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FRANCISCO NIETO V.: HACIA UN NUEVO RENACIMIENTO...(I)
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De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 29/10/2009 13:30

 

 

HACIA UN NUEVO RENACIMIENTO...(I)

Francisco Nieto Vidal


PREPARACIÓN PARA EL RENACIMIENTO.

Al igual que aquí en la tierra a una noche de reposo le sigue un día de actividad donde

continuamos aprendiendo gracias a la experiencia,

 también después de ese reposo y disfrute en el Tercer

Cielo, sentimos la necesidad de nuevas experiencias

 y nos preparamos para renacer. Cuando llega ese

 momento, nuestro mundo particular donde hemos disfrutado, se reduce a una especie de

 aura brillante donde nos sumergimos en un sueño muy profundo. Ese “deseo de nuevas

 experiencias” viene dado por la influencia del Espíritu, el cual despierta nuestra

autoconciencia. Ya con el proyecto de vida conformado, se despiertan los átomos simiente

 de los diferentes cuerpos para que atraigan la materia adecuada para los mismos

 según la vibración de dichos átomos; recordemos que los átomos guardan el recuerdo

 de las experiencias de sus correspondientes cuerpos en las vidas anteriores. El hombre

 puede ser más o menos consciente en esta fase, de ahí que responda para poner en

 actividad vibratoria los átomos, lo que, a su vez, atrae la atención y colaboración de los

 seres que habitan en los planos inferiores del Mundo del Pensamiento para que seleccionen

 la materia que conformará la mente. Una vez que la materia mental rodea el átomo simiente

 del cuerpo mental, el Alma desciende al Mundo de Deseos donde los Arcángeles también

 colaboran atrayendo la materia de deseos que corresponda para su futuro cuerpo de deseos.

El material se puede atraer de cualquier subplano de estos mundos pero es la nota vibratoria

 del Alma la que admitirá o rechazará la “materia” que compondrá los cuerpos.

LA MUERTE Y LOS ELEMENTALES CONSTRUCTORES.

Los átomos simiente son la base para que los elementales constructores de los diferentes cuerpos

puedan formar el cuerpo físico, el de deseos y el mental. Pero estos elementales (“Ángeles”)

 representan una sola entidad relacionada con la personalidad. La agonía de la muerte es en

 realidad una lucha entre el elemental constructor que quiere retener la fuerza de la vida

 para seguir subsistiendo y el Ego que quiere desconectarse del cuerpo puesto que es

autoconsciente. Esto es la muerte para el elemental puesto que ve que toda su obra se acaba

pero el trabajo de la humanidad es gobernar sobre estas entidades y obtener experiencia

 gracias a la obra que ellos hacen. En realidad ese intercambio de trabajos y ayudas

existe entre los diferentes reinos espíritus y jerarquías creadoras.
Como sabemos, el Ego está relacionado y por encima de sus cuerpos: Mental, de deseos,

etérico y físico. Esta conexión ocurre por medio de un cordón plateado de materia etérica

que facilita la comunicación del pensador (Ego) con sus cuerpos. A su vez, este cordón

 está en contacto con los átomos simiente de cada cuerpo, los que renacen en cada vida para

 dar expresión de su correspondiente cuerpo y para guardar las experiencias que son las que,

 en realidad, hacen que evolucionamos. Entonces y ya en el útero de la madre, el Ego continúa

con el proceso de gestación pero sin penetrar aún en el vientre puesto que eso lo hace

aproximadamente a los cuatro meses. Es entonces, antes de los cuatro meses, cuando

se le muestra al Ego, en líneas generales, lo que va a ser su vida, una vida que él mismo

eligió antes de comenzar a descender para renacer. A continuación, cuando se unen los

 dos cordones plateados en el plexo solar, es cuando el Ego penetra y comienza a ser

un ser físico que estará atado a su cuerpo hasta el momento de su muerte pero conectado a

sus cuerpos superiores con los que podrá viajar a sus correspondientes mundos mientras

el cuerpo duerme o en casos excepcionales como son un acto voluntario o el estado de coma.
Sin átomos simiente no hay cuerpos nuevos ni hay medios para guardar las experiencias

lo que, en definitiva, forma la memoria de todas las anteriores vidas. Una vez el átomo

simiente en el óvulo femenino, es su vibración natural o nota-clave lo que actúa como

 propulsora de la formación y nacimiento del cuerpo, convirtiéndose dicha vibración en el

mecanismo del corazón. Esto a su vez une la vida del nuevo ser con la vida de Dios

 manifestada a través del Sol místico, esta obra sagrada es la que se destruye cuando

alguien comete un aborto. A partir de ahí, el hombre queda unido a su Yo superior, el

cual hace de observador; esto es así en la mayoría de los humanos y solo se manifiesta

 en los casos de gran progreso espiritual y en otros casos excepcionales. También

 el Ángel o Espíritu Constructor abandona su obra aproximadamente a los siete años

cuando se completa la construcción del cuerpo etérico. El hombre es

 totalmente dueño de sus cuerpos a la edad de 21 años.

 

FORMACIÓN DE LOS CUERPOS.

Sabemos que los Ángeles del Karma son los encargados de modelar nuestro destino de

 acuerdo al arquetipo creado en el Mundo del Pensamiento, al karma individual, y a las necesidades

 de desarrollo inmediato. Para ello deben crear el nuevo cuerpo etérico que dará forma al

 físico y que es formado por el espíritu elemental constructor, el cual, bajo la dirección y estímulo

 de estos Ángeles, copian (en el vientre materno) el molde creado por ellos. El cuerpo físico

 se forma como una copia exacta del cuerpo etérico gracias a los materiales facilitados por los

 padres y de acuerdo al karma que ya traiga según dicho cuerpo etérico, por tanto, aquí entra

 en juego la herencia física. Sin embargo, también el medio ambiente familiar y el carácter

de los padres desde el mismo momento de la concepción tienen su importancia, pues no es

lo mismo concebir en un acto de amor por un hijo que se desea que concebir en

un acto de pasión y de disfrute personal.
El desarrollo de los cuerpos de deseos y mental comienza nada más nacer por medio de

 los impactos externos sobre el nuevo ser, las que producen sensaciones; es decir, el niño

 comienza a reconocer gracias a los contactos con los objetos los que producen sensaciones

 placenteras o lo contrario. Estas sensaciones producen imágenes mentales que, además de

 ser el origen de la memoria, actuarán como medio para crear nuevos impulsos en busca de

nuevos placeres y contactos que inicien la actividad mental que irá unida a lo que representa

 el cuerpo de deseos. Pero la actividad mental en los primeros años de vida no es duradera

puesto que el futuro hombre no tiene a su disposición el material necesario, por tanto, se

 deja llevar por las sensaciones de placer y rechaza lo que, si razonara, elegiría por su propio

 bien. El bien y el mal son aún desconocidos para el niño y es aquí donde es de suma

 importancia la educación moral e intelectual por parte de los padres pues, el mismo niño

 no se formaría igual con unos padres cultos y morales que con otros de los barrios bajos

 de una ciudad y mucho menos en una tribu de la selva amazónica.
Los padres deben evitar que un hijo caiga en manos de los placeres, vicios y pasiones como

 cayo la humanidad hace millones de años cuando comenzaba a desarrollar la mente. Su

deber es enseñarle a utilizar la mente para discernir entre lo real o lo ilusorio y entre el bien

 y el mal. Un hombre debe saber fortalecer y utilizar la voluntad a través del discernimiento

de tal forma que su libre albedrío responda automáticamente para seguir el camino del bien

 en todos los sentidos. El impulso, el instinto, los deseos irrazonados y las pasiones pueden

 degenerar a un hombre. El hombre libre que elige el camino correcto progresa y el que, con

 buena intención se equivoca aprenderá pronto de sus errores, pero el que elige libremente

 el camino del mal puede llegar a desperdiciar su vida. A quien educan en el bien y en la

Verdad de estos y otros conocimientos acelerará su evolución y llegará pronto a la meta,

pero el que hace lo contrario tendrá que aprender muchas más lecciones que le serán dadas

 a través de más renacimientos hasta que algún día ese hombre rechace esos placeres o

 senderos que en el pasado eligió. El camino de la verdad y del bien es solo uno, pero los

 caminos del mal y de la degeneración son muchos y muy tentadores.
Aunque los cuerpos de deseos y mental tardan 14 y 21 años en desarrollarse, los materiales de

los que serán formados están determinados por el karma del pasado y las necesidades futuras,

 por consiguiente, estos materiales influyen en forma de vibración sobre el cuerpo etérico y

el físico en formación, particularmente hasta los 7 años. Hasta los 14 y los 21 años, la

formación de los cuerpos superiores estará muy influenciada por el medio ambiente, la

 educación familiar, y todo lo que ese Ego traiga de sus anteriores vidas. Pero hasta los 7

 años, y muy en particular hasta los 2 o 3, el niño está con la conciencia más en los

 mundos de donde procede que en el físico, de ahí que muchas veces cuenten hechos y

contactos fantásticos para los adultos pero que no por eso dejan de ser ciertos.
Para la formación del cuerpo etérico y, como resultado, del físico, es necesaria la colaboración

 de los Ángeles que son especialistas en el manejo de la materia etérica puesto que ellos

habitan en la Región Etérica del mundo físico. Los Ángeles del Destino o Ángeles del

 Karma y sus colaboradores son los encargados de seleccionar a los padres y las

 condiciones físicas según el karma pendiente y según el arquetipo formado en el Mundo

 del Pensamiento. Aquí entra en juego una especie de ángel colaborador o Espíritu Constructor

 que no es otro que el “Ángel” que algunos clarividentes ven alrededor de los niños y al que

 llaman Ángel de la Guarda; la construcción por parte de este espíritu se basa en el diseño

dado por los Ángeles del Destino. Este trabajo tiene relación con la raza, país, familia, estado

 social, etc. del futuro ser humano, pero quizás lo más importante sea la “programación” e

 intervención de los Ángeles para que ocurra la concepción. Sin su intervención no habría

 embarazo puesto que son ellos los que ponen el molde etérico en el vientre de la

 madre y el átomo simiente del cuerpo físico en el espermatozoide del hombre. El átomo

 simiente está sutilmente conectado con el Alma reencarnante mientras que este proceso

 está supervisado por el Yo Superior, su tono también está relacionado con un determinado

 rayo representante de alguno de los 12 signos astrológicos. Los átomos simiente son la

base para que los elementales constructores puedan formar los correspondientes cuerpos,

los cuales estarán condicionados por el karma de su anterior vida y, por tanto, por los defectos

o herencia genética de los mismos. Es entonces cuando se visualiza el destino futuro a la vez

 que se recuerdan experiencias del pasado y las facultades adquiridas; estos recuerdos

 concentrados en el átomo simiente físico sirven como aliciente para ese nuevo ser.
Naturalmente que el cuerpo físico se forma de acuerdo al molde etérico creado por los

 Ángeles, el cual es la representación, en el mundo físico, del arquetipo que creamos antes

de descender desde el Mundo del Pensamiento. Ese arquetipo lo creamos con la ayuda

 de otros seres de diferentes jerarquías superiores y representa lo que va a ser nuestra vida

 en líneas generales de acuerdo a las deudas que tengamos, desarrollo inmediato que

necesitemos, evolución adquirida, estado social y familiar, salud, etc. Esta vida o arquetipo

es la que hemos elegido entre varias que nos proponen siempre basadas en nosotros mismos

 tanto respecto al pasado como al futuro. Cuando digo que elegimos me refiero a la elección

 del personaje como un actor en una obra de teatro y a ciertas circunstancias, pero no se

eligen los pequeños detalles. Cuando una persona no está contenta con su destino y se

 amarga la vida o incluso se suicida, no sabe que ese destino lo eligió como Ego puesto

que él cometió las causas cuyos efectos tiene que afrontar en el presente como karma.

El “destino” nos llevará por el camino elegido pero cómo y cuándo dependerá de nuestra

 voluntad y libre albedrío puesto que, si nos desviamos de lo elegido, nos pondrán

impedimentos para que no continuemos y tendremos que hacer frente a dichos impedimentos

 y sus efectos. Este arquetipo construido de materia del Mundo del Pensamiento, es el que

emite una vibración o nota clave que hace que los diferentes cuerpos vivan y cumplan su

 función hasta el momento de la muerte tal y como se eligió. Cuando deja de emitir la nota clave

 se rompe el átomo simiente del cuerpo físico que se

 encuentra en el corazón y se produce la muerte.
Para que el Ego pueda hacerse cargo y penetrar en su futuro cuerpo físico

 tienen que producirse principalmente dos hechos:

 

 

 

 

 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: moriajoan Enviado: 29/10/2009 13:37

 

 

HACIA UN NUEVO RENACIMIENTO...Y(II)

Francisco Nieto Vidal

 

 

1º.- Que se unan las dos partes del cordón plateado que comienzan a formarse
desde el átomo simiente del cuerpo físico y desde el átomo simiente del
futuro cuerpo de deseos para unirse en el átomo simiente del cuerpo etérico
situado en el plexo solar de las personas.
2º.- Que el Ego de la madre (puesto que la madre no es consciente) se haga
cargo de la formación del feto durante los primeros veinte días
aproximadamente.

Hasta que no se abandona el cuerpo mental se sigue siendo personalidad puesto que es con la mente

concreta con la que razonamos y nos identificamos aquí en la tierra. La unión de la personalidad

con la individualidad o Ego se produce cuando la conciencia se retira al cuerpo causal, es

entonces cuando el hombre se reconoce a sí mismo como Ego y se siente en su propio hogar.

 Para el común de la humanidad (y con más razón los atrasados) su estancia en este Tercer

 Cielo es de somnolencia, aunque, si algo se percibe será real y exacto. Los atrasados son i

nconscientes en este mundo celestial pero los humanos más desarrollados pueden percibir y

 ser conscientes en las tres regiones, teniendo así una vida celestial gloriosa y muy

 satisfactoria. Aquí es donde, una vez incorporada la personalidad al Ego, se es consciente

 del desarrollo adquirido y, algo también, en parte, de lo que será su futuro.
Los más adelantados, es decir, los que tienen conciencia en las dos regiones más elevadas

 del Mundo del Pensamiento, son conscientes del propósito de la evolución, de las vidas

 físicas y de lo que ocurre después de la muerte. En estas regiones trata el Ego de infundir

 en la personalidad los valores y conceptos más elevados para que no caigan en tentaciones;

 éstos se manifestarán en la mente concreta como razonamiento profundo, abstracto y filosófico.

 Además de que pueden estudiar los arquetipos de todas las formas que hay en estas regiones

 y contemplar ciertos aspectos de la Mente Divina, los Egos pueden progresar más rápidamente

 al sentirse libres del cuerpo físico. Como es de suponer en la región más elevada del Mundo

del Pensamiento solo son conscientes unos pocos pero muy evolucionados humanos. Estos

 Egos pueden actuar voluntaria y conscientemente sobre la personalidad para que la luz esté

siempre presente. Su conciencia está centrada en el Ego y no en la personalidad, de hecho,

 estos iniciados trabajan a favor de la humanidad desde estas regiones. Desde la región más

 elevada se recibe la iluminación y toda ayuda por parte de los Hermanos Mayores y Maestros.
Pero, volviendo al renacimiento, tenemos que hablar del deseo de renacer. La causa principal

 por la cual el Ego siente el deseo de renacer es el impulso interno de la Voluntad Divina

y por el deseo de manifestarse para sentirse autoconscientes. De ahí que lo primero que hace

 un Alma al renacer es centrar su conciencia en el cuerpo mental para identificarse con sus

 propias creaciones mentales del pasado y para obtener una serie de convicciones e

 intuiciones. Este impulso o Voluntad Divina que se manifiesta en el Ego como “deseo

de nuevas experiencias,” es la que hace que el Ego evolucione a través de los cuerpos que

 en cada vida crea, así como de las experiencias en la vida terrestre. El Ego se manifiesta a

través de sus cuerpos pero también es partícipe de los cambios que se producen en el

planeta cuando en el Mundo del Pensamiento trabaja con los arquetipos de la naturaleza;

 por tanto, al fin y al cabo, hace lo mismo que Dios cuando nos crea a nosotros como Espíritus

 y cuando crea el sistema solar. Pero es importante no confundir este deseo con el deseo

 que las personas tenemos de vivir, este deseo representa las ganas de tener experiencias, de

 estar activo en los mundos y de responder con su conciencia a todas las vibraciones externas

 posibles. El Ego no se ve forzado a renacer, lo hace porque quiere, aunque sí es cierto que

 renace porque desea conseguir algo del mundo, y mientras desee algo del mundo material

renacerá. Cuanto más atrasada sea un Alma más deseo de experiencias físicas tendrá, el que

 comienza a ver la luz del Espíritu tendrá deseo de experiencias; y el, hasta cierto punto

desarrollado, deseará la unificación con su Padre, con Dios.
Como sabemos, en el momento de la muerte, la vida se retira hasta el corazón donde rodea

al átomo simiente físico para después desplazarse hasta la cabeza, más exactamente hasta

 el tercer ventrículo del cerebro. A continuación, este átomo permanente envuelto en la tela

 de vida asciende hasta el punto de unión de las suturas parietal y occipital para abandonar el

 cuerpo físico. Pues bien, lo mismo ocurre cuando se abandonan los otros cuerpos, los átomos

 quedan en un estado estático o latente y son retenidos en el cuerpo causal. Entonces,

estos átomos envueltos en dicha tela de vida perteneciente al Mundo del Espíritu de Vida, toman

 la forma de un núcleo brillante y se quedan en estado de sueño en el cuerpo causal junto a la

quintaesencia de todas sus vidas pasadas. Así es que, cuando llega el momento en que el Ego

necesita renacer, éste crea un estremecimiento de vida que pone en actividad el átomo simiente

 mental el cual comienza a vibrar con fuerza para atraer la materia mental que será necesaria

 para formar su futura mente. Cuando la materia necesaria y más adecuada para el karma y la

 mente futura de la personalidad ha sido atraída, el Ego vitaliza el átomo permanente del cuerpo

 de deseos para que comience a atraer la materia de deseos correspondiente con el mismo fin.
Cuando el Ego desciende para renacer lo hace con el pasado, con la carga del resultado de

su anterior vida, el cual ha sido guardado en los átomos permanentes en forma de vibraciones.

 El resultado será administrado, en todos los sentidos, por los Ángeles del Destino los que:

1º.- Le harán nacer en el país, familia y padres con los que (por lo general) tiene
algún karma.
2º.- Le proveerán de un cuerpo y un ambiente social de acuerdo a lo que el Ego
hizo en su anterior vida y a las tendencias del carácter futuro.
3º.- Harán que reciba la cosecha buena y mala que merezca.

Esta es la visión que el Ego tiene, la que, por lo general, suele contener más karma negativo que

 positivo; de ahí que se comprenda que el Ego, a veces, no quiera entrar en el cuerpo físico.

A la hora de preparar el karma maduro, los Ángeles del Destino tienen en cuenta el que éste

sea lo suficientemente apto como para que la personalidad se desarrolle según sus

 necesidades; esto es, que el ambiente, las personas que la rodean, la familia, las

circunstancias, etc., sean las más adecuadas. Hay casos en que el hombre se adapta bien

al programa y, como es libre y puede hacer lo que voluntariamente desee, puede ocurrir que

 agote el karma maduro antes de tiempo y los Ángeles le tengan que añadir más. Cuando

ocurre lo contrario, el karma pendiente es guardado para otra vida futura.
Cuando hablamos del renacimiento o descenso del Ego a la tierra no nos referimos a que

 el Ego descienda desde su propio mundo hasta el físico. Está claro que para que el Ego

evolucione lo tiene que conseguir por medio de sus cuerpos (herramientas) y de los impactos

 que éstos reciben (experiencias que afectan a los sentidos y a los cuerpos superiores) sin

 embargo, lo que se manifiesta en los cuerpos es una parte de él mismo, o sea, algo así como

 el Sol que brilla y proyecta sus rayos; los rayos no son el Sol pero son parte de él. Por otro

 lado, como esto implica una limitación para la expresión del Ego, es lógico aceptar que éste

no puede manifestar sus poderes y cualidades y, por tanto, se muestra imperfecto. Las

 cualidades o virtudes autenticas del Ego no pueden expresarse en los mundos y cuerpos

 inferiores puesto que las vibraciones de éstos son bastante más lentas y densas. De ahí que

el trabajo del hombre sea trabajar para desarrollar las virtudes espirituales para que pueda

 sintonizar con la naturaleza del Ego aunque sea en una octava inferior. El estudiante

ocultista sabe que el Ego no es su mente ni su personalidad; sabe que su misión es subordinar

 sus vehículos inferiores para que puedan ser usados lo mejor posible por el Ego; sabe que

el propósito es el desarrollo positivo del carácter; sabe que se debe esforzar para progresar

en sentido espiritual; sabe que el desarrollo y la espiritualización del carácter solo está en

 sus manos; y sabe que cuanto más desarrollo más felicidad interna.
El objetivo del Ego es el desarrollo y para eso “vela” su conciencia con los cuerpos para poder

conseguirlo gracias a las vibraciones de los mismos; es la única manera de que sus poderes

latentes puedan convertirse en dinámicos. El Ego de cada uno es el resultado de sus renacimientos,

desde sus primeros tiempos como humanos sin razonamiento, hasta nuestros días pero pasando

 por todas las razas y subrazas. La repetición de las experiencias positivas crea las cualidades

del Ego pero el desarrollo depende siempre de la adaptación, esfuerzo, voluntad y sacrificio

 que éste haga. Cada renacimiento en una personalidad es como un día de clase en la escuela

de la vida para el Ego y, de hecho, reanuda las clases en el mismo punto donde las dejó en la

última vida. La savia de un árbol se forma a partir del alimento que extraen las hojas del exterior,

 ese es el alimento del árbol, por tanto, sin las hojas no lo conseguiría, pues bien, el hombre

como personalidad es la hoja gracias a la cual se desarrolla el árbol. El Ego es el actor que se

 manifiesta en cada personalidad, de lo cual extrae el fruto de la experiencia, bueno o malo,

 según haya sido su actuación en la vida.
La intención del Ego es siempre elevar al hombre hacia lo divino porque sabe que lo poco que

progrese en cada vida servirá para tener mejores vehículos y mayores oportunidades. Aunque

el hombre no perciba este objetivo, un mínimo esfuerzo, adaptabilidad y buena voluntad, harán

que comience a responder cada vez más a las directrices del Ego. Solo conocemos una

 pequeñísima parte de nuestro Ego y ésta no se muestra perfecta porque no puede hacerlo,

 pero cuanto más nos esforcemos en adquirir la conciencia del Ego, más podremos contactar

 con él. Nuestro Ego en su mundo es glorioso pero los cuerpos le impiden mostrar su

 naturaleza como varios pares de guantes impedirían tocar el violín o la guitarra

 a una persona por muy buen músico que sea. 

 

 

 

 

 
 


 
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