luz deslumbrante, negra obscuridad, dioses y demonios, todo viene de su propia mente.
Se encuentra en sí mismo a todo él. Si él puede entender esto, puede llegar a ser libre.

Esto viene a fortalecer la idea de que para hombres de distintas razas, el mundo invisible aparecerá y estará poblado de acuerdo con los dogmas de sus creencias terrestres; y que aun para hombres que no hayan tenido creencia de esos mundos, será en cierta forma una visión increíblemente intensificada de lo que ocupó sus mentes durante la vida. El Karma individual está intensamente comprimido y visto a través de la lente de la creencia, así es que todo lo que está en él, de bueno y de malo, aparece, a algún hombre, como un conjunto de ángeles y demonios; a otro, como leyes matemáticas hechas visibles; a un tercero, como fuerzas benéficas o temibles de la naturaleza; a un cuarto, como símbolos vivientes; a un quinto, como pesadillas de temores y fantasmas innominados y cosas por el estilo.

Esta idea, que se encuentra en muchas de las interpretaciones del cielo y del infierno, parece sugerir que el aspecto estático o espantoso de los mundos invisibles podría explicarse simplemente como una compresión intensa de las experiencias de la misma alma durante su vida.

Esta idea del significado de esta compresión puede obtenerse aun del estudio del efecto subjetivo de las emociones ordinarias. Pues, en tanto que como hemos dicho, la mente lógica percibe ideas y experiencias solamente en forma sucesiva, las emociones hacen posible la recepción de ideas y experiencias simultáneamente. Uno ve inesperadamente a un amigo íntimo o a un niño llorando; instantánea y simultáneamente pasan a través de las percepciones emocionales de uno mismo, un centenar de recuerdos de crueldades infligidas, pérdidas irreparables, amargos insultos, combinados con la sensación de la falta de uno mismo o de la falta de algún otro y, además, con otras imágenes de compasión y de ternura sacadas de las Escrituras, del Arte, de las vidas de los santos, de los padres o aún de otros de los círculos que uno frecuenta. Si la reacción emocional es suficientemente fuerte, todos estos recuerdos pueden combinarse instantáneamente para producir una sensación casi irresistible de piedad, de indignación, de dolor y de temor.


Ahora bien, si una docena o un centenar de imágenes percibidas juntamente por la emoción ordinaria producen tal efecto, ¿cuál sería el efecto de toda una vida, de miles de millones de imágenes comprimidas en una hora, en un minuto o en un segundo? Solamente podemos decir que si la vida hubiera sido llena de emociones gratas, de encuentros agradables de personas y lugares, enriquecida de verdades, descubrimientos de leyes naturales, trabajo creativo, afecto, valor, honradez y otras semejantes, el efecto de tal compresión sería un éxtasis inimaginable. Si, por otra parte, la vida hubiera estado llena de actos de crueldad, de placer con el sufrimiento ajeno, o de interminables temores, preocupaciones, mentiras, obsesiones, perversidad y traición, el efecto de la compresión de estas imágenes sería mucho más terrible que cualquier infierno que pudiera describir el hombre.

Vivir la vida de uno en cuarenta minutos, significaría que todas las percepciones y sentimientos estarían comprimidos o concentrados un millón de veces. "La amargura del dolor que ahora sentimos en una hora parece tan grande como todas las penas del mundo por un siglo", es el lamento de los agonizantes en el "Orologium Sapientiae" 3. Los odios de años quedarían comprimidos en odios de minutos, pero un millón de veces más intensos; las alegrías de la aspiración, del descubrimiento, del amor, elevadas a una intensidad un millón de veces mayor, se transformarían en éxtasis divino.

Además, por la compresión en el tiempo, tales odios o crueldades no solamente se intensificarían en grado insoportable, sino que se experimentarían junto con todos los temores, resentimientos y sufrimientos a los cuales dieron lugar y cuyas conexiones normalmente quedan ocultas por el piadoso olvido a través de la extensión del tiempo. En tanto que, por otra parte, tales aspiraciones y amor, se unirían a las percepciones de las leyes más altas y de los mundos más elevados hacia los cuales conducen. Esto sería, en verdad, ascender al cielo y descender al infierno.

LA TEORIA DE LA VIDA ETERNA – Rodney Collin.

 


Respuesta  Mensaje 3 de 7 en el tema 
De: Buscadordelcamino Enviado: 25/07/2013 17:18

LECTURA NO1


“¡Niño, hay que compartir!” les decimos a nuestros hijos pequeños cuando se niegan a dejarle un juguete a alguno de sus amigos y si nuestros hijos no quieren compartir y se pelean añadimos lo de  “Los amigos no se pelean, dale un besito a tu amiguito”, y le obligamos a que le dé un besito al niño que le acaba de soltar un tortazo disimuladamente,  y terminamos con eso de “¡Que no llores! Que no se llora por tonterías.”
Las emociones forman parte importante de nuestra vida y también de la de nuestros hijos desde que nacen, aunque los padres tendemos a pensar que la infancia es la época de la vida feliz de las personas, tal como describía el poeta austriaco Rilke, “la verdadera patria de un hombre es su infancia”.


Esta manera de considerar la infancia como una etapa donde se vive la completa felicidad, donde no existen los problemas nos lleva a despojar a nuestros hijos de su vida emocional, a no tener en cuenta sus emociones o, lo que es peor, a ningunearlas y por lo tanto nos despoja a los padres de la posibilidad de educar en emociones.

¿Cómo están ustedes?, ¡más fuerte! ¿Cómo están ustedes?  Estas preguntan esconden algo más que un simple convencionalismo. Esconden una realidad, que nosotros estamos de alguna manera, bien, mal, regular, contentos, felices, tristes, enfadados, asustados, irritados, satisfechos, etc… estamos emocionados, vivimos continuamente acompañados de emociones y curiosamente esas emociones nos las provoca alguien: los demás y/o nosotros mismos.

Tenemos, por un lado una tendencia a negar el impacto que algunas emociones, las llamadas emociones negativas,  tienen en nuestra vida. “¿Qué te pasa? ¿A mí? ¡Nada!”. Y todos sabemos que algo pasa. Es que parece ser que hemos aprendido que este tipo de emociones hay que vivirlas como si fueran hemorroides. Se sufren en silencio.
Por otro lado, cuando decimos: “con lo tranquilo que yo estaba, ahora vienes tú y me alteras” estamos  constantemente poniendo en manos de los demás nuestra posibilidad de sentirnos bien o mal.

Muchos padres que están educando a sus hijos, y lo hacen de manera competente, se sienten a veces fatal por lo que hacen los hijos, no por lo que los padres hacen. La mejor manera de pertenecer al club de los desgraciados/desgraciadas es esperar que los demás te hagan feliz, y rapidito.

Los padres somos los responsables de la educación de nuestros hijos, les enseñamos comportamientos que consideramos apropiados, les transmitimos nuestros valores, nos preocupamos por su “alimentación intelectual” mediante la escolarización. Pero a menudo olvidamos o dejamos pasar por alto el importante papel que las emociones juegan en nuestras vidas, por eso es necesaria la educación emocional, para aprender  a vivir con nuestras emociones, y no a que las emociones dirijan nuestras vidas.

I.E.

Respuesta  Mensaje 4 de 7 en el tema 
De: Buscadordelcamino Enviado: 25/07/2013 17:28

LECTURA NO.2


Ordinariamente se acepta la expresión de emociones negativas como una cosa  completamente natural y necesaria, y también con frecuencia las gentes la llaman "sinceridad". Desde luego, no sólo son innecesarias y anti-naturales, sino que nada tiene que ver con la sinceridad; son, simplemente, un signo de debilidad, un signo de la condición egoica y de impotencia para aprender a recibir con agrado las manifestaciones desagradables de los semejantes.


 Existe un precepto relativo a la lucha contra las emociones negativas: "si queremos transformarnos radicalmente, necesitamos sacrificar los propios sufrimientos".
No existe placer ni goce que el ser humano no esté dispuesto a sacrificar por razones fútiles, pero se niega a sacrificar sus sufrimientos. El llamado "Arte Moderno": el teatro, el drama, así como las llamadas "telenovelas" y  "radionovelas", están fundamentadas en estas emociones negativas que tan grave daño  causan. Con las emociones negativas el "yo", el Ego; el "mí mismo" se fortifica espantosamente, obstruyendo toda posibilidad de desarrollo interior.


"No debemos admitir, dentro de nosotros, las emociones negativas: sentimientos de  venganza, resentimientos, ansiedad por los males que nos causaron, violencia, envidia, incesante recordación de deudas, etc., etc., etc."

Cuando ustedes sean asaltados por alguna emoción negativa, exprésense de ella de la mejor manera posible. Si una emoción negativa ha llegado, si una emoción de envidia nos está carcomiendo hasta la médula de los huesos, expresémonos de ella en forma armoniosa, no en favor de la envidia sino del bien ajeno. Si una emoción de ira nos está sacudiendo en un instante dado, hablemos con dulzura extraordinaria y en vez de sentirnos molestos por aquello que nos ha herido, hablemos bien de aquél que nos ha ofendido. Así no seremos heridos internamente.


No es cosa fácil expresarse bien cuando se tiene una emoción negativa, pero así debe ser.
Si tenemos una emoción de enojo porque alguien nos ha molestado, hablemos con amor,  y en bien de aquél que nos ha molestado. Por lo menos eso, mientras eliminamos los  "agregados" que nos han provocado las emociones negativas. Así no seremos heridos.
Es claro que no debemos quedarnos en la superficie: necesitamos eliminar aquellos "elementos indeseables psíquicos", que nos han provocado alguna emoción negativa, ya sea de ira, envidia, odio, lujuria, orgullo, etc.

Esas gentes refunfuñonas, llenas de envidia, que a todas horas están fastidiando; esas Gentes llenas de morbo a cada instante, esas gentes que tienen complejos de persecución,  Hechizadas, que creen que todo el mundo las odia, son negativas y contagian a los grupos,  a los demás.


En nuestro trabajo aislamos a tales personas, y si no comprenden, si se sienten molestas y  Piensan que no se les quiere, se equivocan. Sí se les ama, y sólo se les insinúa que
Intenten volverse positivas, simpáticas, magnéticas; se les brinda una oportunidad en
Nuestros estudios, pero se les aísla en cierto sentido, porque son peligrosas para los
Grupos.


Una persona negativa puede contagiar a otras personas negativamente, y si dicta una
Conferencia, contagia a miles de personas, son más peligrosas, miles de veces más
Peligrosas que los virus y las bacterias.


Seleccionemos las impresiones! Si alguien nos trae emociones positivas de luz, de
Armonía, de belleza, de sabiduría, de amor, de poesía, de perfección, abrámosle las
Puertas de nuestro corazón. Pero si alguien nos trae emociones negativas de odio, de
Violencia, de celos, de drogas, de alcohol, de fornicación, de adulterio, ¿por qué tenemos Que abrirle las puertas de nuestro corazón? ¡Cerrémosla, cerremos las puertas a las impresiones negativas!

Cuando uno se quiere mucho a sí mismo, cuando se considera demasiado, cuando está
lleno de auto-sentimentalismos, suspiros, congojas, tristezas, etc., por lo común odia a sus  semejantes; es decir, cuanto más se ame uno a sí mismo, cuanto más piedad sienta uno de  sí mismo, tanto más odiará a todos aquellos que le rodean. Los demonios más vengativos,  los hombres más perversos, son aquellos que se quieren demasiado a sí mismos, que se  auto-valoran, que están llenos, repito, de auto-sentimentalismos, de auto-compasión. Más si uno se aborrece a sí mismo, entonces amará a sus semejantes.
No quiero decirles a ustedes que uno debe llegar a ser masoquista; no, hasta allá no llego  en este discurso. No hay necesidad de ser masoquista, pero sí quiero decirles que uno  debe reconocer sus propias imperfecciones, uno debe aceptar que es una criatura mecánica, que la vida de uno se mueve sobre los carriles de los hábitos, de las costumbres  adquiridas; uno debe aceptar que está lleno de celos, de rencores, de resentimientos  espantosos. Cuando uno lo acepta, cuando uno acepta que es un vil gusano del lodo de la  tierra, cuando acepta que es una criatura mecánica, cuando se aborrece a sí mismo,  comienza a crear, dentro de sí, el Centro de Gravedad Consciente.


 xx-xx gnos.


Respuesta  Mensaje 5 de 7 en el tema 
De: Buscadordelcamino Enviado: 25/07/2013 17:47
LECTURA NO.3 – Opinión común.

Continúan creyendo en esto, en primero lugar comprendan que la psicología está muy equivocada al definir y querer tratar a emociones "negativas", ninguna puede ser negativa porque todas las emociones que existen tienen la función de indicarnos como adaptarnos al medio ambiente, cuando la gente cree que son negativas y se intenta deshacer de ellas, posiblemente se sienta bien un momento, pero la realidad es que comenzará a pagar las consecuencias de no aprender nada de ellas para adaptarse al medio ambiente, ahí están todas esas señoras que apenas se sienten mal, y en vez de reflexionar sobre su realidad, de inmediato utilizan el calmante, el ansiolítico o de plano se van corriendo a su terapia favorita, obviamente sin dejar el acostumbrado drama que sólo las hace sentir peor. Lo mejor para poder deshacerse paulatinamente de la generación de este tipo de emociones incomodas es esforzarse para desarrollar una sólida madurez emocional, y ahora si a disfrutar de todo tipo de terapias para enaltecer su estimadísima belleza femenina...
Anónimo.

Respuesta  Mensaje 6 de 7 en el tema 
De: Buscadordelcamino Enviado: 26/07/2013 04:32
Compartir no.1
 

De parte de un amigo de Brasil que esta aquí en este grupo:


La vida, tal como se ha hecho para los hombres, sólo puede soportarse con la mentira. Quienes rechazan la mentira y prefieren saber que la vida es intolerable, sin que ello signifique rebelarse contra su suerte, terminan por recibir de afuera, de un lugar situado fuera del tiempo, algo que permite aceptar la vida tal cual es.

No es tan difícil renunciar a un placer aunque sea embriagador, ni soportar un dolor por intenso que sea. Es posible verlo hacer diariamente a personas muy mediocres. Pero resulta muy difícil renunciar incluso a un placer muy pequeño o exponerse a una pena muy pequeña, solamente por Dios, por el verdadero Dios, por aquel que está en el cielo y no en otra parte, pues si se lo hace no se va al sufrimiento sino a la muerte. Una muerte más radical que la muerte corporal y que también horroriza a la naturaleza: la muerte de lo que se llama en nosotros el “yo”.


A veces la carne nos aparta de Dios, pero frecuentemente, cuando creemos que así sucede, se produce en realidad lo contrario. El alma incapaz de soportar esa presencia mortífera de Dios, esa quemadura, se refugia tras la carne, usa la carne como pantalla. No hay desfallecimiento sino traición, y la tentación de una traición semejante siempre estará presente mientras la parte mediocre del alma domine sobre la parte pura. La traición no se evita por un esfuerzo, por una violencia contra sí mismo, sino por una simple elección. Basta considerar extraña y enemiga a la parte de nosotros mismos que quiere ocultarse de Dios, incluso cuando ella sea la casi totalidad de nosotros o cuando ella es nosotros mismos. Hay que pronunciar para sí mismo constantemente una palabra de adhesión a la parte de nosotros que reclama Dios, aunque sea infinitamente pequeña. Esa dimensión infinitamente pequeña crece, a medida que adherimos a ella, en una progresión geométrica análoga a la serie 2, 4, 8, 16, 32, etc., como si fuera una semilla, y ello no depende para nada de nosotros. Podemos detener ese crecimiento negándole nuestra adhesión o hacerlo más lento si dejamos de usar la voluntad contra los movimientos desordenados de la parte carnal del alma. Pero sin embargo dicho crecimiento, cuando se efectúa, se produce en nosotros sin nosotros.

"La parte del alma capaz de mirar a Dios está rodeada de perros que ladran, muerden y que todo lo desordenan. Hay que empuñar un látigo para domesticarlos".


El esfuerzo mal dirigido hacia el bien, hacia Dios, también es una trampa, un engaño de la parte mediocre de nosotros mismos que trata de evitar la muerte. Hay quienes buscan a Dios a la manera de aquel que salta con los pies juntos con la esperanza de que a fuerza de saltar siempre un poco más alto un día terminará por no caer, por llegar hasta el cielo. Las personas que saltan con los pies juntos hacia el cielo, absorbidos por ese esfuerzo muscular, no miran el cielo. Y la mirada es lo único eficaz en esa materia, pues hace descender a Dios.


La parte del alma capaz de mirar a Dios está rodeada de perros que ladran, muerden y que todo lo desordenan. Hay que empuñar un látigo para domesticarlos.
Nada impide por lo demás usar terrones de azúcar para amaestrarlos, cuando es posible. Pero ya se utilice el látigo o el azúcar -de hecho los dos son necesarios en proporción variable según los temperamentos- lo importante es domesticar esos perros, obligarlos a mantenerse inmóviles y en silencio. Este amaestramiento es una condición de la ascensión espiritual, pero no constituye en sí mismo una fuerza ascendente. Dios es la única fuerza ascendente, y Él viene cuando lo miramos.

El hombre no tiene que buscar y ni siquiera que creer en Dios. Sólo debe negar su amor a todo lo que es distinto de Dios. Esta negativa no supone ninguna creencia. Basta comprobar lo que es una evidencia para todo espíritu, que todos los bienes terrenales, pasados, presentes o futuros, reales o imaginarios, son perecederos y limitados, radicalmente incapaces de satisfacer el deseo de un bien infinito y perfecto que arde continuamente en nosotros. Eso todos lo saben y se lo confiesan muchas veces en la vida, pero en seguida se engañan a sí mismos para dejar de saberlo, porque sienten que si lo saben no podrán seguir viviendo. Este sentimiento es justo, pues dicho conocimiento mata, pero inflige una muerte que conduce a una resurrección.


La única elección que se ofrece al hombre es la de dedicar o no su amor a las cosas terrenales. Que se niegue a dar su amor a las cosas terrenales y que permanezca inmóvil, sin buscar ni agitarse, en actitud de espera; es absolutamente seguro que Dios hará todo el camino hasta él. Aquel que busca perturba antes que facilita la operación de Dios.

Sólo es preciso esperar y llamar. No llamar a alguien que no se sabe si existe. Gritar que se tiene hambre y que se desea pan. Se gritará durante un tiempo más o menos largo, pero finalmente se tendrá el alimento, y entonces no se creerá, se sabrá que existe realmente el pan. ¿Qué prueba más segura puede pedirse una vez que se lo ha comido? Mientras no se lo haya comido, no es necesario ni aún muy útil creer en el pan. Lo esencial es saber que se tiene hambre.

Si se observa con cuidado, con mirada realmente atenta, las almas y las colectividades humanas, se ve que en todo aquello donde está ausente la virtud de la luz sobrenatural, todo obedece a leyes mecánicas tan ciegas y precisas como las leyes de la caída de los cuerpos. Este conocimiento es beneficioso y necesario.


El mar no deja de ser bello para nosotros porque sepamos que a veces los barcos naufragan en él. Por lo contrario, resulta más bello. Si modificara el movimiento de sus olas para evitar riesgos a un barco, sería un ser dotado de discernimiento y de capacidad de elección, y no ese fluido que obedece por completo a todas las presiones exteriores. Esta obediencia total es lo que constituye su belleza.

El hombre no puede salir jamás de la obediencia a Dios. Una criatura no puede dejar de obedecer. La única elección ofrecida al hombre como criatura inteligente y libre, es la de desear o no la obediencia. Si no la desea, obedece así y todo, perpetuamente, como cosa sometida a la necesidad mecánica.


Si la desea, permanece sometido a la necesidad mecánica, pero se agrega una nueva necesidad constituida por las leyes propias de las cosas sobrenaturales. Ciertas acciones se convierten en imposibles para él, y otras se cumplen a través de él y a veces a pesar de él.

Así como se aprende a leer o se aprende un oficio, se aprende a sentir en cada cosa, ante todo y únicamente, la obediencia del universo a Dios. Es realmente un aprendizaje. Como todo aprendizaje, exige esfuerzo y tiempo. Para quien llega al final, no hay más diferencia entre las cosas y los hechos que la que siente alguien que puede leer una misma frase reproducida varias veces en tinta negra y roja, e impresa en diversos tipos de caracteres. Aquel que no sabe leer sólo verá las diferencias. Para quien sabe leer, todo es equivalente, porque la frase es la misma. Para quien ha terminado el aprendizaje, las cosas y los hechos, en todas partes y siempre, son la vibración de la misma palabra divina infinitamente suave. Ello no significa que no sufra. El dolor es la coloración de ciertos hechos. Ante la frase escrita con tinta roja, el que sabe leer y el que no saben ven igualmente el rojo, pero el color rojo no tiene la misma importancia para ambos.

La desgracia es una maravilla de la técnica divina. Es un dispositivo simple e ingenioso que hace penetrar en el alma de una criatura finita esa inmensidad de fuerza ciega, brutal y fría. La distancia infinita que separa a Dios de la criatura se concentra toda en un punto para penetrar en el centro de un alma.


El hombre a quien esto sucede no tiene ninguna participación en esta operación. Se debate como una mariposa a la cual se clava viva en un álbum. Pero a través del horror, puede continuar deseando amar.


Sólo es preciso saber que el amor es una orientación y no un estado anímico. Aquel cuya alma permanece orientada hacia Dios mientras es atravesada por el clavo de la desgracia, se halla en el centro mismo del Universo. Es el verdadero centro, que no se halla en el medio, que está fuera del espacio y el tiempo, que es Dios.


Anónimo – Facebook – C.C., M.


Respuesta  Mensaje 7 de 7 en el tema 
De: nuubluz Enviado: 07/08/2013 03:44
Quiero agradecer a quienes concientemente han arriesgado una respuesta, me ha ayudado, aunque siempre persiste la inquietud... la Brújula que amablemente me habeis dejado, sabré utilizarla correctamente.


Primer  Anterior  2 a 7 de 7  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados