Os aseguro que he venido para buscar y salvar a los que están perdidos.
Jesús, El Libro de Urantia. Pág. 1851
Jesús en esta corta cita nos está mostrando el verdadero motivo de su estadía en la tierra como uno de nosotros, El vino a demostrarnos que Dios no es ese juez castigador y selectivo que los hombres han obedecido por temor al castigo, sino que es un Padre amoroso que sabe todas las cosas y por tanto conoce nuestras debilidades y flaquezas, El sabe que a pesar de nuestras buenas intenciones para buscar la perfección igual caemos en faltas y renuncias...
Sin embargo El nos sigue amando porque "El hecho de que las almas estén extraviadas, sólo acrecienta el interés del Padre. Yo he venido a este mundo, para hacer los deseos de mi Padre y en verdad se ha dicho que el Hijo del Hombre es amigo de publicanos y pecadores" 1851 En cambio nosotros, criaturas falibles, actuamos como si fuésemos perfectas y nos permitimos criticar y juzgar a las minorías que no son o no piensan como nosotros...
Pero este amor de nuestro Padre no quiere decir que el hombre pueda delinquir sin recibir castigo alguno, "Jesús puso en guardia a sus apostóles contra la tontería del hijo de Dios que cree poder aprovecharse del amor del Padre. Declaró que Dios no es un padre tontamente indulgente, condescendiente y débil, siempre listo a perdonar el pecado y la imprudencia. Advirtió a sus oyentes que no aplicarán erronéamente sus descripciones explicativas de las relaciones entre padre e hijo, como esos padres excesivamente condescendientes y poco sabios que conspiran con los tontos de la tierra, para ocultar la ruina moral de sus hijos imprudentes y que de esta manera contribuyen en forma cierta y directa a la delincuencia y a la desmoralización de sus hijos."1653
Esta cita es para releerla, porque es lo que en este momento está pasando en nuestra sociedad, los padres ya no se atreven a poner normas y a exigir respeto y los hijos desorientados actúan de cualquier manera, porque aunque no lo parezca ellos necesitan quien los contenga y fije las reglas, porque aun no están plenamente conscientes de que el libre albedrío está muy lejos de ser libertinaje.
Aprendamos de Jesús, no seamos selectivos y aprendamos también del amor de Dios que no es condescendiente, el comprende nuestras faltas cometidas por debilidad humana, pero no el pecado que es la falta cometida a sabiendas y en forma reiterada. Aprendamos también de nuestros Padre de los cielos, disciplinando a nuestros hijos, porque es la forma de demostrarles nuestro amor y hacer de ellos personas de valor.
yolanda silva solano