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De: moriajoan (message original) |
Envoyé: 05/11/2009 11:20 |
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NUESTRAS NECESIDADES Y EL BANCO UNIVERSAL...(I)
Amontona riquezas en el cielo, donde ni la polilla
ni la carcoma las echan a perder y donde
los ladrones no entran ni pueden robar.
Porque, donde tengas tus riquezas,
tendrás tu corazón.
Mateo 6: 20-21
4.6.
- Desde luego la vida es un laberinto incomprensible, una selva
donde uno nunca sabe cómo actuar.
- Nada más lejos de la realidad.
- ¿Cómo te atreves a decir eso estando el mundo como está?
- El que el mundo esté así no se debe a que la vida sea
incomprensible, sino a que el hombre no la estudia y, claro, no la
comprende.
- ¡No me digas! ¿Es que tú la comprendes? ¿Es que la vida se
puede comprender?
- Completamente.
- ¿Y te va bien?
- Desde mi punto de vista me va maravillosamente. Y soy feliz.
- Explícame ese misterio, por favor.
- De mil amores. A mí me lo explicaron hace ya tiempo, así que
debía este favor a alguien que me lo pidiese.
- Veamos, pues, qué tienes que decirme para que aprenda a vivir
feliz, como aseguras vivir tú.
De acuerdo. Empezaré por hablarte de una ley natural,
importantísima, que has de tener en cuenta.
- ¿Qué ley?
- La Ley de Consecuencia.
- ¿Y qué tiene de particular?
- Que no es una ley estática. Continuamente estamos usándola, sin
saberlo, al poner en acción nuevas causas que crearán nuevo destino
para compensar el destino originado en el pasado.
- No comprendo.
- Lo comprenderás enseguida. La ley de Consecuencia está
íntimamente relacionada con otra ley fundamental: La del
Renacimiento o de Reencarnación. Todos hemos vivido muchas vidas
en el pasado y hemos de vivir aún muchas más en el futuro.
- ¿Y qué?
- Pues que, en cada una de ellas hemos puesto en marcha varias
causas, algunas de las cuales están produciendo sus efectos en la vida
presente. Es lo que llamamos karma o deudas de destino. Estamos,
pues, sin percatarnos de ello, pagando deudas y recibiendo premios del
pasado, que constituyen lo que se suele denominar, respectivamente,
mal destino o buen destino.
- ¿Pero el destino existe? ¿Qué es en realidad?
- El destino no es más que el efecto de nuestro propio carácter y
nuestro entorno no es sino el espejo en que se refleja.
- ¿Así de simple?
- Sí y no. Hay una excepción, digamos cronológica: Puede ocurrir
que en la última encarnación nos corrigiéramos determinados defectos
y en ésta no estemos viviendo de acuerdo con ese adelanto. Ello se
deberá a que están llegándonos los efectos de las causas que pusimos
en marcha antes de nuestro mejoramiento. Pero hay que tener claro que
toda deuda kármica que se paga una vez, se pagó para siempre, de
modo que uno queda libre de ella para todas las vidas futuras.
- ¿Y cuáles son los defectos de carácter que más dan lugar a esas
consecuencias desagradables?
- La cólera, el orgullo, la intolerancia, el odio, la venganza, el
miedo, la envidia, la avaricia, la gula, el egoísmo y la sensualidad.
- ¿Y qué hay que hacer?
- Analizar nuestros pensamientos habituales y ver si en ellos
encontramos alguno de esos defectos, aunque sea en grado mínimo. Y,
en caso afirmativo, comenzar a luchar contra ellos.
- Pero, ¿cómo?
- Hay dos procedimientos.
- ¿Cuáles?
- El cambio de pensamiento y el cambio de acción, ambos en
cuanto se refieren a los demás. De los dos, el más importante es el
primero porque, si conseguimos cambiar nuestros pensamientos, casi
automáticamente habremos logrado cambiar nuestras acciones.
- ¿Crees que si cambio mi pensamiento cambiaré mis actos?
- Por supuesto. Ten en cuenta que el pensamiento es creador, es el
instrumento que los hombres poseemos para crear. Y, una vez
formulado, la naturaleza trata de realizarlo, de llevarlo a la práctica.
Los pensamientos, pues, son cosas.
- ¿Pero cómo funciona eso?
- En cuanto pensamos algo, creamos una forma mental en el
Mundo del Pensamiento y esa forma mental es algo dinámico, es una
fuerza. El siguiente paso es que la forma mental desciende al Mundo
del Deseo y se envuelve en materia de deseos y de emociones. Desde
ese momento pueden ocurrir dos cosas.
- ¿Cuáles?
- Que ese pensamiento/deseo nos incline a la acción y, en ese caso,
actuaremos en el mundo físico, con lo cual habremos desencadenado
una serie de causas y efectos de los que seremos responsables; o que no
actuemos, en cuyo caso la forma mental y de deseos quedará en
nuestra aura y en nuestra memoria consciente para orientar nuestras
futuras actuaciones, estando en todo momento a nuestra disposición
para uso inmediato. Pero, aunque no actuemos, si el deseo que lo
envuelve es suficientemente fuerte, tratará de realizarse, incluso sin
nuestra intervención consciente, y sus efectos aparecerán en nuestra
vida, tanto ayudándonos como perjudicándonos, dependiendo ello sólo
de la clase de pensamiento y de deseo que formulamos en su día.
- Es bastante lógico.
- Por tanto, si deseas cambiar tu ambiente y tu destino, cambia tus
pensamientos. Sólo así serás dueño de tu futuro y éste será todo lo
hermoso que tú hayas pensado y deseado.
- ¿Quieres decir que nuestras desgracias las creamos nosotros
mismos?
- Por supuesto. Algunas nos vienen como lo que se llama "karma
maduro", es decir, como consecuencias, inevitables ya, de acciones
nuestras en vidas anteriores. Pero la mayor parte son simples
realizaciones de nuestros pensamientos y deseos o consecuencias de
nuestros actos pertenecientes a esta vida.
- ¿Si yo tengo pensamientos positivos, pues, quedarán en mi aura y
me favorecerán?
- Con toda seguridad. Pero hay que tener en cuenta una cosa.
- ¿Qué cosa?
- Que los pensamientos de odio, de venganza, de resentimiento y
especialmente de cólera tienen la virtud de debilitar e incluso
desintegrar todas las formas mentales positivas. Tras un acceso de
cólera han de pasar varios días para que toda nuestra aura se
recomponga y, así y todo, las formas mentales positivas se verán casi
sin fuerzas para actuar. Por tanto, nuestro ambiente se resentirá al
faltarle la influencia de nuestro "lado bueno".
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De: Mitzi |
Enviado: 02/11/2009 19:34 |
A veces, en el fragor del momento se hace un tanto dificil cambiar de pensamiento; pero tras practica y profundas respiraciones se puede lograr.
Mitzi | |
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