¡Bravo Jorge!
Eso es. Ya entiendes, porque lo has experimentado.
Entiendes que es el observador y que es dividir la atención. Qué diferentes en
sabor y calidad son estas conversaciones de aquellas de hace más de un año
atrás en el café del Museo de Bellas Artes.
Esto es fruto del Trabajo, de tú trabajo.
Tantas veces, sino casi permanentemente se nos olvida que vemos al mundo de
acuerdo a lo que recibimos a través de la percepción y que aquello que la
percepción provoca en nosotros, se recibe en todo el cuerpo, en todo nuestro
ser, pero modificado, adaptado por el filtro que ajusta lo percibido a una
definición del mundo que cada uno de nosotros posee y hemos estado aprendiendo
desde niños hasta nuestros días actuales. Esta definición es como un traje a la
medida, muy ajustado, que ya olvidamos que lo usamos permanentemente,
creyéndolo así una especie de segunda piel. Algunos dirán, lo que es cierto,
que nos movemos en un paradigma determinado, otros como don Juan se
maravillarán de esta capacidad de "desnate" de la realidad que el
hombre posee, lo que forma el primer y segundo anillo del poder.
Leyendo tus experiencias sobre la atención, puede uno comenzar a comprender la
frase de que en realidad "somos la atención". Si no tengo atención,
no puedo observarme; si no puedo observarme, no hay observador, no puedo
observar ni mis procesos internos ni los externos que me llegan. Si no tengo
atención, no soy nada, solo una masa amorfa de deseos y reacciones, una mezcla
indefinida de lo externo y de lo interno, sin capacidad de discernimiento. No
puedo discernir ni mis límites internos ni los externos, peor aún, no tengo
capacidad de ver "el terror de mi propia situación."
Sí, lo dices claramente, todo esto se trata de energías, más aún de calidad de
energías, ese es el mundo en que nos desenvolvemos.
Si ya reconoces la calidad de la atención y la necesidad de sostenerla
adecuadamente, la pregunta que sigue es ¿cómo puedo tener más atención?
Y aquí entramos de lleno en la práctica del Trabajo, práctica que has estado
sosteniendo todo este tiempo y que debe ser mantenida simultáneamente en todos
los niveles hasta hacerla parte de uno mismo. Podríamos equipararla a un viaje
que quisiera hacer, por ejemplo a un lugar al Sur del país, lugar que no
conozco en la costa junto a la desembocadura de un río, pero que he escuchado
que es muy hermoso y su gente amable.
Primero debo consultar un mapa, una oficina de informaciones o hablar con
alguien que ya haya ido. Pero para consultar un mapa, debo saber leer y para
consultarle a una persona, al menos debo saber hablar. Si junto los datos
necesarios, podré emprender la marcha, para ello debo poder caminar, para poder
caminar debo alimentarme, para que el alimento sea metabolizado por nuestro
cuerpo necesito respirar y también...descansar cuando sea necesario. De manera
que el ir al lugar deseado requiere de muchas acciones previas y otras
mantenidas, en las que habitualmente no pienso y que deben mantenerse
funcionando. Debo cuidar las energías de que dispongo, no malgastarlas, pues de
no tenerlas tal vez no llegue a ese lugar o quizá no llegue a tiempo y el río
que hay que cruzar esté tan crecido por las lluvias del invierno, que ya no
pueda atravesarlo sin ahogarme en el intento.
¿Qué nos dice el Trabajo?:
1. Hay que ahorrar la energía que tenemos. ¿Cómo? Muy simple, evitando
perderle. Y ¿cómo la pierdo? Fundamentalmente a través de las emociones
negativas y de la imaginación descontrolada, con la identificación.
2. Tenemos que "atraer" y formar energías más finas. ¿Cómo? Aquí
toman su lugar todas las técnicas del Trabajo. Desde la observación de sí, al
recuerdo de sí. Desde los movimientos al ejercicio en el silencio. Todo,
incluido lecturas, mantenido, haciéndose permanente, parte de nuestra vida
diaria.
¡Ah! y no nos olvidemos, que aunque el río se cruza individualmente, siempre
hay más oportunidades de tener éxito si se hace en grupo.
Poco a poco se va generando una armonía interna que se refleja en lo externo,
hasta que un día podamos ponernos a disposición o disponibles a algo más alto,
que vislumbramos a veces, que añoramos sin saberlo.
Nuestra comprensión de ahora es muy pequeña y la ahogamos con miles de certezas
recogidas de lecturas, conversaciones, aseveraciones, etc., pero esa
comprensión cuando está es verdadera y Jorge, como bien le decías a Carlos, es
la calidad de energía en mí la que se modifica... Más aún, es la calidad de la
energía presente (llamémosla atención) la que me permite comprender. Por esto
es tan difícil entenderse con otro. El nivel de energía y su calidad en cada
uno de nosotros es variable, tanto en comparación con distintos momentos de uno
mismo, como entre las diferentes personas.
Debo estar preparado o a lo menos disponible para recibir esa energía, si
llega. Debo estar preparado tal como en la parábola de las vírgenes necias y
las prudentes o como en las bodas del Señor en el Eva Andressa Suitagelio en
que debo estar vestido acorde a la invitación hecha y llegar a tiempo, de lo
contrario seré arrojado de la fiesta y las puertas de la mansión del Señor se
cerrarán detrás de mí.
Esto se ve claramente en la película Dogville que citas. Grace, Gracia, llega
misteriosa a ese pueblo simple con personajes que reflejan cada uno de nuestros
tipos. Grace trae el Amor y éste cambia al pueblo, que intrínsecamente es sano,
con sus pequeños pecados, virtudes y egoísmos. Pero Grace exige más a medida
que da, exige lo mejor de cada uno. Exige la verdad en cada personaje, hacer
real y multiplicar el talento que cada uno posee...pero ¿qué pasa?... La
energía más fina, elevada de Grace, capaz de cambiar todo, potencia luego lo
negativo de cada uno de los habitantes del pueblo. Ninguno es capaz de dejar de
identificarse con su antigua vida, abandonarla, sufrir consciente y
voluntariamente la muerte de esa vida ya pasada. En consecuencia el Amor se
transforma en sensualidad egoísta, baja. Cierran sus puertas a la demanda de
Grace y utilizan su fineza y fuerza para sus fines de siempre, personales,
demandantes, alimentan su identificación, crece la negatividad, todo ello
acrecentado mil veces por la fuerza de la energía de Grace. Y así este pueblo
soso, tranquilo, destinado a ser el Cielo en la Tierra, se transforma en el
Infierno.
¿Grace produjo este cambio?
No, cada habitante de Dogville cerró la puerta al cambio ofrecido, a lo más
fino, a lo superior, cerrándose no sólo a lo más alto, sino a sí mismos y con
ello a los demás. Ya no queda nada más que hacer en ese pueblo viejo y
olvidado. Ya no tiene futuro, el que rechazó y vulgarizó la Gracia recibida.
Sólo queda destruirlo, no sirve a nada, ni siquiera sí mismo.
¿Quién es el único que sobrevive?
Aquel que a su manera es lo que es y sirve a su propósito en la vida, el perro.
¿Imagen de la esencia?
Siento que tu pregunta "¿de qué hablamos habitualmente?" es válida,
muy válida...
El Trabajo es real, el Trabajo nos cambia ¿estamos dispuestos a abrirnos para
que ello ocurra?
Oscar
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