EL SENDERO DE INICIACIÓN...(II)
“ 1ª. LA PREPARACIÓN O CAMINO: Tarde o temprano a todos nos
llega el momento de sentir cierta inquietud o interés por ser mejores
moral y espiritualmente; unos porque ya nacen con esa tendencia y
se esfuerzan y otros por medio de religiones o escuelas esotéricas.
Todos buscamos los medios para cambiar nuestra forma de pensar y
actuar. Cuando esto ocurre solemos tener mucha prisa por ser mejores
y no nos damos cuenta de que somos algo ciegos todavía, la meta
es: Adquirir experiencia, desarrollar la voluntad, espiritualizar
el carácter y desarrollar la mente. EL DESARROLLO DE LA MENTE: Éste es el fruto de la necesidad de
razonar nuestras acciones para evitarnos mucho dolor. Si el hombre
se dejara llevar por sus pasiones, envidias, rencores y odios,
siempre estaría enfrentado a sus hermanos, la evolución se
convertiría en involución y la humanidad llegaría al caos. Precisamente
por eso nos dieron la mente, para que la desarrolláramos,
(como lo hacemos con los músculos) y una vez fortalecida la
utilizáramos para vencer el cuerpo de deseos, ese gran tentador
que se fortalece por medio de los placeres de la carne y
se resiste a ser inducido hacia lo espiritual. LA ESPIRITUALIZACIÓN DEL CARÁCTER: Como ya hemos
visto, a través de la experiencia desarrollamos la voluntad y la mente,
y una vez que tenemos cierto dominio sobre ellas las podemos utilizar
para el propio desarrollo del Ego, o sea, para espiritualizar el carácter.
Esta espiritualización del carácter marca
el punto de partida para alcanzar
la iniciación, y esto a su vez, nos obliga a
disciplinarnos de la siguiente manera: 1ª, Tener siempre la voluntad necesaria para trabajar constantemente
a favor del Espíritu, acelerando nuestro desarrollo en cada oportunidad
que tengamos. La voluntad es el poder del Espíritu y como tal
debemos desarrollar o fortalecerla como hacemos con los músculos.
Para desarrollarla debemos tener un método o
proceso y este método nos puede venir por cualquier medio
(libros, personas, etc.) Mientras haya voluntad estaremos más
predispuestos para acelerar nuestro desarrollo individual.
También es importante no tener prisa, sino constancia para que
no haya pausas. Todos estamos subiendo a la cima de la montaña
y no podemos entretenernos tampoco mucho contemplando el
paisaje, más bien hay que buscar los atajos como lo es la iniciación. 2ª, Disciplina para hacer y practicar determinados ejercicios,
oraciones, etc. y para crearnos unos hábitos de vida dirigidos
hacia la unión con el Espíritu. Es muy importante, debemos
practicar algún ejercicio y oraciones todos los días y en
determinados momentos para crearnos un hábito que haga
aumentar nuestra espiritualidad. Las oraciones, las lecturas
devocionales y las que nos haga elevarnos en la mente hacia lo
abstracto son muy importantes para desarrollar la conciencia.
Cuanto más control de la mente más desarrollo de la
voluntad y más despertar de buenos sentimientoS. 3ª, Conocimiento, el conocimiento nos lleva a discernir lo que es
correcto de lo que no lo es, lo falso de lo verdadero, lo real de lo irreal.
Esto a su vez, nos acerca al conocimiento de la filosofía oculta donde
descubrimos quiénes somos, de dónde venimos y cuál es nuestra
meta. Cuando estamos preparados contactamos con la Sabiduría oculta
para asimilar un nuevo conocimiento que nos hace descubrir quiénes
somos, a dónde vamos y cómo podemos desarrollar el Espíritu. Este
conocimiento nos lleva a comprender que nos queda mucho por recorrer
y que tenemos que aprovechar todas las oportunidades y experiencias
en la tierra. También nos hace sentir más felices internamente y os
ayuda a superar los problemas terrenales. 4ª, Práctica del conocimiento adquirido, una vez que tenemos el
conocimiento oculto, debemos trabajar con él sobre nuestros cuerpos
invisibles. Nuestras actuaciones deben estar basadas en el conocimiento
de la Ley de Renacimiento y de Causa y Efecto. Una vez comprendido
para qué sirve cada uno de los cuerpos, debemos practicar los ejercicios
que nos llevan a desarrollarlos, estos son algunos de ellos: 1º, CONCENTRACIÓN: Si no hay concentración no obtenemos el mayor
provecho de nuestras actividades y actitudes.
Deberíamos ser conscientes
de todo lo que hacemos y pensamos para que sean actos voluntarios
dirigidos siempre hacia el desarrollo moral y espiritual. Es el medio por
el cual podemos extraer provecho de todas las cosas (un libro, la
oración, un objeto, nuestras propias actitudes, etc.) y desarrollar
hábitos nuevos para olvidar otros que nos perjudican. Concentración
es “concentrar la mente en un solo objeto o hecho para observarlo
en su más profunda naturaleza”. En la concentración
debemos absorbernos
de tal manera que casi podemos unir la personalidad con
nuestra verdadera
naturaleza espiritual. Con ese ejercicio se
desarrolla la voluntad, el poder
de la mente, la paciencia, la persistencia, etc. Sin la concentración no se
hubiera conseguido todo lo existente en la naturaleza, de hecho, nos
será muy útil para el control del cuerpo de deseos. 2º, MEDITACIÓN: Ésta nos ayuda a descubrir lo que normalmente no
somos capaces de ver (ejemplo: nuestros
defectos) Con ella descubrimos
a nuestro Yo Superior, debemos hacerlo sobre nuestra personalidad,
estudiarnos profundamente y también sobre cosas elevadas, abstractas
o devocionales. Es muy útil meditar sobre los diferentes cuerpos y
nuestra actitud. A través de la meditación sobre asuntos elevados nos
podemos elevar a las regiones superiores donde está el Yo superior,
el Ego y, si las meditaciones se hacen sobre lo abstracto y espiritual,
notaremos una gran influencia del Espíritu. Es cierto que para obtener
resultados es necesario tener una gran anhelo de superación espiritual,
pero también es necesario que nos situemos: 1º.- Nosotros como
pensadores con voluntad, 2º.- Considerar a
la mente como el instrumento,
y 3º.- Elegir un motivo de meditación que estimule y eleven nuestros
deseos de elevación espiritual; el resultado será un nuevo impulso.
Es necesario decir que este trabajo no debe hacerse como una rutina
o convertirse en un proceso frío y que, la mente debe estar
concentrada en el tema elegido y no en la concentración. 3º, OBSERVACIÓN: Del mundo que nos rodea para ser más conscientes
de lo que pasa, y observación de nosotros mismos respecto a los demás.
Es muy importante que observemos el mundo para aprender y no para
criticar y que nos observemos nosotros mismos para ver como actuamos,
como pensamos y como sentimos lo que nos ayudará mucho a la hora
de hacer la retrospección por las noches. 4º, ORACIÓN: La oración transforma la naturaleza animal en devocional y
espiritual y abre una comunicación que nos eleva hacia el propio Mundo
de Dios por medio de la devoción y los más elevados sentimientos.
Si la fe nos abre el camino a una posible
comunicación con Dios, la oración
nos ayuda a conectar con los mundos espirituales.
Deberíamos considerar
cada uno de nuestros actos como una oración, la cual, al estar bajo
la ley de Causa y Efecto, nos traerá los resultados según sea su
naturaleza, buena o mala. Desde este punto de vista, si hiciéramos
cada oración (acción e incluso pensamiento) de una forma consciente
y con buena voluntad, obtendríamos una respuesta positiva en
todos los sentidos pero mayormente en lo espiritual. Pero si nos
centramos en la oración como un conjunto de palabras, deberíamos
tener claro su significado para crear un sentimiento adecuado y
positivo que fortalezca la oración para que pueda obtener la respuesta
adecuada de los mundos espirituales. La oración debe ser clara,
concreta, sencilla, humilde y sin palabrerías que para nada sirvan.
Sin embargo, la verdadera oración debería ser estar todo el día
haciendo que nuestros hechos, pensamiento, palabras y deseos
y sentimientos sean tal que sirvan para la iluminación y la santificación;
esta es la única manera de abrir un canal que nos ponga en
contacto directo con la Luz de Dios. 5º, RETROSPECCIÓN: Ésta nos ayuda a purgar
nuestros errores mientras
vivimos aún en la Tierra para así no perder el tiempo en el purgatorio y
emplearlo en otros asuntos espirituales. El provecho de este ejercicio
sirve para acelerar nuestro crecimiento de una manera más rápida,
consciente y voluntaria. Este ejercicio se debe hacer por las noches
cuando nos acostamos. Trata de visualizar todo lo que hemos hecho,
cómo hemos pensado y cuáles han sido nuestros deseos y sentimientos
para proponernos no volver a cometer esos mismos errores. Por un
lado debemos reprocharnos y sentir nosotros mismos el mal que
hemos hecho a tros y, por otro, felicitarnos y alegrarnos por nuestras
superaciones y el bien que hemos hecho durante el día. 6º, AUTOPROGRAMACIÓN: Se trata de autoprogramarnos para que,
ante nuestras debilidades, estemos preparados para actuar y
responder de la manera más positiva posible. Ejemplo: Autocontrol
cuando vamos en el coche y nos hacen algo. El cambio de actitud
ante alguien con quien solemos criticar. Es un ejercicio que deberíamos
practicar mentalmente por las mañanas para situarnos en las
situaciones o circunstancias donde sabemos que solemos ser débiles.
Se trata de programarnos y visualizar esos momentos actuando
positivamente de tal manera que, cuando llegue ese momento real,
la conciencia nos recuerde ese programa y la escuchemos
para actuar según nuestro compromiso. 7º, ACTUAR EN NOMBRE DE.... Se trata de actuar en nombre de
un Ser muy elevado (por ejemplo Cristo) A la hora de pensar, desear,
sentir y actuar, lo haremos como creamos que lo haría Él y eso
nos hará ser más amorosos y serviciales. Esta práctica nos lleva
a idealizar un ser sumamente espiritual (por ejemplo Cristo) de tal
forma que intentemos actuar todo el día como
actuaría él en nuestro lugar.
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