Jose Mejia R
UNA MIRADA A LOS RITUALES MIRANDO CON CURIOSIDAD Una fiel se persigna a solas en una iglesia católica. Un lama tibetano realiza una serie de postraciones. En otro
lugar del mundo, un masón se levanta durante una reunión por invitación
del maestro de ceremonias. Todas estas personas, por muchas diferencias
que queramos buscar entre ellas, llevan a cabo rituales; en ocasiones
muy sencillos y en otras, engranados en formas más complejas. La razón
entrenada en los asuntos prácticos de orden material no deja de
experimentar incomodidad ante hechos tan alejados de la experiencia
sensorial cotidiana. Si al menos todo fuera producto del miedo, si
negociaran para obtener un beneficio tangible, si pidieran algo a un
poder trascendente… entonces la mente concreta le encontraría una
justificación material, un sentido que hoy por hoy se le escapa. Los
rituales configuran una peculiar manera de estar en el mundo y de
entender la vida. Intentan reorganizar el espacio externo y el interno,
los cuales entrelazan. Conforman manifestaciones culturales.
Panteísmo, animismo, monoteísmo, politeísmo, budismo desentendido de los
dioses personificados, corrientes esotéricas: todos los sistemas
religiosos, y los sistemas trascendentes que no encajan en el término,
los cultivan. ¿Qué está sucediendo en esas mentes? LA SED QUE EL AGUA NO PUEDE SACIAR
Los rituales aportan unidad individual y de grupo, paz y serenidad. Mas
pronto caeremos en la cuenta: quien busca paz, es porque aún no la
tiene. Un ritual implica una insatisfacción, una declaración de
principios por la cual nuestra vida no está plena y buscamos una nueva
dimensión del vivir aquí y ahora. De la percepción de la carencia nace
la aproximación a lo numinoso, lo sagrado, el espacio total externo e
interno, sin barreras. El camino habitual para acceder a la luz es un
reconocimiento de la ilusión de esta materia, tanto física como
emocional y mental, que no nos sacia. A partir de esa sed viene el
intento de crear un espacio sagrado, un lugar donde caminar descalzas y
descalzos con el mismo ánimo de María a los pies de Jesús. LAS MÚLTIPLES FORMAS DE LA VIDA
Este fenómeno incluye posturas corporales, sonido, voz, interacción con
animales, vegetales y objetos naturales o artificiales. Asimismo,
organiza el espacio-tiempo: un sentido y un ritmo, todo se dispone y
ordena para ser repetido. La repetición deja una huella energética en
los participantes y habla claro de la vocación de atemporalidad y de
trabajo interno. La forma ritual procede de un impulso interno revestido
de ideas y de emociones. La materia sigue a la energía, y el
“espíritu”, en el sentido de lo inmaterial, cristaliza en una forma
material que de nuevo apunta a lo espiritual, como las serpientes
entrelazadas del caduceo. Los rituales nos hablan de creatividad y de
diversidad. Tensión en la vida, eterno diálogo de opuestos, mal
simplemente en el camino de mostrarse como el auténtico bien que
encierra en lo más profundo de su oscuridad. Orden que se abre desde su fuente, el Caos. SI LA SAL SE VUELVE SOSA, ¿QUIÉN LA SALARÁ?
El rito también puede contribuir a una autocomplacencia. El camino de
ascenso puede transitarse en sentido descendente. La forma no excusa el
contenido; la paz no suprime la tensión del cambio. Si nuestros
pensamientos no son puros ni durante el mismo ritual, ¿qué ceremonia nos
elevará? Un ritual de curación rosacruz dice que un vaso sucio no puede
contener agua pura y saludable, ni una lente manchada puede dar una
imagen precisa. Igualmente, repetiremos viejos errores si parcelamos la
verdad, si rechazamos la película completa en favor de un solo fotograma
y condicionamos lo trascendente a una forma contingente y pasajera, la
de nuestro entorno cultural, la que nuestras creencias sancionan
tranquilizadoramente, mirando por encima del hombro a las creencias
ajenas. Parece que toda forma es susceptible de degenerar, de envejecer y
de llegar a estados diferentes del pretendido. “¡Ay de quien tome la
vestidura externa de la Torah (su texto literal) como la Torah misma!”
La ignorancia es nuestro mal. Por eso, una y otra vez nuestros errores
nos convocan para renacer con más sabiduría. OPORTUNIDAD DE SERVICIO
Los efectos van más allá de un bienestar psicológico. Toda persona que
comienza a participar en un ritual es aprendiz de mago. Las energías
acuden cuando se respetan las leyes profundas del cosmos. El silencio
deviene en poder de servicio. La armonía se expande y contagia. Estamos
diseñados para cosechar experiencia, para ser íntimamente felices, para
hacernos felices mutuamente. Desde la unidad podemos ser uno con las
energías sutiles y participar de ellas como pequeñas chispas de luz. El
despertar espiritual consiste en sintonizarse y en formar parte de esas
fuerzas vivas que impulsan el cosmos, en servirlas. Nadie posee el poder
espiritual. Cuando el héroe Ulises venció simbólicamente al cíclope
Polifemo (monstruo individualista y cruel), su sabiduría nos dejó un
mensaje de la mayor lucidez y significado. Confrontar su personalidad
contra las gigantescas fuerzas de la sombra sólo podía llevarle al
fracaso. Su destino parecía ser devorado por el monstruo, junto a
sus hombres. Así que diluyó sus aspectos personales y dijo al cíclope
que él era “Nadie”. Cuando los otros cíclopes preguntaban quién había
herido a su compañero, la respuesta invariable era: “Nadie lo hizo”.
Esto permitió a Ulises y a sus camaradas salir con bien de la isla. Que
nuestros actos en la magia que un ritual despliega disfruten de la misma
impersonalidad que encierra el mito griego. Si alguien nos pregunta si
hicimos tal o cual trabajo interno, que desde lo profundo de nuestra
conciencia podamos responder con veracidad: “Nadie lo hizo. Se hizo,
ocurrió, nada en mí es dueño de lo que pasó”. No es el mago quien
moviliza la energía, sino la energía la que moviliza al verdadero mago. LA ARMONÍA DE LOS CONTRARIOS
Espacio sagrado y espacio profano, lo externo y lo interno, Ulises y el
cíclope, “tú” y “yo”… La llamada genuina de los ritos pide superar la
ilusión de los contrarios. A la postre, todo espacio es producto de la
Creación, nace de su aliento, vive y evoluciona. Todo espacio es
sagrado, todo momento es ritual. En todo momento las rosas pueden
florecer en nuestras cruces. Tan sólo hemos de cesar en nuestra
resistencia, entregarnos y vivir cada momento en la luz. Luis Blanco
NOTA: El valor de la Nada, de nadie, que genera el Todo. El Todo es lo
que invalida la Nada, al llenarla, siendo la Nada la fuente del Todo. El
Todo no puede existir sin la Nada y de ella surge, mientras que la Nada
puede prevalecer sin el Todo.. Por tanto, la Nada puede engendrar el
Todo .La Nada no es cero o carencia, si no la entelequia del Todo y no
al revés. la 'energía potencial del Todo' radica en la Nada. Si
usamos un poco de los conocimientos del álgebra abstracta y del análisis
matemático, podemos inferir que, sin embargo, el Todo no es nunca
estático sino dinámico y que aunque si bien el componente absoluto Nada
tiene una ‘aridad’ nula, no es nunca cero, pues intrínsecamente en ella
está potenciada el elemento generatriz del que el Todo, todo es. Para
llegar a ser algo del Todo, es decir para llenarnos de Dios y tratar de
entender la Totalidad, necesitamos vaciarnos de nuestra personalidad y
ser nada y nadie, cual Ulises ante Polifemo. JMR.
|