EL VALOR DE LOS RITUALES EN LAS FRATERNIDADES Y LOGIAS (II)
FRANCISCO NIETO VIDAL
Los ocultistas sabemos que un objeto físico está compenetrado por materia de los diferentes
mundos superiores, lo que significa que cuanto más relación tenga el signo o símbolo utilizado en
un ritual con los arquetipos divinos, mayor respuesta e influencia tendrá sobre quien lo haga, lo lleve o lo
interiorice como algo que intenta
vivir y sentir en él mismo. Ese es el caso del signo de la cruz, del emblema rosacruz y de tantos
otros, son signos y símbolos que han sido dados a la humanidad para beneficio propio en su desarrollo
espiritual y están relacionados con los arquetipos del Mundo del Pensamiento, sin embargo, nos
ayudan en nuestro progreso espiritual y nos pueden elevar a los reinos de lo divino en alas de
la devoción, del amor y de la aspiración. Estos símbolos crean una imagen en la conciencia
gracias a la cual se puede contactar con lo que representa, y lo mismo ocurre con el sonido y el color,
es decir, las vibraciones de un sonido o color evoca la vibración
complementaria en el plano que corresponda. Está bien saber lo que es un ritual o el aspecto mágico de lo que ocurre en una ceremonia litúrgica
para poder colaborar con los Ángeles y entidades que actúan para el bien de la comunidad, pero
más importantes es saber cuál debe ser nuestra actitud en esas ceremonias. Pero claro, no todo el
mundo piensa lo mismo sobre este asunto, para unos una ceremonia litúrgica puede ser motivo de
aburrimiento y, cuando se ven en lo obligación de asistir lo hacen de mala gana o simplemente no
asisten; para otros, sin embargo, es algo que despierta buenos sentimientos y devoción y, aunque
de tarde en tarde, asisten de buena gana; también están los que, interesados en la naturaleza,
el ocultismo y la espiritualidad rechazan las religiones o se asocian a los movimientos
modernos; y, por último, están los que a través del esoterismo, fraternidades o logias llegan a
comprender lo que ocurre mística y ocultamente en esas ceremonias y asisten para
colaborar en ellas y para beneficio propio. Precisamente porque todos estamos evolucionando y cada uno tenemos diferente grado de desarrollo
se han creado muy diversas y diferentes religiones, sectas, escuelas, etc. en la tierra. A través de
nuestra propia evolución todos pasamos por estas agrupaciones y aprendemos de ellas hasta que, en
una determinada vida, contactamos con la escuela representante de la Orden o Rayo al que
pertenecemos. Nuestro inquieto y deseoso de experiencias cuerpo de deseos siempre está
buscando algo nuevo y gracias a eso hemos aprendido de las religiones y sectas por las que
hemos pasado, pero el verdadero progreso no procede del cuerpo de deseos, sino del cuerpo
vital. Algunos piensan que los servicios repetidos como la Eucaristía o los de la Fraternidad Rosacruz
son monótonos y no estimulan, pero en esto ocurre igual que la opinión de una religión que
concede mucha libertad respecto a otra que controle y obligue a sus miembros hacer determinada
cosas. Y es que la experiencia de la Eucaristía no es la misma para unas personas que
para otras; ni tampoco el servicio devocional de la Fraternidad Rosacruz es igual
para el que vive y siente lo que presenta su lectura que el que solo escucha y a la
vez se entretiene pensando en lo que pueda representar. Está claro, que los que aún están muy dominados por
el cuerpo de deseos les atraerá más las ceremonias
tumultuosas donde el poder de las palabras del oficiante causa una especie de hipnosis sobre
los asistentes para así llevarles a un gran fervor religioso y emocional. Estas personas se
sienten temporalmente elevados y felices en su religión y fe, pero al poco tiempo de terminar la
ceremonia se les pasa y vuelven a ser los que eran. En sentido contrario, los que acuden
gustosamente a los servicios o cultos repetitivos, no muestran esa exaltación dramática como
los anteriores, pero la impresión sobre su cuerpo vital es duradera, nutriendo así el
desarrollo del Alma. Los servicios de la Fraternidad Rosacruz son repetitivos y son,
en cierto modo, ritualistas pero tienen un profundo significado espiritual que, cualquier
persona que sea un poco sensible, lo percibe. El Servicio del Templo en particular restaura
la armonía y desarrolla el Espíritu, su mensaje es de amor y servicio desinteresado al prójimo
que es la clave del cristianismo esotérico y la meta para cualquier aspirante a la iniciación;
por tanto, esto hace que el cuerpo vital se fortalezca y aumente sus habilidades para servir
desinteresadamente. No cabe la menor duda de que los verdaderos estudiantes
rosacruces que asisten a los servicios de la Fraternidad Rosacruz con verdadera
devoción y deseo de servir, están progresando adecuadamente gracias a la
repetición sobre sus cuerpos vitales. Es importante que el aspirante espiritual vibre
y se identifique con el Servicio para que sea un verdadero alimento para el Alma
y un incentivo para que manifieste el amor en su servicio desinteresado al prójimo. La clave para el desarrollo espiritual está en la repetición, la repetición del bien y de asuntos
elevados sobre el cuerpo vital, puesto que es en este cuerpo sobre el que se graba. El que
mantiene en su conciencia ideas egoístas y de maldad contra otros, lo está guardando en forma
de memoria en su cuerpo vital, por el contrario, el que ha superado todo eso y mantiene un control
sobre el cuerpo de deseos y sobre la mente, significa que ya en otra vida ha desarrollado un buen
grado de superación, y por tanto, su deber es continuar en esa línea y esforzarse por desarrollar
el cuerpo-alma. El aspirante espiritual no debe abandonar esta vida con un progreso similar
al que trajo y por eso se debe valer de los ejercicios, iglesias, fraternidades…. para progresar
La oración es muy importante para el desarrollo espiritual, tanto o más que los rituales y
ceremonias litúrgicas, sin embargo la concentración y el hecho de mantener consciente y
voluntariamente ideales elevados en la conciencia, puede superar a la oración,
pero todo dependerá del objeto y la intención con que se hagan. Sea en la Eucaristía o
sea un servicio como el del Templo de la Fraternidad Rosacruz, o cualquier otro
similar en nuestro propio domicilio, si la oración y la concentración son altruistas,
amorosas, fraternales, donde haya lecturas o invocaciones a Dios o a sus jerarquías,
etc. estaremos elevando y desarrollando los éteres que forman el cuerpo-alma, el
cuerpo que utilizaremos en un futuro para ser conscientes fuera del cuerpo
físico. Pero repito, la clave es repetir, repetir y repetir, sean oraciones,
servicios, rituales, concentración y control de la mente y
el mantenimiento de ideales elevados durante el día. El valor de los rituales, cuando son repetidos y elevados, es una ayuda constante para el
aspirante espiritual porque, con cada ritual, se espiritualiza un poco más el cuerpo vital,
es decir, desarrollamos más el Alma. Un ritual donde acuden cierto número de personas
obtendrá mejores resultados en sus objetivos si hay afinidad y unión en sus intenciones y
en la manera de hacerlo, pero también los rituales que pueda hacer un aspirante en su propia
casa pueden ser igual de efectivos cuando son elevados, devocionales y repetidos. Las
mismas Escuelas de Misterios cambiaron los rituales que afectaban temporalmente al cuerpo
de deseos (emocionales) por los fríos pero repetitivos que afectan al cuerpo vital donde se graban en
la memoria, así es que las iglesias (según cuál sea), fraternidades, logias y escuelas tienen rituales
que sirven para el desarrollo espiritual de cualquier persona. Si tenemos claro que el cuerpo vital es el
cuerpo donde se forman los hábitos por medio de la repetición, comprenderemos el valor de
los rituales y ceremonias religiosas, es más, si intentáramos actuar como el propio
Ego o Yo superior durante todo el día (observar y ser conscientes de todo lo que
hacemos y de lo que nos rodea) desarrollaríamos el Alma muchísimo más de lo que
lo hace cualquier persona. Por tanto, la observación, la concentración, el discernimiento,
la devoción a los ideas elevados, la aspiración y el amor, deberían estar presentes,
tanto en los rituales o ceremonias como en nuestra vida cotidiana porque, no solo
impiden el desarrollo del mal en nosotros, sino que, además, nos ayudan a crear
hábitos internos y a actuar como el propio Ego que es, al fin y al
cabo, nuestra primera y más importante meta.
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