Cuando era joven me fascinaba ir en barca.
Tenía una pequeña barca, y solía ir al lago solo.
Me quedaba allí durante horas y horas.
Una vez sucedió que estaba meditando en mi barca
con los ojos cerrados durante una noche muy hermosa.
Una barca vacía llegó flotando corriente abajo
y golpeó mi barca.
Tenía los ojos cerrados, así que pensé:
“Hay alguien con su barca y ha golpeado la mía.”
Surgió la ira.
Abrí los ojos y, enfadado, iba a decirle algo a ese hombre;
entonces me di cuenta de que la barca estaba vacía.
No había manera de continuar.
¿A quién podía expresarle mi ira?
La barca estaba vacía.
Simplemente estaba flotando corriente abajo,
y había llegado y golpeado mi barca.
Así que no había nada que hacer.
No había ninguna posibilidad
de proyectar la ira en una barca vacía.»
De modo que Lin Chi dijo:
«Cerré los ojos.
La ira estaba allí, pero al no encontrar una salida,
cerré los ojos y floté hacia dentro siguiendo la ira.
Y esa barca vacía se convirtió en mi realización.
Llegué a un punto
dentro de mí mismo en esa noche silenciosa.
Esa barca vacía fue mi maestro.
Y ahora, si viene alguien y me insulta, me río y digo:
“Esta barca también está vacía.”
Cierro los ojos y entro en mí.»
Lin Chi (Maestro Zen)
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