
El
TAG es una enfermedad crónica, caracterizada por exceso de preocupación
y ansiedad, que resulta en malestar significativo y causa impedimento
para realizar las actividades de la vida diaria a las que está
acostumbrado el individuo. Los pacientes con TAG tienen altas tasas de
recaída y comorbilidad con depresión. Las benzodiazepinas son un
tratamiento efectivo, pero su uso está limitado debido a los efectos
adversos y su potencial adictivo. La buspirona, la venlafaxina y los
ISRS son beneficiosos para esta población, aunque su comienzo de acción
es más lento que el de las benzodiazepinas. La terapia
cognitivo-conductual, de elección como terapia inicial, parece ser tan
eficaz como la farmacoterapia.
El
TAS se caracteriza por el miedo a ser inspeccionado en situaciones
sociales, que lleva al individuo a evitar las situaciones temidas, con
las consecuentes dificultades laborales, sociales e interpersonales.
Las benzodiazepinas, los inhibidores de la monoaminooxidasa y los ISRS
son efectivos para su tratamiento. Sin embargo, sólo 35% a 65% de los
pacientes responden. De acuerdo con una revisión de 4 estudios
controlados con placebo y efectuados a doble ciego, los autores
sostienen que la administración diaria de 300 mg a 600 mg de
pregabalina dividida en 2 o 3 dosis diarias, parece ser similar a la
terapia tradicional con benzodiazepinas, en la eficacia para reducir
los síntomas del TAG y el TAS. La pregabalina no ha sido aprobada por
la Food and Drug Administration (FDA) para el tratamiento de
estos trastornos; sin embargo, de acuerdo con estos resultados puede
considerarse una droga de tercera línea en los pacientes que no
responden a los tratamientos ansiolíticos habituales.
Tolerabilidad
Los
efectos adversos debido a alteraciones del sistema nervioso central
fueron los más informados durante los estudios: somnolencia (50%),
mareos (49%), cefaleas (29%), edemas periféricos (27%) y ataxia (19%),
que parecen estar relacionados con la dosis administrada. Otros efectos
adversos aparecieron en menos del 10% de los pacientes y no parecen
depender de la dosis: cefalea, ataxia, vértigo, sequedad bucal, náuseas
e infección. El aumento de peso sí parece depender de la dosis, con
mayor incidencia en los pacientes que recibieron dosis más altas (600
mg/día). La somnolencia y los mareos fueron los mayores responsables
del abandono del tratamiento, independientemente de la dosis. Los
efectos adversos que requirieron la hospitalización del paciente
abarcaron accidentes, enterocolitis, hemiparesia, rash cutáneo
y extrasístoles ventriculares. Dos pacientes en tratamiento con
pregabalina presentaron un paro cardíaco. Las muertes en los pacientes
bajo tratamiento con pregabalina no parecen haberse producido debido a
la droga.
En
los pacientes con TAG se observó la presencia del síndrome de abandono
con aumento de la ansiedad, irritabilidad y el nerviosismo cuando se
interrumpió de manera abrupta la toma de pregabalina. En los diferentes
estudios realizados, la pregabalina no parece alterar la función
reproductiva masculina, la química sanguínea o los valores
hematológicos habituales. Tampoco alteró el resultado de los análisis
de orina y el electrocardiograma.
Dosis y forma de administración
De
acuerdo con las tasas de respuesta informadas en los diferentes
estudios, la dosis terapéutica óptima de pregabalina como terapia
coadyuvante en pacientes con crisis parciales, NDP, NPH y trastornos de
ansiedad es de 150 a 600 mg/día, administrados en 2 o 3 tomas diarias,
con alimentos o sin ellos. El tratamiento debe iniciarse con dosis de
150 mg, que debe aumentarse a 300 mg/día luego de 1 semana, para
después incrementarla a 600 mg/día luego de transcurrida otra semana de
tratamiento. Este último aumento depende de la tolerancia y del logro
del efecto deseado. En pacientes con NDP y NPH, las dosis de 300 a 600
mg/día parecen ser más efectivas que las dosis menores.
En pacientes con deterioro de la función renal, la dosis de pregabalina debe reducirse 50% por cada disminución del 50% en el clearance de
creatinina. Además, debido al incremento de la vida media de la
pregabalina, en estos pacientes debe contemplarse la posibilidad de
disminuir la frecuencia de las dosis. Los individuos bajo hemodiálisis
pueden requerir dosis suplementarias de pregabalina, debido a que casi
50% de la droga puede ser removida durante cada sesión de diálisis de 4
horas.
Conclusiones
La
pregabalina parece ser efectiva para reducir el dolor neuropático en
los pacientes con NDP y NPH. A pesar de que existen numerosos
tratamientos efectivos para estas enfermedades, es la única droga
aprobada por la FDA para ambas indicaciones. La pregabalina debería
considerarse una alternativa de tratamiento en pacientes sin respuesta
a las terapias habituales. Administrada como terapia coadyuvante con
DAE, parece ser efectiva para reducir la frecuencia en pacientes
adultos con crisis epilépticas refractarias al tratamiento de comienzo
parcial. Sin embargo, algunos estudios sugieren que otras DAE son tan
efectivas como la pregabalina como terapia coadyuvante.
A
pesar de que la pregabalina no ha sido aprobada por la FDA para el
tratamiento de pacientes con TAG y TAS, algunos estudios sugieren que
esta población podría beneficiarse con el empleo de esta droga.
Ref: CLMED
Resumen objetivo elaborado por el
Comité de Redacción Científica de SIIC
en base al artículo original completo
publicado por la fuente editorial.
Sociedad Iberoamericana de Información
Científica (SIIC)