En general, se trata de ser conscientes de nuestros propios vehículos
y gobernarlos y utilizarlos de manera que nos sintamos uno con
los demás. Una vez puestos en el camino del desarrollo espiritual,
debemos desarrollar la persistencia, la paciencia, la comprensión,
la tolerancia y el servicio amoroso y desinteresado a los demás.
En general se trata de ser conscientes de que somos uno con los
demás, que el que más elevado está más debe ayudar a los demás,
se trata de callar la mente para darle paz, de controlar nuestro cuerpo
de deseos para desear lo mejor para los demás, de crearnos costumbres
espirituales y sanas, de ir al corazón de los demás para entenderlos
en su naturaleza interna, etc. Con todos estos ejercicios
desarrollamos la voluntad, la persistencia, la
concentración, la devoción y el amor.
Hasta ahora he mencionado todo lo relacionado con el ser humano a
modo de indicar el camino que lleva a la iniciación, ahora es conveniente
ver los medios. El espíritu tiene tres Aspectos o Principios, estos a
su vez, se convierten en 7, y estos 7 se conocen como: Los 7 Espíritus
ante el Trono, las 7 Jerarquías Creadoras y los 7 Rayos.
Estos Rayos descienden por los planos en diversos grados y estados
de conciencia hasta que llegan al mundo físico y al hombre, por tanto,
por el mismo que descendimos volveremos a ascender con la conciencia
y los poderes del Espíritu desarrollados
Cada uno de esos rayos está representado aquí en la Tierra por una
Escuela de Misterios, y éstas a su vez, están representadas por alguna
entidad o asociación donde se preparan a las personas que en esta
vida sienten la necesidad de aprender los misterios del Ser. Estas
escuelas preparatorias, tienen determinada vibración que se
identifica con el Rayo correspondiente y suelen ser fundadas
por alguna persona elegida para esa determinada misión. Por
ejemplo, la Orden Rosacruz es una Escuela de Misterios representada
por la Fraternidad Rosacruz que es una escuela iniciática. Esto quiere
decir que la humanidad evoluciona a través de un Rayo, y cuando está
preparado para contactar con su escuela, su destino le llevará para
ser preparado para la Iniciación. Para ello, el ser humano está
en la escuela de la vida, renaciendo en las circunstancias que
necesita, y está siendo apoyado por diferentes seres
como son los Ángeles y Arcángeles.
Así, podemos ver, como la humanidad evoluciona sirviéndose de
religiones, sectas, escuelas, etc. hasta que comienza a preguntarse que
¿de dónde venimos? ¿Adónde vamos? Y ¿Por qué estamos aquí?
Entonces será cuando encuentre su Escuela de Rayo y hallará las
respuestas que en ningún sitio antes encontró. En esa escuela,
como en la de nuestros hijos, hay diferentes grados y según sea
el esfuerzo que hagamos por desarrollar las cualidades espirituales,
así avanzaremos por esos grados hasta acercarnos a la iniciación.
Cuando alcanzamos el grado de discípulo, después de varios años de
prueba, es cuando estaremos preparados para recibirla.
La iniciación no se da en la Tierra ni por un
Ser en cuerpo físico, tampoco
la dan por pertenecer durante muchos años a una escuela, ni a cambio
de dinero. La iniciación se da a quien se ha esforzado durante varias
vidas en ser un instrumento al servicio de Dios. Cuando una persona
necesita la iniciación quiere decir que está preparado para recibir un
nuevo empuje en su desarrollo interno y para que su conciencia se
eleve hasta el punto de desarrollar algunos poderes para ayudar y
beneficiar a los demás. Por consiguiente, la iniciación no se da a
cualquier persona que no se la merezca y que no esté preparada
para saber utilizar esos poderes.
Un ciego no puede guiar correctamente a otro ciego, la Escuela de Misterios
es la guía del que busca la Verdad que le llevará a la Iniciación. Nuestro
deber es intentar ser cada día mejor, porque, aunque en esta vida no
consigamos la iniciación, no cabe duda que el adelanto conseguido
lo tendremos ya en la próxima vida.
La humanidad está preparándose inconscientemente para la Iniciación,
pero por medio de este conocimiento puede acelerar ese proceso.
Sólo tenemos que darnos a los demás como verdaderos hermanos
porque cuando más nos demos a los demás, más nos acercamos al
Maestro. Contactar con el Maestro es como estar en la clase donde
se alcanza la Iniciación, pero aún así, Debemos ser humildes y
pensar solo en “servir amorosamente al prójimo” en vez de
desear compulsivamente la iniciación; en su momento llegará.
2ª. - Las Escuelas Iniciáticas: Todas las personas pertenecemos a
alguno de los 7 Rayos o Aspectos de Dios, por él hemos descendido
al mundo físico y por él volveremos a
nuestro hogar espiritual. Actualmente
estamos evolucionando por medio de toda clase de experiencias
relacionadas con los 7 Rayos así como a través de las influencias
astrológicas y, lo mismo que en cada vida aprendemos de todos los
signos pero sobre todo del Ascendente y del Signo Solar, así mismo,
también cosechamos mayor fruto de nuestro propio Rayo
que de los demás.
Llega un momento en la evolución de cada ser, en el cual no nos
conformamos con lo que nos enseñan las religiones, sectas y escuelas
similares y pasamos a interesarnos por otras enseñanzas más elevadas.
Es entonces cuando estamos listos para centrarnos en un solo camino
que será el que nos lleve a la Escuela Iniciática a la que pertenecemos
según nuestro propio Rayo.
Una vez contactamos con nuestra Escuela de Rayo y nos hacemos
estudiantes de su filosofía es cuando se nos
ofrecerá hacernos probacionistas.
¿Pero, qué es ser probacionista? El probacionismo es el primer grado
en el cual el aspirante a la vida superior se compromete a vivir una
vida dedicada al servicio a la humanidad, siempre dentro de sus
posibilidades y en pensamiento, palabra y obra.
Nadie le obligará a nada
sino que será la persona misma quien se comprometerá porque
comprende que es una necesidad de su Espíritu. En el probacionismo
hay una serie de obligaciones por parte del
aspirante y éstas están dirigidas
hacia la purificación de los cuerpos (alcohol, tabaco, carne, etc.) y a
despertar los poderes latentes que todos tenemos dentro por medio de
ejercicios como los que he mencionado y otros
individuales dados por el Maestro.
Cuando se es probacionista se toma contacto, por primera vez, con
un Maestro y en la mayoría de los casos inconscientemente, si la persona
se esfuerza lo suficiente durante el período de prueba pasará al siguiente
grado que es el discipulado. Discipulado: Es el segundo grado de
una escuela de Misterios Menores o Iniciática, como la palabra indica
se es discípulo de un Maestro y esto ya suele
ser directa y conscientemente.
Este grado lleva al aspirante a la iniciación.
3ª.- La Iniciación: La iniciación se alcanza cuando las personas más
avanzadas contactan con un Maestro en los mundos internos, ya que
sólo en este sentido es como se puede recibir. Cuando una persona
se ha esforzado por ser útil a la humanidad
y a trabajado para la purificación
de sus cuerpos, crea unos poderes internos que se muestran en el brillo
de su aura, y eso hace que se manifieste un Maestro que le enseñará a
transformarlos en poderes dinámicos para su propia utilización. De
una forma u otra sólo hay una línea de actuación para llegar a Él,
y es por medio del servicio amoroso y desinteresado a los demás.
¿QUÉ ES LA INICIACIÓN? La iniciación no se concede en la tierra por
medio de una ceremonia física, no se da a cambio de dinero, en forma
de donativos ni de compra, ni se da por pertenecer a una religión o
escuela mucho tiempo. Por encima de todo eso, la Iniciación es un
derecho propio que la persona adquiere después de trabajar intensa y
sinceramente ayudando a la humanidad durante una o varias vidas, es
el resultado o recompensa después de un gran sacrificio.
La iniciación se concede en algún momento de nuestra vida porque
necesitamos trabajar lo que hemos creado interiormente, y son los
Maestros quienes lo despiertan. No se da en la tierra porque quienes
la dan no necesitan estar ya en un cuerpo físico y su actividad está
en los mundos espirituales. La iniciación es una expansión de
conciencia para “iniciar” una nueva etapa de
desarrollo o crecimiento interno.
RESUMEN: Todos estamos caminando hacia la Iniciación, unos
avanzan más que otros según su desarrollo y esfuerzo por servir
y amar a la humanidad, aunque en esta vida no la obtengamos
debemos tener la seguridad de que, si nos hemos esforzado, hemos
dado un gran avance hacia ella. Solo
hay un camino, y éste es “olvidarnos
cada vez más de nosotros y dedicarnos a ayudar a los demás,” pero
para ello debemos “conocernos a nosotros mismos” porque
“un ciego no puede guiar a otro ciego”
Según superamos nuestros defectos y desarrollamos las cualidades
espirituales así estaremos preparados para ayudar a los demás;
cuanto más demos a los demás más nos acercamos al Maestro
para que nos facilite la Iniciación.