

No permitas que nadie te haga sentir que no tienes valor,
o que el desprecio te dañe emocionalmente,
Dios te dio todo lo que necesitas para ser fuerte.
Con un corazón sencillo,
pide al Señor que haga brillar su rostro sobre las injusticias
y calamidades que padeces.
Nadie ni nada le impedirá a Dios
tomar el control de tu vida si se lo permites.
Su poder te hará enfrentar con valentía todos
los nuevos retos que estás por vivir. ¡ÁNIMO
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