La fe no encadena la imaginación creadora, tampoco mantiene un prejuicio irrazonable hacia los descubrimientos de la investigación científica.
El Libro de Urantia. Pág. 1115
La fe nunca debiera interponerse con la ciencia, es la iglesia quien lo ha hecho y si no que lo digan Galileo o Giordano Bruno por citar a algunos, ahora sigue reticente pero algo menos que antes, por lo menos ya no se quema a nadie como en la Inquisisión, época de un oscurantismo total.
La fe debiera estar al frente de los descubrimientos, porque "la curiosidad, el espíritu de investigación, el impulso a la exploración es parte de la dote innata y divina de las criaturas evolutivas del espacio y estos impulsos naturales no nos fueron dados para ser reprimidos o frustrados"160 muy por el contrario, deben ser estimulados para el bien de la humanidad, porque no hay nada nuevo bajo el sol, todos los descubrimientos están en la mente de Dios y el hombre tiene acceso a ellos cuando está preparado para recibirlos.
La ciencia ficción, es sin saberlo la forma como el hombre se prepara para los descubrimientos futuros, sin las novelas de Julio Verne muchos de los inventos actuales hubiesen sido rechazados por falta de capacidad de comprensión.
La ciencia y la religión deberían estar siempre unidas pues "la ciencia trata de identificar, analizar y clasificar las porciones segmentadas del cosmos ilimitado y la religión capta la idea del todo. En la ciencia, la idea precede a la expresión de su realización, en la religión la experiencia de la realización precede a la expresión de la idea"1122 y debería buscar que dicha realización fuese beneficiosa para la humanidad, no oponiéndose sino participando activamente.
Sin una mente creadora no habría ciencia y sin una mente divinizada por el Espíritu residente no habría verdadera religión, por tanto debemos estar siempre con nuestra mente abierta a todo lo nuevo, enviando nuestras vibraciones positivas para que ayuden a descubrir cada día nuevos inventos, que no sólo le den más comodidades al ser humano, sino que también aumenten su sabiduría para que la investigación científica sea aprovechada en bien de su salud y de su mayor evolución.
yolanda silva solano