Cuando el hombre ora para requerir la intervención divina en las circunstancias de la vida, muchas veces, la respuesta a sus oraciones, es su propio cambio de actitud ante la vida.
Libro de Urantia. Pág.1307
La oración verdadera, no los rezos recitados como loritos, ciertamente que nos une a nuestro Padre y como con él, todas las cosas son posibles, su amor permite que nosotros seamos capaces de ver y asumir la realidad que estamos viviendo y al verla con la serenidad de quien está unido a su espíritu, permite que seamos capaces de cambiar nuestras pautas habituales y que asumamos los problemas desde otro punto de vista y que encontremos la solución casi en "forma milagrosa"
Si bien es cierto que "el hombre no podría amar en forma altruista y espiritual, si no viviera en su mente el Espíritu divino y no podría comprender verdaderamente la divinidad si no viviera en su mente un intérprete y no podría estimar los valores morales y reconocer los significados espirtuales, si no viviera en su mente un evaluador como es el Espíritu divino"2094 no es menos cierto, que nada de esto es posible si la criatura no abre su mente y su corazón para escuchar las inspiraciones divinas, las cuales no se manifiestan en forma extraordinaria ni con acontecimientos sobrenaturales, sino que actúan silenciosamente en nuestra alma, cuando la disposición del ser humano es la de hacer la voluntad de su Padre.
En la medida que nuestra conciencia está despierta y nuestro deseo de alcanzar la perfección es sincero, "aumenta su comprensión del mundo en el cual vive, su capacidad se va ampliando para comprender los hechos materiales del tiempo, las ideas significativas del pensamiento y los ideales valiosos del discernimiento espiritual. Mientras los hombres midan sólo con la vara de las cosas de naturaleza física, no pueden esperar jamás encontrar unidad en el tiempo y en el espacio"1306
Nuestra oración, no debe ser nunca un monólogo, ni un pliego de peticiones, debe ser una conversación , una comunión con Dios para ver el modo de como resolver nuestros problemas, los cuales muchas veces son creados por nosotros mismos, por tanto para su solución basta un cambio de actitud de nuestra parte para enfrentarlos y solucionarlos.
"¿Cuánto le llevará al mundo de los creyentes comprender que la oración no es un proceso para conseguir lo que uno quiere, sino más bien, un programa para aceptar el camino de Dios, una experiencia de aprendizaje para reconocer y cumplir la voluntad del Padre?" 1946
Que no se nos olvide que "la oración tiene el objeto de hacer que el hombre piense menos y comprenda más, no está hecha para aumentar el conocimiento, sino más bien para ampliar el discernimiento" 1616
yolanda silva solano.