Queridos amigos: Nos parece oportuno tratar hoy la modalidad operacional
del Universo, o “modus operandi” del Cosmos. En la prensa de estos días apareció, como nota sensacional, y comprobando lo que la
Filosofía Rosacruz informa, que la sonda espacial “Viajero II”, que está surcando el espacio,
habiendo traspasado Júpiter y en viaje a Saturno trasmitió, para sorpresa de todos los
científicos que acompañan este viaje, música espacial. Así informó la prensa (Voyager II,
Jet Propulsion Laboratory de Pasadena. El Día, 27 – 8 – 81). Desde tiempos remotos los iniciados conocen esta verdad. Fue Pitágoras uno de los que
más habló al respecto, asegurando que el sistema solar, del cual formamos parte, emergió
del Caos. Se llama Caos en el lenguaje esotérico el estado inicial existente; no tiene el sentido
que le damos generalmente. De acuerdo a la acepción popular caos es desorden; en el
sentido cósmico no es así. Caos es el estado inicial, el estado primero, donde existen
las circunstancias de in-proceso, de in-dinamización; el espacio vacío, el caos es puesto
en movimiento por un Creador. Y Pitágoras dice que nuestro sistema solar partió del Caos,
pero por medio de melodías musicales y armonías espaciales fue tomando forma. Y esto es
lo que queremos explicar y desenvolver en el día de hoy. La nota universal de realización es una nota de armonía, que se repite en todo lo que
existe, en todas partes. No hay forma viva o inanimada que no tenga su nota clave. Recuerden que ya la Biblia relata que estando los israelitas combatiendo alrededor de las
murallas de Jericó, una nota prolongada de un cuerno de carnero, una nota muy aguda,
hizo que las murallas de Jericó se derrumbaran, ¿Qué había pasado? Se había tocado la nota
clave, suficientemente demorada y fuerte, y la muralla, que era aparentemente
inexpugnable, se derrumbó. Un nieto del famoso Félix Mendelsohn, el gran músico, se fue interesando en todo lo que era
música y sonido, hasta conseguir comprobar que todos los cuerpos tenían su nota clave. De la misma manera que tocando la nota particular con suma suavidad y armonía se consigue
armonizar, también tiene el otro aspecto negativo citado. Pero está confirmando la regla de
que todas las formas están acompañadas de una nota musical correspondiente. Entonces, vamos a destacar el hecho sobresaliente de que todos los planetas, al estar en
permanente movimiento, producen su nota particular. Nuestro sistema solar también; ya se
ocuparon, en la antigua mitología griega, de calificar nuestro sistema solar como “las siete
cuerdas de Apolo”. Los signos zodiacales eran la caja de armonía que servía para que esta
nota sonara, o sea, que todo del sistema tiene su nota y en particular cada planeta también la tiene. Y ahora vamos a determinar por qué nos debe interesar a todos este tema. Siendo
una regla general que los planetas, al girar, está produciendo su nota, su nota de armonía,
su posición y ángulo se combinan con los signos zodiacales que corresponden a la
trayectoria de nuestro sistema solar, produciendo un efecto sobre nosotros. Están
armonizando y emitiendo notas permanentemente para todo lo existente, en especial
para los seres humanos; es decir, que estamos recibiendo permanentemente esas
influencias que influyen en nuestro destino. Además, cuando en lo remotos tiempos de un principio de la formación de lo que después
sería nuestro sistema solar, las Jerarquías Creadoras que intervinieron, fueron emitiendo
su propia nota, para producir en los seres humanos los vehículos correspondientes, que
armonizaran con las regiones que estaban siendo construidas, para base del
desenvolvimiento humano. Vean qué relación extraordinaria existe: la música de las
esferas escuchada por esta sonda espacial está relacionada con las notas del destino y
progreso humanos. Estas, por ser notas suficientemente elevadas, el oído humano, en
su mayoría, no puede percibir, por ahora. Pero ciertos oídos de músicos muy cultivados,
que fueron grandes maestros, llegaron a percibir esta música; recibían sonatas y sinfonías
enteras, que después escribían y las daban para el público preparado, culto. No todos
armonizan con la música superior; hay quien prefiere cierta música estridente, música
“que parte los nervios”. Esta produce efecto contrario: mientras una música construye,
la otra destruye. Lamentamos mucho expresarnos así; parecería que queremos destruir
algo que se acepta en el momento; pero es nuestra obligación ubicar cada hecho y separar
lo que sirve de lo que no sirve, de acuerdo a nuestra capacidad o a nuestro entendimiento. La música superior, la música que celebrizó a Juan Sebastian Bach, a un Beethoven, a un
Wagner, a un Mozart, a un Tchaikowski o a un Stravinski, son músicas que se tornaron
clásicas, porque al igual de los buenos libros, tienen su contenido permanente y útil. Fueron
inspiraciones traídas; no son músicas de la tierra, y es nuestro propósito destacarlo. Vds. recordarán – traemos al recuerdo de cada uno – que los mundos y regiones que
circundan la Tierra tienen sus cualidades propias. El mundo de deseos tiene la condición
especial de ser el mundo del color, en donde los pintores, en los estados post-mortem,
se embelesan con los colores extraordinarios del mundo de deseos superior y ahí mejoran
sus capacidades, estudiando un colorido que no se encuentra en la Tierra. De inmediato, en
el mundo del pensamiento concreto, que es nuestro verdadero hogar, es también el mundo
del sonido y de la armonía, el mundo de la música, en donde los grandes maestros se
preparan para producir después sus extraordinarias músicas, cuando están en la Tierra. Entonces, ¿qué estamos procurando explicarles? Que hay una armonía general, que está en
todas partes, construyendo y ayudando a que se cumpla un cierto destino en la Tierra. Se está
trabajando permanentemente para ese fin. Lo demás es tarea nuestra. La tarea que estamos
enfrentando, es tener cada día un entendimiento y una capacidad mayor. Con los temas
estamos llevándoles – de propósito – a pensar en una realidad de superación espiritual
permanente, para que la vida de cada uno se desenvuelva dentro de esta medida. Es decir:
vamos a actuar, dando cumplimiento a todos nuestros deberes y necesidades del
mundo, pero como una oportunidad de perfeccionamiento, en un conjunto, caracterizado
de separación, para obligarnos a una labor individual y a un desenvolvimiento personal.
Pero con un objetivo final, no apenas de las cosas del momento que nos circundan,
sino como una posibilidad de desenvolver cualidades mejores, que después se aplicarán
justamente en esas regiones superiores, donde está nuestra verdadera patria de origen y
de destino, en donde se hace el proceso asimilativo. También a través de notas musicales
que ya jamás dejarán a los seres humanos, se asimila la quintaesencia de los valores realizados
en cada existencia; a través de notas musicales armoniosas, en los mundos superiores, se
realiza la impregnación de las cualidades cultivadas, para producir un
crecimiento mayor en cada uno. Las etapas de los mundos superiores difieren de la etapa terrena, pero ambas se complementan,
para que sea alcanzado, algún día, la meta de perfección. Cuando estamos aquí, en la
etapa física, en actividades permanentes, en trabajos ineludibles, el mundo físico
nos exige a todos nuestra cuota de trabajo y de actividad; en donde constantemente
las circunstancias nos prueban, nos experimentan. Nosotros no necesitamos recurrir al
conocimiento que nos instruye, para saber que grandes jerarquías amparan y guían al ser
humano. Lo comprobamos con los hechos de todos los momentos; hacemos nuestros
programas y los vamos realizando con el mayor empeño y, sin embargo, ellos se van
desenvolviendo independiente de nuestro propósito. Se van cumpliendo ciertas leyes de
progreso que nos van exigiendo, nos aplauden en ciertas circunstancias, favoreciéndonos;
proyectamos tal o cual hecho y lo conseguimos realizar en forma completa, satisfactoria. Eso
nos produce alegría y bienestar. Pero parecería que la perfecta armonía no existe y tiene que
haber la nota disonante. Nosotros lo comprobamos en nuestro desenvolvimiento de todas las
horas, cuando ciertos hechos, a pesar de nuestra cuidadosa atención, no se desenvuelven
como queremos. Es la advertencia sabia; es la sugestión que nos hacen los planos superiores
para que pongamos un mayor cuidado, una mayor capacidad. Todo esto se transforma en una
magnífica experiencia propia nuestra. Todavía, no son valores permanentes; son nada más
que de las circunstancias. Cuando llega el proceso post-mortem hay una etapa, como saben, de revisación. Lo que queremos
agregar es que en el mundo de deseos superior, en el mundo de pensamiento concreto,
se asimila la quintaesencia, el extracto de lo que hemos acumulado con esfuerzo en la Tierra;
la experiencia se asimila y se amalgama, se transforma en una cualidad individual, queda
definitivamente arraigado en cada uno a través de las notas constructivas de los mundos superiores.