10 de diciembre 2017 (revisión acerca
de la funcionalidad de la Mente y la comprensión del existir).
En la antigüedad al ver cómo
funcionaba el ser humano primitivo, le atribuían a los fenómenos
naturales las características de dioses para poder explicar el
acontecer, la enfermedad y las situaciones de su vida en general.
Conociendo estas manifestaciones,
aprendieron a utilizar poderes curativos por medio del uso de plantas
y algunos ritos. Con el avance del proceso racional, se comprendieron
las emociones y los efectos de una mirada, gestos, palabras, como
elementos poderosos a su vez para la sanación y para orientar logros
de supervivencia de grupo.
Todo esto muestra cómo inicialmente,
en forma básica, el conocimiento de los fenómenos nos ayuda a
comprender la vida manifiesta y a desenvolver el progreso de lo
humano.
Desde el punto de vista de la realidad,
habría que comprender que todo esto es el devenir que ocurre en el
tiempo, la mente, y es lo apreciado como conciencia manifiesta,
considerando que la Realidad nos muestra lo impermanente y temporal
sobre el fondo de Conciencia del permanente Ser.
El mundo interior y el mundo exterior
es un reflejo de Sí mismo. Los fenómenos psíquicos que se
presentan como miedos que habían estado escondidos, aparecen
temporalmente y se presentan a la luz de la conciencia, y al
reconocerlos, permite una integración y reposo en la tranquilidad,
pues son iluminados por la comprensión, quedan disueltos y sin
molestar.
De este modo, la inquietud queda
reemplazada por la armonía que generan la confianza y la
estabilidad. De esta forma, la intensidad de la percepción se
muestra como alegría y no como sufrimiento.
Es una equivocación suponer que debo
estar en constante alegría, esta es una emoción que satura al
cuerpo y luego se diluye de igual modo podemos sentir: miedo, rabia,
tristeza, etc, ellas son necesarias como indicadores de que el ego
programa funciona adecuadamente no permite valorar lo que tenemos.
Las emociones como el miedo, la
tristeza o el enojo, sirven para conectar con nosotros mismos,
reflexionar, valorar lo que tenemos, ser precavidos y poner límites
a lo que es inadecuado, estas emociones no son para ser evitadas sino
para conocer que sucede con nosotros y nuestro entorno, el enfado es
una emoción necesaria, para poner límites en nuestro caminar en la
vida, y no dejarnos pasara llevar por los demás. Todo esto en un
grado moderado y desde el respeto hacia el otro, es una actitud sana.
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Comprender desde lo Esencial es paz no
es buscada, aparece y satura nuestro ego programa. No hay dualidad,
no hay ilusiones.
Nuestra Esencia muestra su una gran
calma que ya no abandona; existe sin ansiedad ni temor, existe
sencillamente. No significa el vacío, o la nada; es la existencia
sin noúmeno que se traduce por paz de la extinción absoluta o
aniquilación total de las pasiones.
En realidad es muy difícil de
expresar. Significa serenidad, calma, ausencia de dualidad , se usa
también para expresar la gran Iluminación que incluye la
experiencia del vacío y la forma de lo infinito es idéntica a mi
propia forma. Así, toda forma es vacío. Y toda distinción de
formas desaparece.
R.Malak
9 de diciembre 2017 (revisión acerca
de la funcionalidad de la Mente y la comprensión del existir).
La mente proviene de la Conciencia
Esencial es una función, la mente como proceso dimensionador se
convierte en el tiempo, los procesos y los cambios que corren
continuamente a través de la Conciencia. En cambio, Sí mismo es lo
Absoluto permanente, y como Conciencia Esencial es el trasfondo de
todo fenómeno.
También en la Conciencia como
continente se dan todos los estados sentimentales o sentimientos
como: placer, dolor, entusiasmo, agrado, amor, ira, etc. La
conciencia no es privada, es universal y no está contenida en el
cuerpo. Todo lo que sucede en la vida es una expresión de la
conciencia, y es allí donde se sostienen los diferentes conceptos.
La base de la Conciencia está en Ser y
la mente que es su funcionalidad se sostiene en la Conciencia
esencial construyendo el mundo conceptual, y mentalmente se lo acepta
como verdad, aún sabiendo que nada en el mundo conceptual es
verdadero. De ese error sobreviene todo sufrimiento.
La mente como producto de Conciencia,
una vez emanada, nunca permanece inactiva, siempre quiere estar
ocupada. La naturaleza de la mente es el movimiento sobre el
trasfondo de la conciencia. Cuando el movimiento, que es lo
impermanente, cesa, es cuando la mente regresa a su fuente
permanente, que es la Conciencia Esencial de Si mismo.
Como las tradiciones orientales han
mantenido que la naturaleza de la Consciencia Centralizada (es decir,
la consciencia dentro de nosotros y la Consciencia Esencial que
impregna todo el universo) es la dicha y plenitud.
Entrar en contacto con la Consciencia
pura dentro de nosotros nos permite por lo tanto vivenciar esta
dicha. De hecho, se podría decir que es sólo cuando hacemos esto
que podemos experimentar la verdadera felicidad.
Por lo general, lo que pensamos que es
la felicidad es una cuestión hedonista o está basada en el ego es
decir, basada en pulsar ciertos "botones de placer"
instintivos o en recibir atención y elogios de los demás aumentando
nuestra autoestima.
El hedonismo es una doctrina de la
filosofía que considera al placer como la finalidad o el objetivo de
la vida. Los hedonistas, por lo tanto, viven para disfrutar de los
placeres, intentando evitar el dolor. Pero el tipo de felicidad rica
y profunda que experimentamos cuando estamos en contacto con el
fundamento o la Esencia de nuestro Ser es una felicidad espiritual
natural, que no depende de nada externo, y no desaparece tan pronto
como la cosa que la produjo ya no está.
Es una felicidad que procede de
experimentar lo divino dentro de nosotros y también lo divino dentro
de todo lo demás, ya que la consciencia pura dentro de nosotros es
la misma Consciencia pura dentro de todo lo demás, y la Consciencia
pura del universo.
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Algunos apuntadores manifiestan que la
transformación que viene antes de la Iluminación, aunque sean
instantes, no se da de inmediato, pasa un tiempo en que no hay
pensamientos, ni sentimientos de ninguna especie, se está sólo con
su “yo real” y hay que seguir bajando hasta el verdadero fondo en
el cual hay un silencio absoluto, es el último silencio que aún no
es Iluminación, más bien facilita un ambiente para ella; hasta
encontrarse con lo Esencial.
En otras palabras; primero el
desprendimiento, la identidad o ego programa desaparece, en segundo
lugar el descubrimiento del verdadero Si mismo, y en tercer lugar el
encuentro con La Conciencia Esencial o lo Divino.
Así, el fruto de la senda no es nada
más, ni nada menos, que llegar a ser en verdad lo que uno es:
verdaderamente en total, en paz, en unidad con Todo, y sin embargo
vaciado de Todo. Tal objetivo último está al alcance de todos; el
reino de Lo Divino está a la mano, entre nosotros.
R.Malak.
8 de diciembre 2017 (revisión acerca
de la funcionalidad de la Mente y la comprensión del existir).
Normalmente estamos tan ciegos que no
nos damos cuenta del estado complicado en el que realmente se
encuentra nuestra mente.
Cuando las cosas van mal, tendemos a
culpar a los demas y a las circunstancias, en lugar de buscar las
causas del sufrimiento en nosotros mismos. Sin embargo, para
encontrar verdadera paz y felicidad tenemos que afrontar y someter a
tratamiento es ese estado caótico interior.
Entonces podremos aprender a utilizar
nuestra energía de manera mas positiva y equilibrada, para dejar de
dañarnos a nosotros mismos y a los demás. Tenemos que revisar todas
las señales que va dejando el ego programa, los modos en que se
oculta y la manera como se esconde.
Vivenciar la Conciencia Esencial puede
tener un masivo efecto terapéutico. Aporta la sensación de estar
firmemente arraigado en nosotros mismos, y ser verdaderamente lo que
somos. También tenemos la sensación de estar realmente donde
estamos, dándonos cuenta de que antes estábamos presentes a medias,
y que todo lo que vemos a nuestro alrededor parece intensamente real
y vivo, como si nuestras percepciones fueran mucho más agudas.
Pero, sobre todo, experimentamos una
profunda sensación de paz interior y felicidad natural.
Los fenómenos psíquicos se dan como
emanación que surge de la Conciencia Esencial, y son las
sensaciones, las percepciones, la imaginación, las formas, los
colores, los movimientos, las dimensiones, los olores, la memoria,
los conceptos, los juicios, los raciocinios, y todas estas
actividades constituyen la funcionalidad intelectual y sensorial.
La verdad de Sí mismo es mucho más
inmensa de lo que la mente pueda comprender, ya que la mente está
contenida en la realidad de la conciencia como continente mostrando
limitaciones que dimensionan hasta lo infinito.
Por otro lado, en relación a una
conexión con lo Divino, cuando se da el caso de orar, por ejemplo,
la oración manifiesta una condición de desconocimiento, solicitando
el conocimiento de Si mismo, sin saber cuál será la respuesta. Es
una disposición amorosa y entregada.
Por otro lado cuando un niño es debil
y esta poco desarrollado, no es bueno dejarle a su aire y consentirle
comportarse de modo perezoso. Los padres tienen la responsabilidad de
animarle a andar para que su cuerpo pueda crecer correctamente y
fortalecerse.
Tal firmeza la podemos considerar una
manifestación de verdadera compasión. De la misma manera, aunque
adiestrar la mente pueda ser difícil e incluso doloroso al
principio, tenemos que continuar adelante a pesar de todo.
Cuando uno dice "no sé", lo
Divino se mueve y bisca modos de muestrar lo aparentemente oculto.
Por el contrario, en el caso de las prácticas psíquicas, ellas son
prácticas mentales que obstaculizan vivenciar la realización de Sí
mismo, ya que se intenta la obtención de un resultado objetivo
considerando que eso es el conocimiento buscado.
En suma, la vida espiritual se presenta
como un conjunto de situaciones que nos acercan a lo trascendente de
nosotros mismos. Para este trabajo nadie puede sustituir a nadie,
nadie puede hacerse consciente en el lugar de otro.
Ninguna escuela, ningún programa o
doctrina puede enseñar lo que pertenece al orden de la vivencia
individual o propia.
”””” ADICIONAL
Conocer nuestra verdadera naturaleza es
el inicio de la comprensión, constantemente tenemos un parloteo
interno como del ruido y la actividad del mundo moderno es que nos
separan de nuestra naturaleza verdadera.
La Esencia de nuestro verdadero yo o lo
fundamental, o la Esencia, de nuestro Ser. Es la Consciencia pura que
esta dentro de nosotros, alrededor de nosotros y emana desde nosotros
es la consciencia de Si mismo que permanece cuando no estamos
realmente conscientes de nada.
Es lo que queda cuando la actividad de
nuestros sentidos y de nuestra mente cesa. Las impresiones
sensoriales que absorbemos del mundo y los pensamientos que pasan por
nuestra mente son como las imágenes en una pantalla de cine, pero
nuestro Ser verdadero es la pantalla de cine en Sí, que todavía
está ahí, incluso cuando no hay ninguna imagen siendo proyectada
sobre ella.
Hemos escuchado que los seguidores de
lo Oriental hablan de no tener ninguna clase de sentimientos, pero
esto no quiere decir que hay que prescindir de ellos en el plano
relativo, sino que se refieren a los sentimientos asociados a
intereses egoístas.
El yo relativo permanece como yo y no
se extiende hacia algo que lo supera. Pero el Yo que se encuentra
envuelto en y como elemento integrante de algo que es mucho más
vasto y profundo, no es simplemente el yo relativo.
Cuando esta clase de Yo es realizado,
llega la Iluminación. Esta aparece como una meta en algunas
corrientes No duales bien se podrá decir que es la vivencia de Dios,
en Dios y por Dios. O como queramos llamar a eso indescriptible que
es Si mismo.
R.Malak.