EL METODO CIENTIFICO DEL DESARROLLO ESPIRITUAL
Primera Parte
ANALOGIAS MATERIALES
Cuando estábamos descendiendo por la involución en la existencia concreta, nuestro progreso
estaba basado enteramente en el desarrollo material; pero desde que hemos doblado el nadir
de la materialidad y estamos empezando a subir por encima de lo concreto, el desarrollo
espiritual está haciéndose más y más importante como factor necesario en nuestro avance,
aunque tengamos que aprender aún muchas y grandes lecciones de la fase material de nuestra
existencia. Esto se refiere a la humanidad en general, pero particularmente, por cierto, a
aquellos individuos que han empezado ya de un modo consciente a aspirar a la vida superior.
Por estos motivos puede ser conveniente repasar las enseñanzas Rosacruces desde otro punto
de vista, respecto al método científico para adquirir este desarrollo espiritual.
Las gentes de la generación anterior, particularmente en Europa y los Estados orientales de
América, recordarán seguramente con placer sus viajes por las grandes llanuras del campo y
cómo de vez en cuando han pasado por algún río en cuyas márgenes había viejos molinos
rusticos, con sus grandes ruedas girando laboriosamente y poniendo en movimiento la
primitiva maquinaria dentro del molino, aprovechando solamente una pequeña fracción de la
fuerza concentrada en la corriente del agua, la cual se desperdiciaba en su mayor parte. Pero
después vino otra generación que se dio cuenta de las posibilidades realizables por un
aprovechamiento científico de aquella enorme energía. Los ingenieros empezaron a construir
presas para impedir la salida del agua sin producir utilidad alguna. Entonces hicieron que el
agua detenida en la presa pasara por tuberías para conducirla hasta las ruedas construidas
según principios científicos, y así economizaron la gran energía encerrada en la presa,
dejando solamente pasar la cantidad de agua estrictamente necesaria para hacer girar la rueda
con una velocidad determinada.
Pero mientras la rueda del agua construida científicamente era un gigante comparada con su
primitivo antecesor, estaba, sin embargo, aún sujeta a algunas de las mismas limitaciones; su
enorme energía podía ser usada tan sólo en el sitio donde se producía, y semejantes sitios se
encuentran generalmente a muchos kilómetros de distancia de los centros de civilización
donde al fuerza es más necesaria. Trabajando en armonía con las leyes de la naturaleza el
hombre se había asegurado los servicios de un elemento de energía inagotable, pero la
cuestión era poder ponerlo en acción donde más falta hacia. Para resolver este problema el
hombre acudió otra vez a las leyes de la naturaleza; generadores eléctricos fueron acoplados a
las ruedas del agua, la fuerza del agua fue transformada en energía eléctrica y se hizo una
tentativa para enviarla del sitio de su origen a las ciudades donde se podría emplear
prácticamente. Y esto requería otra vez métodos científicos de trabajo de acuerdo con las
leyes de la naturaleza, porque se vio que varios metales transmitían la electricidad con
distinta facilidad, siendo los mejores de ellos el cobre y la plata, escogiéndose el cobre por su
mayor baratura.
El estudiante debe observar que no podemos obligar a estas fuerzas a obrar; si queremos
emplearlas nos tenemos que someter a la obediencia de las leyes que rigen su manifestación,
y escogiendo la línea de menor resistencia para obtener el máximum de energía. Si
hubiéramos escogido como transmisores, hilos de hierro, de alpaca o metal blanco, que tienen
una resistencia relativamente alta, una gran parte de la energía se habría perdido, sin hablar
de otras complicaciones que no necesitamos detallar para nuestro objeto. Pero obrando con
las leyes de la naturaleza y escogiendo la línea de menor resistencia, obtenemos el mejor
resultado del modo más fácil.
Hubo otros problemas que se presentaron a aquellos investigadores en su transformación de
la fuerza del agua empleada en las ruedas de molino de electricidad utilizable a muchos
kilómetros de distancia del origen de la fuerza. Se vio que una corriente eléctrica trataba
siempre de llegar al suelo por el camino más directo posible. De aquí la necesidad de la
separación del hilo, conductor de electricidad, de la tierra, mediante alguna materia que
impidiese esta escapada de la corriente, lo mismo como una alta muralla retiene en su recinto
a un prisionero. Era preciso encontrar algo contrario a la electricidad, y esto se halló en forma
de vidrio, de porcelana y de ciertas substancias fibrosas, resolviendo así por medios
científicos e ingeniosos, siempre de acuerdo con las leyes de la naturaleza, el problema de
aprovechar lo mejor posible y a gran distancia la gran energía que el viejo molino primitivo
había desperdiciado inútilmente.
La misma aplicación de métodos científicos para otros problemas de la vida como la
jardinería, por ejemplo, ha producido también magníficos resultados en beneficio de la
humanidad, haciendo crecer doscientas hojas de hierba donde antes con los métodos
anticuados ni una sola encontraba alimento. Ilustres científicos como Luther Burbank han
obtenido mejoramientos de muchas variedades de frutas silvestres, logrando que se hagan
más grandes, más jugosas y de mejor gusto; y en todas partes donde métodos científicos han
reemplazado a los primitivos, se han obtenido los mismos resultados beneficiosos. Pero como
queda dicho antes, y esto es muy importante para nuestro punto de vista, todo lo hecho en
este sentido ha sido llevado a cabo obrando de acuerdo con las leyes de la naturaleza.
El axioma hermético "Como es arriba, así es abajo" enuncia la ley de la analogía, la llave
maestra para todos los misterios, espirituales o materiales, y podemos sacar también la
consecuencia infalible de que lo que vale para la aplicación de métodos científicos a
problemas materiales, tendrá la misma eficacia cuando se aplica a la solución de misterios
espirituales. El más superficial examen del desarrollo religioso del pasado bastará para
demostrar que no ha sido científico o sistemático, ni mucho menos, sino que siempre han
prevalecido los métodos más improvisados y azarosos. Por su capacidad para la devoción
unos cuantos se han elevado a sublimes alturas de espiritualidad y son conocidos en todas las
épocas como santos, faros luminosos en el camino, demostrando lo que es posible lograr.
Pero el modo de llegar a semejante alta espiritualidad ha sido y es un misterio para todo el
mundo, aun para aquellos que ardientemente desean semejante desarrollo, y éstos son
desgraciadamente muy pocos en los tiempos actuales. Los Hermanos Mayores de los
Rosacruces han establecido, sin embargo, un método científico, el cual, si es seguido con
persistencia y celo, desarrollará los poderes durmientes del alma en cualquier individuo, con
tanta seguridad como cualquier práctica constante tendrá como consecuencia que una persona
se haga especialista en no importa qué asunto material. Para comprender bien esto es preciso
darse cuenta de los hechos que son del caso; fue la rueda del antiguo molino la que dio al
ingeniero científico la idea de cómo se podría emplear la fuerza del agua de un modo eficaz y
de la mayor ventaja. Si estudiamos primeramente el desarrollo natural del poder del alma por
la evolución, estaremos en situación de comprender los grandes y beneficiosos resultados que
se podrán obtener por la aplicación de métodos científicos a este importante asunto. Los
estudiantes de las enseñanzas Rosacruces están naturalmente familiarizados con los puntos
esenciales de este proceso del desarrollo humano por la evolución, pero puede haber algunos
que no estén tan bien informados, y por esta razón vamos a dar una pequeña explicación que
de otro modo no hubiera sido necesario.
La ciencia dice, y con razón, que una sustancia invisible e intangible llamada éter, ínter
penetra todas las cosas desde los sólidos más densos hasta el aire que respiramos. Este éter
nunca ha sido visto, medido ni analizado por la ciencia, pero es necesario admitir su
existencia para poder explicar varios fenómenos, como por ejemplo, la transmisión de la luz a
través del vacío. Ante esto, dice la ciencia, el éter es el medio de transmisión del rayo
luminoso. Así, pues, el éter nos lleva una imagen de todos los objetos que están fuera de
nosotros, pero dentro de la periferia de nuestra visión, y la imprime en la retina del ojo. Del
mismo modo cuando un operador de películas cinematográficas fotografía cierto número de
escenas de una comedia, el éter lleva las imágenes de todos los objetos, los movimientos que
hacen los artistas, etc., con los más pequeños detalles, a través de los lentes de su cámara a la
sensible placa, dejando un registro completo de toda la escena y de todos los gestos de los
actores de la comedia. Y si hubiese en nuestros ojos una película semejante del largo
suficiente para contener las imágenes, al final de nuestra vida tendríamos entonces un registro
completo de cada acontecimiento que hubiera sucedido en ella, es decir, suponiendo que lo
viésemos nosotros. Pero hay muchas personas que son deficientes en varios sentidos; hay
algo, sin embargo, que todos tienen que hacer para vivir: esto es, respirar. Y la naturaleza,
que no es más que otro nombre de Dios, ha decretado que el registro sea conservado por este
medio universalmente usado. Todos los momentos de nuestra acción en el drama de la vida,
desde la primera respiración hasta la agonía de la muerte, el éter que es llevado dentro de
nuestros pulmones, trae consigo una imagen completa de lo que nos rodea por fuera, de
nuestras acciones y de las acciones de otras personas que están con nosotros, y el recuerdo de
todo esto queda impreso en un pequeño átomo, colocado en el ventrículo izquierdo del ápice
del corazón, donde la sangre nuevamente oxigenada, llevando consigo una imagen distinta en
cada momento de nuestra vida, pasa por aquel átomo en corriente continua. Por esta razón,
todo lo que decimos o hacemos, desde lo más pequeño hasta lo más grande, desde lo mejor
hasta lo peor, está inscrito en nuestro corazón con caracteres indelebles. Este recuerdo es la
base del método natural y lento del crecimiento del alma por la evolución, correspondiendo a
la rueda del viejo molino de agua.
En el capitulo próximo veremos cómo por medios científicos el crecimiento del alma puede
ser llevado a cabo y un mayor poder desarrollado por un mejoramiento de este proceso.
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