Memorias de Max Heindel y la Fraternidad Rosacruz...(VII)PARTE I Max
Heindel - La Orden Rosacruz y La Fraternidad Rosacruz.
En un corto lapso este hombre apareció con dos caballo ensillados, y en unos
veinte minutos llegamos a un borde de una ladera -y la vista sobre el valle de San Luis era maravillosa!.
Pero donde nos parábamos era un terreno árido de unos cuarenta acres, nada de abundante vegetación, había
allí sólo una elevación poco agradable de una reserva, era lo que se veía hacia el noroeste.
Eran la fuente donde Oceanside recibía toda el agua.
Estas reservas estaban situadas en los cuarenta acres sobre los que estaban parados el señor y la
señora Heindel y su agente inmobiliario y a pesar de esto y de la aridez del terreno, vimos allí un panorama
harto inspirador, con las montañas al noroeste y el océano al sudoeste justo como Max Heindel había descripto
frecuentemente en las lecciones del Maestro. El señor Heindel sin vacilar remarcó: "OH, ESTE ES EL LUGAR"!
Así el estéril terreno que había estado en manos del banco de Oceanside por veinticinco años había esperado
un destino, el de convertirse en el centro mundial de "La Fraternidad Rosacruz", un lugar de sublime belleza
al que uno vendría no solamente por la salud de su cuerpo sino también por la de su alma.
Una vez escogida y concluía la elección del terreno de cuarenta acres, se decidió pasar
la noche en San Diego, pero Max Heindel estaba tan entusiasmado con su elección que quiso buscar un banquero
lo antes posible con el objeto de dejar el dinero de reserva por dicha tierra. Quién escribe pasó una difícil
tarea al persuadirlo de esperar por eso hasta el siguiente lunes a la mañana, pués pensaba que alguien, de
manera repentina podría aparecer y compra esta tierra que había estado en venta por el banco de Oceanside
por veinticinco años sin comprador.
En 1.886 California tuvo un gran auge al que hoy día se llama el auge del papel. Esto se
debía a que las transferencias de tierra no se escrituraban sino sólo se cedían en forma rudimentaria e
informal sobre papeles, pués el auge aparente colapsaba repentinamente en un año o dos. Y así los compradores
sólo pagaban algo más de los depósitos. La tierra que habíamos decidido adquirir era una de estas tierras en auge,
en la que se habían trazado las calles pero sin casas construidas y el banco había adquirido estas tierras sobre
contratos impagos. Oceanside estaba muerto y no tenía posibilidad de vender jamas estas tierras, debido a la falta
de agua, el distrito entero estaba parado, estaba detenido. Quién escribe de repente comprendió el acierto de nuestra
elección y concluyó que nadie pensaría en comprar tierras tan abandonadas, tan áridas y secas, donde no había mercado
para vender cualquier producto resultante o producido en las mismas.
Así, tomamos el tren de la tarde a San Diego, y quién escribe sugirió a Max Heindel asistir a un espectáculo
para ocupar la noche. Durante el show, Max Heindel murmuró: "me pregunto si esa tierra estarán aún en venta, o si
hubiéramos sólo dejado un depósito en esa tierra, de manera que nos la hubiéramos asegurado ".
En la mañana del lunes los viajeros tomaron el primer tren a Oceanside y pagaron u$s 100 como depósito hasta
tanto estuvieran los papeles. Esto fué hecho, pués Max Heindel había prometido a su amigo William Patterson que el
ayudaría con la compra, la que fué consumada el 3 de mayo de 1.911 a las 3.30 hs. p.m, cuando William Patterson pagó
los primeros 1.000 dólares y ordenó la firma de los papeles.
En Septiembre de 1.911, el Sr. Heindel y yo tomamos un tren para la costa oeste y el Sr. Heindel dió
conferencias en San Francisco y Sacramento, Californía, Portland, Oregon, Seatle, y el Norte de Yakima, Washington.
Fue una gran satisfacción anunciar desde el escenario que la Fraternidad había comprado una pequeña tierra en
Oceanside en la que estarian las oficinas centrales permanentes y que el Sr. Williams Patterson, quién había tan
gentilmente financiado la publicación de la primera edición del Concepto Rosacruz del Cosmos, había otra vez
tomado la iniciativa de pagar los primeros Mil dólares.- por los cuarenta acres - .El resto de los pagos por
valor de unos Cuatro Mil dólares serían cancelados en cuotas anuales.
El dinero para la construcción de las futuras oficinas e instalaciones no estaba en vista. En un principio
se pensó que tomaría años empezar con las edificaciones, considerando las tan bajas contribuciones, pero una
obra como La Fraternidad Rosacruz no podía depender de unos cuántos miles de dólares y así el destino jugó
su papel una vez más e hizo posible continuar con la edificación. Un mes después de nuestro retorno del tour
de conferencias dictadas en el Norte, una oportunidad inusual se presentó: Un pequeño bungaló, en el que las
oficinas centrales habían funcionado, pertenecieron a la Sra. Heindel por muchos años, el que sumado a otro
pequeño, en la parte trasera del lote, habían sido una buena entrada de dinero para ella.
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