El poder de la Palabra.
Yolanda Silva Solano.
Junto con el don de nuestro libre albedrío, el poder de la palabra es lo que nos diferencia del resto de los animales y que desgraciadamente el ser humano no dimensiona, porque ignora que la ciencia ha descubierto que el sonido viaja a través del aire desde el punto desde donde emana a la asombrosa velocidad de 331 metros por segundo, sobre las estructuras moleculares existentes en la atmósfera, alterando sus frecuencias vibratorias en un modelo en onda, después de lo cual es recibido por los órganos auditivos de una persona y es interpretado por la mente consciente, por tanto es algo vivo.
La palabra es una vibración que traspasa lo mediático, porque como tal cada vibración crea su propia forma. Toda vibración produce sonido, al margen que nos resulte o no audible, produce siempre e inevitablemente un determinado efecto en la materia, por tanto la palabra es una energía creadora, que puede construir como destruir según sea la calidad de su intención.
Las palabras dichas por Jesús tenían tanta fuerza en la gente que lo escuchaba, porque emanaban de su propio espíritu, como por ejemplo “aquel muchacho que no olvidó jamás las palabras de Jesús y la bondadosa mirada que las acompañó cuando apoyando la mano sobre su hombro le dijo: adiós hijo mío, sé valiente mientras te haces hombre y después de alimentar el cuerpo, aprende también a alimentar el alma. Mi Padre que está en los cielos estará contigo y te guiará” 1440
La palabra es una llave que puede abrir puertas entre las distintas dimensiones, puede abrir las conciencias y los corazones de nuestros semejantes, pero sólo cuando es bien empleada por alguien puro de corazón, recordemos lo que Jesús le dijo al orador del foro: “tu elocuencia es agradable, tu lógica es admirable, el sonido de tu voz es grato, pero tus enseñanzas no reflejan la verdad. Si pudieras disfrutar la satisfacción inspiradora de conocer que Dios es tu Padre espiritual, tal vez podrías emplear tu capacidad de orador para liberar a tus semejantes del yugo de las tinieblas de la ignorancia”1461
Uno de los grandes problemas de nuestra humanidad hoy en día, es la carencia de una verdadera comunicación, reemplazada por mensajes carentes de poder y de palabras sin una vibración superior y acompañadas de una gran falta de consecuencia entre lo que se dice y se hace, lo que convierte las palabras en vanas y vacías, porque sólo es posible comunicar algo cuando lo que afirmamos está avalado por nuestro propio convencimiento y por ende por nuestro ejemplo.
Es bueno ver las cosas desde una perspectiva espiritual, pero cuando ellas en vez de quedarse en un misticismo pasivo, se ven avaladas por los estudios científicos, ellas toman muchísimo más fuerza y poder, porque “mientras os dedicáis a la obtención de las realidades eternas, debéis también disponer para las necesidades de la vida temporal” 1778 y por tanto debemos valernos de las realidades de los tiempos actuales en donde la ciencia y la tecnología ocupan lugares tan preponderantes.
Una reciente investigación rusa, dice que el ADN puede ser influido y reprogramado por palabras y frecuencias, sin seccionar ni reemplazar los genes individuales. Descubrieron además, que sólo el 10% de nuestro ADN es utilizado para construir proteínas y es al cual están abocados los investigadores occidentales, pero los rusos se han dedicado a estudiar el otro 90% considerado chatarra, llegando a conclusiones impresionantes pues según esos estudios, el ADN no sólo es responsable de la construcción de nuestro cuerpo, sino que también sirve como almacén de información y comunicación a toda la escala biológica. Descubrieron que los alcalinos de nuestro ADN siguen una gramática regular y tienen reglas fijas al igual que nuestros idiomas.
En los tiempos de Jesús, era inviable el hablar con este lenguaje, pero pienso que se refería a esto, cuando nos dijo que si queríamos entrar en el reino, debíamos renacer. Los maestros espirituales de antaño hablaban de transmutación de nuestro cuerpo y que se podía programar por medio del lenguaje, las palabras y el pensamiento, ahora eso se ha probado y explicado científicamente, que las letras de los antiguos alfabetos, son formas estructuradas de energía vibracional que proyectan fuerzas propias de la estructura geométrica de la creación, por tanto el hombre es responsable directo de los procesos de la creación positiva o destructiva de la vida ¡con tan sólo el poder de la palabra!
Los esenios sabían de la existencia del enorme poder contenido en la oración y la palabra y utilizaron la energía que canaliza el lenguaje, la cual es la manifestación final del pensamiento, la emoción y los sentimientos. En las culturas de oriente se usaban y aun se usan los mantras, los rezos y las plegarias con una intención predeterminada como técnicas para materializar estados especiales de conciencia, por supuesto que ellos tienen validez sólo cuando son recitados en forma consciente.
Como contraparte cabe preguntarnos ¿no será que este tremendo poder de la palabra que cada día es más mal usado por nuestra generación, es el culpable de mucho de lo malo que ocurre en nuestro planeta Urantia? Las malas palabras o garabatos, tienen una muy baja vibración, por tanto van contaminando el éter al igual que lo hacen las quejas continuas y muchas veces sin motivo, pero como la palabra es creadora más temprano que tarde tendremos razones para quejarnos con propiedad, porque lo hemos atraído con nuestros pensamientos negativos lo mismo de lo cual nos quejábamos.
El poder de la palabra no radica ni en su sabiduría ni menos en su erudición porque “la mente del hombre no debe ser aplastada por el peso de la lógica, ni sobrecogida por la elocuencia sagaz”1765 porque ella por brillante que sea carece del poder de convicción si quien las pronuncia no está motivado por el deseo de servir y ayudar con su palabra a los demás. Si es su ego y no su espíritu quien lo impulsa a hablar, sus palabras no tendrán resonancia y se las llevará el viento.
Es tan fuerte el poder de la palabra que debería ser utilizado sólo con sabiduría y amor y para el bienestar de la humanidad, nunca debería ser usada con egoísmo y para provecho personal, perjudicando a los demás porque “los fuertes no deben hablar ni mirar con desprecio a los débiles” 999
Se suele decir que ciertas personas tienen el don de la palabra, porque saben expresarse con fluidez, sin embargo este don no es sólo para los que hablan bien, sino para todos los seres humanos sin distinción, pero desgraciadamente muy pocos reconocen que hablar es un privilegio y que deberían aprender a usar y a desarrollar el don de la palabra, en vez de prostituirlo con palabrotas o con palabras mentirosas o injuriosas.
Si realmente queremos ser hijos de Dios y buscar la perfección en nuestras vidas, debemos hacernos responsables de este don que libremente se nos ha otorgado y usarlo con la conciencia clara que la palabra es creadora, y como nuestra mente no discrimina ella puede crear lo bueno como también lo malo.
Así como poco a poco hemos ido tomando conciencia que debemos cuidar nuestro planeta y que una de las maneras de hacerlo es reciclando lo que no nos sirve, de la misma manera deberíamos preocuparnos de no enrarecer el medio ambiente con nuestras palabras destructivas o vacías de contenido.
No olvidemos que el “gran hombre no es quien conquista una ciudad o derrota una nación, sino más bien el que domina su propia lengua” 317 si esto lo recordáramos antes de decir malas palabras, de criticar o de quejarnos, estaríamos fortaleciendo nuestro espíritu y mereciendo nuestro título de hijos de Dios.
“La lengua humana dijo Jesús, es algo que muy pocos hombres pueden domar, pero el espíritu interior puede transformar este órgano poco dócil en una dulce voz de tolerancia y comprensión “1640
Como podemos ver la espiritualidad es algo concreto en lo cual debemos trabajar a cada momento porque “la cristalización intelectual de los conceptos, invalidan el verdadero conocimiento y nos impiden llegar a la sabiduría”1471
Los estudios realizados por físicos cuánticos, comienzan a redescubrir y validar el enorme conocimiento de culturas ancestrales, el cual si pudiéramos retomar nos aportaría un nuevo poder para cambiar el mundo sin violencia. Démosle a la palabra el poder creador y vivificador que se merece y que nuestro mundo necesita para ser mejor.
Basado en las enseñanzas del Libro de Urantia.
http://www.egrupos.net/grupo/urantiachile