CRISTIAN ROSENKREUZ Y LA ORDEN DE LOS
ROSACRUCES
ANTIGUAS VERDADES CON ROPAJES MODERNOS...Y(II)
Una Religión espiritual no puede, sin embargo, unirse a una Ciencia
materialista, así como el aceite no puede mezclarse con el agua. Por lo
tanto, oportunamente se tomaron medidas para espiritualizar la
Ciencia y hacer científica a la Religión.
En el siglo XIII, un gran instructor espiritual, que tenía por nombre el
simbólico de Cristian Rosenkreuz - Cristiano , Rosa, Cruz - apareció
en Europa para comenzar ese trabajo. Fundó la misteriosa Orden de
los Rosacruces con el objeto de arrojar luz oculta sobre la mal
entendida Religión Cristiana, y para explicar el misterio de la Vida y
del Ser, desde un punto de vista científico, en armonía con la Religión.
Muchas centurias han transcurrido desde la encarnación, como
Cristian Rosenkreuz, del fundador de la Escuela de Misterios
Rosacruz, y muchos han considerado su existencia como un mito.
Pero su nacimiento como Cristian Rosenkreuz ha marcado el principio
de una nueva época de vida espiritual en el mundo occidental. Ese
Ego particular ha estado en continuas existencias físicas desde
entonces, en uno u otro de los países europeos. Tomaba un cuerpo
nuevo cada vez que sus sucesivos vehículos habían perdido su
utilidad, o si las circunstancias hacían necesario que cambiara el
campo de sus actividades. Más aún: hoy está encarnado, siendo un
Iniciado de grado superior, potente y activo factor en los asuntos del
Occidente, si bien desconocido para el mundo.
Trabajó con los Alquimistas durante varios siglos antes del
advenimiento de la ciencia moderna. El fue quien valiéndose de un
intermediario inspiró las ahora mutiladas obras de Bacon. También
Jacobo Boehme y otros recibieron de él la inspiración que iluminaron
sus obras tan espiritualmente. En los escritos del inmortal Goethe y en
las obras maestras de Wagner, encontramos la misma influencia.
Todos los espíritus inquietos que rehusan alimentarse de la ciencia o
la religión ortodoxa, que huyen de las esclavitudes, tratan de penetrar
los dominios espirituales, sin miras de gloria o vanidad, sacan sus
inspiraciones de la misma fuente, como lo hizo y lo hace el gran
espíritu que animó a Cristian Rosencreutz.
Su mismo nombre es la encarnación de la manera como el hombre
actual se transformará en Divino Superhombre. Ese símbolo,
"Cristián Rosen Kreutz" Cristian (o) Rosa Cruz
muestra el fin y objeto de la evolución humana, el sendero que debe
recorrer y los medios por los cuales se alcanzará. La Cruz blanca, los
tallitos gemelos, verdes, de la planta, que enroscan la cruz, las espinas
y las rosas rojo- sangre, ocultan la solución del Misterio del Mundo: la
evolución pasada, la constitución presente y especialmente el secreto
del futuro desarrollo del Hombre.
La oculta del profano, pero la revela al Iniciado, tanto más claramente,
cuanto más trabaja un día tras otro labrando para sí la más preciosa de
todas las gemas, la Piedra Filosofal, mucho más preciosa que el
Vellocino; más preciosa aún que todas las riquezas terrestres.
Recuerda como la humanidad está malgastando ahora, en su
ignorancia, el material concreto que podría emplear en la formación
de ese tesoro inestimable.
Para mantenerlo firme y seguro en todas las adversidades, la Rosa-
Cruz se mantiene ante él como una inspiración, como la gloriosa
consumación que le espera en el porvenir, e indica al Cristo, la
Estrella de la Esperanza, el "primer fruto", que trajo esa maravillosa
piedra cuando se encarnó en el cuerpo de Jesús.
Por medio de investigaciones, se ha encontrado que en todos los
sistemas religiosos había una enseñanza reservada para los elegidos,
que no se daba a la multitud, en parábolas, pero explicó su oculto
significado a sus discípulos, dándoles así una comprensión más
profunda y más apropiada a sus mentes desarrolladas.
San Pablo daba "leche" a los niños o hermanos más jóvenes de la
comunidad, reservando la "carne" para los fuertes que había ya
estudiado profundamente. Así que siempre ha habido una enseñanza
oculta o interna y otra externa, y esas enseñanzas ocultas se daban en
las Escuelas de Misterios que cambian de vez en cuando para
adaptarse a las necesidades de los pueblos en los que están trabajando.
La Orden de los Rosacruces no es simplemente una sociedad secreta,
es una de las Escuelas de Misterios, y los Hermanos son Hierofantes
de los Misterios Menores: Custodios de las Sagradas Enseñanzas que
tienen un Poder Espiritual mucho más potente en la vida del Mundo
Occidental que cualquier gobierno visible, si bien ellos no se
interponen con la humanidad hasta el punto de privarla de su libre
albedrío.
Como el sendero de desarrollo, en todos los casos, depende del
temperamento del aspirante, hay generalmente dos: el místico y el
intelectual. El místico está desprovisto de conocimientos intelectuales;
sigue simplemente los dictados de su corazón y trata de hacer la
voluntad de Dios como el la siente, elevándose sin estar consciente de
ninguna meta definida, y al fin alcanza el conocimiento. En la Edad
Media la gente no era tan intelectual como lo es ahora, y los que
sentían el llamado hacia la vida superior, generalmente seguían el
sendero místico. Pero durante los últimos centenares de años, desde el
advenimiento de la ciencia moderna, una humanidad más intelectual
ha poblado la Tierra; la cabeza ha vencido completamente al corazón,
el materialismo ha dominado todo impulso espiritual y la mayoría de
la gente pensante no cree en nada que no pueda tocar, gustar o
manipular. Por lo tanto, es necesario que se haga un llamado a su
intelecto para que el corazón pueda creer lo que el intelecto haya
sancionado. Respondiendo a esta demanda, las Enseñanzas de
Misterios de los Rosacruces tratan de correlacionar los hechos
científicos con las verdades espirituales.
En el pasado, esas enseñanzas han sido mantenidas en secreto para
todos, excepto para los pocos Iniciados; y aún hoy en día, son una de
las más misteriosas y secretas del mundo occidental. Todos los
llamados "hallazgos " del pasado, que parecían revelar los secretos de
los rosacruces, han sido o fraudulentos o resultado de traiciones de
parte de algún profano que accidentalmente o de otra manera ha
escuchado fragmentos de conversaciones, ininteligibles para todos
menos para los poseedores de la clave. Es posible vivir bajo el mismo
techo y en estrecha intimidad con un Iniciado de cualquier escuela,
pero su secreto permanecerá siempre oculto en su pecho hasta que el
amigo haya llegado al punto en el que pueda convertirse en un
Hermano Iniciado. El revelar los secretos no depende de la Voluntad
del Iniciado, sino de las calificaciones del aspirante.
Como cualquier otra Orden de Misterios, la de los Rosacruces está
formada siguiendo líneas cósmicas; si tomamos esferas de cualquier
tamaño y tratamos de ver cuantas son necesarias para cubrir a una de
ellas, encontraremos que se requieren doce para cubrir a la
decimotercera. La última división de la materia física, el átomo
verdadero, que se encuentra en el espacio interplanetario, está
agrupada así: doce en torno de uno. Los doce signos del Zodiaco que
envuelven nuestro sistema solar, los doce semitonos de la escala
musical que comprende la octava, los doce apóstoles que se reunieron
en torno de Cristo, etc., son otros tantos ejemplos de esta agrupación
de doce en torno de uno. La Orden de los Rosacruces está también
compuesta de doce Hermanos más un décimotercero.
Hay otras divisiones que deben notarse. Hemos visto que de las
Huestes Celestiales de doce Jerarquías Creadoras que estuvieron en
actividad en nuestro sistema evolutivo, cinco se han retirado a la
liberación, dejando únicamente a siete de ellas para que se ocupen de
nuestro progreso ulterior. En armonía con este hecho, el hombre
actual, el Ego interno, el microcosmo, trabaja externamente por medio
de siete orificios visibles del cuerpo: dos ojos, dos oídos, dos fosas
nasales y una boca, estando los cinco restantes total o parcialmente
cerrados: las mamas, el ombligo y los órganos excretorios.
Las siete rosas que adornan nuestro hermoso emblema y la radiante
estrella que está detrás simbolizan las doce Grandes Jerarquías
Creadoras, que han asistido al espíritu humano, evolucionante a través
de los estados, mineral, vegetal y animal anteriores, cuando no tenía
conciencia y era incapaz de cuidarse a sí mismo, aún en el más
mínimo grado. De estas doce Huestes de Grandes Seres, tres clases
trabajaron con el hombre por propia voluntad, sin tener la menor
obligación de hacerlo.
Estas huestes están simbolizadas por los tres puntos de la estrella de
nuestro emblema que apuntan hacia arriba. Dos más de estas Grandes
Jerarquías están a punto de retirarse, y están simbolizadas por los dos
puntos de la estrella que irradian hacia abajo. Las siete rosas
simbolizan el hecho de que aún hay siete Grandes Jerarquías en
actividad en el desarrollo de los seres de la Tierra, y como todas estas
diversas clases, desde la más pequeña hasta la más grande, no son sino
parte del Único Gran Todo que llamamos Dios, todo el emblema es un
símbolo de Dios en manifestación.
El axioma hermético dice: "como es arriba es abajo", y los instructores
menores de la humanidad están también agrupados según las mismas
líneas cósmicas de 7, 5 y 1. Hay sobre la Tierra siete escuelas de
Misterios Menores, cinco de Misterios Mayores, y el total está
agrupado en torno de una Cabeza Central que se llama el Liberador.
En la Orden Rosacruz, siete Hermanos van al mundo cada vez que la
ocasión lo requiere, apareciendo como hombres entre los hombres o
trabajando en sus vehículos invisibles con o sobre los demás, según
sea necesario; sin embargo, debe tenerse bien presente que más
influyen en nadie contra su voluntad o contra sus deseos, sino que
únicamente fortalecen el bien dondequiera que lo encuentren.
Lo cinco Hermanos restantes nunca abandonan el templo; y aunque
poseen cuerpos físicos, ejecutan todo su trabajo desde los mundos
internos.
El décimotercero es el Jefe de la Orden, un eslabón con el Consejo
Central Superior, que está compuesto por los Hierofantes de los
Misterios Mayores, los que no tratan con la humanidad ordinaria
absolutamente, sino solo con los graduados en los Misterios Menores.
La cabeza de la Orden está oculta al mundo externo por los doce
Hermanos como la décimotercera esfera de nuestro reciente ejemplo
ilustrativo. Aún los discípulos de la escuela nunca lo ven, pero en los
servicios nocturnos del Templo, todos sienten su presencia cualquiera
que sea el momento que él entre, y es señal para que comience la
ceremonia.
Alrededor de los Hermanos de la Rosa Cruz, como discípulos suyos,
hay cierto número de "hermanos legos", quienes viven en diversas
partes del mundo occidental, pero que pueden dejar sus cuerpos
conscientemente, atender a los servicios y participar en la obra
espiritual del Templo, habiendo sido "iniciados" todos y cada uno de
ellos por alguno de los Hermanos Mayores. La mayoría puede
recordar todo cuanto les sucede, pero hay algunos casos en los que la
facultad de dejar el cuerpo se adquirió en alguna encarnación anterior
y ahora alguna enfermedad o el hábito de tomar drogas ha inhabilitado
al cerebro para recibir impresiones del trabajo ejecutado por el Ego
fuera del cuerpo.