Se
cuenta la historia de un sabio religioso que todas las mañanas hablaba a
sus discípulos. Cierta mañana subió al estrado y justamente cuando iba a
comenzar a hablar un pájaro se poso en la ventana y comenzó a cantar,
con toda su alma. Después se callo y se fue a volar.
El instructor dijo entonces: “Se ha terminado la charla de esta mañana”