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13 de julio 2018.
No necesitas la experiencia, mejor aún puedes quedarte al margen de la experiencia, de ese modo al hablar con un apuntador, te enviará a donde tú eres.
El cuerpo está en ti, no estas atrapado en él.
El cuerpo se presenta como sensaciones y percepciones sensoriales y con atado de conceptualizaciones, es así como sabes que hay un cuerpo.
Todas las formas son expresiones temporales.
Lo esencial es sin forma existe infinitamente, cuando esto se comprende, ya no hay necesidad de construcciones personales.
Lo real es lo mismo sin tiempo, lo expresan todas las enseñanzas tradicionales, tanto si abandonas los deseos o no, esto a la Consciencia no le afecta.
Muchos entendidos hablan acerca que hacer con los pensamientos, unos dicen que no se debe prestar atención a ellos, pues éstos nos llevarían hacia otros pensamientos, lo que impediría capturar la realidad.
Otros dicen que lo primero que tenemos que hacer es estar tranquilos, manifiestan que para mirar a la mente necesitamos saber dónde se encuentra la atención.
O dicho de otro modo a lo que le estamos presentando atención, Esto parece razonable ya que para empezar una construcción se requiere planificación y cimientos adecuados, todo ello apuntando al símil de la tranquilidad.
Mi enfoque es que el “yo” es el sujeto como el objeto de la vida, buscar la pasividad en la meditación puede ser adecuado, sería como estar en un invernadero, las plantas y flores protegidas, solo que ¿Cómo puedes ver dos en lo que es Uno?
Esa duda surge si sigues evitando hacerle frente a las exigencias constantes.
Todo es Sí mismo, no puedes ser oído, ni olido, ni gustado, Si mismo no puede ser visto, es la realidad ¿por qué te sientes complicado?
Ni el nacimiento, ni el principio, ni el fin complican lo que eres, nada te afecta, ni le afectan a lo absoluto.
Eso eres, al principio lo escucharas como un murmullo, luego nada lo callará.
R.Malak.
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14 de julio 2018.
Pasos desconocidos se diluyen ante la presencia de lo real y el salvaje
deseo combinado con ternura, encadena el cuerpo y fortalecen el antojo
de llenarse de sensaciones.
Atrapado en la red de la
complacencia el murmullo de fuego sale de la sensación de logro,
adosándose a la orilla de lo logrado o por los deseos.
Hablo sin palabras mientras mis labios se mueven, sin emplear el
sentido común, que no es común sino un sentido de la entrega que vive
sólo en lo Esencial y para lo Esencial marcando el camino correcto.
En territorio dormido se transforma mi faz cuando pienso y anhelo, no
hay tiempo que perder, la ciudad de los sueños llega a mis huesos, el
dulzor del verde territorio dormido con el tumulto se termina.
Me cobijo en un instante en la luz, mientras el aparente infierno llega a su fin dando paso al silencio no buscado.
No soy ni admirador, ni el objeto de descripción. No doy enseñanza, ni realizo ninguna acción.
Si me buscas con prisa, me alcanzas, despidiendo aroma de laurel con ojos de paz que se mezclan de fuego.
Mi naturaleza es Conciencia, no se apega a la libertad, ni a las
obstrucciones, no hay ilusión en mí, solo comprensión vivenciada.
Mi caminar está en el hacer y en el trozar las porfías de los agudos y teoricos.
Mientras atravieso el destino de la apatía, muestro lo que le es negado a muchos.
Llamo a sumergir la mente en la conciencia aunque todos estén sumergidos en los objetos que los atrapan.
Todo lo que se pueda explicar con palabras no es lo real. Así que, diga lo que diga, no es lo real.
La confusión proviene del desequilibrio de los elementos del universo, llámense Fuego, Agua, Tierra, Espacio, Éter.
Cuando ellos están alineados, el cuerpo de las personas está en paz.
Al empezar a observar la mente, ya la has identificado y el puente se ha roto.
Así, dejas de estar impregnado por ella, y desaparece.
Verificas entonces que, para existir, no necesitas de su cooperación.
Existes sin el ego, solo Sí mismo es lo real. El que sigue el sendero se retira a su interior cada vez que puede.
R,Malak.
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12 de julio 2018
La libertad que las personas hablan está referida, a la libertad del cuerpo, que, como he señalado y está ligada a los requerimientos de las fuerzas de la naturaleza que lo conforman y delimitan. Todas, limitaciones de la libertad son en el ámbito de lo cotidiano.
En algunos casos son beneficiosas, ya que existen para propiciar la convivencia pacífica en el entorno social (nuestra libertad termina en donde empieza la de los demás).
También otorgan el privilegio al obrar por reflexión y elección, lo que apunta al trabajo de mejorarnos a nosotros mismos como personas y a nuestro entorno.
Cuando, como persona, perdemos la comprensión de nuestra naturaleza, es porque estamos atrapados en el mundo cotidiano, es natural que siempre estemos buscando, consciente o inconscientemente, lo que creemos haber perdido.
En las primeras etapas de aprendizaje, por carecer de atención, buscamos afuera lo que realmente está dentro de las capas más hondas de nuestro interior. Además buscamos por caminos errados lo que puede obtenerse solamente de un modo.
Pero cuando hemos develado suficientemente, y hemos entendido adecuadamente la facultad espiritual del discernimiento, en esos momentos procedemos a seguir maneras justas y efectivas, y la senda del desenvolvimiento espiritual recobra finalmente el conocimiento de su real naturaleza.
Sólo entonces termina esta larga y ardua búsqueda, y la persona queda en evidencia de que es Sí mismo, y, por tanto, ya no hay deseo de cosa alguna.
Eres el “uno”, aunque no lo comprendas, Sí mismo inmutable, idéntico en todos. El corazón del buscador, y la simple indicación de lo real e indescriptible, recoge los ojos con indiferencia hacia el mundo externo de la manifestación.
Se nota que todo es indescriptible. Los antiguos textos lo mencionan de distintos modos. Eres eso que está a la vez dentro y fuera.
Si es así, ¿por qué estamos tan confundido? Soy todo, en todas partes, ¿de dónde nace el error?, ¿por qué corremos de un lado a otro asustado por la propia sombra?
Transfórmate en un manojo de interés hacia lo real, cólmate en tu propio modo, abandona el mundo de la teoría, recoge lo práctico de la realidad.
Eres ilimitado, toda luz penetrante. En ti no hay distinción entre el día y la noche. Eres Sí mismo, continuo Ser, uno en todos sin ninguna división.
R.Malak
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11 de Julio 2018
Hay tendencia a cosificar la realidad, con vocablos extremos que dan cuenta con sinceridad.
No discuto, por bondad, pues sería como mirar el sol del mediodía.
El mundo de la realidad es lo que ha existido, existe o existirá, dicho
de otro modo, nuestro movimiento es lo que ha ocurrido, ocurre y
ocurrirá, absolutamente prefijado, como el funcionamiento normal de la
conciencia.
Obedecer a la naturaleza es bueno, termina la noche
de la ignorancia que se disuelve a la salida del sol de lo real, nada ha
acontecido sin esfuerzo extremo, y la maduración tiene su lugar.
En la naturaleza de la mente, nuestro pensamiento es el mundo.
Si no nos damos cuenta de ello, más temprano que tarde confirmaremos cómo nos convertimos en lo que pensamos.
He ahí el famoso conflicto. En cambio, si has vuelto la mente hacia Sí mismo, “la felicidad” aparece como disfrute.
Ocasionalmente se intenta hacer desaparecer la mente, pero en realidad la mente no desaparece.
Lo que ocurre es que se disuelve en Sí mismo, como unos granos de sal se disuelven en el mar océano haciéndose uno con él.
Las características fundamentales y específicas de la mente se siguen
presentando y manifestando, la mente sigue existiendo pero ahora es
distinta y se llama conciencia pura.
Mientras estemos expresados
con cuerpo, mente y emoción, como una existencia de conciencia
centralizada en este mundo, la mente operativa nos permite resolver los
problemas y nuestras funciones mundanas.
No hay felicidad en lo que termina, sólo se halla en lo que no termina.
La felicidad completa se obtiene en Sí mismo. Conocer a Sí mismo es disfrutar de la plenitud y la paz.
Cuando nos movemos en conformidad con la naturaleza, reconociendo esas
leyes, y en la posibilidad de permitirles obrar según el plan que ellas
determinan.
Es el modo como estamos en la armonía con la realidad.
R.Malak
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