3 Preguntas y 3 Respuetas
Si una persona se ve constantemente asaltada por malos pensamientos, los que se
introducen en su mente aún cuando ella está siempre luchando contra aquellos, ¿existe
algún medio para limpiar la mente, de manera que ésta sólo tenga pensamientos buenos y
puros?
Respuesta: Sí, lo hay, y es muy fácil llegar a ello. El mismo preguntante ha sugerido la
principal dificultad de la pregunta cuando dice que está constantemente luchando contra
esos pensamientos. Si tomamos una ilustración se comprenderá el punto.
Suponiendo que tenemos una repugnancia particular por cierta persona a quien nos
encontramos todos los días en la calle cierto número de veces, si nos paramos cada vez que
la encontramos y la reprendemos duramente por ir por la calle y no quitarse de nuestra
vista, estamos cada vez añadiendo más combustible al fuego de nuestra enemistad, la
estamos excitando, y de rabia tratará siempre de ponerse en nuestro camino. El agrado y el
desagrado tienen la tendencia de atraer hacia nosotros un pensamiento o idea, y cuanta más
fuerza mental irradiemos para luchar contra los malos pensamientos, tanto más vivos se
mantendrán éstos y tanto más a menudo nos asediarán, de la misma manera que el
reprender a la citada persona hará que ésta enojada se ponga siempre en nuestro camino. En
vez de luchar con el, debemos adoptar la táctica de la indiferencia. Si miramos para otro
lado cuando la encontramos en la calle, muy pronto se cansará de seguirnos, y lo mismo
debemos hacer cuando esos malos pensamientos vienen a nosotros. Si nos volvemos con
indiferencia y dirigimos nuestra mente hacia algo bueno o ideal, encontraremos que al cabo
de poco tiempo nos habremos librado de su compañía y sólo tendremos, los buenos
pensamientos y deseos que deseamos.
¿Por qué la mujer se ha encontrado desigual y asumido la inferioridad y la injusticia desde
el principio de la existencia humana en este plano?
Respuesta: En primer lugar, debemos recordar que el espíritu no es ni macho ni hembra,
sino que se manifiesta alternativamente así por regla general. Todos hemos sido hombres y
hemos sido mujeres también. Por consiguiente no puede haber cuestión alguna sobre
desigualdad si miramos la vida desde este más amplio punto de vista. Ciertas lecciones
deben ser aprendidas por el espíritu en cada edad que sólo pueden aprenderse desde el
punto de vista de la mujer, y hay otras lecciones que tienen que aprenderse con un cuerpo
masculino. Por consiguiente, la necesidad produce el cambio de sexo. Ocurre algunas
veces, por supuesto, que por cie rtas razones un espíritu debe aparecer como hombre durante
varias encarnaciones y entonces, cuando toma un cuerpo femenino, puede discordar
considerablemente. En ese caso nos encontraremos con una mujer muy masculina, quizás
con una suffragette de naturale za militante. Por otra parte, un espíritu puede haberse
encarnado varias veces como mujer y luego renacer como hombre de naturaleza muy
afeminada, apocado. Pero aún con la hipótesis de encarnaciones alternativas, muchos de
nosotros estuvimos encarnados en el Imperio Romano con sexo opuesto al actual, y
teniendo en cuenta la ley de Causación, el trato que dieron los hombres de entonces a sus
mujeres no fue apropiado como para que las mujeres de entonces, encarnadas ahora como
hombres hagan grandes concesione s a sus antiguos señores, convertidos hoy en mujeres.
¿Por qué nacen niños en una familia donde no se los acogerá bien?
Respuesta: El hacer esa pregunta demuestra que la sociedad se encuentra en un estado muy
triste, y así es, desgraciadamente. El objeto principal del matrimonio es la perpetuación de
la raza, y los que no desean ser padres no tienen el derecho de casarse. El derecho de todo
hijo es el nacer bien y ser bien acogido. Pero si bien somos sumamente cuidadosos en el
cruce de nuestros animales, para que sus crías honren nuestros studs y haciendas, no nos
preocupamos para nada de la preparación física, mental y moral del que va a convertirse en
padre o madre de un niño. En realidad, se considera generalmente poco delicado y hasta
indecente el pensar en los hijos absolutamente y cuando éstos vienen a pesar de todos los
preventivos, los padres los acogen a menudo con fastidio. Pero la ley de Causa y Efecto no
admite violaciones. Los molinos de Dios muelen lentamente pero con la mayor seguridad
de moler bien, y aunque los siglos pasen, llegará un tiempo en el que uno que no fue buen
padre buscará encarnarse, y entonces nacerá su vez en una familia donde no será bien
acogido. O quizás el mal padre de una vida será estéril en la otra. El autor conoce casos en
los que un matrimonio ha tenido numerosos hijos a quienes deseaba y amaba
apasionadamente, pero murieron todos en la infancia, unos después de otros, con gran dolor
de sus padres.
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